En mi pueblo anochecía antes que en cualquier otro lugar del mundo o eso me parecía a mi. Mi madre cerraba las puertas de la casa a las cinco de la tarde y casi nunca volvía a abrirlas hasta el amanecer. Algunas noches venía el primo de mi padre a visitarnos para traer noticias del pueblo, se sentaba junto a la chimenea y atizaba la lumbre. Mientras mi padre permanecía tumbado en el sofá, aveces le susurraba al oído para que mi madre , mis hermanos y yo, no nos enteraramos. Pero yo podía escuchar de qué hablaban porque era muy friolera y me sentaba siempre junto a la lumbre . Les escuchaba, aunque entendía solo palabras sueltas, como preñá, querida, préstamo, y cosas que no entendía . Yo entonces disimulaba mirando las estrellitas que salían de las ascuas rompíendo en colores naranjas, rojos , amarillos. Se ha muerto fulano y la familia ha puesto en venta la casa, mi tio sentenciaba en voz alta para disimular.
Mi madre jugaba a las cartas con mis hermanos , yo estaba sentada en la silla pequeña junto a la lumbre , moviendo en círculos un palito encendido. No muevas así el palo que te harás pis en la cama, me decía mi madre. El primo de mi padre movía monedas en sus bolsillos mientras susurraba en el oído de mi padre palabras sueltas; aborto, paliza, comunistas.Yo siempre creí que era millonario porque los bolsillos le abultaban como sacas de monedas .
El timbre de la puerta sonó, todos nos miramos , mi madre , mi hermanos y mi tío. Mi padre se levantó del sofá y fue a abrir la puerta ¿Cómo está tu hijo? le preguntaron. Lo vimos caer de la bicicleta y lo levantamos mareado del suelo, queríamos traértelo, pero al rato se despertó y dijo que no hacía falta . Mi hermano se tapó con su flequillo el chichón de su cabeza. Nadie dijo nada, al rato escuchamos unos golpes muy fuertes en la calle. Salimos todos, también mi tío. La sombra de un gigante levantaba una piedra enorme y la tiraba contra la bicicleta de mi hermano, tantas veces que la dejó sin ruedas y sin asiento. Esa noche se hizo de noche tanto, que la noche duró muchos días. Todos regresamos a la lumbre en silencio. El primo de mi padre no volvió a casa en mucho tiempo.
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