Un elixir alucinante

Cuentan los ancianos del lugar que, en lo más profundo del bosque, donde el río apenas susurra y la hojarasca guarda historias de siglos venerados, se alza en ruinas un convento que al parecer está maldito. 

Nadie osa acercarse al caer la noche, pues dicen que entre sus muros vagan sombras que no son de este mundo.

Allí vivió hace siglos una joven de cabellos oscuros como la misma penumbra y mirada verde que encendía el deseo y el espanto. 

Su nombre se había perdido en el viento, pero las leyendas la recuerdan como una criatura nacida del pecado y la hermosura. Los monjes la encontraron desmayada junto al río una tarde de tormenta, y la recogieron, creyendo salvar un alma extraviada. 

Sin embargo pronto descubrieron su error…nada en ella pertenecía a la piedad, pero si a la tentación.

De noche, recorría los pasillos con un perfume embriagador, y quien respiraba aquel aroma sucumbía a un delirio febril. Se decía que sus besos eran un elixir alucinante, tan dulce como letal… los que probaron su boca amanecían exhaustos, con el cuerpo quebrado y la mente presa de visiones prohibidas, como si hubiesen entregado parte de su alma en cada caricia.

El abad, ciego de deseo, fue el primero en condenarse, después siguieron los novicios, uno tras otro, cayeron rendidos bajo el embrujo de aquella mujer que no envejecía y al amanecer, solo quedaban cuerpos sin aliento, esparcidos en los claustros como muñecos vacíos mientras ella desaparecía, llevándose consigo sus secretos y sus almas empobrecidas .

Desde entonces, dicen que cuando la luna se refleja en las aguas quietas del río, puede verse su silueta desnuda, danzando entre la niebla, llamando al forastero con una voz suave que desgarra los sentidos. Quien la sigue no vuelve jamás y al alba solo queda en la orilla un cuerpo helado, con los labios

teñidos de un rojo extraño, como si aún guardaran el veneno de un beso eterno.

Los pastores, al pasar, musitan con miedo… 

-No te acerques… aún vaga en la noche la dama del convento, la que ofrece placer eterno, y cobra con tu vida dejándote 

sin aliento…

by seeyou 

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