No se enteró que el corazón gritaba por el momento. El tenerla encima de mis piernas sentía que se me atravesaba un orgasmo desde la coronilla hasta la vagina. Ya no podía ignorar que mis órganos estaban de fiesta. Mis amigas seguían hablando simplezas al tiempo que viajabamos en el coche de mi papá. Ya no puedo más, mi amiga me gusta y no sé sí pueda soportar que mis manos dejen de acariciarla.
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