Gritos de amor

Gritos de amor

Cint

12/09/2024

Capítulo 1: Un desconocido agradable

Un terrible virus se apoderaba del mundo, el aislamiento social cada día se alargaba más meses, pasó todo un año sin salidas con mis amigas de la universidad, mi único amigo el computador, pasar en redes sociales mirando las nuevas tendencias, hacer más amigos virtuales y hacer un poco de ejercicio gracias a YouTube eran mis días, aunque tenía días en que escribía en mi diario sobre lo que veía en noticias tras el virus, las tareas, y sobre lo que pensaba sobre el nuevo chico que estaba conociendo, Louis Vezccha, un chico que agregué al Facebook, revisé un poco sobre él, me llamó la atención su perfil. Pasaron los días, entre las tareas de la universidad y las cosas que tenía que hacer en casa con mi mamá y mi hermano se me iban los días. Llegó el fin de semana, al fin, los planes de los fines de semana son preparar postres con mi hermano y ver alguna película animada, este fin de semana fue diferente, todos habían viajado de visita a mi abuela, en realidad fueron a traerla a casa para que viva un tiempo con nosotros, por el tema del virus, debíamos tener cuidado con ella por su estado de salud y su edad. Era sábado, me sentía tan sola, me dediqué a mirar las publicaciones de mis contactos en las redes sociales, entre tantas publicaciones, encontré una muy curiosa, consistía en compartir una imagen que decía: «Coloca tu número de WhatsApp para acabar con el aburrimiento», no dudé y publiqué esa imagen entre mis historias de Facebook, la verdad no creo que alguien responda a esta tontería, esa fue mi actitud y sin más me quedé dormida.

Al día siguiente, escucho voces, me despierto muy asustada, con cuidado busco mi teléfono para ver qué hora es, eran las 10 de la mañana «Ufff maldita sea, he dormido demasiado y no he hecho nada aún», rápidamente me coloco las pantuflas, voy al baño a asearme, peinarme y colocarme una ropa cómoda para limpiar y preparar la comida eso antes de que lleguen mis padres con mi abuela, no tardé ni cinco minutos y bajé, todo parecía estar en orden, parece que nadie había llegado, y lo que había escuchado era la bulla de los vecinos, a pesar que estamos en confinamiento por el virus, ellos no saben el significado de «cuidar nuestra salud». Como no había pasado nada de lo que imaginaba, me siento más tranquila, subiré a mi cuarto por mi teléfono y colocar algo de música para terminar con todo más rápido. Mientras cargaba el wifi en mi teléfono buscaba el cargador, cuando me empiezan a llegar las notificaciones de Facebook, me asombró ver que 5 personas habían dejado sus números para agendarlos gracias a publicación que había compartido, pero como mi problema urgente ahora es terminar con todo lo que mi madre me había dicho que haga, después veré eso, además nada se eliminará. 

Sonaba «New Romantics» de Taylor Swift, ella es mi artista favorita en todo el mundo, bueno aparte de Shakira y entre otras, la verdad es que mis gustos musicales son muy diferentes. Eran las 12:30 de mediodía y al parecer había terminado con todo, pero por si me había olvidado de algo, preferí revisar toda la casa para verificar que todo esté bien, menos mal que lo hice, mis pobres conejos estaban muriendo de sed, les había colocado sus zanahorias, pero sin agua, definitivamente cuando tenga mis hijos los mataré de sed o quizá de hambre con lo despistada que soy.

Al fin, terminé, ahora iré a bañarme para comer mientras miro alguna serie en mi teléfono, aprovecharé ese placer ahora que estoy sola, porque mis papás no permiten comer con ningún aparato encendido, es de mala educación dicen ellos. Genial, qué delicia es salir de la ducha, colocarme crema y acostarte un momento sobre tu cama, un placer tan delicioso que solo Sanne puede disfrutar, bueno ya pasé un buen rato aquí, debo comer, descansar una hora y realizar ejercicio.

El descanso terminó, me serví algo de ensalada y pescado, la serie «Dónde está Sara» era mexicana, no tenía tantas expectativas, pero el suspenso y el drama son lo mío, miré tres episodios allí mismo, me aburrí y dejé todo limpio en la cocina, me dirigí a sentarme al frente de la ventana, revisé los números que habían dejado unos chicos, solo tres me llamaron la atención, y dentro de esos tres estaba Louis Vezccha, lo agregué a mi contactos, y le escribí un «Hola, soy Sanne Zevaz dejaste tu número en Facebook» y así a los otros dos chicos más. Eran las nueve de la noche y mis papás no llegaban, los llamaba y no respondían, ante esta situación yo soy muy pesimista, siempre pienso lo peor, mi mente pensaba que ya me había quedado huérfana, hasta me imaginaba el accidente, o un secuestro, todo se calmó cuando mi madre llamó y dijo que estaban cerca y que esperaba la casa en orden y reluciente, claro nunca dijo un «Hija, todos estamos bien, ya llegamos». Mi madre puede parecer no tener corazón, pero sí lo tiene, y sentimientos también.

Mientras esperaba, me llegó el mensaje de respuesta de Louis, decía: «No pensé que me ibas a agregar y hablarme», esa respuesta me causó mucha gracia, que acaso tengo cara de ser una malvada, ni que fuera mi madre dije en mi mente. En sentido de que no era así, respondí con emoji riendo, pareciendo que estaba en lo incorrecto y obviamente era así, dejé cargando el teléfono y fui a recibir a mis padres, ya habían llegado. Mi madre y todos se dirigieron a las duchas a lavarse como prevención para el virus, luego serví la cena, estaba cansada, así que me despedí de todos y subí a mi cuarto, la verdad es que las noticias en la televisión sobre las muertes de personas por el virus me hacía daño, la muerte me causa mucha tristeza.

Me acuesto y me coloco a escribir en mis notas, luego reviso mensajes y allí estaba el chat de Louis, debo admitir que ya antes había revisado su perfil en las demás redes sociales, parecía no tener pareja, dedicarse a estudiar y ser gracioso, todos los días hablábamos, él me hacía reír mucho y yo a él, aunque no le contaba mis cosas personales, cada día conocía cosas buenas sobre él, con esto no quiero decir que me guste como más que un amigo o sí, mi mente muchas veces me asusta con lo que llega a pensar, dejé pasar ese pensamiento, hasta que una noche de insomnio nos pusimos a jugar retos de preguntas, esas preguntas eran muy personales, mi curiosidad ganó y acepté jugar, Louis enviaba sus respuestas primero, luego yo. Me asombró su respuesta a la última pregunta, decía que sí le gustaba y era porque le parecía una chica estudiosa, de buenos sentimientos, muy linda, que nunca había conocido a alguien así. Pero si esto era un juego o no, Dios y ahora qué, debo responder casi igual para que no se sienta mal, está bien, lo haré por él, porque es un chico bueno y si lee que en esa pregunta yo coloqué que no y que porque nunca he estado enamorada y que ni sé qué es el amor, fácil se burla. Enviadas las respuestas yo tenía sueño y me despedí de él, aunque mi mente curiosa quería quedarse un rato más para saber que más me decía Louis, pero no le iba a dar el gusto, además este chico no es mi tipo, en sus fotos sale como cualquier chico, además no olvidemos que yo aún sigo enamorada de Alexander, el chico que me gustó desde la primera vez que lo vi por los pasillos del colegio y aunque tenía 13 años y nunca habíamos llegado a ser algo más que amigos porque éramos niños y sobre todo por el miedo a mis padres, mi corazón siempre ha sentido que él es mi único amor y quizá cuando termine la carrera nos encontremos nuevamente y logremos ser novios y casarnos. Sí sigue soñando Sanne, obvio que sí por eso voy a dormir, parezco loca hablando conmigo misma, vaya que sí lo estoy.

Capítulo 2: ¿Un nuevo problema?

Un nuevo día a comenzado, tengo muchos pendientes por cumplir, espero no morir en el intento, vaya yo soy una chica que puede con todo, despertar con estos pensamientos es como felicitar a mi propia mente (risas). 

¿Madre necesitas ayuda en algo? – Pregunto antes de salir con mi padre al mercado, ella respondió que no hacía falta nada. Salir con mi padre a realizar las compras de casa también es mi pasatiempo favorito, solo íbamos una vez cada 15 días y salir al mercado aunque suene loco me relajaba. Espero que el aislamiento social termine pronto, extraño mi vida como era antes, mis amigas, mis clases de baile, ir a la playa, caminar mientras escucho música con mis audífonos, en fin mi vida antes de esta desgracia mundial.

¿Papá ya está todo? – Pregunto mientras coloco todas las verduras en el carro.

– Sí ya está todo Sanne, no olvides colocarte el protector facial. Respondió

No, mira parezco un astronauta con todo lo que traigo puesto (risas), es inevitable no reír con mi padre cuando estamos juntos.

Llegamos justo a tiempo para alistarme y escuchar mi clase de Filosofía, eran las 11 de la mañana, y una desgracia invadió a mi casa, cortaron la energía eléctrica, pero qué, ni siquiera había colocado a cargar mi teléfono, y mi clase, hoy dije al despertar que tendría un gran día, o al menos eso manifesté, pero siempre parezco traer un imán que atrae desgracias. Ahora qué hago, ni modo, luego revisaré la clase, felizmente todas las clases son grabadas, la tecnología de ahora es toda una maravilla. 

Desperté de una larga siesta y fui a la biblioteca de mi madre a tomar algún libro para leer, esperaba encontrar uno nuevo, porque todos ya los había leído al menos dos veces cada uno, la habitación estaba oscura, ni cómo encender el interruptor porque ya sabía que no había luz, pero lo intentaré por si ocurre un milagro, y vaya ya había luz, subí corriendo a mi cuarto a colocar a cargar mi teléfono como encender el computador.

Pasaron quince minutos y mi teléfono parece sufrir un ataque, no dejaba de sonar, reviso y habían 89 mensajes, 15 llamadas y mensajes al buzón de voz, me asusté tanto que dije algo malo le ha ocurrido a Gled, ella es mi mejor amiga desde que cumplí los 5 años, no existe persona en el mundo que conozca todo sobre mí mejor que ella. Y ella es la única que tiene ese pequeño detalle de volver loco a mi teléfono. Sin revisar más a detalle, marco su número.

– Hola loca, dime ahora qué tragedia te ha ocurrido

– Estaba durmiendo, ¿qué sucede por qué dices tragedia? – Responde Gled

– ¿Cómo?, pero acabo de encender mi teléfono y tengo varias llamadas y mensajes, solo se me ocurrió una persona y como te conozco, creí que se trataba de ti. 

– Jajajaja estás chalada, yo no te he llamado, he estado todo el día ocupada, revisa bien de quién se trata. – Responde Gled con una risa burlona y colgando la llamada.

Vaya entonces sino ha sido ella, quién fue, esto me asusta, no es normal, con la curiosidad en mi mente, reviso las llamadas y eran de un número desconocido, y los mensajes de voz preguntaban si yo estaba bien. Pero, ¿quién es esta persona?, Ingreso a mis mensajes y allí estaba Louis, ¿realmente estaba preocupado por mí?, esto me pareció una exageración de su parte, ni mi amiga se preocupa por mí así de esta manera y él sí. Responderé con un «todo bien??», ni bien envié el mensaje, me respondió: «estás viva, eso es bueno creí me habías dejado viudo». Pero qué?, qué le sucede a este tipo, ni siquiera me conoce y ya tiene confianza para escribir algo así. Lo ignoré totalmente, está bien que conversemos casi todos los días, y nos hagamos reír, pero eso no quiere decir que  haga esto, está loco. 

«Uhhh vaya en qué problema te has metido Sanne y todo por acabar con el aburrimiento de un fin de semana», no inicies cabeza loca, tú y yo sabemos que nunca hemos hecho algo para que ese chico haga esto, pero ignorar el que se haya sentido preocupado por mí, ningún chico lo había hecho antes. Llamarlo estaría bien para disculparme por mi frialdad y dar gracias por todo?, no lo sé, le preguntaré a Gled, para que me aconseje qué debo hacer. Sí, eso haré.

Sanne: Hola Gled, mira todo lo que me ha enviado el chico nuevo, parece que se ha preocupado demasiado por no haberme conectado hoy en todo el día, me parece raro que haga esto si ni siquiera me conoce. 

Gled: Sann, esto está más que obvio y yo te lo dije, el chico está enamorado de ti, y es que como no enamorarse de una chica tan dulce y linda como tú.

Sanne: Pero qué dices, estás más loca que de costumbre, cómo se puede enamorar una persona sin conocerla, quizá se trate de un psicópata.

Gled: No exageres, si fuera un psicópata no tendría publicaciones de su niñez, y este lo tiene, yo creo que debes dejar que todo fluya, con cuidado pero qué puedes perder, quizá el puede conquistar ese frío corazón de Sann.

Sanne: Qué graciosa, lo dices porque aún no he tenido un enamorado, y es porque nadie me llama la atención, hay lindos pero sin cerebro, otros con cerebro pero no son lindos, yo espero encontrar esas dos cosas en un solo chico.

Gled: A ese paso llegarás a los 30 sin haber dado ni siquiera tu primer beso jajaja. El chico se le nota buena persona, ¿no te causa curiosidad saber más de él?

Sanne: Como te explico que no me interesa, solo me distrae del aburrimiento que es estar aquí encerrada, puede ser solo mi amigo y eso le diré ahora mismo. Gracias gran amiga.

Gled: No seas tan dura con el chico, suerte con eso Sann.

Para qué quiero más amigas, si entre mi mente y Gled siempre tengo unos consejos geniales. A lo que iba, llamaré a Louis para decirle que todo está bien y que solo hubo un corte eléctrico. 

Sanne: Hola, Louis?

Louis: Si?, Cómo estás?

Sanne: Disculpa que te llame a estas horas, vi tus llamadas y mensajes, no creí que estabas tan preocupado por mí, me pareció muy tierno de tu parte pero no era necesario, aquí todo está bien, solo hubo un corte eléctrico y olvidé cargar mi teléfono.

Louis: Ah pensé te había sucedido algo, como siempre nos dábamos los buenos días y hoy me pareció raro no saber de ti, lo siento si te incomodé, no era mi intención.

Sanne: Descuida, solo que no vuelva a ocurrir, buenas noches.

(Llamada finalizada)

¿Habré sido demasiado dura con él? No, no creo, además por qué debe de preocuparme el cómo lo haya tomado, y si tiene razón Gled y le intereso a Louis, no Dios, eso no puede ser, un buen baño con agua caliente me ayudará para ordenar mis ideas y leer un poco antes de dormir.

El agua caliente y el aroma de mi loción al salir es como estar en el verdadero paraíso, qué linda es mi vida definitivamente, terminaré de leer acerca de las bases biológicas del ser humano, este tema en realidad es muy interesante, si tan solo hubiera elegido estudiar medicina, muy tarde para arrepentimientos Sanne, tú sola elegiste arquitectura. Sí ya lo sé, y no me quejo, me gusta mi carrera, el próximo año termino y viviré toda mi vida de ella. Pero en qué momento terminé hablando otra vez conmigo misma, cualquiera que me viera u oyera, pensaría que de verdad estoy loca.

Seis de la mañana y mi madre despierta a todos con sus gritos «mi alarma desde hace seis meses», ni los fines de semana nos libramos de la melodiosa voz que posee mi hermosa madre. «eso sonó muy sarcástico jajaja»

¿Un nuevo mensaje de voz a las 5 de la mañana?, pero ¿de quién se trata?

– Hola linda, espero tengas un día lindo como tú, te dejo este audio ahora porque viajaré con mis papás a un lugar donde no habrá internet ni señal, un abrazo cuídate. – Louis Vezzcha

«Ay pero qué mensaje tan lindo», dije mientras suspiraba

Espera qué, ¿lindo?, ¿por qué rayos suspiré?, ¿qué me pasa?.

«Gracias, no te preocupes, que te vaya bien» Respondí

Me alisto para iniciar el día y desayunando escuchamos todos las noticias, informando que el aislamiento social había terminado, es decir que ya podíamos salir, con cuidado pero ya podíamos salir a retomar algunas actividades. Esto es una buena noticia, allí mismo recogí la mesa y subí a mi cuarto a terminar con mis tareas de la universidad para luego ir a la playa a apreciar el atardecer de agosto. 

Llegaron las cinco de la tarde, le dejé un mensaje a Gled para ir juntas al malecón, que pase por mi casa y que trajera su diario. 

Suena el timbre, bajé a abrir la puerta y era Gled.

«Holaa amiga, espera voy por mi bolso y vamos» dije

«Avanzaaa, flaca loca» respondió entre risas

Caminando por el malecón, Gled me pregunta cómo iba el asunto con Louis. «Vaya, no imaginé que Louis llegara a ser tema de nuestras conversaciones ahora». Nada nuevo, aunque sí, por la madrugada me dejó un mensaje de voz diciendo que se iba de viaje a un lugar sin internet y señal, que no me preocupara. 

– Te das cuenta Sann, el chico está muy enamorado de ti, qué chico deja mensajes de madrugada para avisarte lo que será de su día.

«Debo admitir que ese mensaje me hizo suspirar y nunca lo había hecho», la verdad es que tengo miedo, él tiene 3 años más que yo, seguramente ha tenido varias enamoradas, y yo ante él pareceré toda una niña, no me confundas quieres, te invité para apreciar este atardecer después de meses, así que no hablemos más de «Louis».

– Como quieras Sann, luego no te sorprendas cuando él te haga la propuesta que ambas ya sabemos.

«Sí, sí, como si fuera a pasar y si pasara no aceptaría»

Caminar en la playa se siente tan relajante, quisiera vivir aquí. Miré el reloj, eran las 7, justo la hora para regresar a casa.

«Gled vamos, ya es tarde, solo pedí permiso hasta las 7»- Dije gritando

«Vamos Sann de casa»- Respondió

«Eso fue hiriente, pero sí es una realidad, aunque tenga 30 y siga viviendo con mis padres, tengo que pedir permiso.» Llegamos a mi casa, mi madre nos esperaba con café y galletas de chocolate (son mis favoritas), nos sentamos a comer y terminando mi papá se ofreció en llevar a Gled a su casa, era muy tarde para que una señorita esté por la calle a estas horas.

Me despedí de Gled y subí a mi cuarto, reviso los mensajes de mi teléfono y allí estaba la respuesta de Louis, preguntando por qué respondía tan fría. «Pero si le agradecí, vaya nada valora».

Sanne: No es responder fría, solo que no entiendo por qué dejaste un mensaje de madrugada

Louis: Sanne, de verdad no lo entiendes?

Sanne: Entender qué?, esto no me parece normal, dime la verdad ¿qué deseas de mí?

Louis: Está bien Sanne, te lo diré. Me gustas, y aunque no te conozca físicamente, no me importa, conozco cómo eres, tu corazón me ha enamorado.

«¿Qué?, esto sí es un grave problema, ahora qué le diré, no quiero perder su amistad, pero tampoco ser más que amigos» – Pienso

Sanne: Agradezco tu sinceridad, pero creo que estás confundido, a mí no me puede gustar una persona sin antes conocerla, solo te puedo ofrecer mi amistad, lo siento.

Louis: No te preocupes, yo sé que te vas a enamorar de mí, me encantan los retos. Buenas noches linda.

«Este tipo ha perdido la cabeza, que soy un reto para él, pensará que soy una de las tantas chicas que conoce, las que fácilmente caen en sus palabras, habrase visto, uf (resoplo)»

«Ya es hora de dormir Sanne», – dice mi mente. Así que abrazo mi almohada para intentar dormir, creo que no podré dormir, lo que me dijo Louis me ha dejado intranquila, esta noche el insomnio se apodera de mí y todo gracias a Louis, el chico que altera mi horario de sueño, «GENIAL UF».

Capítulo 3: La enamorada de un desconocido

Han pasado varias semanas después de esa «confesión de amor» por parte de Louis, la amistad no se perdió, al contrario, cada día me parecía más divertido, y aunque me cueste aceptarlo me ha llegado a gustar su actitud conmigo, pero me mantengo firme en no tener algo con él, todo podrá ser muy lindo ahora pero NO.

Se acercan las evaluaciones finales en la universidad, felizmente todas serán virtuales, y un viaje después de tanto esfuerzo no vendría mal, digo mientras retiro unas uvas del congelador para estudiar. He quedado a las 3 de la tarde con Louis por videollamada para repasar sobre el famoso «Modelado 3D», en realidad él tampoco entiende mucho el tema, pero su compañía me hace sentir muy bien, y lo más tierno aquí es que él siempre duerme su siesta después de la comida de medio día, pero por mí, no le importa sacrificarla, díganme si esto no es lindo, es lo que pienso mientras sostengo mi cuerpo en mi ventana, cierro mis ojos y siento el viento sobre mi cara, removiendo mi cabello.

¡Mamá, Sann está enamorada! ¡Mamá! ¡Ven mira esto! – gritos de Aldo

Escucho los gritos de mi hermoso hermano Aldo, y me hace despertar del momento exacto donde imaginaba sentir las manos de Louis, «por qué mi hermano es tan inoportuno, uf». 

¿Qué dices tonto?, es que a caso no puedes dejar a las personas en paz por un momento. – Respondo a sus escandalosos gritos

¿Qué pasa Aldo? – llega mi mamá de la cocina preguntando

«Mamá Sann estaba en la ventana como dormida y sonreía, yo he visto esa escena en sus películas de princesas, mi hermana está enamorada, yo la vi.» – Responde Aldo

«¡Esto es demasiado! Mamá cuando yo te pedí tener un hermano, me refería a que sea de sexo femenino, no masculino, no lo soporto, todo lo que hace para fastidiarme el día, inventa cada cosa» (espero me haya creído, ella parece que tiene dotes de bruja, parece saberlo todo y ahora no estoy para dar explicaciones de nada) – es lo que digo mientras me dirijo a mi cuarto.

Llego a mi cuarto y suena el teléfono.

Alguien me llama, es Gled, hace varios días no sé nada de ella, qué cosas digo, si yo también suelo desaparecer, no soy quien para juzgar a mi gran amiga, yo digo que está bien desaparecer un rato del caos social.

«Hola amiga preciosa, ¿cómo estás?» – Gled

Ummm, este «preciosa» me suena fuera de lo normal, la conozco, algo se trae, me haré la desentendida.

«Gledd!  ¿y ese milagro?, estresada por la semana de exámenes, pero todo bien, ya quiero que termine esta tortura» – Respondo

«Tranquila, yo tengo a la más inteligente de las amigas. Sann, me vas a odiar, pero necesito que me hagas un enorme favor» – Gled

Sabía que algo así iba a decir.

«Y ahora en qué situación de suicidio te encuentras jajaja, ¿qué deseas esta vez de mí?» – Respondo sarcásticamente

«Puedes estar seria, necesito que esta noche les digas a mis padres que me quedaré a dormir contigo, obviamente no me quedaré contigo, he quedado con Sebas en pasar la noche en su departamento, podrías por favor preciosaaaaa » – Gled

Pero qué se ha creído, me quiere involucrar en sus locuras y más con ese chico, el peor de toda la zona, definitivamente estar enamorada es una total estupidez.

«No es la primera vez que te hago este tipo de favores, así que ve tranquila, y oye no quiero ser tía aún, ten mucho cuidado» – Respondo entre risas

«No te preocupes Sann preciosa, tampoco está en mis planes ser madre, estoy muy joven, mañana te cuento todo, besoss» – Gled

(Llamada finalizada)

Mi mejor amiga va por su tercera relación amorosa, ella es el tipo de chica que no deja escapar al amor, dice que estar en los 20′ es la mejor edad para tener un buen sexo, yo a veces pienso que cada año que cumple se aloca un poco más y que cuando llegue a los 30 la tendré que internarla en un psiquiátrico. Ummm ya tengo una responsabilidad cuando tenga mis 30.

Sonó la notificación de mensaje allí mismo, no dudé en revisar, era Louis.

«Hola Sann, ya sé que no es la hora acordada, pero tengo una sorpresa para ti, puedes ingresar a la videollamada» Louis Vezccha – 2:35 pm.

¡Rayos! Aún no me he alistado para encender la cámara de mi computador, sinceramente ni me he peinado, ignoré su mensaje y fui inmediatamente a arreglarme. No es que me importe la impresión de cómo me vaya a ver, pero no quiero que piense que parezco una vagabunda, hay que estar presentables, además no me haré la gran cosa, solo un poco de maquillaje y algunas ondas en mi cabello 

Louis Vezccha

«Holaaa Lou! no había visto tu mensaje, estaba un poco ocupada y si deseas ahora realizo la videollamada» Sanne – 2:55 pm

Vaya que esta chica me sorprende, claramente ha visto mi mensaje, pero me miente cuando dice que no lo ha hecho, pero qué digo, si así ella me encanta. Hoy es el gran día, estoy seguro que ella me dirá que sí.

«No te preocupes Sann, puedes realizar la llamada para que observes todo lo que he preparado para ti» – Enviado 2:57 pm

Sanne Zevaz

Pero qué me habrá preparado ahora este chico, siempre que hacemos llamadas me sorprende con alguna canción o película nueva, seguramente una más de su grupo favorito One Direction.

(Llamando a Louis Vezccha…) 

Louis acepta la llamada y escucho sonar «This Love» – Taylor Swift (mi canción favorita del álbum Lover), veo muchos pétalos de rosas rojas en su alrededor, un corazón enorme dibujado al centro con la frase «SANN, ¿QUIERES SER MI ENAMORADA?». 

Un conjunto de emociones inexplicables invaden mi ser, será este el principio donde mi vida cambie totalmente, puede ser un amigo o un desconocido, al principio nunca sabes cómo esa persona cambiará tu vida.

Volviendo a mi realidad, escucho decir «Sann, estás bien, dime algo por favor»

Apenas podía hablar y con lágrimas en mis ojos dije «Yo, ummm yo no me esperaba esto, apenas llevamos tres meses conociéndonos, me parece muy apresurado todo lo que estás haciendo, no puedo responder ahora, lo siento».

(Videollamada finalizada)

¿Por qué me hace esto?. No deseo perder su amistad, me parece un chico estupendo, pero siento que el amor se siente de otra manera, no así, yo sueño con que mi primer enamorado sea el hombre que esté conmigo toda mi vida, una historia de amor que se sienta desde la primera mirada.

Louis Vezccha

¿Llamada finalizada? Esta chica ha colgado la llamada y me dijo que todo era muy apresurado, pero qué le pasa. Nunca antes una chica me había rechazado, y ella no será la excepción, juro que terminará enamorándose de mí y pagará por esto. – Resopla molesto

Sanne Zevaz

No habré sido muy dura con Louis, no lo creo, fui honesta con él desde el principio. Mejor me dedico a repasar mis apuntes para el examen de más tarde, no quiero tener una mala calificación por culpa de mi conciencia.

Son las ocho de la noche, mi examen había terminado y al parecer todo estuvo fácil, la nota es automática y como no es una sorpresa para mí, obtuve la mayor calificación. No es un tema de egocentrismo ni nada pero soy buena en la universidad. 

«Sann, baja a cenar algo» escucho decir a mi madre.

«Me coloco la pijama y bajo» respondo, mientras apago la computadora, reviso mi celular y habían mensajes de Louis con emojis llorando, y un «disculpa por no ser ese chico con el que sueñas». Esto me genera culpa, tristeza, él ahora debe odiarme, no soy una buena chica, a veces ni yo misma me entiendo y solo me dedico a lastimar a las personas que realmente me quieren, ¿qué hago? . 

«Ya no lo pienses tanto Sanne, dale una oportunidad al muchacho, solo se hablarán como enamorados, pero no estarán juntos físicamente» – Mi mente

Y si mi mente tiene razón y estoy perdiendo al amor de mi vida, y si es él mi futuro, siempre lo he rechazado y aún así él siempre está. Terminando de cenar subiré a mi azotea, lo llamaré y le diré que sí acepto ser su enamorada. No me emociona tanto esto, estoy segura que con el pasar de los días esto cambiará.

Terminé de cenar, recogí los platos de la mesa, limpié la cocina y subí a mi cuarto por una casaca. Mientras me dirijo a la azotea, vibra mi teléfono, se trataba de la mamá de Gled, preguntando por su hija, me hice la tonta y le dije que ella estaba profundamente dormida, que habíamos estudiado mucho. 

Ujum, Gled en estos momentos estará haciendo de todo, menos «durmiendo profundamente».

Yo no me imagino que podría suceder si su madre se llega a enterar de las locuras que comete su hija. Al menos estoy tranquila que me tenga la confianza para decirme donde está y aunque ese tal Sebas tenga cara de niño bueno que no mata ni una mosca, sé que si pasa algo ella sabría defenderse muy bien.

Ahora llamo a Louis antes de que sea demasiado tarde. 

Sanne al teléfono: «Hola Louis, ¿tienes tiempo para conversar un momento?» 

Louis: «Sí Sann, para ti siempre tendré tiempo»

Sanne: «Qué lindo eres, quiero decirte que me encantó lo que hiciste por mí en la tarde, discúlpame por actuar de esa manera»

Louis: «No te preocupes Sann, entiendo que todo esto sea nuevo para ti, tal vez tengas razón y fui muy rápido»

Sanne: «Louis quiero decirte que sí acepto ser tu enamorada, si aún lo deseas, claro» 

Louis: «Me lo estás diciendo en serio?, pero claro que lo deseo, ahora soy el más feliz por esto, prometo hacerte muy feliz mi Sann»

Sanne: «Eh jajaja espero que sí, solo te pediré que me tengas un poco de paciencia, es que no sé tanto de qué hacen las enamoradas jajaja»

Louis: «Tan linda, así me encantas, eres perfecta Sann»

Sanne: «Tampoco exageres, bueno eso quería decirte, te deseo una bonita noche y mañana conversamos»

Louis: «Soñaré contigo, buenas noches mi Sann»

(Llamada finalizada)

Wo!, esto sí que fue muy cursi para mí, me siento una tonta haciendo esto, espero luego no arrepentirme. Cuando le cuente a Gled se va a burlar de mí, siempre dije que no y mírenme ahora, soy la enamorada de un chico que nunca he visto. 

Louis Vezccha

(Llamada finalizada)

Jajajaja esto estuvo más fácil de lo que imaginaba, sabía que ibas a decir que sí, todo era cuestión de tiempo. Al menos tendré en qué distraerme hasta el próximo año que inician las clases. Debo admitir que me he conseguido una buena chica, inteligente, soy el primer hombre en su vida, mmm estas oportunidades no aparecen todos los días.

Sanne Zevaz

Son las 10 de la noche, justo a tiempo para dormir y despertar a las 6. Ha sido un día fuera de lo normal pero agradable. «Ya tenemos enamorado Sann, ves que no era tan difícil», dice mi otra yo. 

Silencio, no he pedido opiniones, supongo que esto está escrito en mi destino. Él dice que está enamorado de mí, espero corresponder pronto de la misma forma o sino me voy a arrepentir toda mi vida de ser «la enamorada de un desconocido».

Capítulo 4: Un penoso error

Hay un nuevo amanecer, el sol ilumina este día en compañía del canto de los pájaros que se asoman en mi ventana. Hoy he despertado con ganas de salir a correr por el malecón, de paso me ejercito después de tantas decisiones raras que he tomado últimamente (sonrío).

Son las 6 de la mañana, esta ciudad aparenta estar muy solitaria este sábado, cómo no, si las personas de mi edad fueron de fiesta ayer y ahora deben estar profundamente dormidos y los mayores descansando luego de una larga semana de trabajo. Mmm ¿descansando? , cierto había olvidado a Gled, me pregunto qué estará haciendo ella en este momento, ya estará en su casa o seguirá con ese tonto que se ha conseguido como pareja, voy a molestarla con un cruel «buenos días» (risas).

– » Buenos días dama aventurera, ¿ya te libraste de tu oscura pasión? jajaja» – Sanne 6: 15 am.

– «Jajaja hoy despertaste de buen humor querida amiga. Estoy yendo, Sebas se quedó dormido, así que le dejé una nota antes de salir, es tan lindoo» – Gled 6:30 am.

– «Yo hasta ahora no entiendo qué le viste. Oye podemos vernos por la tarde, tengo una noticia que darte» – Sanne 6:32 am.

– «¿Qué noticia Sann?, no podré esperar hasta la tardeeee» – Gled 6:33 am.

Hacer sufrir a Gled con esto será como darle un poco de su propia medicina jajaja, qué malvada soy con mi gran amiga jajaja. Seguiré corriendo, uf el día está tan hermoso, hubiera traído conmigo mi ropa de baño, ahora estaría bañada de agua salada. Muy tarde se me ocurren las geniales ideas, correré 30 minutos más y voy a casa.

Caminando por la calle, tres cuadras antes de mi casa, veo a un pequeño perro que está intentando cruzar la calle, me conmueve cómo lo hace tan de prisa. Yo sin alguna razón levanto la mirada y veo que un carro se aproxima a gran velocidad, no dudé ni un segundo y corrí a salvarlo. 

Sentí como mis piernas ardían de dolor, sonidos de carros, gente acercándose, mientras los latidos de mi corazón se sentían tan fuertes, parecía que mi corazón iba a salirme del pecho. Intento abrir los ojos lentamente, esperando ver que el cachorro esté a salvo. «Sí, lo había conseguido, logré estirar mis brazos y empujar al cachorro, estaba a salvo».

(Pasaron 3 horas)

«Hola, cómo te sientes» escucho decir, con una voz nunca antes escuchada, abro los ojos e intento mover mis brazos, todo me dolía como si una máquina me hubiera pasado sobre mí, desconcertada digo «¿qué hago aquí y quién eres tú?, dirigiéndome al hombre que está al frente de la cama donde me encontraba. 

«Soy Luciano, tu médico por el día de hoy, llegaste inconsciente por el golpe que recibiste al tratar de salvar a ese cachorro, toda una súper héroe, pero cuántos años tienes para arriesgar tu vida así» dijo el muy cretino

No sé por qué este tipo no me cae, suena como si me estuviera regañando, ¿acaso es uno de mis padres para que me hable así?. Mmm para ser médico como dice, se ve bastante joven, seguramente es hijo de uno de los jefes de aquí.

«Tengo 22, y déjame decirte que ese cachorro como tú lo llamas es una vida, y no me creo una superheroína, pero cuántos años tienes tú para hablarme así, no debes de tener más respeto con tus pacientes» – Respondo

«Ya veo, el golpe que recibiste te ha hecho perder la memoria, pensé me reconocerías bruja Sann» 

Escucho decir, «bruja Sann», no es posible, «¿Lu!!! eres tú? pero cómo no pude reconocerte antes, tantos años sin verte, tenía 8 años la última vez que te vi, y luego no volví a saber de ti, cuándo llegaste o desde cuándo trabajas aquí»

Así que la accidentada ya me reconoció. Ay pequeña brujita de mar, me dolió mucho no volverte a ver, éramos tan unidos, y mira las sorpresas que te da la vida. Llegué aquí recién, estoy haciendo mi último año de prácticas aquí, y vivo muy cerca de aquí.

– Hija, ¿cómo estás?, ¿cómo te sientes?, escucho la voz de mi madre

Estoy bien mamá, solo con un poco de dolor en todo el cuerpo. Mira ¿ya viste quién me atendió?

– Sí hija ya sé que es Luciano, ¿qué guapo se ha puesto, no?

Mamá no digas esas cosas, lo vas a incomodar con lo tímido que es. Disculpa a mi madre Lu, a veces olvida que no está en su casa como para hacer este tipo de comentarios.

Descuida Sann, no hay problema alguno y muchas gracias señora por el halago, paso a retirarme, debo ir a revisar a otros pacientes. En un momento regreso para darte el alta Sann, no presentas fractura alguna, solo fueron golpes al momento de caer.

«Gracias hijo, te esperamos» – Responde mi madre

«De verdad hija, toma tu teléfono, la gente que te auxilió lo dejó aquí y una enfermera me lo entregó, no ha dejado de sonar, quizá es algo importante, revísalo» 

Reviso y era Louis preguntando dónde estaba y por qué no respondía, no era la primera vez que lo hacía, ya antes había hecho lo mismo y siendo solo mi amigo, y ahora lo hace siendo enamorados. 

– «Lou, lo siento, he tenido un accidente y no he tenido mi teléfono conmigo, recién mi madre me lo ha entregado y por eso recién puedo responderte» – Sanne 1: 00 pm.

– «Hasta que por fin te dignaste en enviarme un mensaje, se puede saber qué tipo de accidente has tenido para desaparecerte toda la mañana o es que otra vez cortaron la luz y olvidaste cargar tu celular» – Louis 1: 02 pm.

Pero qué se ha creído para hablarme de esta manera, aunque es justificado su enojo, me desaparecí toda la mañana.

– «No te molestes cariño, es una historia larga, y se resume en que evité que atropellaran a un cachorro, por evitarlo, caí, perdí el conocimiento y ahora estoy en el hospital, pero pronto me darán el alta, felizmente no tengo fracturas y solo son heridas superficiales por el impacto». – Sanne 1: 05 pm.

Louis Vezccha

(  Mensaje leído )

Pero que se ha creído esta niña, que soy su juguete. Ahora me sale con este cuento de «salvar a un cachorro», al menos esta mentira esta muy creíble, pero conmigo no va a ser así, esta relación será como yo diga y ella solo obedecerá.

«Avísame cuando llegues a tu casa para poder llamarte y conversar, hasta entonces». Enviado 1: 06 pm.

Sanne Zevaz

(Mensaje recibido)

No entiendo por qué me responde así, recién ayer nos hicimos enamorados y hoy es nuestra primera discusión por no responder sus mensajes, vaya genial Sann, tu primera relación duró menos de un día.

Luciano firma el alta y mi madre me lleva a casa en su carro. Despidiéndonos mi madre invita a Luciano a cenar esta noche, él acepta muy agradecido y promete llevarme un obsequio, entre risas respondo que espero no sea algún insecto (en mi cumpleaños número 8, Luciano me regalo un escarabajo, una broma inolvidable).

Llegamos a casa y allí estaba mi padre, mi abuela, y mi hermano sentados en fila con un aspecto no tan amigable. No quiero recibir regaños ahora dije mentalmente.

«¿Y cómo está la señorita que casi muere por salvar a un cachorro, eh?» – escucho decir a mi padre

«Ya Ernesto, no regañes a nuestra hija, fue una acción inocente, el corazón de nuestra Sann está lleno de amor, por eso hizo lo que hizo, felizmente no pasó nada, tranquilo, todo está bien» – respondió mi madre

«Cuando no defendiendo a tu hija, llévala a descansar mejor» – dijo mi padre

Ya Ernesto no seas tan duro, por cierto, recuerdas a Luciano Wheeler, el hijo de Marcos Wheeler y Susan. 

– Sí los recuerdo, hace años que no sabemos nada de ellos, nuestros amigos de la universidad.

Su hijo fue quien atendió a Sann, está todo un galán, lo invité a cenar, no te parece una casualidad de lo más interesante para nuestra hija.

– Cariño espero no intentes lo que creo que están haciendo con esa invitación tuya, no incomodes al muchacho, solo eso te pediré.

Ya mamá, ya papá. ¿Terminaron?, cualquiera que los escuchara pensaría que me quieren emparejar con Luciano, él fue mi amigo cuando era niña y así seguirá, tranquilos.

Sin más que decir, camino al cuarto de visitas, ese será mi dormitorio desde ahora porque subir gradas no puedo, parezco una momia con casi todo el cuerpo vendado.

Me acuesto un momento y marco el número de Louis, realizo 2 llamadas, no obtengo respuesta, así que opté por dejarle un mensaje. «Estoy en casa, te estuve llamando, espero te encuentres bien, conversamos cuando tengas algo de tiempo.»

Suena el timbre de la casa, mi hermano abre la puerta. Escucho decir, «Hermana ya llegó tu pretendiente y trae regalos para ti»

«Este niño juro que me hará enloquecer, dice muchas tonterías, no le hagas caso por favor», avergonzada es lo que digo en voz alta tratando de que me escuche Luciano. Salgo a recibirlo y observo un ramo de girasoles y una caja de chocolates, para nadie es un secreto que yo amo los chocolates. Mientras camino a saludarlo, él deja todo en la mesa y camina hacia mí para ayudarme a caminar.

«Gracias, ahora sí parezco una abuelita de 80 años que necesita de alguien para caminar (risas)»

«Ay pequeña bruja, aunque estés así, no pierdes el sentido del humor, muy bien, mira te traje esto para que te mejores pronto»

Muchas gracias Luciano, no te hubieras molestado, esto es muy noble de tu parte. » Aldo por favor colócalas en un florero y déjalas en mi cuarto, y de paso lleva esto (refiriéndome a los chocolates)

Está bien hermanita, pero debes invitarme. – Responde 

– Sí está bien, ya ve rápido. 

Disculpa a mi hermano, y cuéntame ¿hasta cuándo estarás por aquí?

– Es posible que ya no me vaya de aquí pequeña bruja, (dice esto mientras toca mis cachetes). Mis padres hace poco se mudaron aquí, yo terminaré mis prácticas y luego buscaré un trabajo aquí. Extrañaba mucho la tranquilidad que se respira aquí.

Mmm sí eso es cierto, y me parece muy bien que decidas quedarte, así podremos salir a pasear con Gled cuando me recupere, ella también vive aquí.

«Hola chicos, ya serviré la cena, pasen a la mesa» – dice mi madre

Ven vamos Luciano, no hagamos esperar a mi madre.

Cenamos tranquilamente, el reloj dio las 10 de la noche, y Luciano dijo que tenía que ir a casa, entonces nos despedimos y le agradecí por todas las atenciones que tuvo conmigo. Mi madre despidiéndose dijo que esperaba verlo pronto nuevamente en casa, esto me incomodó pero Luciano lo tomó muy bien.

Yo me dirigí a mi cuarto con ayuda de mi madre para descansar, cuando ella cierra la puerta de mi habitación reviso mi teléfono y habían mensajes y llamadas de Louis y Gled.

Gled no sabía nada de mi accidente, así que decidí responderle a ella primero, contándole todo lo ocurrido y el encuentro con Luciano, nuestro gran amigo. Ella debe estar durmiendo, así que me responderá mañana, o quizá venga a verme temprano.

(Llamado a Louis)

«Hola cariño, disculpa por no responderte antes, estaba cenando y tuvimos la visita de un viejo amigo de la familia, podemos conversar antes de que vaya a dormir» – Sanne

«Hola Sanne, ya imagino, ahora no es un accidente, sino una cena y la visita de un viejo amigo, cuéntame todo ahora» – Louis

Pero qué le sucede, no entiendo su actitud, ¿así son las relaciones de parejas? digo mientras escucho su respuesta sarcástica.

«Creo que no es un buen momento para conversar, tranquilízate por favor. Tal vez podamos hablar mañana» – Respondo

«No Sanne, me vas a decir la verdad ahora mismo y quiero que lo hagas ya, o sino esto se termina, me entiendes, se termina» – Louis

«Óyeme bien Louis, he sido muy tolerante todo este tiempo contigo tratando de entender tu molestia, y déjame decirte que todo tiene una explicación, te conté lo del accidente y parece que no me creíste, piensas que todo lo que te digo es una mentira, nunca he tenido una relación, no sabré mucho de esto, pero lo que sí sé es que no toleraré tus faltas de respeto, si te hace sentir mejor, aquí termina todo. Buenas noches» – Sanne

Llamada finalizada

Louis Vezccha

¿Llamada finalizada?. Pero qué se ha creído esta niña engreída, no sabe con quien está tratando. 

Cálmate Louis, paciencia, ahora arreglaremos esto con muchos mensajes y canciones de amor, es así como les gusta a ellas. 

– Enviando 50 mensajes «discúlpame por favor, no sé qué me paso. Te quiero»

– Adjuntando videos musicales románticos

Excelente, con todo esto, Sanne disculpará mi actitud y seguiremos como pareja. Solo tengo que esperar a que ella lea mis mensajes.

Sanne Zevaz

Nunca antes creí sentir este dolor en mi corazón, ni llorar por algo así, creí toda mi vida que el amor era felicidad, risas, jamás imaginé llorar al día siguiente de convertirme en la enamorada de alguien. Ha sido un día muy cansado y Louis no está para mí, Louis no es quien creí que era. Mi primer enamorado resultó ser un penoso error, el peor de todos, la decisión más estúpida que pude haber tenido.

Capítulo 5: Algo no está bien

Después de terminar mi «relación» con Louis, tomé la decisión de eliminarlo de todas las redes, no quería saber nada de él, ni sus disculpas las sentía sinceras y aunque no haya estado totalmente enamorada de él, su actitud me lastimó, pero aún así lo extrañaba y no dejaba de pensar en él, ¿será esto amor?

Han pasado varios días desde el accidente, Gled y Luciano iban a visitarme los fines de semana, ellos notaron que algo no estaba bien conmigo, así que no tuve otra alternativa que contarles lo sucedido con Louis. Gled no lo tomó nada bien, ella dijo que yo no estaba exagerando y que Louis era un completo idiota, vaya que sí tenía razón cuando lo decía, en cambio Luciano dijo que entendía ese tipo de reacciones y que quizá yo exageraba.

Desconocí totalmente a Luciano, no creí que en parte defendiera ese tipo de actitudes, así que le pedí que se vaya de mi casa. «No entiendo por qué las mujeres crean tanto problema, me compadezco de Louis, aunque no lo conozca se me hace un buen tipo, adiós chicas» – dijo y se retiró entre risas.

Gled por el contrario me abrazó y me dijo que nada de esto se quedaría así, no entendí lo que trataba decirme, así que no tomé importancia. Ya eran las 7 de la noche y mis padres aún no llegaban de su compromiso, entonces como no había nadie en casa y yo estaba mejor, le dije a Gled para mirar algo entretenido en la computadora.

– «Mmmm bandida, quieres ver esos programas calientes jajajaj»

– «Noooo, cállate tonta, yo no soy Gled para visitar esas páginas» – dije

– «Sí claro Sann, la santa Sann jajajaj» – responde Gled en el tono más burlón que se puedan imaginar. Admito que de vez en cuando, coloco en el buscador algunos links no apropiados pero es solo curiosidad. Además un poco de fantasía no le hace daño a nadie, pienso yo. Ya que no lo puedo experimentar, al menos lo puedo imaginar.

– «Jajaja graciosa, mejor pide pizza mientras coloco una película en la TV» – digo

– «jajjaja voy a la cocina por agua y de paso llamo a la pizzería, no coloques nada aún»

– «Está bien Gled, pero apresúrate» – respondo mientras ella corría por el pasadizo

(Sonido de mi correo institucional)

(Nuevo correo de vezcchals3108@ue.edu)

«Mi Sann, ya han pasado varios días desde que no sé nada de ti, espero te encuentres mejor. No me cansaré de pedirte perdón por mi actitud tan tonta que tuve contigo, quiero que sepas que eres muy importante para mí, no deseo perderte, no así. Respóndeme por favor» 

Mientras leía todo el mensaje, recordaba lo bueno que él era conmigo, los detalles que tenía, sus palabras, creo que sí estaba enamorada de él y solo me hacía falta admitirlo.

«Sann, a ver qué peli elegiste» escucho decir a Gled

No, aún no busco. Mira lo que me acaba de llegar, es de Louis, parece que está pasando muy mal, debo de hablar con él y hacer como si nada, tal vez tuvo un mal día aquella noche por eso actúo así y yo no lo sabía.

«Sann, ¿estás segura?. Mira, yo presiento que este tipo solo está actuando así porque quiere conocerte, seducirte, hacerte suya y luego dejarte. Me he cruzado con tipos así y créeme no deseo que te lleves una gran desilusión a cómo sueñas que debe ser ese primer amor».

Y si lo que tú dices es el error y él en realidad está arrepentido, lo extraño Gled y no creí que esto me iba a pasar.

«Sann hagamos algo, comunícate con él y dile que inician de cero, como si nada hubiera ocurrido, veremos como actúa en esta semana, me contarás todo a detalle, ¿está bien?»

Esto pasará pero porque yo quiero que suceda, no porque tú me lo dices, tengo mucha seguridad de que él solo tuvo un mal día, no perderé un segundo más, le escribiré ahora mismo.

«Hola Lou, leí tu correo, ¿de verdad no me quieres perder? – Sanne 8: 03 pm.

«Mi Sann claro que es verdad, por favor luchemos por esto que aún no ha iniciado, suelo ser muy tonto a veces» –  Louis 8:05 pm.

«Está bien, pero para volver a empezar, no se te olvida algo» – Sanne 8:06 pm.

«Oh mi hermosa Sann, ¿deseas ser nuevamente mi enamorada? – Louis 8:08 pm.

«Siiii, claro que sí. Te quiero Lou, pero quiero que tengas en claro que si vuelve a pasar algo similar a lo de ese día, esto definitivamente termina» – Sanne 8: 10 pm.

«Jajaja no volverá a pasar, no te preocupes amor» – Louis 8:11 pm

¿Amor?, leí bien, me dijo amor, esto es lo más hermoso que alguien me ha dicho en toda mi vida, me siento tan especial, como si una melodiosa canción acompañara este momento, creo sentir esas mariposas en el estómago, esas que dicen que se siente cuando una persona está enamorada. Desearía gritar de felicidad ahora mismo, pero todos creerían que estaría loca, bueno sí estoy loca, loca por él, por lo nuevo que me está haciendo sentir.

«Nunca nadie me había llamado amor, eres el primero en hacerlo y me encanta, espero algún día sorprenderte y llamarte de la misma manera. Ahora estoy con mi mejor amiga, comeremos pizza mientras vemos alguna película en la TV, puedo escribirte cuando termine o mejor mañana» – Sanne – 8: 15 pm.

Louis

Jajaja es increíble como llegan a ser tan tontas las mujeres, vaya que con ella todo estará fácil.

«Qué tierna eres amor, todo lo que te digo me nace del corazón, estoy seguro que cuando tú me llames así será de la misma manera, disfruta tu noche con tu amiga, mañana conversamos» – Louis 8: 30 pm.

Gled

Nada de lo que está sucediendo me gusta, ese tal Louis está mintiendo y lo peor es que yo motivé a Sann para que se diera una oportunidad con él. Algo se me tiene que ocurrir para descubrir sus verdaderas intenciones.

Sanne

Nunca creí que el amor me encontrara de esta manera, y yo que tanto me quejaba de la tecnología, gracias a ella logré conocer a quien parece ser mi amor, ese con el que tanto había anhelado.

