Aquí está el PARAÍSO! me dijo un señor trajeado que me picó en la puerta del coche lanzándome una revista.

No logré encontrar mis gafas, así que me quedé sin saber dónde está el paraíso y para colmo sin piso, porque me desahuciaron. Al despertarme encogido y dolorido, vi en la guantera de mi viejo coche las gafas y la revista tirada por los asientos de atrás. Busqué el paraíso pero solo ponía que estaba en el infinito cielo. Gracias a mi viejo móvil y a Google por fin iré al verdadero PARAÍSO.

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