«Eco de Anhelo»
Degollame, arazá conmigo, hace lo que tengas que hacer porque así será.
Privame y haceme puramente nada y solo nada.
El instinto me carcome, porque
¿qué sucedería si no me rindo ante aquello?
¿y qué si me deslizo por el costado para que así estés tranquilo y sin destino sigas tu camino?
Me privo de anhelarte porque sé que hasta el más mínimo indicio de eso me demacraría hasta el solsticio de primavera.
Así, incluso jugando con las hojas de los árboles vos seguís ahí
, fijamente reflejando mi sombra; y eso es lo que más me aterroriza.
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