Ante el Sufrimiento…

Ante el Sufrimiento…

Karol Bolaños

24/06/2025

Por. Karol Bolaños

Hoy vi dos entrevistas que no solo han movido mí sensibilidad[1], también, me ponen a pensar en como abordar una serie de sentimientos que están finamente marcados en la literatura que he creado desde hace algunos meses, porque no, desde hace algunos años.

Dicen que no debería explicar lo increíble porque no existe, pues, aquí estoy otra vez.

Las entrevistas a las que refiero son: la primera entrevista que dio Imane Khelif tras haber ganado una medalla de oro olímpica en boxeo femenino como representante de Argelia en Paris 2024; al mismo tiempo que, fue acusada de ser una mujer transgénero siendo árabe y musulmana, desprestigiada en su victoria y cyber-acosada violentamente por las personalidades más poderosas del mundo de la política y la farándula. La otra, fue una entrevista realizada a la actriz francesa Juliette Binoche donde expone lo que sucedió tras denunciar la violencia sexual en el cine.[2]

Hace algún tiempo escribí que estaba agotada de “unirme desde el dolor con otras personas” y esto ha sido tomado como una cachetada en la cara al que siente dolor, al que sufre una pena y se lamenta en su aflicción.

Sin duda, la mera frase podría significar que estoy agotada del que sufre; incluso, podría significar que soy una insensible que esta desprovista de compasión.

En este sentido, me dí cuenta que la gente de mente rápida, voraz, sobrenatural, contemporánea, intelectual y divertida se queda con la mera frase; lee entre líneas, se queda con la impresión de la mentira detrás de y con ello se apropia de la autoridad que le permite justificar todas sus acciones. 

Es decir, se lee al otro sin soltar la cuerda que lo tensiona en el cuello, algunos y algunas con mucha revancha siente que ese otro u otra se lo merece; sienten que es importante castigarlo, reprimirlo, disminuirlo, y así, parar su poder que puede ser cualquier victoria.

Luego, en este mismo mundo rápido, veloz, pos-moderno y “empático”, a lo cual refiere el texto y encierra la frase; es común ver a tantas personas unidas desde el dolor y el sufrimiento; por eso, hoy la gente le canta a los traumas, al dolor, a la pena honda y a la revancha que tienen con la incomprensión, en lo profundo, hay un montón de niños y niñas que pueden ser viejos de piel, con una necesidad de ser vistos y cuidados.

Al final, lo que se aprecia es tener el foco de atención, y al ser captada, es consumida, al cabo, no dolía tanto para el sufriente y pasan a otra materia.

Una se pregunta ¿Por qué alguien puede atraverse a contar su pena sin la reflexión de su aprendizaje? Porque ahí es donde hay que concentrarse, no se puede ir por la vida dejando cargas y mucho menos irse sin decir que ya pasó y que se aprendió, honestamente, es lo mínimo, a nadie se le pide que se quede, solo se le pide que comparta la vida con todo su esplendor.

En la vida necesitamos aprender a soltar los sufrimientos porque desafortunadamente, en la vida mucha gente solo nos busca cuando las penas los abordan, cuando el sufrimiento es tan desbordante que se contentan hasta con la mirada de un gato callejero, y cuando reparan su carga con nuestra energía, se van sin decir nada que sostenga el vínculo. 

Por experiencia propia, intentas conducir hasta la causa del dolor, al origen del sentimiento, enuncias que si lo abordas puede que exista una manera de afrontarlo para liberarse.

Ahí, justo ahí cometiste el error, no debiste ¿cómo pudiste? Aquel atrevimiento solo será resuelto en el tiempo cuando tú tengas la mirada puesta en otro objetivo que no sea el dolor y viene aplastarte, aunque sea invisible.

Ay de ti sí no tienes las herramientas, ay de ti sí los dolores aparecen; porque justo ahí, no están esos que con tanta saciedad te buscaban en sus momentos más oscuros; no están porque ellos justifican que mereces revolcarte entre tus miserias. 

A eso me refería cuando hablaba de la expresión «unirnos desde el dolor», hay unión para contagiar sufrimiento, no para sanar.

Ahora bien, existe la contraparte, la que es bienvenida, porque el sufrimiento que se siente de verdad no se dice, se siente y quién llega en su auxilio no es el que lleva la camiseta de la causa, es el verdaderamente convencido de sus principios, pero no llega para saciarse, llega para con su presencia dar una suave brisa y partir hacia su camino que es el suyo propio, es la ley de la vida.

Ambas entrevistas me hacían reflexionar sobre tantas cosas; por ejemplo, sobre las dificultades que tenemos que sobrepasar las mujeres para alcanzar nuestros objetivos; también, sobre el cansancio que da la lucha doble o triple para llegar a la meta, seguido de la interminable argumentación sobre lo que nos mueve, incluso, la eterna explicación que al final nadie logra comprender; sin contar con la fuerza espiritual que nos toca desarrollar para no volvernos unas asquerosas de la misma índole de las críticas; sin contar con los silencios ensordecedores que tenemos que soportar al “rumiar como vacas” por la invasión de pensamientos que no nos pertenecen.

Pensaba en la Historia, en su mayoría, escrita por hombres y mujeres disciplinadas, me cuestionaba sobre el relato que nos contamos acerca de nuestra vida, de lo cierto y lo falso, de lo dudoso y lo caprichoso, de la injusticia, del trauma y de la invisibilidad de las sobrevivientes.

Mi planteamiento es: ¿cómo estamos afrontando las penas, dolores, sufrimientos, injusticias, maltratos, violencia, pérdidas, frustración e indiferencia?

Entonces, vuelvo a los relatos de estas mujeres valientes e inspiradoras, donde se habla abiertamente sobre el dolor, el sufrimiento y el trauma. 

Siendo mujeres celebres, con una vida pública y privada, se les quiebra la voz nombrando lo que les duele porque son cosas gigantes, dolorosas e incomparables; pues, ellas eligen la vida, la sonrisa, la alegría de saber quienes son y reconocerse, abrazan sus historias y saben que todo va a pasar, se mantienen en sus convicciones y se sostienen en sus redes más íntimas y fraternas. Se unen desde el reconocimiento y la valentía de abrazar quienes son.

[1] Gran sensibilidad, sobre todo olfativa como buen sabueso.

[2] Ambas pueden ser vistas en el programa Clique de Canal Plus.

Etiquetas: dolor sufrimiento trauma

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