El trono de sus letras

El trono de sus letras

SEEYOU

29/08/2025

Dicen que allá, en lo alto de un monte velado por nieblas y estrellas, se erige una vieja casa habitada por un señor de letras. 

Sus muros, cubiertos de musgo y enredaderas, guardan ecos de palabras que alguna vez resonaron entre sus estancias, y las ventanas, parcialmente abiertas, dejan escapar el susurro del viento que juega con los pergaminos amontonados.

Su vida entera fue la búsqueda incansable de la mujer soñada, y en su afán navegaba por redes invisibles, lanzando versos como redes al mar. 

Sus poemas, de extraña hermosura, atraían a muchas almas; mas ninguna lograba encender en él el fuego secreto que ansiaba. 

Los días transcurrían entre tazas de café frío, libros abiertos y la penumbra que lo abrazaba, reflejando su aspecto desaliñado y su soledad profunda.

Hasta que un día halló un poema distinto, casi sagrado, y tras sus palabras surgió la imagen de una dama cuya mirada le robó el alma, morena, de largo cabello que caía como un río oscuro, y ojos marrones como hojas en otoño, profundos y llenos de misterio. Desde entonces, su pluma ardió como nunca.

Ella siempre iba un paso más allá, y él, hechizado, dejaba en cada palabra jirones de sí mismo. 

Creyó amarla, creyó hallarse redimido, mas solo perseguía su reflejo. 

La dama, que lo amaba de verdad, pronto sospechó la sombra de un engaño: que no era su corazón lo que él buscaba, sino el trono de sus letras, y así, herida, desapareció en silencio.

El escritor la buscó en mil nombres, en mil cuentas, en mil versos… pero jamás volvió a hallarla. 

Caminaba por calles vacías y habitaciones cubiertas de polvo, repasando memorias que no podía borrar, mientras su recuerdo lo consumía desde dentro.

Cuentan que sus dedos sangraron en vano, pues el amor que un día tuvo en sus manos, por su propio ego, lo perdió para siempre.

Seeyou

Etiquetas: amor romanticismo

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS