Estoy dentro, soy un intruso. Lo imagino aquí en su biblioteca olfateando las páginas, reescribiendo, firmando cartas; enloquecido, extraviado y agónico por la literatura.

Debo concentrarme para saltar, trepar y correr con estos libros: ruido en la planta baja.

El mar de Blanes luce maravilloso al amanecer.

Cruce el Atlantico, ciudad Juárez, lo primero que veo tras la ventanilla del camión es la sangre de un perro al costado de la carretera ¿A los perros los matan o ellos se suicidan?

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