Capítulo 9: La Llamada del Eclipse
Una noche, Kael volvió a tener la visión del hombre encapuchado. Esta vez, las palabras fueron diferentes.
«El momento ha llegado. El eclipse se acerca, y tú serás el catalizador.»
El joven despertó sudando, el eco de la voz resonando en sus oídos. Sabía que el tiempo se agotaba. El eclipse que había visto tantas veces en sus sueños ya no era solo un símbolo: estaba a punto de ocurrir en el mundo real. Y Kael debía elegir su destino.
Al día siguiente, Eldric reunió a todos los estudiantes de la Academia. La atmósfera estaba cargada de tensión, y Kael sintió que el aire mismo parecía vibrar. El director se dirigió a todos con su habitual tono solemne.
«El eclipse será el evento más grande que nuestra Academia haya presenciado en siglos. Kael, tu papel en todo esto es vital. Debes tomar una decisión antes de que sea demasiado tarde.»
Kael sabía lo que debía hacer, pero la duda seguía carcomiéndolo. Si liberaba la energía contenida dentro de él, podría desatar una catástrofe. Pero si la sellaba, podría vivir con la incertidumbre de nunca saber si realmente podría controlarla.
«¿Y si no puedo controlarlo?» preguntó Kael, su voz temblorosa.
Eldric lo miró fijamente, como si estuviera viendo su alma. «Entonces perderemos todo.»
Capítulo 10: La Decisión Final
El día del eclipse llegó con cielos nublados y una sensación de presagio en el aire. Kael se encontraba de pie frente al antiguo templo oculto en las montañas, el lugar donde, según Eldric, debía sellarse el poder para siempre o liberarlo por completo. La oscuridad se cernía sobre el mundo, y la energía contenida en su interior comenzaba a despertar.
Alina estaba a su lado. No había dicho nada en todo el día, pero Kael podía sentir su preocupación.
«¿Qué harás?» preguntó ella, su voz apenas un susurro.
Kael miró al horizonte, donde el eclipse comenzaba a cubrir el sol. Su corazón latía con fuerza. Sabía que la decisión que tomara definiría el futuro de la humanidad. Pero también sabía que no podía tomarla solo.
«Lo que haga, lo haré por todos», respondió con determinación.
Justo en ese momento, el hombre encapuchado apareció frente a él, como si hubiera salido de las sombras. Sus ojos brillaban con intensidad, y su voz resonó en la mente de Kael.
«Es hora, Kael. La energía está a tu alcance. Libérala. Deja que el caos renazca.»
Pero Kael, mirando el abismo de su poder, dio un paso atrás. No podía ceder al impulso de la oscuridad. Sabía que la clave para salvar el mundo era el control, y no la destrucción.
Con un grito de esfuerzo, Kael reunió toda su energía y concentró los elementos dentro de sí. Con un último esfuerzo, liberó una onda de luz que cubrió todo el templo, sellando la energía de una vez por todas.
Capítulo 11: La Paz Tras la Tormenta
Cuando el resplandor se desvaneció, Kael estaba de rodillas, agotado, pero en paz. El eclipse había pasado, y con él, la amenaza de la destrucción. La energía que había estado a punto de desbordarse ahora estaba sellada, bajo su control.
Alina se acercó, sonriendo con alivio. «Lo lograste… has salvado a todos.»
Eldric apareció a su lado, su rostro suavizado por una expresión de orgullo. «Lo hiciste bien, Kael. Te has convertido en un verdadero Guardián.»
Kael no dijo nada. La paz que sentía era suficiente. Había tomado la decisión correcta. La oscuridad no lo había consumido, y él había aprendido que su poder, aunque vasto y peligroso, podía ser controlado si se utilizaba con sabiduría.
Capítulo 12: Ecos del Pasado
El templo quedó en silencio tras la explosión de luz. Kael, aún arrodillado, sintió que una energía residual vibraba en su interior. No era la amenaza del caos, sino una conexión con algo más antiguo, más profundo.
Eldric observó el cielo despejado con gravedad. «Kael, la energía puede haber sido sellada, pero su eco no desaparecerá tan fácilmente. Has logrado lo imposible, pero el equilibrio es frágil.»
Alina se arrodilló junto a Kael, colocando una mano en su hombro. «No tienes que cargar con esto solo. Estamos contigo.»
Kael miró a su alrededor. La sensación de peligro había disminuido, pero no se había desvanecido. Sabía que aún había secretos que descubrir y respuestas que buscar.
Capítulo 13: La Profecía Velada
De regreso en la Academia, Eldric llevó a Kael a la biblioteca prohibida, donde antiguos pergaminos narraban historias de aquellos que habían controlado el poder antes que él.
«Muchos lo intentaron, Kael, pero todos fallaron», dijo Eldric, señalando un manuscrito envejecido. «Tú has cambiado la historia. Pero la profecía nunca hablaba de un solo evento, sino de un ciclo.»
Kael frunció el ceño. «Entonces, ¿esto volverá a ocurrir?»
«No necesariamente», respondió Eldric. «Si aprendemos cómo romper el ciclo, podríamos asegurarnos de que nunca vuelva a repetirse.»
Alina hojeó otro pergamino. «Aquí dice que el Guardián del Eclipse debe encontrar la Fuente Primordial para restaurar el balance de manera definitiva.»
Kael sintió un escalofrío. Su viaje aún no había terminado.
Capítulo 14: La Fuente Primordial
Guiados por las escrituras, Kael, Alina y Eldric emprendieron un último viaje hacia la legendaria Fuente Primordial, oculta en las profundidades del Bosque Sombrío.
El camino estuvo plagado de pruebas: criaturas antiguas, trampas mágicas y visiones del pasado. Cada obstáculo desafíó la determinación de Kael, pero con la ayuda de sus aliados, lograron avanzar.
Finalmente, llegaron a un claro donde un lago de energía pura emanaba una luz cegadora. En su centro, una piedra flotaba, pulsando con una energía desconocida.
«Es aquí», susurró Alina. «La Fuente Primordial.»
Kael extendió su mano. En el instante en que tocó la piedra, una ola de conocimiento lo envolvió. Comprendió la verdad: su poder no debía ser sellado ni liberado, sino integrado en el mundo de una forma nueva.
Capítulo 15: El Renacimiento
Con la energía de la Fuente Primordial, Kael sintió su ser transformarse. Ya no era un simple estudiante ni un recipiente de caos. Ahora era el equilibrio mismo.
La energía fluyó a través de él, extendiéndose por la tierra y restaurando lo que había sido dañado. La Academia, el templo y el bosque resonaron con una nueva armonía.
Eldric asintió con aprobación. «Has roto el ciclo, Kael.»
Alina lo observó con una mezcla de asombro y afecto. «Ahora sí eres libre.»
Kael sonrió. «No solo yo. Todos lo somos.»
Capítulo 16: Un Nuevo Amanecer
De regreso en la Academia, el cielo se mostraba más brillante que nunca. La oscuridad había sido disipada, y con ella, el miedo al eclipse.
Kael se sentó en la cima de la torre principal, observando el amanecer. Por primera vez en mucho tiempo, no sentía la carga de la incertidumbre, sino la calma de un nuevo comienzo.
Alina se unió a él. «¿Y ahora?»
Kael exhaló, disfrutando la brisa. «Ahora, vivimos.»
Con el ciclo roto y el equilibrio restaurado, Kael había cumplido su destino. Pero más allá de eso, había encontrado su verdadero camino. Y con él, el mundo podría avanzar hacia un futuro donde el eclipse ya no sería una amenaza, sino un simple recuerdo de lo que una vez fue.
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