La Cartera Infinita 9

Capítulo 9: Desafío empresarial y gestión de riesgos

La Mansión del Dragón Nº1 parecía aún más imponente bajo la luz del amanecer. Kaito se levantó temprano, como siempre, con los ojos brillando de determinación. El sistema apareció frente a él, proyectando letras azules y brillantes:

[Nueva misión principal desbloqueada: Gastar 50,000,000 de yenes]
Recompensa: Habilidad SSS — Gestión de Riesgos

Kaito respiró hondo. Esta vez, el objetivo no era solo gastar dinero; era probar su capacidad para manejarlo, para invertir de manera estratégica y enfrentarse a los desafíos que el mundo real le impondría.

—Cinco décadas de yenes… no es mucho para alguien con dinero infinito, pero sí suficiente para demostrar que puedo hacerlo bien —murmuró para sí mismo.

Preparativos para el desafío

Tras un desayuno rápido con Haruka y sus padres, Kaito se dirigió al centro financiero de la ciudad. El objetivo del día era claro: invertir estratégicamente en compañías de alto riesgo, participar en subastas exclusivas y establecer alianzas con empresarios influyentes.

Su primera parada fue la Corporación Yamamoto, una de las firmas más poderosas en tecnología avanzada. Allí lo esperaban magnates con trajes caros, sonrisas arrogantes y miradas de desprecio.

—¿Quién es este chico que viene a “participar” en la subasta de nuestra empresa? —susurró uno de ellos a su colega.
—No parece ni siquiera saber leer un balance… —agregó otro, con una risa contenida.

Kaito ignoró los murmullos. Activó mentalmente su habilidad SSS: Dominio Empresarial, y en segundos comenzó a analizar cada detalle de la corporación: ingresos, activos, inversiones fallidas, riesgos ocultos, oportunidades de crecimiento. Cada decisión que iba a tomar estaba calculada con precisión quirúrgica.

La subasta comenzó. Las cifras iniciales eran ridículas, muchos empresarios apostando por autos de lujo y startups tecnológicas, cada uno queriendo demostrar quién tenía más poder. Kaito observaba, calculando los movimientos y anticipando las estrategias de los demás.

—Señores, si permiten un consejo —dijo Kaito con voz firme—, están sobrevalorando los activos de esta compañía en un 23%. Basándome en proyecciones de mercado y tendencias internacionales, invertir ahora sería un riesgo elevado.

Los magnates se rieron.

—¿Quién te crees que eres, niño? —dijo uno, intentando intimidarlo—. ¿Un aprendiz jugando a los grandes?

Kaito sonrió levemente y replicó:

—Solo alguien que no pierde antes de empezar.

Activando la Habilidad SSS: Dominio Empresarial, visualizó escenarios de inversión en tiempo real: ganancias, pérdidas, impacto en el mercado. Apostó primero en empresas que otros ignoraban y vendió aquellas sobrevaloradas, causando desconcierto entre los magnates.

En cuestión de horas, la fortuna de Kaito comenzó a crecer de manera exponencial. Los empresarios que lo habían despreciado empezaron a mirarlo con incredulidad.

—Imposible… ¿cómo lo hace tan rápido? —susurró uno de ellos, mientras observaba los gráficos de ganancias de Kaito.

El sistema intervino nuevamente, notificando la siguiente etapa:

[Progreso de la misión: 30,000,000 de yenes gastados/invertidos con éxito]

Kaito no se detuvo. La siguiente parada fue una subasta internacional de arte y tecnología futurista. Con la habilidad Dominio Empresarial, pudo evaluar con precisión el valor real de cada objeto, y decidir dónde invertir.

Compró obras de arte con alto valor histórico, participó en licitaciones de tecnología de inteligencia artificial y biotecnología, invirtiendo 20,000,000 de yenes restantes en empresas emergentes con gran potencial de crecimiento.

Cada movimiento estaba cuidadosamente calculado, y cada acción reducía los riesgos al mínimo. Era evidente que no solo estaba gastando dinero; estaba construyendo un imperio paso a paso, mientras demostraba que su talento financiero era extraordinario.

Finalmente, tras varias horas de intensa actividad, el sistema apareció con el mensaje definitivo:

[Misión completada: Gastar 50,000,000 de yenes]
[Recompensa obtenida: Habilidad SSS — Gestión de Riesgos]

Una nueva energía recorrió su mente. Ahora podía anticipar no solo los movimientos financieros de sus rivales, sino también las probabilidades de fracaso en cualquier inversión, minimizando pérdidas y maximizando ganancias.

Los magnates y empresarios, que antes lo habían ignorado o despreciado, se acercaron uno por uno. Algunos con temor, otros con respeto, pero todos reconociendo su habilidad excepcional.

—Señor Takahashi… debo admitir que estaba equivocado —dijo un empresario veterano—. Nunca había visto a alguien manejar inversiones con tanta precisión y rapidez.

Madame Yukari, quien observaba desde la distancia a través de informes de la transacción, sonrió levemente.

—Este chico… ya no es solo un comprador rico. Es alguien capaz de mover mercados, influir en empresas y transformar industrias —murmuró para sí misma—. Debo mantenerme cerca.

Kaito, mientras tanto, caminaba hacia su auto nuevo, junto a su padre y Haruka. Los 50 millones de yenes habían sido gastados e invertidos, y la mansión del Dragón Número 1 no solo era un hogar, sino un centro desde el cual su influencia comenzaba a expandirse.

—Hermano, ¿todo esto… realmente es necesario? —preguntó Haruka, fascinada y preocupada al mismo tiempo.
—Sí —respondió Kaito, con una mirada decidida—. Cada yen gastado hoy no solo nos hace más fuertes, también asegura que nunca volveremos a depender de nadie que nos desprecie.

Al caer la noche, Kaito regresó a la mansión con su familia. Observó a Haruka y sus padres felices, seguros, cómodos. Sintió la confirmación de que cada misión del sistema no solo era un desafío, sino un paso hacia un futuro donde nada los detendría.

Mientras se recostaba en su habitación, el sistema apareció una vez más, proyectando luces azules:

[Siguiente misión desbloqueada: Gastar 100 millones de yenes.
Recompensa: Habilidad SSS – Control absoluto del mercado.]

Kaito cerró los ojos, sonriendo mientras la luna iluminaba la mansión. Su viaje apenas comenzaba, pero cada movimiento lo acercaba a convertirse en una leyenda que nadie podría ignorar.