Para Oda
14-dic-2024
Qué daría porque tus dedos elementales y ligeros
tan solo me escribieran un fugaz «hola»
y rompieran esta concha metálica
en la que se inhala un incienso de cadáveres.
Esa simple palabra encarnaría la gota que aliviaría a un sediento…
el centavo que cualquier harapiento atesoraría con júbilo…
regocijado ante tu saludo se apretarían mi alma y mi corazón
como un puño triunfante en un cosmos desequilibrado
que carece de la voluptuosidad de tu efigie
a la que aún adoro de esta manera turbulenta y extraña.
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