El centro comercial estaba vacío y resultaba melancólica la oscuridad de todo el lugar, la película habría terminado más tarde de lo esperado. Lucas tenía cierto afán por tener pequeñas citas consigo mismo.
Mientras se dirigía a la salida, una extraña sensación recorrió su cuerpo, un escalofrío prolongado. Se quedó mirando fijamente una puerta de servicio; algo de ella le llamaba mucho la atención. Pero ¿por qué? No era más que una simple puerta sin nada misterioso del otro lado.
— <¿Y si echo un vistazo? No hay nadie que me lo impida> — pensó Lucas, lleno de curiosidad.
Se acercó lentamente a la puerta, volteando en todas las direcciones para verificar que nadie lo estuviese viendo. Al cruzar la puerta, se topó con un triste pasillo gris; apenas tenía iluminación y olía a humedad.
El techo era muy alto, en las paredes, había tubos y cables, un pasillo bastante común. Dio un paso hacia atrás para regresarse, pero entonces se percató de algo extraño.
Al fondo de este pasillo había una puerta de madera, café y con muchas astillas, ya se encontraba muy desgastada.
— <¿Qué hace una puerta así en este lugar? ¿Será un almacén viejo? Ya que estoy aquí, iré a verificarlo> — pensó Lucas.
Se dirigió hacia esta puerta por alguna razón, se sentía nervioso.
Tomó la perilla, la cual era de metal y estaba muy desgastada; la superficie estaba demasiado helada. Sin pensarlo mucho, abrió la puerta.
Al abrirla, una fuerte ráfaga de viento lo golpeó, haciendo que cerrara los ojos por unos segundos. Cuando los abrió de nuevo, se quedó en shock y completamente confundido.
— WOOOOOOW — expresó Lucas, boquiabierto
Frente a él se encontraban cientos de árboles de todos los tamaños y colores, pero eso no era lo más impresionante. Lo que le voló la cabeza a Lucas y lo dejó en shock fue que dentro de los troncos de los árboles había puertas; en el piso también, y unas cuantas más flotaban de arriba hacia abajo o de un lado a otro. Cada una de estas puertas tenía un diferente diseño, patrón, tamaño y color.
— ¿Qué es este lugar? — se preguntó Lucas, volteando en todas direcciones.
Este lugar parecía salido de un libro de fantasía, ya que algunas áreas se veían muy coloridas y otras muy oscuras. No existía un patrón que se repitiera.
El ambiente era muy relajante y pacífico; el clima era cálido y todo estaba muy tranquilo. De fondo, se podía apreciar el sonido del silbido de los pájaros, así como el movimiento del agua; no muy lejos, había un estanque.
Todo este lugar estaba lleno de flores muy únicas y nuevas para Lucas; expedían un aroma muy dulce y fuerte, con formas y colores que eran completamente nuevos para él.
—¿Me habré dormido a la mitad de la película? — se preguntó Lucas, atónito y sin poder procesar lo que había en su entorno.
Giró la cabeza hacia atrás y se dio cuenta de que la puerta por la que cruzó ya no estaba, por lo que decidió avanzar en busca de respuestas o de una salida.
Por alguna razón, cada paso que daba le provocaba mucha paz y relajación.
Estaba maravillado con este lugar; ni en sus mejores sueños podría haber visto algo tan hermoso y complejo.
— ¿Esas puertas se podrán abrir? — se preguntó Lucas con curiosidad.
Se acercó a una puerta que se encontraba en un tronco; esta puerta era de color amarillo , con un diseño muy minimalista, era muy nueva y reluciente.
Apenas la tocó, una fuerza extraña lo mandó a volar, haciendo que cayera en un lugar algo lejos de la puerta. Al aterrizar, quedó boca arriba, recibiendo un golpe en la espalda.
— Parece que no — suspiró Lucas.
Se sobó la cabeza y la espalda, se levantó del suelo, y cuando estaba por avanzar, sintió una mano diminuta llamándolo por detrás .
Al voltear hacia atrás, se llevó la sorpresa de que era una niña, que llevaba un vestido muy elegante de color rosa con detalles en negro; un sombrero que hacía juego con el vestido, de color blanco con una línea rosa en el medio; unos pequeños guantes de tela con detalles de flores; unas zapatillas negras, y en su mano derecha sostenía un paraguas negro con unas líneas doradas y el mango blanco.
— ¿También te perdiste, pequeña? — preguntó Lucas amablemente— ¿Pequeña? Por favor, soy mucho más vieja que tú. No me trates como a una niña — reprochó la niña algo irritada . — En fin, bienvenido, Lucas — añadió la niña.
