tus movimientos son suaves ondas en este infinito infierno, envolviéndome en caricias hipnóticas de pasión y desenfreno. Tus piernas, las llamas de todos mis pecados revueltos, mi corazón extasiado pidiendo muestras de tu andar sincronizado y eterno. Atrápame con tu sonrisa, que mi voluntad ya no tiene cimientos; devórame con tu sinfonía de voz, que me desnuda hasta el aliento. Déjame recorrerte, mis manos son mis ojos en este momento, locura de mis pensamientos, anhelo de mis suspiros, primavera de sol eterno.

Etiquetas: relato corto

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS