Sigo siendo «Sofía BlaBla» en el móvil de Chris

Allá por diciembre de 2015 yo era una chica de 28 años un poco desubicada en su vida y con una resaca descomunal que tenía que volver de su pueblo, Vilches (Jaén) a Granada, donde vivía y trabajaba. Busqué un BlaBlaCar desde Linares a Granada, y reservé con Miguel Ángel, un conductor que recuerdo súper amable. Me monté atrás, ya que delante había una chica y yo estaba hecha un trapo, por lo que no me veía capaz de ser copiloto decente. Pasamos a recoger al último pasajero, en la puerta de la piscina Benidorm. Allí se montó Christian, un chaval que se presentó como italiano, ingeniero (un sobrado, pensé yo…pero qué mono es).

Cruzamos algunas conversaciones, entre todos, y en concreto con Christian, coincidíamos en temas fundamentales (música, festivales, viajar, amor por Graná…) y en mi agonía resaquera conseguí parecer decente de palabra (la imagen era lamentable, jaja). Cuando llegamos a Granada y me bajé del coche, di las gracias y me despedí… miré directamente a Christian y nos sonreímos. 

Al día siguiente, puse una opinión al conductor en la web de BlaBlaCar y vi que Christian también había puesto una. Miré la foto de su perfil de BlaBlaCar mil veces, y no sabía si pedirle al conductor su teléfono, pero pensando fríamente ya sin la resaca, no quería parecer una desesperada.

4 días más tarde, en nochevieja, nos encontramos en el Planta Baja. Lo atrapé en la barra y le dije: ¿tú cogiste un BlaBlaCar desde Linares hace unos días? A lo que me contestó: Eres tú! 

Y bueno…casi 9 años después somos pareja (de hecho), vivimos en Madrid (donde me mudé) y tenemos millones de planes de presente y futuro. También sé que él pensó lo mismo que yo desde que me bajé del coche. Fardo de mi historia de BlaBlaCar siempre que me preguntan cómo nos conocimos, porque además de ser mi historia de blabla es la historia del amor de mi vida.