“SI LEES estas letras, alégrate, porque es una deuda de vida escrita con pasión. Cuando termines, déjalo en su lugar. Compartiremos entre todos, una buena causa”.
Así comenzaba una carta que jamás hubiera roto. Esto pensó Sofía, al encontrarla en el asiento trasero de un blablacar, perfectamente doblada. Con una grafía redondeada, directa y sincera, narraba:
“Desde pequeña recorría andando diez kilómetros para llegar a clase de lo más parecido a un colegio. En mi aljaba, un mendrugo untado de lo poco que en mi casa se podía comer. Cuánta ternura la de mi madre que, como tantas, realizan el milagro y consuelo del destino de sus hijos. Un lápiz de carboncillo, una resma de papel, y un pellizquito de ilusión por saciar el hambre de cordura. Fuera invierno o estío, en mis únicas botas estaban escritos cada canto de piedra, y un clavo por año para esa puntera que se alzaba de forma natural. Mis ojos se impregnaban del hábitat que te agasajaba con un gesto amable. Aprendí el respeto allí donde las estrellas alumbraban cada huella de nuevos anhelos. Sabía que mi madre andaba cada año descalza tras ‘El Humilde’ pidiéndole por ésta chiquilla de zapatos rotos, que dijo un día ser escritora para contar el valor y respeto a la vida. Cómo me duele recordar tanto amor. Pero una promesa se cumple, y al despertar deseo que con tu lectura demos un beso a esa madre, que como la tuya, sonríen desde sus cielos sabiendo que la ilusión de sus hijos está cumplida. Observa a través de la ventana de este coche cada instante como un álbum de la vida, esa que pasa sorprendentemente rápida, pero que siempre estas a tiempo de parar, bajarte y regalarle una sonrisa. Disfruta del tiempo que se te brinda, y sé respetuoso y agradecido de todo aquello que otros nunca pudimos disfrutar. Merece la pena.”
A Sofía se le estremecieron las entrañas. Doblando cuidosamente dicho escrito, lo dejó tal cual lo encontró. Al llegar a su pueblo en el valle, una salina lágrima se deslizó por su mejilla, diciendo: “Gracias, por tu amabilidad. ¡Qué bonito ha sido llegar hasta aquí! Bendito viaje”.
OPINIONES Y COMENTARIOS