La Corona del Poder

La Corona del Poder

David Sanchez

11/01/2025

Inicio

Cuentan las leyendas que cuatro héroes se sacrificaron para dar pie al nuevo mundo. El héroe del fuego, junto a su amada criatura, ascendieron para dar pie a los volcanes. Cada héroe confeccionó una parte de su fuerza: a cuatro seres, que se enfrentaron junto a los demás. Cada uno de ellos poseía una reliquia maestra, capaz de controlar distintas fuerzas de la naturaleza, la llamada corona del poder. Era capaz de hacer realidad cualquier pensamiento o idea que el portador posea. Tenía muchos problemas, uno de ellos era que las personas las podrían usar para el mal. Para que los héroes evitaran más catástrofes, optaron por darle las reliquias a cada uno de los seres que los acompañaron en sus aventuras. El dragón es el protector de la corona del poder. Se dice que aquellos elegidos, que posean la pureza necesaria para obtener el poder de las reliquias, serán capaces de hacerle frente al rey oscuro. Hace más de mil años, los héroes se enfrentaron contra aquel ser. Sus esbirros provocaron caos y destrucción al mundo entero. Él mismo causó el desequilibrio entre los elementos, provocando diluvios, terremotos o huracanes, que acabaron con la vida de muchos inocentes. Los héroes, pese a no poder hacerles frente por separado, se unieron. Sin embargo, los cuatro se sacrificaron para que el quinto logre rematarlo. Con la fuerza obtenida de ellos, logró hacerle frente al rey de la maldad, pero a un costo terrible, pues murió en el proceso, encerrando a aquel ser para siempre. Aquella bestia quedó sumida en un profundo letargo. Hasta la fecha, no ha despertado, pero tarde o temprano lo hará. Algún día, sembrará el caos en nuestro mundo, que queda a merced de esperar a nuevos héroes dispuestos a todo. Esto es más que una leyenda, una tradición que en el pueblo de Vielago honra a aquellos héroes, dando una ofrenda a cada uno de ellos. El pueblo se divide en cinco secciones: la central, el suroeste, el noroeste, el sureste y el noreste. Cada una respeta a los héroes de aquel cuento, que sigue viviendo en ellos, durante mucho tiempo. Con el pasar del tiempo, pocos se acuerdan de que este simple relato, que puede ser verídico, esto queda a merced de nuestra imaginación. Años después, aquel pueblo se dividió en pedazos, esperando ser unido nuevamente. Se dice que en 700 años se despertará.

Un Sueño Profundo

Aquel día, se parecía a uno más del montón. Despertarme después de un sueño profundo y reparador. Tenía que pasar todos los días, por las calles, casas y demás sitios. Después de pasar la preparatoria, distintos cambios en mi etapa, cambiaron mi percepción por completo. Mi compañero de habitación, Liam, era bastante inteligente, capaz de hacerme el día. A pesar de que haya pasado por algo malo. Siempre ha sabido equilibrar su sentido del humor, con su inteligencia, sabía mucho de herbolaria. De hecho, tenía una venus atrapamoscas en su mesita de noche. Ninguno de los dos, seguimos modas extravagantes. Este día era especial, puesto que mi hermana pequeña, que había pasado a la prepa, tenía su cumpleaños número 16. Como todos los días, pasaba por el mercader que me vendía las frutas. Era un hombre de 24 años, que vendía cosas junto a su gato. Dicen que el felino tiene la extraña costumbre de meterse a los bares. De vez en cuando, se decía que tomaba licor. Yo lo dudaba mucho. Puesto que algo así, podría afectar el sistema nervioso de un felino, su dueño tiene toda la pinta, que lo vigila con cuidado.

-Buenas tardes Javier, se te ve alegre. ¿Qué deseas comprar el día de hoy?, por cierto, el señor Godrick tiene ganas de saludar -Agarraba al gato con delicadeza- Mira que bonito que es, si esque es precioso. No te olvides de que antes de que compres, debes acariciar la cabeza del minino, da buena suerte.

Como todos los días acostumbraba, le froté la cabeza. No le agradaba mucho, pero se veía que por lo menos, no le molestaba tanto, casi me estaba por arañar. Pero el vendedor fue rápido y lo quitó de enmedio, lo dejó caer con suavidad, el gato, empezó a corretear un poco.

-Nick, quiero lo de siempre, unas fresas. Y ésta vez algo especial, una malteada de moras, especial de la casa por favor. Mi hermana tiene una fiesta importante, debido a su graduación, mi hermano mayor está bastante ocupado en otra ciudad.

-A, ya veo. Esther, tráele al chico, el especial de casa de siempre -Dijo Nick, alzando la voz- No, no, no. Dije especial de la casa, no espacial. Menuda chica, a pesar de que sea nueva, no es del todo lista. Pero bueno, no te ha visto aquí. No conoce a mi mejor cliente habitual.

Suspiró con sutileza. La chica, alta pero no tan esbelta apareció con una sonrisa, dándome la malteada de moras que tanto había pedido. Llamé a mi padre, para que este mismo me avisara que como iban los postres, y si el panadero ya estaba del todo listo. La chica, se quedó mirándome con curiosidad. Me ruboricé un poco, agarré mi pedido, acaricié nuevamente al gato, y corrí a tomar el tren. Me decanté por un metro, más barato. Una coincidencia tremenda, Liam estaba aquí, esperando el transporte público, cuando lo ví, traté de ignorarlo, puesto que estaba con prisa. Intercambiamos miradas, pero él no pudo evitarlo y me saludó.

Menuda coincidencia -Dijo él- Bueno, en verdad no. Tu padre me avisó que te esperara en el metro, para que te de este paquete, es el pastel de fresa que tanto me dijiste que le gusta a tu hermanita. Dale un saludo a tu madre de mi parte, además de eso, te acompañaré un poco. También fui invitado.

¿Es enserio, o solo bromeas?, por cierto, siempre que no ves a mi familia, siempre quieres ver a mi madre. Menuda coincidencia más curiosa, dejando las bromas del lado, te lo agradezco, no soy muy bueno con los postres.

Ambos fuimos al tranvía, yo cargaba mi malteada de moras, mientras que mi amigo sostenía el pastel con sumo cuidado. Cuando vio la malteada no pudo evitar sonreír.

Es la malteada azulejo de la que tanto oí hablar, de hecho hay un bazar donde suelen vender la bebida original. Cerca de aquí, se encuentra un pueblo, donde las venden con la receta antigua, se llamaba Vielago, o algo por el estilo.

Como sea, espero que mi hermana se sienta feliz por ello, a pesar de que ya no le gusten las piñatas, sigue teniendo admiración por los animales. Lo que me recuerda, que tengo que pasar al super, para comprar croquetas a mi perro.

Menudo desastre que es Sombra -Dijo Liam, con cara pensativa- La última vez que me visitaron, trajeron esa bola de pelo, acabó con la mayoría de los jarrones que compró mi mamá en el bazar, tuvimos que limpiar enteritos, ¿te acuerdas?, hasta tú tuviste que ayudar, luego te disculpaste con la familia.

Sinceramente, mi perro, jamás se llevará bien con el tuyo, Rudolf. Que un chihuahua así, no es precisamente tranquilo, imagínate si fuese como cerbero, el perro de tres cabezas. Un desastre total.

Mi amigo me miró confundido.

Que yo recuerde. Cerbero. Tiene las cabezas de una única raza de perro, no las del chihuahua, pero supongo que es gracioso compararlos con aquellos. Hablando de mascotas. Le pedí al director Jorge H, que me ayude con la venus, se come todo lo que ve, incluso mordió a un alumno, pero bueno, se lo merecía, Gael es muy torpe.

Recordaba las veces que Gael Ulises. Un compañero que se le veía frecuentemente pasar por la biblioteca escolar, a veces se metía en líos, entre ellos, casi quemar un libro de historia, titulado: El Heredero del Tesoro, una novela que a Liam le gustaba bastante. Me mudé a esta ciudad para encontrar mejores oportunidades laborales. Pero me pasó todo lo contrario, ahora todos los puestos de trabajos, no eran lo suficiente, como para cubrir la renta de mi salario. Por lo que tuve que evitar leer aquellas historias, de mi escritor favorito, Chrem MarkClay. Un escritor, que, gracias a sus historias, tan novelescas, pero basadas en hechos históricos. Cobró gran popularidad entre los chicos de mi edad, siendo que la escuela Meceller. Mi actual universidad, ofrecía una cantidad monumental de libros, del mismo autor. Mismo autor, con el cual una chica de mi instituto llamada Fernanda Filei, se encontraba leyendo. Era la amiga de una chica muy popular, no la conocí, ni me interesaba. Cuando nos bajamos del metro, nos cruzamos con varios talentos, haciendo malabares o un concierto en pleno lugar. Algunos nos ofrecieron dinero, yo le di unos cuantos pesos, a un tipo que me pidió desesperado apoyo monetario. Mi amigo se negó, debido a que gastó todo su salario en su nuevo refrigerador. Algunos de los titulares, que residían en el metro. Junto a los carteles holográficos, eran capaces de transmitir las noticias del día. Entre ellas, el ladrón Martín Fjord, escapa de nuevo. U otras con los titulares, llamados ¿terremotos, o simples especulaciones?, de aquel clásico informe titular, Razonas por las Cuales Charlar. Una sección aclamada, con distintos premios. Las imágenes se presentaban en movimientos, mostrando a aquellas personas o situaciones, de forma como un video corto. Nos sorprendió la cantidad de avances que esta pequeña ciudad ofrecía. Varias personas, pasaban comprando en aquel sitio de modelaje, Jenellé Modéls. Algunos compraron en la dulcería, que acababan de abrir, Husbands Chocolats, vendiendo aquellos caramelos de fuego, que tanto promocionaron. En el Museo de las Antiguas Reliquias, que se encontraba a unas calles del metro. Las personas que veía transitar con normalidad, cargaban con figuras de acción de Samuel Hollar y Reuben Lisous. Dos aclamados héroes, del siglo XX. Entre otros, se apreciaba a una niña, cargando con un peluche de Osriel, un oso con cuernos, que según se cuenta, existió de verdad. Junto a una criatura, similar a un pájaro de fuego. Aquel enigmático personaje, era conocido por los niños, como Brannfulg, a decir verdad aquel museo, tenía un parque propio, donde podían montarse a atracciones similares.

Al parecer, por lo que veo ahora, estos juguetes son más buscados por coleccionistas británicos, puesto que ambos personajes vivían originalmente allí. Sería buena idea comprarle a tu hermana un regalo. Como la figura de Roc. Ya sabes el robot ese.

Esas modas fueron hace tiempo, mi hermanita es muy específica, pero yo a la mejor me compro el peluche del dragón mecánico, ¿Kizmaj, se llamaba?, a mi me marcó mucho esas obras, y entrevistas con los héroes originales, ese programa me encantaba. Sus aventuras no eran del todo verídicas, pero eran criaturas fantásticas. Ojalá pueda verlas de nuevo en nuestro mundo. Antes de mudarme aquí, pude ver de primera mano un ser extraño.

-Si, esa historia ya me la sé -Dijo Liam tartamudeando- Que los lobos del bosque, que uno de ellos tenía el ojo tachado etc. No me lo repitas más, aquellos relatos son muy quemables.

-Esa palabra ni existe -Dije riendo sutilmente- Como sea, tomamos un taxi y vamos directo con mi hermana.

Un conductor. Nos llevó por la carretera, cerca de mi casa. Aquella ciudad era enorme. Contenía una gran cantidad de casas. Edificios, si bien, no tan altos, resaltan por aquellos carteles promocionales que mostraban modelos. Una de ellas, la más conocida, porque era la más reciente, era Sira Voneiscú. De origen ruso, se mudó aquí. De hecho, vivía a unas cuadras de nuestra casa. Se le veía abarrotada por fans. Otro modelo famoso, era Hernán Zelada. A los chicos de nuestra edad, solíamos burlarnos de su nombre. Que era algo ridículo. Otras personas paseaban a sus mascotas diariamente. La señora Acalia, que solía frecuentar aquel parque. Lleno de mascotas, tenía un gato peculiar. Puesto que nos contó que un erizo, había atacado al gato, dejando al animal lleno de púas. Hasta la fecha, tiene unas cuantas, y no se nota tanto. El cerrajero Armelious, que suele arreglar varias cosas. Por lo que es muy amigo de mi padre, suelen pasar el rato hablando de mecánica de coches. Me impresiona la cantidad de veces que ha usado su preciado Bugatti. Por el panel, podía ver a algunos alumnos salir de sus escuelas. Esta pequeña ciudad, tenía unas siete en total. Me puse a charlar un poco con mi compañero Liam. Que solía frecuentar, el mismo puesto al que yo voy en las tardes. Opté por platicar unos instantes con el conductor.

Disculpe señor, ¿alguna vez a visto lobos negros?

Ya para con lo mismo, deberías ir al psiquiatra. Cada vez que pasa un conductor de taxis, le preguntas lo mismo, deben de estar algo hartos de oír la misma historia -Me dijo Liam. Miró al conductor- Lo lamento mucho, a lo mejor son los nervios del cumple de su hermana. 

Oh. Ha decir verdad. De seguro han de conocer el bosque de la zona sur. Se dice que las personas que van, se quitan la vida, ¿lo han escuchado?

De hecho, mi escuela siempre nos dice que esa zona está prohibida para ir acompañado. Menos dan turismo allá, suelen evitar ese lugar por una creencia -Pensó Liam- Pero bueno. Nada que ver con lobos.

Estás equivocado chico. Los pobladores que más cerca están del bosque. Escuchan murmullos, o aullidos de lobos. Un granjero, afirma haber visto, un lobo de dos metros de alto, devorar a uno de los corderos. De allí a que llamen a la leyenda, el devora ovejas. Pero solo es una leyenda que seguro se inventó el señor. De todas maneras. Si van allí, solo encontrarán personas muertas. Los suicidios colectivos aumentaron un 49% ésta semana. También se decía antes, que los aullidos de los lobos, significarán una advertencia por parte de la diosa de la naturaleza. Sylvania. Así era como fue conocida la guardiana del bosque. Pero era una creencia antigua. De hecho el museo Nacional Histórico, tiene grabados con aquella criatura mítica de protagonista. Es muy interesante, les sugiero que un sábado vayan allí con su familia.

Muchas gracias señor, pero pasamos un poco -Le dije- ¿Hay bastante tráfico, no es cierto?

A, que bueno que me preguntas. Mi anterior cliente se quejó de lo pésimo de este servicio, cuando eran los semáforos los que fallaban. La cuestión, es que hubo fallos en la central eléctrica, que alimenta a la mayor parte de la ciudad. Se dice, que de la noche a la mañana, mucha de la energía, desapareció de golpe. Teniendo en cuenta, que esa planta energética. Se encuentra en el bosque, no me da muy buena espina, investigar allá.

Dejando el tema de lado -Dije- ¿Tardaremos en llegar?, tengo un compromiso importante.

¿Enserio?, no te preocupes joven. Tendrás tiempo para llegar a tu cita, o tu reunión. Quisiera tener esa suerte señor. Y, no, no tardamos en llegar. En unos momentos, ustedes me indican donde los dejo.

Se lo agradezco ¿señor?

Uy. No se si debería. Pero me cayeron bien. Más o menos. Soy Richard Jhones, trabajo como taxista en mis turnos de jueves a viernes. Y de guía en el Museo Nacional Histórico. A su edad, creo yo que dan tours universitarios por allá. Les juro que es la mejor exposición, aunque permanece cerrada. Se trata del casco de Zahra. Un artilugio antiguo…

Ya basta con esto. Primero, casi se me cae el pastel, de camino al metro. Luego mi amigo habla de fumadas. Y luego, me vas a contarme tu vida. Mejor hubiera ido caminando.

Lo siento. Me parece una falta de respeto que le hables a un taxista de esa forma. Yo lo llevo peor. Tratar de forma alegre a los pasajeros. Es cansino y muy pesado. Encima, luego debo de explicar la misma historia a los turistas, o visitantes. Ya se vuelve repetitivo. No me cuentes tu vida tampoco, niñato desagradecido.

El conductor, hizo una mueca de desaprobación. Al no estar tan atentos al volante. Por poco, chocamos con un coche azul que estaba cerca. Mi amigo, rápidamente. Se mantuvo callado, no me pronunció palabra por varios instantes. Aquel silencio incómodo, era lo que menos me agradaba de él. Si bien, a cada rato, lo soportaba. No lo haría todo el día. Se quejaba de casi todo. Jamás admitía, que él tenía algo de culpa. En la carretera. Solo pude observar otro parque. Donde paseaban a sus mascotas. Mi vecino Alfonso, era veterinario, pero ese día, se dignó a leer una revista de RCC. (Una forma más eficiente, que llamarla, Razones por las Cuales Charlar). Georgina Harrison, era la que se encargaba de producir, distribuir y lanzar al aire. La revista menos verídica de la historia. Escuchaba un chisme. Lo redacta, además de que lo escribe de manera que favorezca las ventas. Sin darle importancia, a los datos proporcionados por la persona que cuenta la historia. Mis ojos no se despegaban de la ventana del auto, que tenía pegatinas pegadas, del personaje de Cricket’s, creado en 1946. Por un animador independiente español. Se le considera, la primera persona, en hacer animación en 2d, usando cgi. Intenté animarlo, con la imagen de aquel personaje, en la ventanilla de un coche. Ni se inmutó. Ni mucho menos, cuando casi se produce otro choque. Observé en mi celular, la hora. Eran las 4:52 de la tarde. Pasaron unos cuantos minutos. Hasta que mi amigo, volvió a articular una palabra.

Me disculpo señor. No es su culpa, que yo haya tenido un día terrible. Le pago el doble por mi incompetencia. Soy parecido a Ulises Gael -Dijo frustrado- Arrogante, y desesperante.

Mmmm…, suena una paga justa -Dijo el conductor- Bien, chicos, ¿los dejo en la carretera Hust Dond?, buah, está bastante lejos. Conducir mucho me es agotador. ¿Saben?, la calle Tarred Road, está treinta minutos alejada.. Y mi anterior cliente. Me pidió que condujera a Zart Varg. Un lugar más cercano.

Bueno, espero no tardar mucho tiempo, no quiero llegar tarde al cumpleaños de mi hermana.

No se preocupe jovencito. Llegaremos rápido. Tanto como Osriel, eso dicen los jóvenes de antes. Ahora dicen, llegamos tan faster como Giant Man. Dejando eso, tardamos unos siete minutos. Agh, me da rabia que ese dicho cambie. Actualmente ven series de un hombre veloz, y ya no les agradan las películas que le hacían a Lisous y Hollar.

Los tiempos cambian -Dijo Liam- Pero nosotros no, eso es lo importante.

Al cabo de unos minutos. Llegamos a la calle, donde vivíamos. Nos bajamos del taxi. Liam abrió su cartera para pagarle al conductor. Se lograba apreciar una moneda antigua. He de decir, que a él le gustaba coleccionar monedas, o artilugios antiguos, entre estos. Varios objetos brillantes, o cosas con valores monetarios altos. Le gustaba venderlos, o quedarselos, porque eran regalos que su abuela le había dado. Les tenía mucho cariño. Como yo, le tenía cariño a mi gato de peluche, llamado con ternura, Tamal. Un regalo, durante las épocas de estreno de las películas animadas de Cricket. Junto a sus amigos. Me sorprendió, que en el transcurso de unos 60 años, se perdieran los vestigios de las criaturas mágicas. Regresando a lo primordial. El taxista se sorprendió y con aquella sonrisa radiante, se acercó a observar. Pero no tenía la intención de robarnos.

Menuda sorpresa, un kermán. Se dice que la persona que creó esa moneda. Fue hecho por un tal, Zoloto Villa. Esto equivale a más de 180 monedas de oro puro. Estos serían 454831 dólares en la actualidad. Teniendo en cuenta, que la moneda más cara se vendió en 18 millones de dólares. Si tienes como 3 de estas seguramente te vuelves rico de golpe.

¿Tanto vale? -Preguntó Liam, asombrado.

Pues en realidad. Depende de a quién se lo vendas. Si me lo vendes a mí, te daré la mitad de su valor original. Pero como muy pocas personas, saben la importancia de esta moneda. ¿Podrías venderme el kermán a mí?

Miré a mi amigo. Como tratando de señalar, que mejor se concentre en la fiesta de mi hermana. Liam miró por un momento al taxista. Negó la cabeza. Tomó el dinero para pagarle. Agarró el pastel. Nos fuimos directamente a mi casa. Le dije al taxista que nos deje a unas cuadras más atrás de la casa. Esto para asegurarme que no sepa mi dirección. Ya lo había hecho muchas veces. Como método de precaución. Caminamos por la acera. De repente, sentí gotas caer por mi cabeza. Era la tercera vez que sucedía. Estaba preparado. Agarré el paraguas, para que ambos no nos resfriemos. Llegué a la casa. Abrí con mi llave. Al entrar, nos recibieron mis familiares. Liam, también saludó, se le notaba algo nervioso por estar en la casa, con tanta persona adentro. Se quitó el chaleco que llevaba puesto. Lo dejó en el perchero que tenía. Fui al baño para dejar secar el paraguas. La lluvia comenzó a precipitarse con fuerza, las gotas que caían se escuchaban con fuerza. Abracé a mi hermana, para felicitarla.
-¡Felicidades Sofía!
-Muchas gracias hermanito. ¿Por qué llegaste tarde? Por la lluvia pienso yo que te agarró mojado. Dame mi regalo, porfi.
Saltaba con alegría, se le notaba la felicidad. Estaban varios de sus compañeros de clase. Con ninguno, tenía una relación normal. No me gustaba ver a otros chicos en clase. Me preocupaba que se juntara con gente rara. Pero tenía que respetar su decisión. El perro de la casa. Sombra. Cuando me vio, me siguió con cautela por la casa. Cuando terminé de mirar a mi hermana, el perro empezó a ladrar. Agitar la cola, y empezó a morder mis jeans.
-Tranquilo, tranquilo -Le dije con calma- Los pantalones son nuevos, va a haber un baile en invierno, debo de comprarlo antes de que aumenten el precio. No muerdas. Venga, buen chico.
Acaricié a mi mascota, los amigos de Sofía estaban interesados por verme a mí, pero solo me interesaba celebrar con mi familia. Estaba mi abuelo, un hombre que de momento, estaba leyendo en la habitación de arriba. Cuando subí y entré, me recibió con un fuerte abrazo.
-Hijo, que bueno verte aquí, jeje. ¿Como va todo?, ¿las clases son duras?, pese a que solo te veamos de viernes a domingo. Tu hermana tiene más interés por otras cosas. Estos jóvenes son cuanto menos curiosos, cuando tu abuela estaba viva, le gustaba pasear un rato por el campo. Ahora todo cambia, incluso ahora, que si tienen mascotas normales, no usan armas. Por cierto, ¿vieron algo sobre los héroes en clases?
-No mucho, suelo saltarme las clases de historia, trabajo en el consejo estudiantil. Estuve ocupado estos meses. Y de hecho, no he escuchado todavía la historia de los cinco héroes. Ojalá lo veamos, por tus historias se escucha fascinante.
-Lo es. Desde que tu abuela murió. Muy pocas personas recuerdan los nombres, y las criaturas que estos llevaban. De hecho, actualmente, ni los amigos de Sofía saben que en algún momento pisaron criaturas mágicas y poderosas. Y eso que fue hace menos de 100 años. El gobierno no debería ocultar tantas historias fascinantes. Oye, espero que hagas un buen trabajo, no quiero ver a mi nieto haciendo tonterías.
Abracé a mi abuelo, cuando iba a salir, me encontré a mi madre. Que estaba ocupada pidiendo pizza para los amigos de Sof.

Ay, hola hijo. Perdón por no saludarte. Estaba ocupada. A esta edad, los niños son más problemáticos. Es bueno verte por aquí de nuevo -Me dio un beso en la mejilla- ¿Vas bien en el consejo estudiantil?, ¿Cómo te sientes allá?

Voy bien, tendré una fiesta a fin de año. La organización la hago yo, y otras personas. Me siento bien, pese a ser mi segundo año, no voy mal. -Mañana terminaré las tareas impuestas por el profesor de historia.

-Perfecto. ¿Me puedes ayudar a recoger la pizza?, ten dale el dinero. Voy a hablar un poco con mi padre.

-No te preocupes, yo no necesito divertirme allá abajo para pasarla bien. Pero bueno, ¿me traes un té de manzanilla? Ahora mismo me siento cansado. Últimamente tengo un cansancio insoportable. Muchas gracias hija, por cuidar de mí. Pero nada más, ya me recupero por mi cuenta.

Me despedí de mi abuelo con un beso en la mejilla. Bajé a las escaleras. Para encontrarme con el amigo de mi padre, que, al parecer, se encontraba aquí, para dar mantenimiento a nuestro coche. Los chicos se la pasaban jugando a la consola con mi hermana, hacían desorden, tiraban envolturas de papitas al suelo. Todo esto, mientras tomaban un refresco. La mayoría de la sala de estar estaba hecha un asco. La mayoría de trofeos, y fotos familiares estaban casi rotas. Digo casi, porque nada estaba bien colocado. Estaban a punto de caer. Los demás chicos, estaban jugando en el patio. Me senté a platicar un momento con mi amigo.

-Menudo desastre. Mejor me voy, me acordé que tengo tarea -Dijo él- Calma, que es broma. Lo de irme va a ser que no. Pero creo que nos dejaron una exposición, como sea. Si quieres te ayudo a limpiar la casa.

-No es necesario, se supone que eres invitado. Puedes ver mientras, como Darles se ocupa de arreglar el coche.

-Mejor dicho, vamos, no quiero dejarte acá con todos estos chicos. Me recuerdan a mi etapa de crecimiento, me quiero olvidar de ello. Me pinte la cara de negro. De negro. Un asco total, me arrepiento.

Fuimos al taller de mi padre. Donde guardaban varios objetos que casi él no usaba. El perro me siguió, en lugar de ladrar. Se sentó un rato debajo de la mesa de reparación. El señor estaba arreglando el motor.

-Hola. Es bueno verte acá. ¿A qué viniste?

-Tu padre está ocupado en el trabajo, le vine a echar una mano. Se le nota cansado. Me dijo que tenía una reunión en la oficina, claro, eso me lo dijo hace 5 horas. El detalle es que con tanto chico, no puedo concentrarme, ya que ni los audífonos me sirven, para repeler el ruido. 

-¿Qué haces en ese tipo de situación? -Preguntó Liam.

-Fácil, inventé unos auriculares, que si bien no son estéticos, repelen cualquier sonido, usan terciopelo y espuma acústica. No es tan cómodo, pero me ayuda a usar las herramientas. El me pidió que aparte del coche, le repare el mueble donde guarda las herramientas. Se tuvo que ir en el transporte público.

-Bueno, diviértete. Supongo -Dije- Al menos no escuchas mucho.

Nos fuimos de la habitación. Ambos acordamos pasar un rato en mi cuarto. Tenía otra consola, no tan antigua. Pero no era de las nuevas. Subimos las escaleras. La mayoría se encontraba viendo la serie de televisión, Ultra-Man. Y otros estaban jugando verdad o reto. Ni idea de donde estaba mi hermana. Al entrar a mi habitación. Las figuras de Lisous, Hollar, Roc y Nataly se encontraban en la mesita. Una computadora, una lámpara en forma de Brannfulg, algo así como un pájaro fénix pero redondo. Una figura de papel maché de un dragón. El peluche de mi oso Tamal. Una foto de mi primera vez en un parque de diversiones, con un perro morado. Aquel cuaderno con un cuervo negro. Una figura de acción de Adás, un demonio helado de mi serie favorita. Junto a las sábanas de serpientes. Por último, la imagen en movimiento de un fuego con una chimenea. Me senté en mi cama. Mi amigo prendió el televisor. Y nos pusimos a jugar. Era el típico juego de peleas. El personaje que elegí, tenía ataques fuertes. Era un rey, que lanzaba hechizos. Liam eligió al personaje de una chica aviadora, que podía lanzar aviones pequeños.

-¿Siempre tienes que elegir mujer? -Pregunté- Ya pasó hace unos meses atrás.

-Ay, no empieces. Que también tú te eliges chica en vez de chico en los juegos. Como sea, mi ataque final te va a destrozar. Sombra. No te pongas encima de mis piernas, me desconcentras.

-Mira quien habla, el mismo chico que anda siempre de encimoso, si es que. Vas a ver mi ataque. Corona poderosa.

-Detesto ese ataque. No lo puedo ni esquivar. Es como si ese ataque final, entrara en la mente del rival o algo así. Pero bueno, para la próxima me elijo a la que tiene ataques mecánicos.

Cuando terminamos, decidimos jugar una ronda extra, para luego ver si llegaba el dichoso repartidor. Mi hermana entró. Parecía sollozar, se sentó en mi cama. Y se puso a llorar.

-Es un idiota. Siempre. Siempre lo supe. Agh. De verdad, menudo estúpido, todos son iguales.

Venga ya, el dragón que escogiste es muy fuerte. Si pudiera golpearlo en el vientre, a lo mejor y le hago un crítico. Además no vale, yo elegí a…, ¿estás bien Sofía?

-Calma un rato Liam -Dije- Es solo un juego. Oye Sof. ¿Todo bien?, ¿pasó algo con tu novio?, dime, no hay problema.

-Tú no lo entenderías. Me acaba de engañar con mi mejor amiga. Me fui a buscar a Sombra para jugar un rato con él, cuando subí a mi habitación. Allí estaban los dos, dándose besos. ¿Por qué?, no entiendo, llevo 2 años con él.

-Regla número uno, nunca tengas novio en la adolescencia, regla número dos, fíjate si da señales de engaño, regla tres, resuelve el asunto hablando -Dije- Mira Sof. Si algo así te sucede, estoy aquí para apoyarte. Te prometo. Hablaremos con mi madre del tema, y con mi padre cuando llegue.

-¿Cómo puedes dar tantos consejos, y ni siquiera hablar con ninguna compañera de nuestro grupo?, no entiendo -Dijo Liam- Deberías de tener novia, y no el tonto de Gael.

Vacilé un momento. En algo de lo que decía tenía algo de razón. Digo. Había muchas personas que querían tener novia. En cambio, yo no quería tenerla. Es que simplemente me aburría ligar con alguien de la noche a la mañana. Prefería jugar con mi amigo, a los videojuegos. Y si por casualidad, tuviera ese deseo de tener una persona con quien compartir mi vida. Sería conocerla, y entablar una relación cercana. No me gusta el tropo de amor a primera vista. Liam sabía eso más que nadie. Las películas de amor no me gustaban tanto, ni las de terror. En la actualidad, las considero sin alma o vacías. Porque usaban una cantidad excesiva de clichés, algo que por supuesto, no quería usar en la vida real. Me arrimé a mi hermana, le di un abrazo fuerte. Sus lágrimas recorrieron mi remera. No la solté en ningún momento. Mi abuelo estaba dentro, y ni cuenta me había dado.

-Menudos gustos tienes muchacho. Uy, hija, ¿estás bien?

-No. Mi novio me engañó, con mi amiga. Por alguna razón me siento mal. Seguro que pude estar con él mucho más tiempo. Lo odio, pero también me odio a mi misma. ¿Me podrían dejar sola?

-No mi niña. Dime, ese chico, por casualidad y, ¿estuvo contigo todo el tiempo?, ¿te llevó a un lugar?, cuéntame, si es así. No fue un buen novio, porque no tuvo la molestia de invitar a ninguno de sus futuros suegros. ¿Te dio algún regalo?

-Ahora que lo pienso… -Pensaba con detenimiento- Jamás estuvo tan atento a mí. Solo se iba a los partidos de juego. Jamás me llevó a ningún lugar. Aparte, yo tenía que comprarle los regalos.

-Recuerda que las fases son; negación, ira, depresión, negociación y aceptación. No te sientas mal por sentirlo. Al contrario, sientete feliz de poder expresarle todo eso, cuando lo veas finge que nada pasó y al final suelta la verdad de golpe. Si siguen allí, te aconsejo que les tomes una foto a esos malnacidos, y luego la muestres días después..

-Gracias abuelo -Le dio un fuerte abrazo- Hablaré con mi madre sobre esto. Te quiero hermanito, ojalá y encuentres esa persona especial con la cual compartir tu amor y felicidad.

-Oye, pero ya me tiene a mí, ¿no? -Dijo Liam- Lo siento, debo controlar mis modales. Me iré a recoger la pizza, a lo mejor llegó antes de lo previsto.

Se escuchó el timbre, me quedé un momento con mi abuelo, que empezó a revisar con detenimiento las figuras que tenía en mi arsenal, como las figuras de acción de los personajes de Hollar. Le fascinó un poco aquella lámpara nueva de Brannfulg que compré hace unos días. Las cartas de mi juego favorito. Demon Gates. Una saga de cartas, muy al estilo de las de series famosas. Con poderes, magia y puntos de salud. Una foto de mi artista favorita, Adelia Morat, que lograba efectos, como si la pintura fuese realista. 

-Esto me recuerda a aquellas épocas, donde las personas estaban más centradas en cazar mariposas. Mi esposa y yo, solíamos jugar en los parques, antes que todo esto se vuelva. Pues eso. Insulso. Tuvimos que pasar por una guerra mortal. Llamada la Guerra del Espacio-Tiempo. Fue la segunda catástrofe que pude presenciar. La primera fue el cierre de mis restaurantes favoritos.

-¿En serio?, se me hace raro, jamás he oído de esa guerra. ¿Me la habías contado antes?

-No. Me sorprende que no vean nada de esto en historia. Si literal han pasado menos de 200 años. Supongo que los gobiernos intentan ocultar el hecho de que haya criaturas mágicas. El último registro de la existencia de una, se remonta a 1986. Pero bueno, ya están todas muertas. Menos Brannfulg, que según lo que sé. El nieto de Lisous lo tiene en Londres. Y tal vez la criatura del relato.

-Es extraño que el gobierno intente ocultar algo de hace menos de 100 años. Algo extraño, digo, se acuerdan más de eso que de otra cosa.

-Sí. Pero es más fácil, con las campañas, las reglas y reformas. Y sobre todo esto, han borrado la memoria de las personas completamente. Las únicas personas que siguen recordando eso, son personas de bajos recursos, que el gobierno cataloga como no peligrosas. Y yo, que tuve un permiso de no hablar del tema, menos a mi familia, el doctor me diagnosticó como 5 años más de vida. Pero bueno, ¿como comienzo con esto?

Parpadeó con rapidez. Agarró a mi oso favorito, mientras lo tocaba con suavidad, al final lo soltó.

-Primero debes saber sobre la Guerra del Destierro, un periodo que abarcó de 1621 a 1715. En aquel momento, la primera reforma aprobada fue la reforma liberal. Y En 1513, los cinco héroes, Zahra, portadora de la corona del poder, acompañado de Draggnor, junto a otros 3 que no me acuerdo de sus nombres y claro está que la más fuerte de todas, Samira y su bestia divina Jasur. Defendieron el mundo, sin embargo todos se sacrificaron para que la última ganase. Bueno. Se decía, en mis épocas, que existían cuatro divinidades de la naturaleza, que les dieron el poder a los héroes de ganar. El fuego, el viento, la tierra y el agua. Dando, la Bendición, la Fuerza, La Valentía y el Conocimiento. Entre estas, se encuentra Hjört, la reencarnación de los bosques naturales. Puedo decirte con total seguridad, que me protegió de los enemigos en la guerra. Se dice que se manifiesta con la forma de un ciervo alado. Con melena ancha y una protuberancia en su cuello. Con doble cola. Mmmm… no logro acordarme de nada más. Ah, también se dice, que está relacionado con un árbol que se encuentra en el bosque. Lo llamamos el vergel de la esperanza.

-¿Hablas en serio? -Pregunté mientras vacilaba.

-Sí, supongo que todas las historias han desaparecido conforme pasó el tiempo. De verdad que me encantaría decir más. Pero no logro recordar nada. Los gobiernos acabaron con la vida de los conocedores de las criaturas mágicas. Menos, como ya mencioné, con los pobres y conmigo. De hecho fui yo quien acabó con todos los vestigios, pero me dejaron preservar los vestigios de la civilización donde surgieron éstas criaturas.

-¿Civilización?

En ese momento. Liam vino con la pizza. Me indicó que bajáramos para comer un poco. A lo que acepté, bajé con él para comer y disfrutar del día. Mi hermana se sentó al lado nuestro. Se le notaba algo más calmada, sin embargo aquel engaño de parte de su novio, no había terminado. Varios cuadros de mi casa, representaban algunas cosas que nos gustaban. Mi padre tenía una pintura en su colección que amaba mucho. La imagen de un hombre sosteniendo un arma grande, rodeado de fuego. Según lo que el vendedor nos dijo, fue hecha por un tal, Jonnathan Van Tour, en 1700. Aunque nos gustó más por su estética más sombría. Había una pintura de un barco alejándose, en un muelle. Mi favorita era la que se encontraba a la derecha del todo de las escaleras, la imagen de un cuervo, un búho y un jabalí. Atrás una serpiente. Me encantaba sobre todo por la elección de colores tan vívidos, aparte de que me encantaban las obras de autores anónimos.

-Oye hermana, ¿sigues bien?, siento mucho lo que pasó.

-¿Lo sientes?, no estuviste tanto tiempo con él como para saberlo. De verdad que ese chico debió arder en el infierno desde el principio. Hay, ahora lo odio más que antes. Menudo malnacido, ojalá lo jo…

-¿Darás algún tipo de discurso para tu presentación como parte del consejo estudiantil? -Preguntó Liam- -Por cierto vas atrasado en algunas materias, ¿te paso los apuntes?, digo, no entenderás nada, pero por lo menos intentaré explicarlo de la mejor manera.

-Sí, lo termino luego. Sofía, no te sientas mal por él, debes aceptarlo.

Sus lágrimas empezaron a recorrer sus mejillas, las sentí, eran algo frías. Más de lo normal. Pero solo me digné a darle un abrazo.

-De verdad que lo quería mucho -Sollozaba- Yo lo amaba de verdad, ¿por qué?

Le di una palmada en el antebrazo. Pero se fue a su cuarto antes de pronunciar otra palabra, me quedé un buen rato con mi amigo. Siempre contaba chistes de un humor cuestionable. Aunque siempre era el que trataba de equilibrar su vida cotidiana, su vida como comediante y su vida como estudiante.

-¿Cómo vas con la obra que vas a hacer? -Le pregunté intrigado.

-Bastante bien, siento que me falta agregarle un villano, imagínate que sea un ser poderoso, como un dios. O mejor aún, el dragón que custodia las joyas.

-Se siente demasiado reutilizada esa idea. ¿Sé algo más original?

-Mmmm…, tendré que pensarlo, podría ponerle alas a una serpiente de cartón que tengo desde la presentación de invertebrados de inglés en prepa.  Se vería extraño, o algo más carismático.

-¿Por qué no pensaste antes en el villano?

-Buena pregunta, ni yo mismo sé la respuesta. Aunque supongo que fue por tener un bloqueo mental. Esas cosas me suelen suceder, aunque no tan frecuente, a la mejor el taxista de hoy, sonará como un buen villano. Digo, trató de estafarnos, para que vendiéramos algo personal, con la excusa de ganar dinero fácil. Si algún día voy a ese museo, no dudaré en ponerle una calificación de 1.2 estrellas.

Pasaron unas cuantas horas, eran ya las 7 de la tarde, busqué comida en la nevera. Puesto que la pizza se había terminado, tomé un poco de sobras del pollo que habíamos comido el jueves. Le dejé los huesos a mi perro, que los empezó a mordisquear. Me senté nuevamente en el sillón, para charlar otro rato con Liam.

-Quiero que me digas algo -Le dije en un tono algo preocupado.

-¿Qué pasa?, oye, ¿de dónde sacaste el pollo, me podrías dar?, no quiero ensuciarme las manos.

Ahora te lo doy, pero primero responde, dime de verdad, ¿tú crees que nuestros trabajos serán distintos?, o ¿nos separaremos en algún momento? -Pregunté.

No creo. Hemos estado desde secu, no es tan probable que nos separemos. Puesto que ya estuvimos unidos desde antes. Yo creo que mientras más fuerte sean los lazos, menos se podrán separar.

Observé las pinturas, aparte de otros objetos que mi padre había encontrado en la playa. Como mejillones, almejas, conchas, estrellas de mar o piedras preciosas, entre estas; cuarzo, pirita, calcita y amatista. Aparte de coleccionar fósiles, de seres marinos. Un fósil de un amonite completaba la colección. También había un tequila José Cuervo de 1967. El tesoro más preciado de mi padre. Nos encantaba ir a la costa más cercana de la ciudad, la playa de Sacruzán. De momento, mi hermano mayor se encontraba afuera, por lo que no hemos podido ir de momento. Con mi amigo, subimos de nuevo a la habitación para terminar de ver algunos detalles. Fue allí donde tocaron la puerta. Cuando ibamos subiendo, tuve que bajar de nuevo, cuando la abrí apareció un hombre con paraguas, impermeable negro. Complexión robusta, algo alto, con ojos azules, tenía también cabello y barba negro. Lo abracé con rapidez.

-Padre, ¡llegaste! -Dije- ¿Cómo te fue en el trabajo?

-Bastante bien, mi reunión fue hace poco. Tuve que mover cajas al almacén, por cierto, ¿mi coche ya está reparado?, le pedí a Darles que lo arreglara. ¿Pidieron  pizza, no hijo?

-Sí, aunque ya se acabó. Todavía quedan donas y pollo de ayer -Dije señalando la nevera.

-Estoy de dieta, mejor me preparo una ensalada, ¿tu hermana comió bien?

-Depende si bien es lo que defines, que la engañaron.

-Supongo que fue su novio, ¿no?, por cierto, ya todos se fueron, menos mal, los compañeros de clase de mi hija son bastante revoltosos, ¿me ayudan a limpiar?

Llega Darles, con una especie de robot limpiador. Nos quedamos algo confundidos. Mi padre dejó su chaleco empapado, y se fue a tomar una ducha. Liam se fue a mi cuarto a jugar en mi consola. Mientras que mi hermana se fue llorando.

-Oye chico, ¿qué quieres hacer cuando seas grande?, ¿lo has pensado?, ¿no molesto si limpio un poco el lugar?

-No hay problema con que limpies, pero eres invitado. Y sobre la otra pregunta. A Liam le gustan las plantas, porque le encantaba jugar conmigo a ser herbolario, aparte de ello, se interesó en ellos, para tratarlos como seres vivos. Pero yo todavía no encuentro algo que me sienta lleno, no tengo un propósito tan grande, del cual me tenga que preocupar.

-Quise ser pintor, ¿sabes?, pero cuando accidentalmente me introdujeron al mundo de la mecánica. Me di cuenta de algo. El destino no te cambia, el destino lo cambias. Aunque a su vez te cambia. Es algo enredado. Bueno chico. Juega un rato. Debe ser agotador soportar a tanto niño puberto en plena fiesta.

-Buen punto. Si quieres, hay comida allá. Y si hay algo que te molesta, puedes ir a hablarme.

