La luz penetrante en la oscuridad,
el misterio que la envuelve
y la tiñe de azul mortecino.
El sonido que la convierte en luz.
La misma humilde perspicacia
que la convierte en presuntuosa.
Rasga la nota atípica
que resuena en el elenco
de perturbadoras ideas,
que la convierten en la reina del pentagrama.
Parches empapados
en la lujuria del despertar.
Marca de un pasado profundo
narrado por pesadillas.
Marca de un pasado atormentado,
pero que sólo vive en la música.
La guarida del débil
es la trampa del fuerte.
El áspero cabello que la imita,
que la sonroja y que la admira.
Próspera marcha
que ruge al anochecer.
Heridas fingidas
de un caballero derrotado.
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