«Hey, Sanne, llamando desde el planeta Tierra» escucho decir a Gled

Ah, sí qué pasó, es que me quedé imaginando cómo será el día en que conozca a Louis. Pero hasta que suceda, pasaré una hermosa noche con mi hermosa amiga.

«Sann yo creo que no debes de ilusionarte tanto con ese chico, todo puede pasar y debes tener presente de que quizá no funcione y ambos tomen caminos diferentes y ni lleguen a verse»

Y yo creo que mi amiga está celosa, eso no pasará no seas ave de mala güero quieres, ven siéntate aquí, miraremos una romántica.

«Como digas Sann, mejor miremos la película»

Pasaron 2 horas, mis padres ya habían llegado, Gled se quedó dormida a media película (siempre me hace lo mismo), apagaré todo y también me acostaré, espero soñar con él (suspiros).

Capítulo 6: La "prima"

 Pasaron quince días después de esa noche tan maravillosa, no he dejado de hablar con Louis desde entonces, cada día parecía mejor, y hemos estado hablando temas muy íntimos, como el imaginar cómo sería el estar solos en una habitación. Imaginarme esa primera noche juntos me lleva a sonrojarme y sentir escalofríos, una cosa es mirar e imaginar y otra muy diferente hacerlo realidad. Pero él me describe cada momento con mucha delicadeza y con ese toque romántico que a mí me encanta y me hace sentir tan especial, solo espero que cuando llegue el día logre estar a la altura y no provocar una decepción en él.

Gled

Han pasado varios días y no se nada de Sann, ya ni siquiera va a las clases de natación, ¿no te parece raro? 

– Desde que arregló las cosas con su querido Louis nos ha hecho a un lado, a mí ni me responde los mensajes. – Luciano

A mí no me gusta nada ese chico y yo cuando presiento algo es muy raro que esté equivocada.

– Oye de verdad voy a creer que estás loca Gled, deja de ser tan supersticiosa. – Luciano

Luego me darás la arzón, voy a mi casa a pensar qué haré para desenmascarar a ese tipo.

 Es una tarde nublada, me la pasaré mirando videos y fotografías de mis amistades en mi laptop. Pero qué tenemos aquí, nueva sugerencia de amistad «Louis V.» «amigo en común Sanne Zevaz». 

No desaprovecharé la oportunidad que me está enviando el destino, revisaré cada una de sus amistades, algo debo encontrar.

Mmm interesante, está lleno de chicas, a todas sus fotografías les deja un comentario, unos muy interesantes «Linda, quisiera conocerte», me pregunto si Sann sabrá de esto.

(Llamando a Sann)

«Hola, ¿Sann?, tienes un momento para conversar» – Gled al teléfono

– «Si Gled, dime qué pasó» – responde Sann

«No sé cómo vayas a tomar esto que encontré en una publicación de una chica, es reciente, y tu enamorado comenta esa publicación con un Linda, quisiera conocerte. Sabías de la existencia de esto»

– Mmm estás segura que Louis comenta eso, si quieres que te crea envíame una foto ahora mismo. – Sann

«Ahora mismo lo hago, no te estoy mintiendo, compruébalo tú misma y ojalá ese tal Louis tenga una buena explicación para ti»

– Ya me llegó y sí ese es su perfil, debo colgarte. Ahora mismo le pediré una explicación, seguramente otra persona comentó por él o no sé, ya te cuento qué sucede después. – Sann

(Llamada finalizada)

Sanne

Adjutando imagen, «Louis, me puedes explicar por qué comentaste esto hace dos días a esta chica y en esta foto donde literalmente no tiene vergüenza en exhibir todo su cuerpo» – Sanne 4:30 pm.

» Hola Sann, recién llego de jugar fútbol. Esa chica es como si fuera mi prima, sus papás son muy cercanos a los míos y ese comentario fue como una broma, pero ahora lo elimino si te incomoda, ¿deseas que lo haga mi vida?» – Louis 6:00 pm.

«Ah tu prima, no te preocupes, yo confío en ti, solo necesitaba una explicación, ahora lo entiendo mejor. Gracias por no ocultarme nada y ser tan sincero conmigo, me encantas» – Sanne 6:10 pm.

Louis

Uf, olvidé este detalle con esa preciosura, debo tener más cuidado o sino perderé a Sann, felizmente me creyó el cuento de la prima jajaja.

«Hablamos más tarde Sann, voy a reunirme con mis amigos y no sé a qué hora llegue a casa» – Louis 6: 20 pm.

Sanne

Tan lindo, me avisa todo lo que hará, cómo dudar de él, Gled a veces se pasa con su desconfianza y yo más tonta creo en sus paranoias.

«Gled, ya me explicó Louis, se trataba de una amiga suya que él considera como su prima y ese comentario fue una broma de «primos», la próxima vez, no me hagas desconfiar con tus comentarios» – Sann – 6:30 pm.

(Mensaje leído)

En verdad Sann creyó en ese cuento de «la prima», pero qué le pasa, dónde está su sentido común. No puedo creer que mi amiga, la más inteligente se haya dejado engañar de esta manera. – resoplo

«Discúlpame Sann, cuando tenga algo más contundente me darás la razón, y te darás cuenta de que yo siempre tuve la razón, te dejo tranquila, no te molesto más.» – Gled 6: 35 pm.

Aparte de que difama a Louis, se molesta, no te seguiré el juego Gled. No la entiendo, a caso yo le digo algo sobre al degenerado que tiene como enamorado, no verdad. Entonces yo no me meto en sus asuntos, ella tampoco debe meterse en los míos.

Louis saldrá con sus amigos, así que como tengo la noche libre, leeré un poco y luego me refugiaré en los brazos de Morfeo.

Capítulo 7: ¿Un verano feliz?

Han pasado tres semanas y las vacaciones de verano han llegado, Gled y yo estamos pensando en inscribirnos a clases de baile. Hace dos años que no he pisado una escuela de baile. Hoy desayunaré con Gled y juntas iremos a inscribirnos.

Son las 9 de la mañana, y Gled acaba de llegar con unas deliciosas empanadas, no se imaginan cómo me encantan.

Tengo a la mejor amiga del mundo, te amoooo (abrazo a Gled), vamos he preparado café y unos pancakes de avena con tus frutas favoritas (risas).

– Oh mi Sann, hoy despertaste con toda la actitud jajaja (si tan solo supieras lo que tengo para ti, toda esa sonrisa desaparecerá de tu rostro) – asumo.

Yo siempre despierto con toda la actitud, y más ahora que presiento que tendremos el mejor verano de nuestras vidas, has visto las nuevos cursos que han implementado en la zona, si pudiera me inscribiría a todos, pero solo iré por dos, natación y danza. ¿Tú estarás en los mismo, verdad? Hablaré con Luciano para que también se una a nosotras.

– Oh vaya, todo ya lo tienes muy bien organizado.

Obvio, estás tratando con la mejor organizadora del planeta jajajajjaja. Vamos, apúrate hay que dejar todo limpio. Oye tú crees que sería buena idea pasar por Luciano e ir juntos.

– Ayer estuvo toda la noche en el hospital, quizá ahora está profundamente dormido, de tanto cansancio el pobre ni ganas tendrá de salir.

Cierto, mejor vamos solo nosotras y luego vemos si él tiene tiempo, solo estará esta semana en el hospital, tengo entendido que a partir del lunes está de vacaciones.

– Eso estaría demasiado increíble, recuerdas nuestras vacaciones en Monte Hermoso, los tres como locos corriendo detrás del hombre que vendía helados, nuestros enormes castillos de arena. Quiero volver a mis 7 años, donde solo nos importaba jugar y comer. Sann hemos pasado momentos tan increíbles, una amistad con más de 10 años, prométeme que nada romperá esta amistad que tenemos.

(Vaya, ¿qué me quiso decir con esto?)- pienso. Claro que no tonta, solo la muerte podrá acabar con esta amistad. Ese viaje que hicieron nuestras familias fue inolvidable, recuerdo que Luciano se perdió y todos creímos que se había ahogado y el muy tonto estaba escondido detrás de los arbustos jajaja, cuántos años han pasado desde entonces. Tal vez en este verano no existan esos sustos, pero sí muchas risas jajajaj.

– (Todo esto cambiará cuando te muestre quién es verdaderamente Louis) – pienso. Sann y cuéntame cómo vas con Louis, ¿todo bien?

Uf sí, te puedes imaginar que ya vamos por los 2 meses desde que decidí ser su enamorada, han sido los mejores meses de mi vida, y espero que los que vengan sean igual y mejores. ¿Y tú?, ¿cómo vas con Sebas?

– Terminé con Sebas hace unos días, me enteré muchas cosas sobre él y para hacerte corta la historia, ahora sale con la pesada de Angélica.

Oh, no lo sabía Gled, de verdad me hubiera encantado acompañarte en esta situación, sonará cruel pero me alegro de que lo hayas dejado, ese tipo no se merecía a alguien como tú. Yo no sé qué pasaría si Louis me sale con algo así, seguramente sería capaz de estrangularlo  jajaja.

 – Jajaja Sann confías mucho en él, ¿no?

Demasiado, además hasta ahora no me ha dado motivos para desconfiar o dudar sobre algo, es perfecto para mí y yo que no pensaba enamorarme de él. 

El amor es tan loco, llegó a mí de una manera diferente a todas esas historias de amor que te encuentras en los libros o en las películas, un amor diferente pero que te hace sentir igual de especial como lo describen en los libros.

– Sann todo lo que dices es muy lindo, pero tienes que pensar en la posibilidad de que a veces las personas fingen y que no todo es como uno cree.

¿Qué me estás queriendo decir Gled?, sé clara, sabes que no me gusta cuando me dices las cosas con misterio.

– Sann estaba buscando la manera de contarte algo que hice y que ahora comprueba lo que sospechaba desde hace tiempo, y es sobre él, sobre Louis.

¿Qué hay con él? no te hagas la misteriosa y dime, no saldremos de aquí hasta que lo hagas.

– Vale Sann, tranquilízate por favor. Desde hace más de un mes, recuerdas lo del comentario a la foto de una chica, donde el dijo que se trataba de su prima.

Sí, claro que lo recuerdo, pero no entiendo. ¿Eso qué tiene que ver?

– Bueno yo esa noche que regresé a mi casa, se me ocurrió crear una cuenta falsa en Instagram, con el nombre Lucía Manrique, el único que se me ocurrió, fotografías falsas, y amigos falsos, todo para que parezca una cuenta normal como las que aparentemente se encuentran en las redes sociales.

Mmmmm ya y… ¿qué hay con eso?

– Bueno sucede que hace tres días ese perfil hizo match con Louis, es decir yo. Primero él respondía normal, bueno hasta que ayer por la noche… 

¿Qué?, ¿qué ocurrió ayer por la noche?

– Sann, toma, lee y escucha tú misma lo que pasó ayer.

[Jueves – Louis 7:30 pm]

«No preciosa, yo no estoy saliendo con nadie, me encuentro libre y disponible para conquistar tu corazón, si es que me lo permites» 

[Jueves – Lucía 7:34 pm]

«¿De verdad lo dices?, en ese caso podríamos conocernos mejor»

[Jueves – Louis 7:40 pm] Audio de voz

«No podría mentirle a una mujer tan preciosa como tú, y te envió este audio para que notes que no te estoy mintiendo, aprovechando este mensaje, antes no me atreví a decirlo, pero tú me pareces una nena muy guapa, esas fotos en ropa de baño hacen resaltar tu belleza mucho más. Quisiera que te tomes fotografías solo para mí, soy muy celoso con lo que quiero para mí»

– Sann lo siento, hasta a mí me sorprendió lo que dice allí por eso quise verte temprano hoy.

No podía creer lo que estaba escuchando, era su voz, era él, era Louis llamando preciosa a otra persona, es así como me llamaba él. 

Mi corazón se oprimió una vez más, esta vez lo que siento no puedo describirlo, mi cuerpo se desvaneció, mis manos y piernas empezaron a temblar, mis lágrimas caían sin problema sobre todo mi rostro. Sentí los abrazos de Gled, ella hablaba pero no entendía nada, me encontraba en la verdadera oscuridad, nada podía detener o aliviar el dolor que se apoderaba en mí al pasar de cada segundo. No sé cómo caminé a donde estaba la ventana, el lugar donde por primera vez suspiré por él, y donde empecé a enamorarme. Era tanto el dolor por el engaño, la deslealtad, el descaro, y sin más grité con todas mis fuerzas «te odio Louis, te odio» y luego ya no recuerdo, no recuerdo que pasó conmigo.

«Sann, vamos despierta, por favor» creía escuchar a Gled, cuando intento abrir mis ojos, estaba todo nublado, y yo acostada en la cama de Aldo, no entendía que pasaba aún. ¿Qué pasó? ¿Por qué estoy aquí? pregunto

– Sann qué bueno que despertaste, me asustaste, ¿no recuerdas nada?

Todo regresa a mí, ese audio, y ese, ese terrible dolor en mi pecho, tratando de contener mis lágrimas, intento decir que todo estaba bien, pero es imposible, mis ojos se cubrieron de lágrimas, con mis manos intenté cubrirlos para que Gled no se diera cuenta. 

Ella solo me abrazó diciendo «perdóname Sann, no quería causarte este dolor». 

No podía responder, quería decirle que hizo bien, que yo estaba bien, pero las palabras no me salían, nunca antes había sentido algo parecido a lo que me está ocurriendo ahora mismo, esto jamás lo vi venir.  

Capítulo 8: Una visita al hospital

Han pasado tres semanas desde aquella mañana, tres semanas en las que no he salido de casa, y lo que es peor, tres semanas en que no he vuelto a coger el teléfono o el portátil. Yo solo quise desaparecer de ese mundo, un mundo que me hizo conocer el amor, así como odiarlo. Esto puede parecer muy exagerado o estúpido para quien me oyera, hasta yo lo creo. Fui una tonta, tal vez la más tonta en el mundo. Por culpa de él, no he vuelto a sonreír, me la he pasado rechazando a mis dos mejores amigos y hasta he bajado notablemente de peso, ¿cómo no? si apenas pruebo bocado. Mis padres no saben todo lo que me está ocurriendo, pero por el aspecto que traigo, creen que estoy enferma y decidieron llamar a Luciano para que venga a verme, las ventajas de tener un amigo médico en la familia.

(Suena el timbre de la casa)

«Hola hijo, adelante, te agradezco que hayas venido a ver a Sann. Yo no la veo bien, últimamente ha perdido mucho de peso» – dijo mi madre

– «No se preocupe señora, usted sabe que estimo mucho a Sann, es como una hermana para mí y también me preocupa lo que dice» – responde Luciano

«Te estaré agradecida hijo, vamos, te acompaño a su habitación para que la revises» – dijo mi madre

– «Usted primero por favor» – Luciano

«Aquí está, mírala, yo sí creo que está enferma, te dejo para que la revises» – dijo mi madre

» Hola pequeña Sann, cuando Gled me contó lo que había sucedido, jamás imaginé encontrarte así, hace semanas que no sabemos de ti» – Luciano

– En verdad lamento que me veas así, no estuve preparada para un golpe así, y lo peor es que no sé qué hacer para mejorar. – respondo

«Sann, nadie está preparado para lo que nos espera en un futuro, pueden ser situaciones felices o tristes, sea lo que sea tienes que saber manejar esas situaciones. En tu caso fue una triste, pero que lo sea, no significa que todo en ti sea así, tienes una carrera que terminar, tienes una familia y unos amigos que siempre estarán para ti y sobre todo, tienes unas vacaciones que disfrutar. ¿O qué, tú crees que quien te generó esta situación está así o peor que tú?»

– No lo había visto así, y lo peor es que odio darte la razón. Quisiera desaparecer un tiempo de aquí, respirar otro aire, conocer nuevas personas pero ya no a través de un portátil.

«Vamos!, acabo de escuchar a la Sann que yo conozco, a la brujita Sann (risas). Menos palabras y más acción. Aparentemente tu presión está muy bien, pero por el semblante de tus ojos y rostro puedo deducir que puedes estar presentando problemas con tu nivel de hemoglobina. Para esto, necesito que me acompañes al hospital y te tome una muestra de sangre. Alístate, te espero afuera» 

– Como diga doctor Luciano Wheeler, en 10 minutos estoy lista (risas). Sonreí después de tanto tiempo, se sentía tan bien volver a hacerlo.

«Hijo, cuéntanos, ¿cómo está Sann?» – pregunta mi madre

«Al parecer Sann presenta tener problemas con su nivel de hemoglobina, su semblante, la pérdida de peso, su nivel de energía. Para corroborar mi diagnóstico necesito llevármela al hospital, ya conversé con ella y se está alistando» – Luciano

«Esperemos se trate de eso y no de algo peor, con vitaminas y buena alimentación, su situación puede mejorar, aunque últimamente se le ha de no comer». – responde mi madre

«Al parecer el no comer es lo que le ha traído esto» – Luciano

Estoy lista Luciano, ¿ya nos podemos ir? – es lo que digo mientras cierro la puerta de mi habitación 

«Si no hay algún inconveniente, podemos irnos ahora mismo» – Luciano

«Vayan, no pierdan más tiempo, hijo te agradecería si acompañas de regreso a Sann» – dice mi madre

– Madre, no estoy muriendo, puedo regresar yo sola, no quiero causarle más molestias a Luciano. – respondo mientras me dirijo a la calle.

«Ya se la traigo, no se preocupe, hasta más tarde» – responde Luciano a mi madre

Oye, ¿ya viste? colocaron un nuevo letrero aquí, aparte de que el clima está perfecto hoy – digo esto tratando de entablar un conversación con Luciano mientras caminamos al hospital

– Uff Sann para iniciar una conversación conmigo, no lo haces nada mal eh (risas)

Claro, esto debió sonar muy tonto, quién habla de un letrero y el clima con un amigo que conozco desde que tengo 5 años, al parecer el no salir, ha hecho que mi cerebro salga perjudicado, al menos para generar ideas creativas. «¿Sonó muy tonto, no? ya no te rías, no es gracioso» – respondo mientras sonrío un poco.

– Te ves muy linda sonriendo Sann, nunca dejes de hacerlo, iluminas el día con tu sonrisa, eres como el sol que necesitan las mañanas. – Luciano dice esto mientras que con sus manos sostiene mis mejillas y acerca mi rostro a su pecho. Después de los peores días de mi vida, no había sentido tanta tranquilidad en un abrazo. Él es mi mejor amigo, mi hermano.

Llegamos al hospital y el tan solo imaginar la aguja dentro de mi brazo, hace que desee correr de aquí. (Vamos, la última vez que recibí un pinchazo por una aguja fue cuando me accidenté y no lo recuerdo porque estaba inconsciente, ahora sucede lo contrario y en realidad estoy temblando, uff)

– Listo Sann, será muy rápido, ni siquiera sentirás dolor, tú tranquila. 

Sí, claro lo dice el que colocará la aguja en mi frágil brazo, uff

– Jajajaja ya Sann, no actúes como si tuvieras 7 años

Hagamos algo, yo cierro los ojos, mientras tanto tú me sacas toda la sangre que necesites, pero lo haces muy rápido, espero no gritar, en verdad lo digo.

– Como diga la paciente –

Luciano dice esto como si él estuviera a mi mando, la verdad es que me hace mucha gracia cuando actúa así, sin alargar más esto, sonrío y cierro mis ojos.

«Listo, ya está. Ahora debemos esperar los resultados, hoy mismo los tendremos, es rápido» – escucho decir a Luciano

¿Tan rápido?, ni siquiera sentí cuando me colocaste la aguja, vaya que estoy con uno de los mejores médicos jajaja

– Por favor pequeña, honor que me haces (risas).

Solo digo la verdad Luciano, cuando te gradúes gritaré que tengo como mi mejor amigo al mejor médico jajajaj

(pasaron unas horas, ya era mediodía)

– Listo Sann, aquí están los resultados, al parecer era lo que sospechaba, presentas valores bajos de hemoglobina, es decir, anemia. Tienes que consumir este jarabe que contiene vitamina B12, aparte de sulfato ferroso antes de cada comida, y sobre todo consumir alimentos altos en hierro, como la leche, huevos y menestras. Aquí te escribí todo lo que te acabo de decir, por favor, sigue mis indicaciones, te lo digo no como médico, sino como tu amigo. ¿De acuerdo?

Está bien Luciano, seguiré tus indicaciones, si eso es todo, debo ir a casa.

– Sí, ahora mismo firmo mi asistencia y te acompaño. Recuerda que tu mamá me pidió el favor de hacerlo.

Mi madre estaba exagerando, no es necesario. Además quiero caminar un momento por la playa, quiero aprovechar que salí para pensar algunas cosas.

– No puedo dejarte sola Sann

Por favor Luciano, ya hiciste mucho hoy por mí

– Está bien Sann, pero cuando llegues a tu casa, le dices a tu madre que me llame para explicarle sobre los resultados y disculparme por no cumplirle con lo que me pidió

No te preocupes, todo estará bien. Gracias por todo lo de hoy, cuídate – me despido con un abrazo y me dirijo a la calle que me llevaría al muelle, esperando encontrar algo de paz después de todo.

Capítulo 9: Un viaje inesperado

Caminar por la playa es como dormir despierta, el sonido de las olas del mar son mi melodía favorita, este es mi lugar al que siempre voy a pertenecer.

Sentada en la orilla, pienso en todo lo que he pasado estos últimos meses, en cómo mi vida cambió. Pensé en que si la vida está lleno de cambios y sorpresas, me pregunto, que nueva sorpresa me esperará ahora, si esta es mala, ¿yo seré lo suficiente fuerte para soportarla?. Y si es buena, entonces por fin volveré a ser como antes y nuevamente conoceré la felicidad. Vaya son tantas suposiciones, tantos pensamientos que solo espero no volverme más loca de lo que comúnmente suelo estarlo.

Admirando el atardecer, empiezo a hablar sola (vamos, esto es lo más normal en mí). «Me la he pasado toda mi vida pidiendo deseos al mar, deseos antes de apagar velas en los cumpleaños, deseos al cielo. Todos pidiendo por los demás, para que el dolor de las demás personas en algún momento cesaran. Ahora yo estoy aquí pidiendo por mí, deseando que mi dolor algún día desaparezca y que todo lo que me está pasando ahora solo sea parte de un mal sueño.

No sé cómo ocurrió, ni en qué momento pasó, pero de pronto vi una sombra al frente mío, y una mano acariciando mi cabello por la parte de atrás. Pensé que se trataría de un pervertido, así que me asusté y dije «¡Auxilio!», me levanté y me alejé corriendo del lugar. Cuando estaba a una cierta distancia, decidí mirar atrás y ver de quién se trataba. Fue muy grande mi sorpresa. 

Era Noha, mi prima, antes de Gled y Luciano, estaba ella, ambas nacimos el mismo día, en el mismo hospital, y hasta crecimos en la misma casa hasta que ella cumplió 4 años y mis tíos decidieron mudarse a Barcelona. Desde entonces solo nos vemos en las vacaciones, ella siempre viaja por vacaciones, yo solo visité Barcelona cuando tenía 5 años, no recuerdo muy bien, pero hay muchas fotografías sobre ese viaje. 

«Vaya susto que me pegaste Noha, pensé que se trataba de un depravado y por eso no dudé en gritar. ¿Pero cuándo llegaste?, pensé que no vendrías estas vacaciones» – dije mientras la abrazaba

– «Sann era un sorpresaaa, las sorpresas son así, inesperadas. Pero ¿por qué tan a la defensiva? 

«¿Las sorpresas son así?, claro que son así de inesperadas, díganmelo a mí» (Pienso). Vaya que sí lo son, qué  bueno es verte, y solo actúe como cualquier chica que siente miedo

– «Por qué presiento que se trata de algo más, dime ¿qué le pedías ahora al mar, eh?»

«Sabes que si te cuento mi deseo, jamás se me cumplirá, así que olvídalo. Mejor vamos a comer algo, porque desde que desperté no he probado nada que no sea agua»

– «Vaya y eso por qué, ¿estás enferma?. Y yo que venía con todas las intenciones de surfear unas olas, así como relajarme del largo viaje»

» Si yo fuera tú, estaría durmiendo, no sé cómo llegas a tener tanta energía»

– «jajaj lo dice la persona que no sabe estar en una sola cosa, te recuerdo que tú eres igual o peor yo»

(Vaya, si tan solo supiera que llevo semanas sin salir de mi cama) pienso. «Para que te enteres, desde hace semanas solo somos mi cama y yo, y hoy solo salí a hacerme unos análisis»

– «¿Análisis?, ah sí, algo escuché a mi tía. ¿es algo serio lo que te ocurre?  

«No, solo debo alimentarme mejor. Es que entre la universidad y las cosas que comúnmente hago han hecho que descuide un poco mi alimentación, pero mejoraré. Me da gusto que estés aquí Noha, de verdad lo digo»

– «No, a ti te sucede algo Sann, te conozco, lo puedo ver en tu mirada, es triste y tú no eres así»

«Está bien te lo contaré todo, pero primero compremos unas galletas»

Caminando por el muelle y comiendo unas galletas de chocolate empiezo a contarle todo lo que había pasado con ese chico de internet (no soy capaz de volver a repetir su nombre). Cuando termino de hacerlo, puedo ver la expresión de enojo y decepción en su rostro. 

– «Sann, todo lo que me dices parece tan repugnante. Y ahora comprendo todo por lo que estás pasando. He pasado algo parecido el año pasado, fue el primer chico que había conocido, y creí que se trataba del verdadero amor. Pero después de muchos días entendí que el verdadero amor, no siempre es el primero»

«Yo estaba convencida de que sí, y que no importaba cómo haya iniciado, ni la distancia, ni el contacto físico, si los sentimientos eran reales, pero supongo que todo lo romántico de esto solo estaba en mi mente, ¿cómo hiciste para seguir como si nada?

– «Sann, yo no seguí como si nada. Estaba así como tú estás ahora, pero un día mis amigos me propusieron realizar un viaje a un bosque por Navarra, una ciudad que está a casi 5 horas de Barcelona, no tenía ánimos de ir, pero ellos me convencieron. No sé si fue un milagro ese viaje, pero después de estar en esa selva, comprendí que no todo es malo, y que solo fue una mala experiencia, una que me enseñó a tener más cuidado con las personas que dejo entrar a mi vida, y sobre todo a no crear vínculos a través de una pantalla»

«Uf, quisiera yo tener una oportunidad así. Es decir, la de viajar a un lugar lejano, tuviste mucha suerte con esos amigos tuyos Noha»

– «Pero qué dices Sann, yo habré tenido la suerte de mis amigos y tú ahora tienes la suerte de tenerme a mí. Mira yo tengo unos ahorros, y estoy segura que tú también, podemos viajar a algún lugar de aquí, un lugar cercano. ¿qué te parece?

«Mmm ¿has perdido la razón, no? Que te haya funcionado a ti, no significa que me funcione a mí»

– «Sann, míralo de esta manera, estamos de vacaciones, es verano, cambiar de aires te haría muy bien ahora, y de paso yo te acompaño en esta aventura»

«Supongamos que acepto, tendría que pedir permiso, explicar motivos, comunicarme siempre con mi mamá, en lugar de relajarme, me estresaré»

– «Si tú quieres, yo puedo arreglarlo todo, vamos, di que sí» 

«Ya deja de saltar como un conejo. Está bien, pero si mis papás empiezan a hablar demasiado, olvidamos esto»

– «Vale, vale, está bien, vamos ahora mismo que también están mis papás en tu casa»

(Pasaron 30 minutos)

Llegamos a mi casa y allí estaban mis tíos con mis papás bebiendo un vino, celebrando su llegada después de tantos meses. Cuando saludaba a todos, vi que Noha le dijo algo al oído a su mamá, es decir a mi tía y juntas se fueron a la cocina, desconozco lo que hayan hablado, yo solo quería ir a mi cuarto a dormir. Cuando iba a retirarme, mi tía aparece con Noha y pide que escuchen lo que ella tiene que decir.

«Femir, Ernesto y Claudia, escuchen lo que tengo que decir. Mi hija me acaba de dar una idea genial para festejar las fiestas navideñas y recibir el nuevo año, así como pasar unas estupendas vacaciones entre todos» – dice mi tía con una sonrisa en su rostro

– Muero de curiosidad por saber qué se le acaba de ocurrir a Eli (sonríe) – respuesta de mi tío (Femir)

«Hace cuanto tiempo que Ernesto y Claudia no van a visitarnos a Barcelona, muchos años. ¿Por qué no aprovechamos estos meses que las chicas están de vacaciones, así como nosotros y vamos todos un tiempo por Europa?, qué les parece»

– «Vaya, mi esposa nunca deja de sorprenderme, pero me parece un buena idea. Hermano,¿ qué dices, nos unimos a la aventura que nos propone Eli'» – comenta mi tío dirigiéndose a mi padre mientras bebe un poco más de vino

«Esto me toma por sorpresa, mi suegra está aquí, mi esposa tiene trabajo aquí y yo la próxima semana viajo por trabajo, nosotros no podemos viajar, tal vez en otras circunstancias, hubiéramos aceptado» dice mi padre disculpándose

– «Mmm bueno, lamento que no aceptes mi invitación Ernesto, pero Sanne está de vacaciones, si ella desea viajar con nosotros, ¿la dejarías?. Estaría con nosotros y con Noha»

«Bueno, no sé, preguntemos si desea ir. ¿Sanne, tú quieres viajar a Barcelona con tus tíos? – escucho preguntar a mi padre

Desconcertada miro a Noha y respondo: «Ehh, bueno si no me necesitan aquí con ustedes, claro que me gustaría ir»

– «Pero Sann no tiene visa, solo su pasaporte, así quisiera y nosotros la dejáramos, ella no podría viajar» – responde mi madre

«Oh, no Claudia, ahora ya no es necesario, con el pasaporte es suficiente, y para los trámites como visitante no tomaría más de dos semanas para conseguirlos» – responde mi tía 

«Bueno en ese caso, Sann decide, por mí no hay problema en que viaje unas semanas con ustedes, creo que de tu parte tampoco, no Ernesto? – dice mi madre mientras voltea a mirar a mi padre

«No claro que no, mi Sann ya es toda una adulta, claro que puede viajar, se merece después de tanto estudio» 

«Entonces sí puedo ir, ¡genial papá!» es lo que digo mientras abrazo a mi papá y luego de hacer lo mismo con mi madre. «Bueno, voy a mi cuarto» – digo esto mientras tomo la mano de Noha y voy con ella de prisa a mi cuarto. 

«Oye yo me imaginé viajar a cualquier lugar, menos ir a Barcelona, ¿qué le dijiste a mi tía eh?»

– «Nada que no fuera cierto, solo que hace tiempo no pasamos unas vacaciones todos juntos por mi casa y ya lo demás se le ocurrió a ella, ¿qué gran idea verdad?»

«Maravillosaaa Noha, eres la mejor prima que puede tener, te mereces esto y mucho más» – digo esto mientras la lleno de besos por todo el rostro

– «Jajaja Sann fue suficiente. Ahora debemos de enfocarnos en alistar tus maletas y sobre todo tus mejores bikinis, quién sabe y encuentras en verdadero amor en una de las tantas playas que iremos»

» A ver Sann, tengo entendido que en España es invierno, no verano, además no deseo conocer a ningún hombre, detesto a todos»

– «Mmm es cierto, es invierno, pero no es tan intenso, así que no pongas excusas. Y haces bien en detestarlos, solo era una broma Sann, no te enfades»

«Está bien Noha. Hay que colocarnos la pijama para dormir, mañana tengo que iniciar con los trámites del viaje, y luego me ayudarás a empacar»

– «Estoy emocionada Sann, vamos juntas a un viaje, ya quiero llegar a Barcelona (risas)»

«Pero si vives en Barcelona, ¿no estás aburrida de la misma ciudad?»

– «De la ciudad no, de la universidad sí jajaja. Hay muchos lugares divertidos, además no salgo de Barcelona y Madrid, esas son las dos ciudades que más frecuento, por eso digo que contigo allá será diferente»

«Me pasa lo mismo aquí, bueno debemos dormir.»

Noha, te quiero y tu llegada ha sido como un milagro.  

Capítulo 10: El encuentro 

 Las dos semanas de trámites pasaron muy rápidas, ahora todos nos encontramos en el aeropuerto. Nuestro vuelo sale a las 10 de la noche, aún faltan 20 minutos para abordar, así que me dirijo a la cafetería por unos snacks y algo de café, La verdad es que es la primera vez después de mucho tiempo que viajo en avión y eso me tiene algo ansiosa.

Mientras camino con el café y los snacks en mis manos, intento llegar a donde estaban todos muy de prisa porque tan solo quedaban 10 minutos. Todo estaba controlado hasta que un idiota atravesó mi camino e hizo que me desplomara en el piso.

«Oh no, qué sucedió, mi café, mi ropa» «Pero qué te pasa, fíjate por donde vas, mira cómo me dejaste» «Tengo un vuelo en menos de 10 minutos, eres un idiota, uff» «Al menos ayúdame, no te quedes allí sentado mirándome como una estatua» 

– Ella es muy hermosa, quizá la chica más hermosa que haya visto en toda mi vida, lástima que está más loca que una cabra. «A ver niña, fuiste tú quien se atravesó en mi camino, déjame ayudarte, y deja de hablar tanto. Por tu culpa perderé mi vuelo, la próxima vez no corras como liebre, esto es un aeropuerto por el amor de Dios» «Espero no volver a cruzarme contigo» – resopla

Es un atrevido, ¿cómo pueden existir hombres así en el mundo? Seguramente en casa no le enseñaron a respetar a las mujeres. «Claro que espero lo mismo también yo, uuuuff. Espero tener tiempo para cambiarme de blusa al menos. Felizmente pedí café frío y no caliente, sino ya estuviera como un pollo, uuuufff idiota» – resoplo 

Caminando con toda mi ropa mojada, me encuentro con Noha, sus expresiones eran de burla hacia mi tragedia. «Pero, ¿qué te ocurrió Sann, tantas ganas de café tenías que terminaste cubriéndote de el?»

