LA VACA QUE ALIMENTAS… ES LA VIDA QUE TE FRENA
Por Aguilar Infante Deysi Jhudit, Castillo Castañeda Milagros Elizabeth y Revilla Correa Roger
¿Cuántas veces te has excusado diciendo “no tengo tiempo” o “así soy yo”? Estas frases, aparentemente inofensivas, esconden una realidad profunda: son máscaras del conformismo que nos impide avanzar. En su obra La vaca, el autor Camilo Cruz nos revela cómo esas pequeñas justificaciones se convierten en grandes obstáculos para nuestro crecimiento personal. Es un reconocido escritor, conferencista y consultor en desarrollo personal, motivación y liderazgo. Su trayectoria se ha consolidado con más de una veintena de obras traducidas a distintos idiomas, siendo La vaca (2003) una de las más leídas en América Latina. Esta narración busca despertar al lector del letargo mental que generan las excusas, promoviendo una actitud de responsabilidad y superación personal. A través de una narrativa sencilla pero contundente, Cruz denuncia el daño silencioso que causan las actitudes limitantes, aquellas que justifican la mediocridad bajo el pretexto de la comodidad o el miedo. En este sentido, debemos eliminar las excusas, el miedo y el conformismo para alcanzar nuestro verdadero potencial.
En primer lugar, las excusas son trampas mentales que utilizamos para evitar asumir responsabilidades. En La vaca, el autor afirma que muchas personas se aferran a la “culpabilidad” como mecanismo de defensa (Cruz, 2003, p.19), es así como la culpabilidad es tomada como una excusa para asumir cambios que impacten positivamente en la vida de las personas. Esta situación se evidencia desde décadas pasadas, pues se evade asumir mejoras en la vida presentando justificaciones; en ese sentido Wayne Dyer (1976) respalda esta visión al señalar que “cada excusa es solo una historia que has aceptado como verdad”. Desde esta perspectiva, las excusas no son reales, sino relatos que construimos para no confrontar nuestros miedos; por ello, actualmente no se ve reflejado el progreso se ha estancado; teniendo sociedades en la pobreza o pobreza extrema. Ante esto, ¿cuántas veces hemos usado excusas para justificar nuestra inacción?.
Otro aspecto presente en la obra de Cruz, es el miedo, pues es uno de los principales motores de las actitudes limitantes. En el texto, se menciona:
Los miedos son una de las peores clases de vacas que existen. Toman control de quienes los sufren y, literalmente, los paralizan física y mentalmente. Por esta razón, es vital que actúes a pesar de la ansiedad que sientas pues la acción es la única cura contra el temor. (Cruz, 2003, p.26)
Cómo este sentimiento puede llegar a dominar y paralizar al individuo?. Las vacas no solo son excusas, también son ideas, creencias o hábitos que sabotean nuestro progreso. Complementando esta idea, Granados (2018) refuerza esta postura al afirmar que, frente a situaciones decisivas en la vida, como la pérdida de un trabajo, nos paralizamos, nos asustamos, porque hay incertidumbre a un mañana. Esta reflexión permite cuestionar si lo que nos detiene realmente es el entorno o nuestras propias limitaciones internas. Una actitud pasiva frente al miedo es ceder el control a las vacas mentales.
Además, una de las enseñanzas más poderosas de la obra es que somos responsables de nuestra vida. Cruz (2003) lo sintetiza en una frase clave: “eres el resultado de tus pensamientos” (p.64). Es decir, mientras nuestras creencias estén dominadas por el conformismo, seguiremos estancados; por ejemplo, en nuestra sociedad no decidimos a salir de nuestra zona de confort, limitándonos a seguir en la misma rutina que no genere una satisfacción plena. Al respecto, Hay (1984), sostiene que los pensamientos determinan nuestras emociones y decisiones. Aceptar esta verdad implica abandonar el rol de víctima y asumir el de protagonista. Efectivamente cada persona es responsable de conformarse con lo que tiene o aspirar a mejoras en su vida.
En conclusión, La vaca de Camilo Cruz es una obra que despierta conciencias adormecidas por el conformismo. Nos recuerda que crecer exige soltar excusas, enfrentar nuestros miedos, cuestionar nuestras creencias limitantes y asumir plena responsabilidad por nuestra vida. El miedo, nos paraliza, nos convence de que es más seguro no intentar, y refuerza las excusas que repetimos a diario. Cada excusa que mantenemos con vida alimenta esa parte de nosotros que teme cambiar. Por ello, advertimos: cuidado con conformarte con lo que te da seguridad, si eso te impide avanzar. Las vacas pueden parecer inofensivas, pero sus consecuencias son devastadoras si no se enfrentan a tiempo.
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