Mi pelo de juguete.

Pinchaba, y me hacía cosquillas. Era suave. 

–¿De qué te ríes, cariño?

–Mamá, pincha, mira.

Me gustaba mucho la mano de mamá. Era suave. Quería mucho a mamá.

–Pincha, porque ya estás buena.

Me gustaban mucho también sus besitos pompa.

–Y ya vas a poder jugar con tus juguetes. 

Mamá siempre cantaba en vez de hablar.

–Mami, me gusta cuando te ríes, y no me importa eso. 

Yo también tenía a veces la cara mojada. Pero seguían sonando bien, los besos pompa. 

–No estoy llorando, cariño. – Besito pompa. – Se me ha metido un bicho en el ojo. 

–  A mi también a veces, pero les dejo. 

–¿Ah si?

–Luego me siento mejor, y ellos se van. – Besito pompa. – Ya no me dan miedo los bichos que mojan caras.

Me gustaban los abracitos de mamá.

–Este año, te dejo elegir a ti los regalos de tu cumple, mi amor.Lo que quieras. – Besito pompa.

Me hacía gracia. Picaba. Y me hacía cosquillas. Pero aún no tenía pelo.

– ¿Qué quieres que te regale, cariño? ¿No quieres nada?

– No.

–¿Una muñeca?

–No.

–¿Ropa?

–No.

–¿Una bici?

–No, mami.

–¿No quieres nada?

–Si. – Sonreí a mami. – A ti te quiero. Aunque tengas muchos bichos mojados.

 – Yo también te quiero mucho, cariño.

 – Y a papi. También le quiero.

– Pero algún juguete querrás, cariño. 

–En el médico, había muchos niños como yo, sin pelo, y no querían estar con sus juguetes.

– ¿Y qué querían, pues?

– Jugar conmigo. Yo también quería jugar con ellos. 

–¿Entonces, ya no te gustan los juguetes?

– No. Ahora me aburro con ellos. – Besito pompa. – Quiero juguetes nuevos, que sean como los viejos, pero mejores.

– ¿Y eso cómo puede ser?

Me hacía reír. Pinchaba, y me hacía cosquillas. Era suave, mi cabeza. 

–Dicen que donde hay pelo, hay vida, ¿ Lo sabías? – Besito pompa.

– Pues regálame pelo, mami. Regálame siempre mucho pelo , en vez de juguetes.

Y mamá me dio muchos, muchos besitos pompa. Con más bichos mojados. 

Me seguía haciendo reír, me pinchaba. El pelo. 

Era suave, en mi cabeza.