«No seas tonta Noha, choqué con un idiota y todo el café cayó sobre mí. Necesito cambiarme de ropa, no puedo subir así al avión»

– «Ni de broma, debemos abordar ahora mismo, tengo un top en mi bolso, te lo daré al subir, vas al baño y te cambias allí, y al llegar si hace demasiado frío te daré mi abrigo»

«Como digas Noha, ayúdame con esto por favor» – refiriéndome a mis chocolates

Ya nos encontramos en el avión y fui a colocarme el top. En realidad esto parece más un brasier, no me cubre casi nada, no quiero decir que las tenga extremadamente grandes, pero a esto le hace falta un poco más de tela – pienso

Caminando con mi blusa sucia hacia mi asiento, el avión empieza a moverse. «Noo, qué sucede» «Dios mío no quiero morir» – grito como caer en uno de los asientos. 

«No entren en pánico estimados pasajeros, solo es turbulencia» – escucho decir a la azafata

«Turbulencia» – digo mientras abro mis ojos. Cuando lo hago, «¿Queeee? ¿Tú qué haces aquí? Retira tus asquerosas manos de mi cintura ¡cretino!»

– No puede ser, otra vez ella. No voy a negar que me encanta tenerla sentada sobre mí, es bellísima y ese …(se dio cuenta de quien soy, ya no puedo seguir pensando) «Espera, pero si ni siquiera te estoy cogiendo, tú sola te caíste en mis piernas, estás completamente loca» y me quedo mirando lo que trae detrás de ese sexy escote que apenas la cubre.

«¡Qué miras depravado!, y luego me llamas loca a mí»- es lo que le cuestiono mientras cubro mi busto y me levanto del lugar. 

«¿Mirar?, como si hubiera mucho que mirar allí»

«Eres un idiota, irrespetuoso, ¡dame esto!» Refiriéndome a la blusa sucia. 

«Oh sí tómala y vete a tu asiento, ya no soporto tus horribles gritos»

– «Bien, bravo Sann, al parecer hoy fue el día donde te tocó conocer a puro imbécil» – expreso mientras me dirijo a mi asiento

«Ah sí, y a mí el de pura loca suelta» Pero de dónde habrá salido esta chica. Ella es muy linda, pero con un genio de los mil demonios, Dios me libre de alguien así.

– «Esa chica es muy linda y tiene un buen carácter» – escucho decir al señor que estaba en el asiento de a lado. «Vaya que sí lo es, lástima que su carácter arruine su belleza» – respondo. «Esas chicas son las más interesantes. Mi esposa también solía tener un carácter particular cuando se sentía atacada, luego la conocí y descubrí que era perfecta, tan perfecta que terminé proponiéndole matrimonio, nos casamos y ahora ella me espera en casa con una deliciosa paella». «Usted tuvo mucha suerte, pero no creo que esta chica se parezca a su esposa. Yo nunca podría, ni siquiera tener una amistad con una chica así» – respondo mientras miro la ventana. «Uno nunca sabe hijo» – escucho decir mientras golpea mi hombro.

(Han pasado 12 horas)

«Estimados pasajeros, ya vamos a aterrizar, por favor todos colóquense el cinturón de seguridad» – comunica la azafata

– ¿Ya llegamos Noha? – pregunto mientras despierto. «Sí Sann, en un momento bajamos»

– «Está bien, me prestas tu abrigo para bajar, no quiero coger un resfriado por estar de exhibicionista con este trapo que traigo puesta»- respondo. «Yaaa Sann, te lo daré al bajar» – responde

Era de medio día cuando llegamos, esperábamos nuestro equipaje, como demoraban en la zona de desembarque, decido ir al sanitario. «Voy al sanitario, los esperaré en la zona de los taxis, si sucede algo me llaman al teléfono, lo llevaré conmigo» 

-«Está bien hija, Noha se encargará de tu maleta, nos vemos afuera» – responde mi tía

En realidad debo ir a arreglar mi cabello, las personas que me ven, pensarán que mi cabeza no conoce un peine. Mientras me dirijo al sanitario, logro identificar al idiota del aeropuerto y del asiento, él estaba muy lejos. Espero no cruzármelo en los días que estaré aquí. «Vamos, qué dices Sann, la ciudad es demasiado grande como para cruzártelo» – digo mientras camino tranquila

¡Vaya, ahora sí parezco una chica decente (sonrío)!

Llego a la zona de los taxis y allí estaba Noha con mi maleta. «Me ganaron en llegar, tardé un poco por culpa de mi cabello, lo siento» 

– «Sí ya veo, vamos sube» – responde Noha

Después de 40 minutos en el taxi recorriendo Barcelona, llegué a la casa de mis tíos. 

«Yo solo quiero bañarme, colocarme la pijama y dormir unas horas, ¡estoy muerta!» 

– «Ve a relajarte Sann, nosotros haremos lo mismo, que Noha te indique el cuarto donde te quedarás» responde mi tía

«Gracias tía Eli, es un amor, nos vemos luego»- respondo mientras la abrazo y la beso en la mejilla

– Sann, descansa todo lo que quieras hoy, porque mañana empieza nuestra aventura, te llevaré a unos lugares increíbles – dice Noha

«Sí, desde mañana soy toda tuya, ahora déjame descansar un poco» – digo mientras me dejo caer en la cama

«Oh vaya me he quedado dormida, colocaré un poco de música y arreglo todo esto» – refiriéndome a las maletas y a mi aspecto deplorable.

 Sonando [Me convencí de que me amabas … Me mentiste] de «Además de mí» en mi playlist modo aleatorio, recordé al sujeto virtual. No dejaré que una simple canción arruine mi llegada a este maravilloso país. Salí de la bañera y cambié la canción. Mientras regreso a la bañera decido llamar a Gled.

– «Holaa, con la mejor amiga del mundo»

– Samm, pero qué locura llamar a estas horas, es de madrugada, ¿ya llegaste?

– «No mientas, allí deben ser las 7, sí ya llegué. Ahora estoy tomando un baño y decidí llamarte»

– Por eso, son las 7, estamos de vacaciones Sann, despierto a las 10. Mmm así que ya llegaste, espero mucho regalos a tu regreso eh

– «Jajaja apenas llego y tú pensando en los regalos, no te preocupes te llevaré muchos regalos. Te dejo seguir durmiendo, saludas a Luciano de mi parte»

– No sabes, Luciano ayer viajó a Cuba, soy la única aquí. Ustedes sí que tienen mucha suerte, pero no se preocupen, ya llegará mi momento

– «¿Aah? Noo me dijo nada, es más cuando me despedí no me dijo nada, no habrá pasado algo con su abuelo, él vive allí»

– No Sann, ayer me dijo que se iba a Cuba a relajarse. Yo creo que tiene un amor por Cuba, solo por una semana

– «Bueno si es así, ese chico se lo merece, te dejo Gled, luego conversamos»

– Cuídate Sann, disfruta tu estadía, toma muchas fotografías!

– «Te quiero Gled, bye»

Pobre mi amiga, se la pasará aburrida estas semanas, pero cuando regrese prometo no separarme ni un solo día de ella. Seguiré disfrutando de este baño, ¡pero qué delicioso aroma tiene este jabón!

«Es suficiente Sann, debes comer algo y luego dormir. Mañana te espera un largo día por la ciudad» (atentamente: mis pensamientos)

Capítulo 11: La fiesta

Después de tres largos días de paseo por las diferentes ciudades de España. Noha y yo hemos decidido pasar el fin de semana en Ibiza, nos quedaremos en un hotel. 

En realidad, nosotras vamos porque David Guetta, el Dj de música electrónica más famoso hará una presentación en Hi Ibiza!!!. Esto es realmente increíble, tan increíble que no sé qué vestido llevar.

«Sann, aquí tengo los tickets de ingreso a la fiesta. Toma, guárdalos en tu bolso, nadie debe enterarse de esto» – escucho decir a Noha mientras sacaba más vestidos del clóset. «Está bien yo los guardo». Mis tíos no saben que iremos de fiesta en Ibiza, ese será nuestro primer secreto como primas jajaja

Eran las 9 de la noche, terminé de cenar y subí a mi habitación, le dije a Noha que haga lo mismo cuando termine, necesitaba tratar algo urgente con ella. Sí, aún no había encontrado el vestido adecuado para ir, así que necesito de ella.

«Mira Noha, nada es apropiado, todos mis vestidos tienen flores, pareceré una niña entre todas las personas que vayan»

– «Vaya que sí es un problema, pero te puedo prestar alguno. Ven, vamos a revisar mi clóset»

– «Mira aquí están todos, desde los cortos hasta los largos. Yo elegí este azul con brillos, me queda hasta el tobillo»

«Ese vestido es perfecto, resalta muy bien tu figura, ahora busquemos uno apropiado para mí»

– «Qué tal este, color rojo, corto, ceñido al cuerpo, y mira tiene un pequeño escote en la espalda, pruébatelo, rápido»

«Me gusta, me lo probaré, ¡graciasss!»

– «Sann, ¡el vestido! qué precioso te queda, es perfecto. Vamos colócalo en la maleta. También llevaremos unos bikinis. ¡La pasaremos increíble Sannn!»

«Espero que sí Noha, unos días más y mi estadía por aquí termina. ¿A qué hora sale nuestro vuelo?

–  «A las 7 de la mañana Sann, debemos estar a las 6:30 en el aeropuerto»

«De acuerdo, en ese caso ya debo ir a dormir, no quiero parecer un zombie mañana»

– «Jajaja sí está bien, ve a dormir, yo también haré lo mismo»

Son las 6 de la mañana (suena la alarma)

«Qué temprano es, no quiero levantarme de la cama, dormiré solo cinco minutos más»

– «Sann, abre la puerta, ¿ya estás lista?. Llegaremos tarde» – escucho decir a Noha. «¡¡¡No puede ser!!! Los 5 minutos se convirtieron en 20. No sé cómo hice para alistarme en 10 minutos, creo que de nada me olvidaba. El taxi ya estaba afuera esperándonos.

– «Uuuf Sann, estoy segura que cuando te toque viajar sola perderás todos los vuelos»

«Jajaja qué graciosa. Noha logré estar lista en 10 minutos, increíble, eso fue en tiempo récord»

Luego de 2 horas de viaje, (debo decir que este fue uno muy agradable, porque no hubo ningún tipo de accidentes como lo hubo en el anterior).

– «Iré por nuestra maleta Sann, tú ve saliendo y espérame en la zona de los taxis»

«Está bien, me llamas por si sucede algo»

Estando en el taxi, Noha le da la dirección del hotel al chofer, mientras yo me pierdo en la maravillosa vista de Ibiza. El día está muy soleado, palmeras que adornan las calles, un lugar espléndido para bailar.

Llegaron las 10 de la noche, Noha y yo empezamos a alistarnos para ir al HÏ Ibiza, según internet, esta es uno de los mejores lugares aquí en Ibiza, además de que vamos a conocer a David Guetta. Estoy muy emocionada, eso sí solo bailaré, no soy buena amiga del licor y no quiero hacer ningún espectáculo.

– «Vaya, vaya, pero qué preciosa te ves Sann. Todos quedarán hipnotizados al verte» – dice Noha mientras me ve salir. «Bueno, conoceré a una celebridad. Tú te ves mucho mejor que yo, mírate». – «Somos las primas Zevaz, así que esto lo heredamos jajajaj»

«Estás loca Noha, mejor vayamos bajando. Pedí el taxi hace poco, según esta aplicación, está muy cerca de aquí»

– «Sí, vamos Sann, aquí tengo los tickets, y nuestras carteras. ¡Aaaaah qué emoción Sann!»

Pasó como una hora para llegar al lugar, estábamos ingresando y ya se escuchaba la música. Cuando algo así sucede, mi cuerpo empieza a perder el control y solo se de deja llevar.

» ¡Oh no!, es Titanium Nohaaaaa, ven apresúrate»

– «Sii, esooo Sann, disfruta de la música, ¡¡¡¡ es genial !!!!»

» Puedes ir por algo de beber, pero que no contenga mucho alcohol por favor Noha, ¿siii?»

– «Sí, justo eso iba a hacer Sann, espérame aquí»

Mientras esperaba a Noha, me perdí con lo que sonaba en ese momento ‘Play Hard’

[Work hard, play hard

Work hard, play hard

We work hard, play hard

Keep partyin’ like it’s your job]

La verdad no me importaba la gente, yo estaba en lo mío, disfrutando.

Capítulo 12: Un encuentro inesperado

Jack Howard

– Y este soy yo Jack Howard, soy de Buenos Aires y hace unos días viajé a Barcelona para olvidar que mi novia me engañó con mi mejor amigo. No me considero el hombre más fiel, pero nunca me metería con la novia de uno de mis amigos, esa es mi regla. 

Hace unos días cuando iba a tomar el vuelo a Barcelona, choqué con una loca de baja estatura, muy linda pero un poco mal de cabeza. Es lo más extraño y divertido que me ha podido suceder siendo honesto. 

Una experiencia sin importancia que conté a mis amigos para que rieran un poco. Hablando de otros temas, hoy saldré de fiesta con ellos en Ibiza, lugar donde se realizan las mejores fiestas y sobre todo donde van muchas chicas lindas, tal vez esta noche una de las tantas que asistan caiga rendida ante mí.

Ya era media noche, todos estábamos dentro de Hï Ibiza, a mis amigos les encanta la electrónica y a mí ni qué decir. Todo parece tranquilo, el ambiente, y como me lo suponía, muchas chicas lindas. Mis amigos habían ido por unos tragos mientras yo me quedé en la superficie del lugar, podía observar a todos bailar a ritmo de la música, pero algo; alguien tiene toda mi atención. Se trataba de una chica, ella bailaba pero no como las demás, sino con tal seducción, mi mirada se perdía en ella y aunque no puedo ver aún su rostro, me pierdo en sus movimientos, hasta que logro ver de quien se trata, ella era la loca del aeropuerto ( yo olvido ese detalle en este momento). Ese vestido que llevaba puesto, sus ondas, sus manos tocando su cabello, la convertían en la inalcanzable, en la única de esta noche. 

Todas las demás desaparecieron en ese momento y mis ojos se quedaron atrapados en la sensualidad de su baile, nunca había visto algo así. «Esta mujer parece haber sido creada por los mismos Dioses del Olimpo, al parecer está sola, bajaré a saludarla, quizá ni me recuerda» 

Sanne

«¿Por qué tardará tanto Noha?, iré a verla» – pienso mientras miro la barra de las bebidas, pero de pronto escucho «Hola, buscas a alguien». Inmediatamente volteo para saber de quién se trataba y lo que veo es una pesadilla «¿Otra vez tú?» 

– «Sí soy yo, pero esta vez no hay café ni turbulencia. ¿qué bueno, no?

Su sarcasmo es el peor, ni siquiera entiendo cómo pude coincidir con él aquí. «Sí, qué bueno» – lo digo mientras finjo sonreír.

– «Mmm bueno, déjame presentarme, soy Jack Howard y supongo que esta es una nueva oportunidad que nos preparó el destino para empezar de cero» – expreso mientras extiendo mi mano hacia ella

¿Empezar de cero? este sujeto debe de estar ebrio, seguramente no recuerda lo patán que fue conmigo y ahora quiere hacerse el caballero.  «Hola Jack, yo soy Sanne, y creo que esta coincidencia no es oportunidad de nada. Si me disculpas, debo buscar a mi prima, que debe de estar por algún lugar de aquí» – respondo mientras sostengo su mano. Su mano era fuerte, y sus venas la marcaban, vaya que era un chico apuesto y fuerte, lástima que lo guapo y fuerte no le quite lo cretino. – pienso mientras camino a la barra.

¿Sanne?, qué hermoso nombre, tan hermoso como su rostro, ahora que la tengo tan cerca puedo ver como el color de sus ojos marrones claros resaltan con ese color de labios, labios rojos con sus mejillas rosas, la hacen ver tan dulce, perderme en la mirada de alguien, jamás me había sucedido. – pienso mientras ella respondía a mi saludo y se aleja

– «Esta chica se me dejó aquí, ninguna antes me había hecho algo así. Todas al conocerme suelen pegarse como gomas de mascar y ella hizo todo lo contrario, al parecer no llamé su atención, tal vez tenga algún novio y decidió marcharse, aunque eso no es un problema para mí»

Me encuentro en la barra de las bebidas y no veo a Noha por ninguna parte, así que decido ir a los sanitarios, tal vez la encuentre allí. 

«Sigue, no pares por favor» – es lo que escucho mientras ingreso al sanitario, así como gemidos. «Vaya, tenían razón cuando calificaban a España como el país liberal» Ignoro los ruidos y decido arreglar mi cabello, como llamar a Noha, esperaba que me atendiera el teléfono. 