Esto tomó a Lucas por sorpresa; definitivamente era un sueño. ¿ Cómo era posible que supiera su nombre?
—¿Cómo sabes mi nombre? — preguntó Lucas confundido.
— En el momento en que entraste aquí, tengo acceso a todo sobre ti: tus recuerdos, miedos, sueños, deseos, etc. Tu nombre es lo de menos. Ah, y perdona mi descortesía. Me llamo Alicia — explicó la niña.
— Vaya… ¿Y qué es exactamente este lugar? ¿Qué son esas puertas? — preguntó Lucas, confundido.
— Estás en el Bosque de Herath, un puente entre millones de realidades alternas y líneas del tiempo — explicó Alicia.
— ¿Qué? ¿Lo dices en serio? ¿No estoy drogado? — preguntó Lucas, asombrado.
— No, este lugar es tan real como tú — respondió Alicia, tocándole la cara a Lucas para que se diera cuenta de que era real.
— ¿Y cómo acabé en un lugar tan épico como este? — preguntó Lucas.
— Haces muchas preguntas; mejor acompáñame a mi fiesta de té — indicó Alicia.
Abrió su paraguas y comenzó a flotar en el aire. Le extendió la mano a Lucas.
—¿No se caerá? — cuestionó Lucas.
— Hay puertas volando a tu alrededor y te preocupa que este paraguas no resista tu peso — reprochó Alicia, irritada. Lucas tomó su mano.
Comenzaron a volar por encima de los árboles, atravesando el bosque a una velocidad considerable.
— Como Mary Poppins — dijo Lucas, asombrado.
— Sí, pero mejor — aseguró Alicia de manera burlona.
Se desplazaron por varios minutos hasta que empezaron a descender. Terminaron en un pequeño jardín que estaba en medio de todo este bosque, el cual estaba cercado con vallas blancas de madera . Dentro , había una mesa de té con muchos detalles , también de color blanco. En una esquina, lo que parecía ser unos columpios.
— Toma asiento y disfruta del té — indicó Alicia.
Lucas se sentó cuando apareció una taza frente a él.
— Y bien, ¿cómo llegué aquí? ¿por error? — insistió Lucas.
— Para nada; caíste en una trampa — respondió Alicia.
—¿Trampa? — repitió Lucas, confundido.
— Verás, llevo cuidando este lugar por más de mil años. Mi única misión es guiar a aquellos que lleguen de manera natural y de esta forma tengan acceso ilimitado a las puertas — explicó Alicia. — Para matar el tiempo y entretenerme, planto estas «trampas» por muchos mundos, con la esperanza de que alguien caiga. No eres el primero ni el último , así que tu trabajo será entretenerme por un tiempo — añadió Alicia.
— ¿Quieres que cante o baile? ¿O a qué te refieres exactamente? — preguntó Lucas, sin entender.
—¿Bailar? Jajaja, no. Te pondré a cruzar mundos hasta que yo esté satisfecha — respondió Alicia.
— ¿Y qué pasa si me niego? Tengo que volver a casa — reprochó Lucas.
— Oh, mi amigo, esa es la cuestión . No vas a volver hasta que yo esté satisfecha — aseguró Alicia con un tono engreído.
— ¿Y si te mato y busco la manera de salir? — amenazó Lucas, bastante indispuesto.
— Por favor, inténtalo. Tú y tu mundo son de lo más aburrido y débil, pues no hay magia y la energía mágica es escasa . Hasta mi conejo podría ganarte — dijo Alicia, burlándose.
— Sé artes marciales, y espera, ¿la magia existe? — preguntó Lucas.
— Claro que existe, de lo contrario un lugar como este no sería posible y yo no estaría aquí — explicó Alicia.
— Si me enseñas magia, puede que considere tu propuesta — negoció Lucas.
— No es una propuesta. Aceptas y me entretienes o te quedas en este lugar para siempre. Aunque tampoco es mala idea — aceptó Alicia, chasqueó los dedos y un montón de libros de magia aparecieron en la mesa.
— Vaya, eso fue fácil. Entonces, ¿no tengo otra opción más que decir que sí? — dijo Lucas.
— En efecto, tampoco me sirve matarte. Oportunidades como estas las tengo pocas veces y, a decir verdad, que tu curiosidad te haya llevado a mi trampa hace las cosas más interesantes — explicó Alicia. — Por supuesto, no todo es malo para ti. Tómalo como una aventura, podrás ver mundos que nunca habrías pensado que existen y, claro, una vez que termine nuestro contrato, tendrás acceso a tu gusto a las puertas y, obviamente, podrás volver a tu casa — añadió Alicia.
— ¿Significa que podré viajar a líneas temporales de mi mundo o incluso a mundos donde la historia de los videojuegos es la realidad ? Me tienta mucho — dijo Lucas, con cierto miedo, pero emoción a la vez.
— No es la reacción que esperaba, pero no importa — dijo Alicia, sorprendida.
Lucas se tomó unos minutos para analizar su situación.
— <Quedarme encerrado aquí o luchar por mi libertad y en el camino vivir aventuras de libros….> — reflexionó Lucas, si de todas maneras iba a estar a merced de Alicia, al menos que sea en un mundo nunca visto.
Alicia se quedó viéndolo fijamente, en espera de una respuesta.
— ¿Y bien? — insistió Alicia.
— Si la magia existe, ¿puedes mejorar mi vista? Así me deshago de estos lentes, si voy a otro mundo será confuso ¿no crees? — sugirió Lucas.
Alicia soltó una carcajada. Chasqueo sus dedos y segundos después Lucas sintió un dolor de cabeza, ahora veía borroso con sus lentes. Se los quito y en efecto su vista había mejorado.
— Entre todo lo que puedes pedir, pides ver bien y libros de magia…Eres ciertamente especial, Lucas — dijo Alicia riendo.
— ¿Y bien? ¿Cómo acepto el contrato y qué me asegura? — preguntó Lucas.
— Te asegura que regresaras a tu hogar sano y salvo, sin importar si esto te toma un mes, un año, una década o un siglo. A mí me asegura que puedo ver y escuchar todo lo que te hagas y vivas. Serás mis ojos y oídos en otros mundos — explicó Alicia y extendió su mano para sellar su contrato.
Lucas con ciertas dudas, pero determinado a volver a su casa, extendió su mano. Ambos hicieron un apretón. Una ola de energía mágica fue liberada, y en la muñeca izquierda de ambos se creó una marca/tatuaje que tenía la silueta del sombrero que Alicia tenía puesto.
— ¿Y ahora qué? — preguntó Lucas confundido.
— Permíteme enseñarte un truco. Intenta hablarme con tus pensamientos, solo habla normal — indicó Alicia
(Nota: Cuando los diálogos salgan entre “*” es un dialogo interno entre Lucas y Alicia, por lo que nadie del exterior los escucha)
* — Hola, hola ¿me escuchas? — preguntó Lucas*
* — Sí, esto servirá para hablarte — dijo Alicia*
* — Vaya, que increíble poder. ¿Solo puedes hacer esto conmigo — supuso Lucas*
— Así es, y solo cuando ambas partes deseen comunicarse es cuando se activa, no creas que puedo leer tu mente — explicó Alicia — Ah, también cuando llegues a un mundo donde no hablen tu idioma. Tú escucharas y veras su idioma como si fuera el tuyo, y viceversa. Es como un traductor automático — añadió Alicia.
— Que conveniente, así me evito muchos problemas — expresó Lucas.
— Bueno, si no pudieras comunicarte sería muy aburrido. Una última cosa, para cruzar a otro mundo tienes que cumplir ciertas condiciones que yo te ponga, es decir, si quieres cruzar de mundo A hacia mundo B no puedes pasar sin haber matado a un dragón, ¿entiendes? — preguntó Alicia.
— Si, supongo que una vez lo haga tu abrirás una puerta o aparecerá una puerta ¿no? — supuso Lucas.
— En efecto, aprendes rápido. Bueno, mucha suerte. Eso es todo de mi parte, elige una puerta para que cruces — indicó Alicia.
— ¿Tú sabes a donde lleva cada puerta? — preguntó Lucas curioso.
— Para nada, son miles de millones de puertas. Además, sería bastante aburrido si lo supiera — respondió Alicia.
Lucas comenzó a analizar todas las puertas de su alrededor y vio una que le llamo la atención, era una puerta blanca con muchos detalles y bastante cuidada.
— Esa — señaló Lucas.
La puerta apareció detrás de Lucas
Antes de irse Lucas tomo dos libros de magia de la mesa de té.
— <Hola aventura cliché para encontrar mi camino a casa> — pensó Lucas ciertamente emocionado y nervioso.
— Mucha suerte en tu viaje, no mueras — expresó Alicia de manera sarcástica. Lo empujó y Lucas atravesó aquella puerta.
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