Mi calle no tenía autos, o mejor dicho, casi no tenía.
El piso de la calle era muy áspero, y estaba dividido en grandes cuadrados de alquitrán en todo su trayecto.
Uno de los chicos que jugaba en esta calle tenía asma y, como siempre se
agitaba la abuela no lo dejaba cabecear y jugaba muy poco.
Fue así que su papá le compró una pelota de cuero, ¡si!, así como se veían en los partidos de verdad, con jugadores de verdad, y era como tener algo de verdad entre sus manos, y un poco entre sus pies, pero poco, pateando solo en el patio de su abuela, y pasándole pomada incolora luego para revitalizar el cuero.
Los jugadores nos sentábamos en fila india y nos iban eligiendo…Vos…A ver…Vos…A él le decían : Dale vení, cuando quedaba último, solo en la fila, por descarte pues no había otra posibilidad…Vení.
Marcos, que así se llamaba, pasó a ser el chico de la pelota de cuero, y para que siguiera llevándola comenzamos a elegirlo ya no último, sino por la mitad. Él no se sentía mejor por eso, pero todas las tardes, cuando volvía a su casa, tomaba la pomada incolora y le pasaba.
Pero la pomada no era mágica. La pelota se empezó a despedazar. Primero se pelaron los gajos, luego se empezó a ver la cámara por pequeñas roturas, y luego más, hasta que quedó la cámara al descubierto. Seguimos pateándola hasta que se pinchó. La pelota de cuero había desaparecido.
Al otro día la llevó al zapatero. Él nada pudo hacer. Volvió a su casa, y la puso en el cajón de los juguetes, que ya a los diez años no usaba.
Por la noche fue a visitarlo la madre de Víctor, y le dijo que su hijo y todos los que jugábamos con él, de ahora en más íbamos a jugar en el club de enfrente a la plaza, que organizaba torneos infantiles, con entrenador, que podía presentarlos en las inferiores de clubes grandes, y ya no jugaríamos en la calle.
Marcos se levantó esa mañana de domingo, tomó un autito de plástico, lo rellenó con masilla, le sacó las ruedas delanteras, y en su lugar le fijó una bolita con un trozo de plastilina , fue hasta la calle, vacía, y lo hizo rodar.
OPINIONES Y COMENTARIOS