La suerte puede ir en BlaBlaCar

El 29 de junio, el día en que todo estaba
planeado, mi amiga Cris me llama para darme una noticia bomba: tiene
neumonía.

¡Neumonía!
¿Y ahora qué hago? Acabados nuestros estudios, teníamos previsto ir juntas en su coche a Ibiza
para empezar a trabajar. El ferry salía el día siguiente, pero claro, con mi amiga
fuera de juego, todo se desmoronaba. Miré horarios de trenes y
autobuses, pero nada cuadraba con la salida del barco. Un desastre.

Entonces,
se me ocurrió la idea salvadora: BlaBlaCar. Crucé los dedos y al momento encontré un trayecto de Córdoba a Valencia. “Perfecto”,
pensé. Lo que no esperaba era lo que me deparaba ese viaje.

La
persona que me recogió, procedente de Huelva, era una chica simpatiquísima.

Mientras
metía mi mochila en el coche, me dijo con una sonrisa: «¿Sabes
qué? Yo también voy a Ibiza». ¡Increíble! Ni siquiera
tendría que preocuparme por el barco, ella también lo tomaba. La
suerte empezaba a cambiar.

Desde el momento en que nos
subimos al vehículo, la conexión fue inmediata.

El
viaje en su coche fue un no parar de hablar y reír. Para cuando
llegamos al puerto, ya parecíamos amigas de toda la vida. Y si el
viaje en coche había sido divertido, el trayecto en barco lo fue aún
más. En mitad de una charla sobre la vida, me mencionó casualmente
que había participado en Gran Hermano. Yo, al principio, no le creí,
pero luego me mostró su Instagram y ¡madre mía! Tenía miles de
seguidores.

Le
conté que acababa de grabar EP con cuatro canciones, y ella, con
toda la naturalidad del mundo, me pidió escucharlo. Me sudaban las
manos de los nervios mientras se ponía los auriculares, pero a los
pocos minutos me dijo: «¡Me encanta! Lo voy a poner en mi
playlist de Spotify». Y así, sin más, subió una historia a
sus redes recomendando mis canciones.

Para mi, lo que empezó como
un simple viaje en coche terminó en una amistad inesperada y,
gracias a aquel trayecto fortuito, ahora mis canciones están sonando
por todas partes.

Todo por un viaje en coche
que no tenía ni pensado hacer y que cambió mi vida.

Resulta
que la suerte sí puede ir en BlaBlaCar.