Cuando empiezo a llamar, escucho sonidos de llamada entrante en uno de los baños, y un «Oh no , mi prima, espera un momento», no lo puedo creer, el sonido venía del lugar donde estaban teniendo sexo, no dudé y fui a tocar la puerta. «Noha, estás allí, ábreme ahora mismo» – es lo que digo con mucho enojo

«Hola Sann, lo siento, qué vergüenza que me encuentres así» – Noha

– Noha pensé te había pasado algo, ¿quién es él? 

«Él es Chris, mi novio Sann» – Noha

– ¿Tu novio?, ¿desde cuándo es tu novio?, ¿desde ahora o qué?

«No Sann, vamos saliendo desde hace unos meses, vamos juntos a la universidad» – Noha

– Como sea, ya cumpliste una de sus fantasías, cuando termines me envías un mensaje

«Sann no te enfades, discúlpame, espérame en la barra, ya salgo» – Noha

– Sí como sea Noha

Jajaja vaya que al menos ella sí disfruta la noche, bueno yo iré a bailar, total ella parece estar siendo muy bien cuidada. – pienso mientras camino al centro de la pista de baile.

Justo cuando llego empieza a sonar una de Don Omar:

[Salió a la disco bailar
Una diva virtual
Uh!
Chequea como se menea
Uhh]

Cuando empiezo a mover mi cuerpo al son de la música, por un momento logro ver al chico que se había acercado a mí, era Jack en la barra del segundo piso, él estaba mirándome, podía notarlo. Yo seguía como si él no existiera, tal vez habían más personas mirándome, no me importa.

«Bailas demasiado bien Sanne, deseas que te acompañe» – escucho decir a alguien. Era él, era Jack otra vez. «Si deseas bailar, puedes hacerlo, hay espacio aquí» es lo que respondo ignorando totalmente su mirada. 

«No entiendo por qué tienes esa actitud conmigo, he hecho algo mal?» – pregunta él

– Solo no quiero que nada ni nadie arruine esta noche, y sí tienes razón, hay algo que hiciste mal

«Dime, porque no entiendo»

– Me llamaste loca más de una ocasión, liebre y hasta ahora no he oído unas disculpas de tu parte

«Bueno, en ese caso seguirás esperando esas disculpas, ahora recuerdo que tú también me insultaste llamándome depravado, así que también espero esas disculpas»

– Jajaja qué gracioso, quién me empapó de café fuiste tú, así que si quieres iniciar de cero como me dijiste hace rato, debes disculparte

¿Yo, disculparme? ¿Jack Howard? jajaja ni en sueños «si lo hago, ¿tú también lo harás?»

Tal vez, depende cómo suenen esas disculpas, mira sino lo harás, aléjate.

«Pero no te alteres, está bien ehh. Te pido disculpas por todo lo sucedido en el aeropuerto, y por las posibles incomodidades que te haya hecho pasar» 

Jajaja pensé que no te atreverías, está bien. Disculpas aceptadas 

«Ya, ahora te toca a ti»

Jajaja no me complace hacerlo

«Jajaj así que solo jugaste conmigo»

Para que no me tildes de malvada, ahora yo te extiendo mi mano, ofreciéndote disculpas por como reaccioné ese día. – es lo que digo mientras sonrío 

«Muy bien, disculpas aceptadas Sanne. Ahora me complaces acompañarte esta noche»

Bueno, está bien, solo hasta que llegue mi prima, ella está con su novio, cuando termine con él, vendrá conmigo.

«Como digas.»- digo mientras le doy una vuelta al son de la música y puedo admirar de cerca como su belleza resalta con ese vestido rojo que trae puesto. «Y dime, de dónde eres, puedo descifrar que no eres de España» – intentando entablar una conversación con ella.

No, no soy de aquí, solo vine unos días por vacaciones. Yo soy de Buenos Aires-Argentina. 

«Ah sí, yo también soy de Buenos Aires»

En verdad, no suenas como un argentino

«En ese caso tú tampoco»

Jajajaja tienes razón

«Oye, qué te parece si intercambiamos nuestros números telefónicos y así poder mantenernos en comunicación»

Eh no lo vayas a tomar mal esto, pero te acabo de conocer. 

«Ah, no, está bien, si así lo deseas, no pasa nada, tal vez volvamos a coincidir nuevamente en otro vuelo o en otra fiesta»

Jajaja tal vez, pero si sucede que no sea con café ni cuando haya turbulencia.

«Jajaja tienes mucha razón» «Ya escuchas, esta canción es muy buena, ven»- expreso mientras tomo su mano y la llevo al centro de la pista

¡Bailas muy bien eh!

«Ni qué decir de ti Sanne» eres bailarina o algo así

Jajaj no, pero me encanta bailar, además esta es la primera fiesta luego de estar más de una año encerrada en casa por la pandemia

«Te entiendo perfectamente, esta también es mi primera fiesta después de muchos meses»

¿Y estás solo aquí? – pregunto por solo curiosidad

«No, vine con unos amigos, pero ellos están en lo suyo con unas chicas»

Ah vaya, al parecer no pierden el tiempo jajaja

«Así parece, yo estaría igual, pero te vi y decidí estar contigo»

(Lo que dijo hizo que me sintiera nerviosa, ¿estaría coqueteando conmigo?)-pienso «Gracias, pero no deberías de separarte de tu grupo por una chica»

(Si tan solo supiera que ella no es tan solo «una chica») «jajaja oh no, yo solo actúo como un caballero, además como verás, me gusta bailar»

Jajaja es cierto, bueno vayamos a descansar un poco, estos tacones me están molestando un poco

«Está bien, de paso pidamos algo de beber»

Estábamos sentados en la barra unos 30 minutos, yo creo que iba por la quinta copa de brandy, ya empezaba a ver todo desequilibrado, logro ver el la hora, y eran las 4 de la mañana, yo quería irme , pero aún no tenía ningún mensaje o llamada de Noha, tal vez se fue con su novio a un hotel. Y ahora cómo me regreso yo al hotel a estas horas. – pienso mientras termino la copa de brandy.

Decido llamar a Noha y ella me respondió con un «Sann, lo siento. Ya estoy en el hotel Crhis me trajo»

No puede ser, cómo es que no me avisó, ninguna prima haría esto – digo en voz alta

«Sucede algo Sanne» – es lo que escucho decir por parte de Jack

Nada, simplemente que mi prima ya está en el hotel, y yo aquí, se olvidó de mí

«Si deseas puedo llevarte, ¿dónde queda el hotel?

No sé exactamente la dirección, pero creo que se llama Rosell o Roust, aaah no recuerdo muy bien. – es lo que digo mientras intento levantarme, pero todo me daba vueltas y simplemente allí es donde yo pierdo totalmente el equilibrio, y despierto en una cama que no es la del hotel donde yo me estaba quedando con Noha. ¿Qué sucedió?  

Capítulo 13: ¿Qué sucedió anoche?

¡Oou pero qué dolor! – Siento mi cabeza a punto de estallar. Tengo todo muy confuso hasta que logro estirar mi cuerpo y abrir completamente los ojos. «¿Dónde estoy?, ¿qué lugar es este?».. Es allí donde miro debajo de las sábanas y estaba sin el vestido. ¡Estoy en bragas! – Inmediatamente me levanto de la cama y me cubro con una de las sábanas para averiguar en dónde estoy, con quién, cómo, y qué ocurrió exactamente.

Cuando abro la puerta de la habitación y estoy bajando las gradas cuidadosamente logro escuchar voces, alguien estaba hablando por teléfono. Tengo tanto miedo ahora que prefiero esconderme detrás de una pared. «Todo está tranquilo por aquí, ella aún no despierta» – es lo que logro escuchar, no logro ver el rostro de ese hombre, pero seguramente es un pervertido, desperté sin ropa – «¿Qué hice anoche Dios mío?»

Cuando ya no logro escuchar ruido, sigo caminando, intentando encontrar mi ropa pero sin que ese hombre se de cuenta. Pero la suerte parece terminarse en este momento. «Ouch, ups» y caí al suelo. Sí, me había topado de espaldas con ese hombre. «Ouch, mi cabeza, mi pobre cabeza» – es lo que digo mientras intento levantarme. «Espera te ayudo, apóyate en mí» – es lo que escucho decir. Cuando levanto la mirada, puedo ver que se trataba de Jack. 

«Vamos no te asustes» dice él. – Mientras me cubro más con la sábana, dije: «No te atrevas a tocarme, ¿cómo fuiste capaz? No estaba en mis cinco sentidos» – le grito a la cara

«No grites, tranquilízate» 

«Cómo pides que me tranquilice si despierto en una cama sin ropa» 

«A ver, ¿de verdad no recuerdas nada? 

Su pregunta me avergüenza y bajo la mirada sin respuesta.

«No te preocupes, no sucedió nada entre tú y yo, subamos para darte algo de ropa» 

– Levanto la mirada con una sonrisa desconcertada y con el alivio de que no haya pasado nada. No me imagino tener mi primera vez y no recordarla. «Está bien, voy detrás de ti» – respondo.

«Esta camiseta está bien, gracias» «ehh, disculpa, me puedes decir ¿dónde están mis cosas? – pregunto

– Claro, ahora te las traigo, espérame aquí

«Está bien, mi prima debe de estar preocupada por mí, como no llegué al hotel»

– Toma, aquí está todo.

«Te lo agradezco, me puedes dejar un momento a solas»

– Sí claro, ya me retiro

Uff qué vergüenza, puedo notarlo en su mirada. «Hola ¿Noha?»

«Sann, hasta que por fin te dignas en aparecer, ¿dónde estás? – responde Noha por el teléfono

– Noha envíame la dirección del hotel por mensaje por favor, te lo explicaré todo al llegar.

«Pero, ¿estás bien? no me dices nada. Ya te envié por mensaje la dirección, revisa»

– Gracias Noha, ahora mismo voy.

Tengo que encontrar mi vestido, no puedo ir así al hotel. Cuando ingreso al baño de la habitación puedo ver mi vestido tirado en el piso junto a mis tacones. No logro entender nada aún hasta que enciendo la regadera para mojar un poco mi rostro y recuerdo que estaba en la fiesta con Jack. Yo estaba un poco mareada y me preguntó por la dirección del hotel, pero estaba confundida con el nombre, así que él me ofrece llevarme a su departamento. Llegamos aquí, yo no podía caminar así que él decide cargarme a la habitación, estando allí ¿qué sucedió? ¿cómo llegué aquí y me quité la ropa?. Mirando al espejo, recuerdo que él me acuesta y allí aún estaba con el vestido. 

¡Lo recuerdo! Una vez acostada, él empezó a tocarme el rostro y con su otra mano mi cintura, yo me quedé mirándolo por unos segundos y lo alejé, entonces él dijo: «Vamos, no te hagas la que no quieres». Entonces, yo me levanté y le di una bofetada, le intenté dar otra, pero él tomó mis brazos. Luego yo necesitaba ir al baño, iba a devolver mi estómago en su camisa, así que corrí aquí. Luego de devolver todo, me apoyo en esta esquina de la regadera y es donde Jack llega con un:

«Está todo bien, déjame ayudarte». 

Está todo bien, no te acerques, no me toques. 

«Ven vamos a que te acuestes, yo dormiré abajo». – Y yo con lágrimas empiezo a golpearlo.

Él toma mis manos y coloca mi rostro en su pecho, abrazándome «Tranquila, no sigas, te vas a lastimar», luego me retira los tacones y baja el cierre de mi vestido y se marcha. ¡Entonces, yo misma me quité el vestido y me acosté!. Pero ahora entiendo todo, Jack piensa que soy de esas, solo quiso tener sexo conmigo. «Es un completo idiota» 

Después de recordarlo todo, Sanne toma unos pantalones del clóset de Jack, «no pienso quedarme ni un segundo más con este tipo, estos pantalones me servirán para salir a tomar el taxi» 

Sann baja cuidadosamente con la intención de no cruzarse con Jack, pero él se encontraba en la sala. 

«Espera, esa es mi ropa, ¿qué haces?» – dice Jack

– Ya recordé todo Jack y por lo mismo no pienso quedarme un segundo más aquí, ya pedí mi taxi y por tu ropa no te preocupes, te la haré llegar por la tarde.

«No, no hay problema con la ropa, no es necesario, quédatela si gustas. No tengo nada de qué disculparme sobre anoche. Estabas en mal estado y yo solo te protegí trayéndote aquí»

– Me tomaste como una de las que seguramente estás acostumbrado en meter a tu cama, y eso parece no importarte, si me permites, me retiro.

«Como gustes, adelante» – responde Jack cediendo el paso.

Llego a la habitación del hotel, allí estaba Noha. «Sann, cuéntame ¿qué ocurrió? ¿por qué no llegaste a dormir?»

– Noha, recuerdas el accidente del café en el aeropuerto, bueno, topé con un chico, luego este chico estuvo en el mismo vuelo y cuando salí de colocarme el top que me prestaste y por la turbulencia, el avión empezó a moverse, tuve miedo y caí en uno de los asientos, caí precisamente en las piernas de este chico. Y ayer, mientras tú estabas cogiendo con tu novio, ese chico me encontró en la fiesta y solucionamos esos incidentes. Luego no sé cómo me pasé de copas, no recordé el nombre del hotel y hoy desperté en su departamento, se llama Jack. Cuando desperté estaba sin ropa.

«¿Qué dices Sann?, no me digas que cogiste con ese chico»

– Eso pensaba, pero no! Él tuvo esa intención, discutimos y luego él se marchó y yo me quedé en la habitación. No pasó nada felizmente.

«Sann, esto está como sacada de una telenovela, tres veces coinciden. Me pregunto si volverán a coincidir. Peroo ¿qué más sabes sobre él?»

No, no creo que vuelva a coincidir con él, me dijo que me quedara con esta ropa, no le interesa y a mí tampoco.

«Sann y..¿es guapo?

– Lo es Noha, es muy atractivo, pero es todo un patán, no es mi tipo. Además, me prometí no volver a fijarme en un hombre por los siguientes 10 años.

«Jajajaja no exageres Sann, mejor ve a tomar una ducha, mientras yo pido de desayunar. ¿qué se antoja?»

– Sí, iré a refrescarme. Mmm yo quiero comer tostadas, queso, jamón, un poco de frutas. Ah y café por favor!!!!

«Está bien, yo pediré churros con chocolate, con jugo de fresas»

– No te logro escuchar Noha, pide lo necesario. Salgo en un rato. 

Capítulo 14: De regreso a Barcelona

Ha llegado el momento de regresar a Barcelona con mis tíos. En realidad, después de esa bochornosa noche no quería quedarme más días aquí. 

Noha se encargó de comprar los vuelos por internet. Nuestro vuelo salía por la noche, así que teníamos tiempo para ir por un café. 

«Este café está muy delicioso» – expresa Noha

– Es cierto, yo pediré un croissant para acompañar. Ya regreso

– ¿Noha? ¿quién es él? – pregunto 

«Oh Sann, él es Chris Santander, mi novio»

– Así que se trataba del sujeto por el que me dejaste y te fuiste a coger – le digo al oído

«Jajaja eh sí, esa noche no te lo presenté porque estábamos muy ocupados, y en fin ya te imaginas»

– Qué nivel de descaro Noha. «Hola Crhis, yo soy Sanne, la prima de Noha»

«Hola Sanne, unas disculpas por la penosa situación en la que nos encontraste a tu prima y a mí» – Crhis

No te preocupes amor, Sann entendió la situación – responde Noha

– Eso me pasó por preocuparme de más por mi querida prima (sonrío)

Te pasará igual cuando encuentres a alguien especial Sann, deja de actuar como una señora – escucho decir a Noha

– Jajaja está bien, será como tú dices – respondo

Bueno amor, se me hace tarde, ya me tengo que ir. He quedado con mis amigos en ir a comer pizza. Fue una bonita coincidencia encontrarte. Me avisas cuando llegues a casa, te quiero – Chris

– Oh, no te preocupes amor, me agradó verte. Me comunicaré contigo cuando llegue a Barcelona – responde Noha

Hasta luego Chris, un gusto conocerte, ehh no te conozco, pero pobre de ti que hagas llorar a mi prima – es lo que digo mientras me despido de él

– Oh tienes el mismo carácter que mi amada Noha, pero lamento decirte que yo sí la hago llorar, pero de placer jajaja – responde en risas con Noha

Jajaja qué pareja tan apasionada. – comento mientras la pareja se despide

– Noha, nosotras también debemos irnos de aquí, tenemos que ir al aeropuerto. 

Es cierto, volvamos al hotel por nuestras cosas.

Han pasado unas horas y nos encontramos en el aeropuerto. «Por fin de regreso a casa» – menciono

– Sann lo dices como si el viaje a Ibiza hubiera sido un total desastre. «Te parece poco lo que me ocurrió a mí, me llevé el susto de mi vida»

– Pero no ocurrió nada Sann, así que tranquila. Olvidarás ese incómoda experiencia, ya verás. Oye y ¿la ropa del chico, la traes?

