Enseguida que salté me di cuenta de que no me había equivocado. Mientras me precipitaba al vacío, presto a quebrarme, sentí ganas de relatar. La resistencia del aire fue desnudándome del sopor, reactivando la creatividad. Durante el descenso me crucé con más gente. Cada uno tenía su estilo de caída. El poder de las palabras era nuestra arma contra la fuerza de la gravedad. No queríamos llegar, sino levitar. Pero se me olvidó escribirlo […]

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS