No todo es lo que parece en BlaBlaCar

No todo es lo que parece en BlaBlaCar

Salí de casa disparado porque llegaba tarde al BlaBlaCar. Iba de traje, tenía una reunión muy importante, la cual nadie sabía, ni siquiera la persona con la cual la tenía.

Llegué al punto de recogida.

– Justo a tiempo – pensé.

Salude a las dos personas y entre, cuando iba a articular la primera palabra mi teléfono sono, mi mujer, trato que sea rapido pero se alargó a 30 minutos, acabó la llamada con un “cierra el negocio, te amo”.  La primera impresión se echó a perder. 

Comenzamos a entablar conversación, todo fluía muy bien. 

– ¿A qué te dedicas? – pregunté al que está a mí lado.

– Hago negocios, ¿y tú? – contestó.

– A las ventas, soy vendedor de artículos de defensa personal – dije.

Mientras soltaba el speech, iba recordando mis conocimientos más básicos y fundamentales para una venta de éxito.

 Contacto visual, con esto creamos confianza.

 Sonrisa,  damos la sensación de confort.

Entusiasmo para crear interés.

Así lo hice.

– ¿Qué estás vendiendo? – preguntó.

– Municiones de la 2 guerra mundial provenientes de Alemania – respondí.

– Quiero 2 millones de calibres 50 y 4 de AK – dijo.

Nos dimos un apretón de manos

y  mi móvil sonó, lo cogí y entonces lo primero que escuché fue:

– No respondas, estás en el coche equivocado y si has cerrado el negocio lo has hecho con la persona equivocada.

«En mi mundo si cierras un negocio con un apretón de manos es sagrado, si lo rompes tu vida y la de tu familia corre peligro.»

En lo cual me vino a la mente las últimas palabras de mi mujer.

-¿Como sabría lo del negocio? – pensé.

– Mi amor cerré el negocio, cuando llegue a casa hablamos – respondí.

– Entiendo tú situación…tienes que matarlos, sino no podrás librarte de esta – contestó.

– vale cariño, te amo – colgué.

Abrí mi maletín.

– Te voy a enseñar la calidad de las municiones – dije.

 Saque una Desert Eagle y se la di.

Paramos en medio de una vía con un bosque alrededor. 

Nos adentramos al bosque, él disparó dos veces a un árbol y me rei.

– ¿Crees que lo harías mejor ? – dijo.

– Si – respondí.

Quedaban 3 tiros, recordé las palabras del tipo del teléfono, lo hice sin dudar, los maté y entonces…

Continuará …

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