Y fue un 4 de septiembre de 2016, cuando fue la primera vez que utilicé Blablacar, el motivo, el destino, conocer al amor de mi vida. Yo, de Murcia y ella, de Valencia, nos disponíamos a quedar en un punto intermedio “Alcoy”, ella en Blablacar como pasajera y yo en Blablacar como conductor. En el trayecto yo iba con muchos nervios y gracias a los pasajeros se me hizo el viaje más ameno. Horas más tarde, nos encontramos por primera vez en el destino elegido. Después de todo el día juntos (el mejor día de nuestras vidas) yo retornaba el camino a Murcia y ella a Valencia, pero casualmente le cancelaron su viaje y no tenía como volver. Eran altas horas de la noche y no tenía como volver a Valencia por lo que yo, sin saber lo que iba a pasar entre nosotros me dispuse a llevarla y por consiguiente regresar de inmediato. Era domingo y ambos trabajábamos al día siguiente. Y fue ahí, en ese trayecto donde sucedió, dónde se forjó definitivamente la relación que 8 años y pico después sigue a flote. Y así fue, lo que sucedió en el coche, que durante los primeros 5 años utilizara Blablacar cada fin de semana para poder reunirme con ella. Y los 3 años restantes, viajando juntos a Murcia para poder ver a mi familia pero ya no solo, si no, con ella, con el amor de mi vida. Por tanto le debo mucho a Blablacar por haberme hecho mucho más fácil los trayectos, por haber conocido a infinidad de gente pero sobre todo por ser partícipe de mi historia de amor. Y así fue lo que sucedió en el coche, y lo que sigue sucediendo junto con el amor de mi vida.
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