-Sí, sin problema chico. Por cierto, bonitas pinturas. Soy fan de algunos artistas. Especialmente de la que pintó a la dama Lysveig de 1400. Es la pintura que más me agrada, puesto que representa el destino. Y yo ya encontré el mío. Mi propio destino, esa pintura me refleja bien. Las pinturas son hermosas, es como la mecánica, miles de posibilidades y muchos resultados posibles, que te sentirán satisfecho cuando acabes con tus proyectos. Haz lo que más te guste. Empezando por descubrir quién eres realmente, si sabes quién eres, sabrás que serás en el futuro.

-Muchas gracias por ese consejo Darles. Lo tomaré en cuenta lo juro -Dije-  Siéntete cómodo, y relájate, esta es tu casa.

-Bueno chico, ya sube para arriba.

Subí por las escaleras, cuando el perro bajaba al mismo tiempo. Aquel perro era de lo más singular. Se comía cualquier tipo de comida sin quejarse, ni mucho menos ladraba para llamar la atención. Era más tranquilo, más relajado, no hacía ningún tipo de estropicio, siempre trataba de comportarse. De hecho, jamás había atacado a ningún otro perro, sentía en el fondo, que les tenía respeto, porque él jamás le temía a casi nada. Cuando llegué al cuarto, mi mejor amigo estaba jugando a las cartas.

-¿Quieres jugar?, ya que estamos solos, podemos aprovechar a divertirnos como antes. ¿Te acuerdas de cómo jugar?

-(Suspiré), bueno si tu quieres. Pero que sepas que no me acuerdo de nada de ese juego. Lo jugué hace años.

-Según yo, era ataque, defensa y potencia. La carta que más fuerte tenía es la del dragón rojo. Aunque según yo el hechicero oscuro tiene más ataque, pero por el otro lado, el gigante cuenta con más defensa.

Jugamos un rato a las cartas. Tenía algunas como un ratón. Un demonio, un dragón, una valquiria, una especie de sirena, e incluso guardaba mi carta más preciada, valorada en mucho dinero, la carta de un dios, que era la única producida hasta el momento. Más yo no jugaba, solo coleccionaba. Aunque no tenía el trastorno impulsivo compulsivo, me encantaba tener objetos de muchas sagas, de las cuales la mayoría de ellas, estaban guardadas en sus cajas.

-No. Vamos a la fiesta de la chica nueva. Ya sabes, Camelia. La de nuestro salón. Nos invitó para conocernos mejor. ¿Nos vemos allá?

Nos despedimos de un abrazo. Desayuné un rato en mi cuarto. Mis padres, tocaron la puerta de mi habitación. Cuando entraron, me dieron un abrazo, mi hermana también estaba allí.

-Que bueno hijo que nos decidas visitar. Ya falta poco para el invierno, te aconsejo que te abrigues bien. La ola de lluvias será fuerte. 

A lo lejos, se escuchó un trueno. Pero tenía un sonido peculiar, puesto que se escuchó más fuerte, y me sobresalté de la sorpresa. Llegó por igual mi abuelo, que sostenía un libro. Él le dijo a mis padres, que se iban a acostar.

-No sería molestia alguna, si me quedo con mis nietos ¿no?, quiero pasar un rato con ellos.

-Sin problema pá. Solo trata de no ser tan enredado con tus historias. Javier es lo suficientemente maduro como para no creerse nada de lo que digas.

-Me queda claro, que está creciendo, pero crecer no implica olvidarse de cosas.

Mis padres me dieron un beso de buenas noches. Y nos quedamos nada más mi hermana, mi abuelo y yo. Nos sentamos en mi cama, la mayoría de las cartas estaban recogidas, me faltaba limpiar mi habitación. Ponerle seguro a la puerta, para que nadie entre durante la fiesta, era una buena idea, y lo bueno era que no tenía que limpiar mucho. Mi abuelo abrió el libro con cuidado, salió bastante polvo de él. Supuse que había estado en la alcoba durante mucho tiempo. Ese lugar ni la señora que limpiaba mi casa, se atrevía a tocar, puesto que tenía tanto polvo e insectos, que nadie abría aquel sitio.

-Menudo polvo tenía la alcoba -Tosió mi hermana- La alcoba siempre está asquerosa.

-Ah, sí. De hecho estaba en mi habitación. Pero bueno. ¿Qué pueden notar aquí?

Al observar bien, era la foto de mi abuelo de joven, cargando con un arma. Al lado de un señor que parecía ser un militar. Eran tres personas, un militar, un sargento y mi abuelo. Todos ellos detrás de un árbol de aspecto peculiar.

-Son tres personas, ¿eres tú de viejo?

-Sí. Este es Martín, era un militar encargado de la sugestión de provisiones y también otorgaba datos sobre nuestros enemigos -Señaló al militar- Y el de acá -Dijo señalando al sargento- Es el sargento Darret, era uno de los hombres más fuertes de toda su época, sin embargo falleció a los 89, por causas naturales. Aquel árbol es el vergel de la esperanza. -Ya sabes, el que te conté hace poco. Este es un símbolo de nuestra historia. Si quieres te resumo la información Sofi.

Le resumió todos los detalles que mi abuelo me había mencionado. Sobre todo lo que tuvo que pasar en la guerra. Sin embargo se saltó algunos detalles.

-Hay una cosa que en ningún momento dije. Se trata de un acontecimiento y la razón por la cual los gobiernos prohibieron hablar de las criaturas mágicas. Sin embargo, hasta que pase un año, no puedo mencionar nada, está en mi contrato. En todo momento me vigilan, e hice un juramento de sangre.

-¿De sangre? -Preguntó Sofía.

-En efecto, hice un pacto de sangre con una persona. De la cual no puedo mencionar nada. Si lo digo antes de tiempo, moriré, como le pasó a Martín cuando reveló todo al público, pese haberlo jurado.

-Ufff, bueno abuelo. Siempre es importante saber más acerca de nuestro mundo, te lo agradezco -Dije.

Sofía salió corriendo a su habitación. Cuando mi abuelo iba a irse me dijo un detalle importante.

-No solo es información simple. Todo lo que les he contado, recuerda que casi nadie lo conoce. Es desconocida eso que te he dicho a ti y tu hermana, supondrá parte fundamental para hacer entrar en razón al gobierno.

Apagó las luces. Me fui a dormir, dejé a mi peluche Tamal en la mesita de noche. Por lo que pude descansar bien aquel día.

Etiquetas: corona david poder

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS