Querido amigo: ayer se descargó una furiosa tormenta que, entre otras molestias, provocó cortes de energía que interrumpieron el internet. Iba y venía con. intermitencias. Eso impidió que pudiera establecer con vos el contacto fluido que, como habrás observado en mi saludo, esperaba ansioso tener. Entre que no veo y eso, me quedé corto de suministro de información. Estoy escribiendo esto y, mientras lo hago, el internet volvió a cortarse. Yo sigo, por las dudas de que regrese. Cosa que ocurre en este mismo instante. De modo que, la situación es absolutamente kafkiana. Aprendí a usar el término kafkiano hace muchos años y sin claro conocimiento de su connotación. Yo lo aplico cuando sucede algo sucedible pero que confunde al intelecto. Característica de los relatos kafkianos donde sucede lo sucedible pero dentro de una maraña de acontecimientos que atacan el sistema nervioso del lector. Me preguntás si voy a participar de la nueva convocatoria. Y mi respuesta es: no lo sé. Y mi ignorancia en ese aspecto tiene una serie de componentes. Estoy enojado con los organizadores por las irregularidades con que fallaron en la convocatoria anterior. Si participo y ocurre lo mismo, no sería como tropezar dos veces con la misma piedra? Lo que me haría pasar del estado de víctima inocente a la condición de pelotudo irreversible. Es cierto que toda esta situación, que empezó el día que publicaron el fallo y se extendió hasta ahora que publicaron la nueva convocatoria es, también. total y absolutamente kafkiana, lo que podría estar devolviendo algo de coherencia al estilo de los organizadores. Pero, y quizá sea esta la razón más razonable: si he predicado el ateísmo durante tantísimo tiempo, aunque fuera honesto de mi parte reconocer que encontré a Dios, no sería al mismo tiempo poner al descubierto, también, que durante tantísimo tiempo he sido un terco y obcecado imbécil? O, dicho en términos menos kafkianos: si despotriqué como despo triqué contra FT cuando la ocurrencia de lo ocurrido, ahora hago como que no pasó nada, agacho la cabeza, por no decir que me bajo los lienzos, y me entrego al verdugo para que me decapite? Finalmente, hay otro motivo, contundente e inapelable: no he escrito, ni escribiré, nada que pueda publicar y que sea publicable.
PD: iba a enviarlo, justo cuando ha vuelto a irse el internet.
OPINIONES Y COMENTARIOS