Eh sí, pero no tiene nada de malo. Él dijo que podía quedármela

– Ajá. Sann estás segura que no pasó nada, ¿no?

Noooo, y ya deja de hablar de él, de esa noche y de la ropa

– Ok, ok no te enfades. Tranquila

Dormiré un poco, me despiertas cuando aterrice el avión.

– Pero qué Sann, ojalá encuentre a alguien y se le quite lo amargada. Yo no la conocía así. Tal vez ese tipo de internet la dejó así. Esto está más grave de lo que pensé. Pobre Sann.

¿Qué tanto me miras Noha?, puedo leer tu mente, uuuuf.

– Vaya es realmente grave, está loca. «Nada, tranquila. Duerme, no te molesto más» 

Capítulo 15: Inicio del juego

Han sido unos días divertidos por la nieve de Navarra. En mis dos últimos días por España, he aprendido a esquiar, no se imaginan las veces que caí y me golpee.

Del esquí aprendí que no importa las veces que caiga y me lastime, lo importante es no darme por vencida, levantarme y seguir intentando. La vida se trata de esto y ahora por fin lo entiendo.

Con este viaje he logrado conocer a otra Sanne, a una Sanne que ya no está triste por el idiota que la engañó y no fue capaz de enfrentarlo. Estoy lista para volver a las redes sociales, ya no seguiré oculta.

«Última llamada para los pasajeros del vuelo Jetlag 0712 con destino a Buenos Aires, por favor diríjanse a la puerta de embarque» – mensaje de último llamado para abordar el avión.

– Nos ha encantado tenerte estos días en casa Sann, espero te haya encantado España y que regreses en las vacaciones de mitad de año. – mensaje de despedida de mi tía Eli

– Mi querida prima, te voy a extrañar, hasta las próximas vacaciones. Cuídate mucho y ten cuidado con las personas que te relacionas. – Noha

Con esas palabras y abrazos me despedí de mis tíos y de Noha. Viajo sola de regreso a Buenos Aires, no avisé a nadie para que me esperara en el aeropuerto, así que mi regreso será toda una sorpresa.

Una vez en el avión, me confundí con el número de asiento, no encontraba el mío. ¡Hasta que por fin lo encontré!. «Disculpe, me podría dar permiso para pasar, por favor» – refiriéndome a la persona que tenía el aspecto de un infiltrado. 

«Vaya, no puede ingresar sin molestar» – respondió 

– Si pudiera, créame no lo estaría molestando, sería tan amable por favor – Cuando termino de decir esto, el hombre voltea la mirada… «¡No puede ser! ¿eres tú Jack?»

«¿Sanne? ¿qué haces aquí?»- pregunta Jack con mucha sorpresa.

– Bueno, yo regreso a casa, mis vacaciones por España terminaron. Imagino que las tuyas también.

«Así es, me parece increíble como coincidimos en diferentes lugares»

– Sí, parece que el destino se ha empecinado con nosotros jajaja

«Sanne, aprovechando este encuentro te quiero hablar sobre lo que pasó esa noche»

– Prefiero no tocar ese tema, de verdad

«Sanne, escúchame por favor»

– Está bien, te escucho

Esa noche, cuando salimos de la fiesta y estuvimos en el taxi, mencionaste a un tal Louis Vezccha, luego lloraste y lo insultabas con que era un idiota.

– ¿Quéeee?. ¿Yo dije eso?. ¿Qué más dije?

Que lo conociste por el portátil, se convirtió en tu primer enamorado, confiaste en él y terminó engañándote, pero lo descubriste gracias a tu mejor amiga Gled.

– Dios mío, vaya que hablé demasiado esa noche. «No lo recuerdo Jack, en verdad no lo recuerdo»

Estabas ebria Sanne. Y cuando mencionaste ese nombre, solo pensaba en desquitar mi rabia teniendo una noche contigo, pero tu bofetada me hizo entrar en razón (eres la primera mujer que se a atrevido a hacerlo)

– ¿Desquitar tu rabia? No lo entiendo

Sanne, yo vine a España para olvidar una traición, la de mi mejor amigo con mi novia. Ellos mantenían una relación secreta. Y da la casualidad que ese mejor amigo se llama Louis Vezccha.

– ¿Quéee? Me estás diciendo que el amigo que te traicionó es el mismo chico que a mí me engañó. 

No Sanne, me imagino que solo son los mismos nombres, no la misma persona. No creo que exista tanta casualidad

– Para no tener más dudas, me puedes mostrar alguna fotografía, yo nunca conocí en persona a Louis, y ni bien me enteré de su engaño, eliminé todos mis perfiles sociales, pero imagino que tú actuaste de otra manera.

Solo para que te tranquilices, te mostraré una fotografía suya. Mira es él

– No, no puede ser, esto no me puede estar pasando. ¡Es él! 

¿Qué dices?

– Jack, es Louis, él me engañó

Vaya que el mundo es muy pequeño Sanne, yo no sé qué decirte ahora

– No digas nada, no es tu culpa. Al parecer coincidimos en tener en nuestras vidas a un miserable. No sabes cómo quisiera devolverle todo el mal rato que me hizo vivir. Ups, lo siento, es que siento mucho enojo por ese sujeto.

Es entendible Sanne, siento lo mismo, y hasta que no quede resuelto, nos seguiremos sintiendo de esta manera.

-Sin duda aunque parezca minúsculo. Un pasado sin resolver te volverá a encontrar algún día.

Sanne, lo que te voy a decir te va a parecer una locura, porque no nos conocemos muy bien, pero ambos tenemos algo en común: «Louis»

– No te entiendo, explícate

Quiero decir que podemos vengarnos de él fingiendo que estamos juntos. Él verá esto como traición por parte de los dos, y créeme golpear su ego, es mejor que agarrarlo a puñetes. 

– Pero qué dices Jack, estás loco, yo apenas te conozco, no sé nada de ti.

Lo entiendo, tranquila solo será un juego. Ambos deseamos vengarnos, será algo muy divertido para nosotros y algo annoying para él. ¿qué dices?

– Lo que digo es que estás loco, mejor colocaré algo de música y dormiré hasta llegar.

«Señores pasajeros, estamos llegando a nuestro destino, les agradecemos su confianza en Jetlag.» – escucho decir como parte de la llegada y aterrizaje. 

Llegamos todos bien, es hora de tomar un taxi y sorprender a mi familia. Cuando me dirijo a tomarlo. Otra mano toca la mía, me asombro cuando levanto la mirada y veo a Jack. 

«Pero, ¿qué haces?»

– No puedo dejarte ir, escúchame. Por favor toma mi propuesta, necesito de ti y por lo que pude entender, tú también me necesitas

En ese momento, sonó mi celular. Era un mensaje de Louis, como ya había activado mis perfiles, él fácilmente podía escribirme. «Hola Sann» eso leí en mi notificaciones. Miré el teléfono y luego miré fijamente a Jack, quizá ese mensaje era la señal para aceptar la propuesta de Jack.

Está bien Jack, hagámoslo. Ahora, dime ¿Qué haremos primero?

– En verdad aceptaste, lo primero que haremos es que intercambiaremos nuestros números telefónicos y luego te llevaré a tu casa.

¿A mi casa?, eso no es necesario Jack

– Claro que lo es, para que parezca que lo nuestro es de verdad, debemos actuar como tal. Tú tranquila, solo será por un tiempo, máximo medio año.

Mmmm ¿medio año?, está bien, pero que quede claro que solo es un juego de venganza.

– Lo tengo claro, ven vamos, acaban de llegar por nosotros.

¿Por nosotros?, ¿quiénes?

– El chofer de mi familia. «Sube estas maletas también Pedro» – refiriéndose al chofer

Woo, esto sí que es sorprendente. Muchas gracias

– No te sorprendas, mi familia es así, ya los conocerás cuando llegue el momento, ¿cuál es tu dirección para decirle a Pedro?

Ehh, Avenida Leandro N. 125. 

– Ya escuchaste Pedro, llévanos a ese lugar. No puedo creer lo pequeño que es el mundo, en más de tres ocasiones coincidí con ella, sin imaginar que nos terminaría uniendo Louis, qué estupidez. Espero que cuando Louis se entere que su chica virtual y yo estamos juntos, se muera del coraje.

No sé qué estoy haciendo ahora. Lo único que sé, es que Louis va a pagar todo lo que me hizo. ¡Lo juro!.

Capítulo 16: La cena

Han pasado algunos días después de que mis padres conocieran a Jack Howard. En realidad nadie imaginaba que regresaría con un novio. Al menos el vivir en la misma ciudad facilitaba el mantener esta mentira. Y mis amigos, bueno a ellos no podía mentirles, les conté todo lo que había pasado esa mismo día que llegué de viaje.

Al menos esta situación con Jack no me ha traído problemas. No hemos hecho público nada aún, así que Louis aún no sabe nada. Ahora estoy enfocada en mi trabajo. Aprovecharé este último mes de vacaciones para trabajar en una pastelería, quizá estando en la universidad pueda continuar, si es que no se me complica mucho.

«Hola Sanne, justo se me antojó un pastel de chocolate y recordé que mi novia trabajaba en una pastelería» – saluda Jack acercándose a mí. Para ser un juego, Jack sabe muy bien cómo jugar su propio papel.

– Cuando estamos solos, no debes actuar. Te tomas muy en serio tu papel novio (risas)

Es para hacer bien nuestro trabajo Sanne. Bueno me darás mi pastel o seguirás regañándome.

– Uuf Jack, toma, aquí está. Puedes sentarte si gustas.

Me estás proponiendo acompañarte Sanne

– No, solo estaba siendo amable Jack. 

Bueno, bueno, me quedaré aquí acompañándote, de paso podemos conversar.

– Estoy trabajando Jack, no puedo conversar contigo, eres solo un cliente en este momento. 

¿Por qué siempre tienes ese carácter de malhumorada?, menos mal soy tu novio falso, porque si de verdad lo fuera, ya te hubiera dejado.

– Si tanto te molesta, puedes terminar el juego. Además, no he vuelto a saber de Louis, en realidad ya no me interesa ser parte de esto.

No te ofendas Sanne. Entiendo que no te interese, al fin y al cabo solo intercambiaron mensajes y no contacto físico. No puedo decir lo mismo de mí. Él se metió con mi novia.

– A ver si entiendo Jack, ¿me quieres utilizar para tu venganza?. Te has puesto a pensar que soy una persona y no un objeto. Dime, ¿qué obtengo yo de todo esto?. Está bien, jamás he visto a Louis personalmente, y por una estúpida venganza tuya de «honor» lograré hacerlo. Como te podrás dar cuenta, saldré perdiendo en todo esto.

No del todo Sanne, tendrás el honor de salir un buen tiempo conmigo

– Eres un idiota Jack, en verdad lo eres.

No te enfades, solo ayúdame con esto. Puedes pedirme lo que desees Sanne, en verdad.

– ¿Lo que desee?

Claro, yo pertenezco a una familia que no tiene problema en ello.

– Siendo así, entonces debes venir a cenar esta noche en casa. Mi madre y mi hermano desde que te conocieron les agradaste y no me dejan ni un solo día en paz con que vayas a cenar. Está de más decir que tú me metiste en esto.

Ya veo, de esto se trataba. Al parecer soy un buen novio ante los ojos de tu familia

– Basta Jack, no soporto… «No soportas qué, es la verdad, soy un buen novio». – Si deseas creértelo, bien por ti, ahora dime, ¿vas a ir o no?

Llama a tu madre ahora mismo, iremos a cenar cuando salgas de aquí – responde Jack

– Genial Jack! Ahora mismo lo hago – respondo mientras me dirijo a abrazarlo.

(Llamando)

» Hola madre, llamaba para avisarte que Jack y yo iremos a cenar esta noche, no hay problema, ¿verdad?» – Sanne

» Oh hija, claro que no. Me da mucho gusto de que vengan a cenar. Los espero»

«Está bien madre, nos vemos más tarde» – Sanne

– Ya escuchaste Jack, mi madre nos espera en casa.

«Muy bien. Ahora respóndeme algo Sanne»

– ¿Qué quieres que te responda?

«Esta noche debo actuar como tu novio frente a tu familia?

– Pero qué pregunta Jack, claro que sí. Mi madre está emocionada con «nuestra relación» 

«Vale, vale, no te alteres, solo preguntaba para tenerlo en claro»

 Son las 9 de la noche, es hora de cerrar la pastelería. No puedo creer que Jack se haya quedado esperándome hasta esta hora. «Jack, podrías ayudarme a guardar todo para irnos con mi madre» 

– Claro Sanne, esto parece estar muy pesado, ya lo hago yo. Espérame afuera.

«Bueno, te tomo la palabra, en realidad estoy agotada, te veo afuera»

– Listo Sanne. Guardé y cerré todo. Vamos sube al auto rápido. Iremos por el centro a comprar un ramo de flores y algo para tu hermano.

«Pero qué dices Jack, no es necesario»

– Sanne, te pregunté si querías que actúe como tu novio y eso es lo que estoy haciendo. 

«Mi novio, claro»

– Tomando su mano, «Sí, tu novio aunque sea falso»

Retiro mi mano – «No sé por qué toma mi mano, me pone nerviosa» – pienso

(Jack y Sanne llegaron a la florería)

– Estas rosas están hermosas, me las llevo. También estos tulipanes por favor.

«Muy buena elección joven, su novia se pondrá muy feliz con estos detalles» – la vendedora

– En realidad, las rosas son para mi suegra y estos tulipanes para ella – señalando a Sanne

«Señorita, déjeme felicitarla por haber tenido tan buena elección con este joven, que Dios los bendiga. Aquí tiene joven» – la vendedora

Tomando la mano de Sanne, «ves cariño, eres muy afortunada de tenerme y yo de tenerte»

«Sí cariño, ambos somos muy afortunados, muchas gracias por estos tulipanes» – respondo mientras sonrío y percibo el aroma y la belleza de estos.

Bien Sanne, ahora debemos buscar algo para tu hermano.

«Claro, estaría bien alguna golosina y ya»

No Sanne, iremos al mall por un PS5. Por lo que sé, le encantará.

«Bien como gustes Jack, al fin y al cabo es tu dinero»

Así es, espérame aquí. Regresaré pronto.

(15 minutos después)

¿Me extrañaste novia mía?

– Tardaste demasiado Jack, llegaremos tarde. Apresúrate por favor, tengo mucha hambre.

Ya está todo, ahora iremos. – responde Jack

Después de unos minutos. «Por fin llegaron hijos, pasen adelante» – saluda mi madre

– Lo sentimos mucho señora, tardamos un poco. Le traje esto para usted y esto para ti Aldo – responde Jack entregando las rosas y el PlayStation 

«No te hubieras molestado hijo, están muy hermosas. Las colocaré en agua ahora mismo» 

«Cuñado esto es genial, muchas gracias. Hermana, no pudiste haber elegido mejor novio que él»

– Veo que estás muy contento por el detalle Aldo, ve a dejarlo en tu cuarto – respondo. – Sí Aldo, tal vez, uno de estos días juguemos los dos»

«Claro cuñado, para ganarte jaja»

– Jajaja quisiera ver eso – comento

Aldo no tardes, chicos pasen a la mesa. La cena está servida.

«Madre, esto se ve muy delicioso. Uuff muy rico» – expreso mientras devoro todo lo que hay en mi plato.

– Sanne tranquila, estás al frente de tu novio – responde mi madre

«Um no se preocupe señora. Sanne tiene razón la comida está deliciosa, y ella está devorando todo porque tiene mucha hambre, déjela»

No entiendo cómo pueden llevarse tan bien, a mí me parece un problema cada vez que estoy con él. Bueno seguiré disgustando de lo que ha preparado mi madre. ¡Empanadas! qué delicia.

«Veo que te encantan las empanadas» – murmura Jack a mi oído

– Estas son mis favoritas, las que prepara mi madre. ¿Deseas?

«Las probaré»

Todo estuvo delicioso madre, muchas gracias. «Sí señora, demasiado, jamás había comido tan delicioso» – Jack

– Ya es hora de irme cariño, es tarde. – dice Jack

– Hasta luego señora. Hasta luego Aldo. Muchas gracias por la cena.

«Regresa pronto hijo, cuídate mucho. Sanne acompaña a tu novio a la puerta»

– Sí madre, vamos Jack. Te acompaño hasta tu auto.

Bueno Jack, ya que estamos solos, aprovecho para agradecerte todo lo que hiciste hoy. 

– Es parte de esto Sanne, no hay nada de qué agradecer, ven aquí. – dice mientras me abraza.

Es posible que Jack en ocasiones me parezca insoportable, pero en este momento puedo decir que él es un buen hombre. Este juego me está llevando a conocerlo, me pregunto ¿qué ocurrirá cuando termine?

Capítulo 17: Un inesperado encuentro

Estos días han sido muy cansados. Ahora, no solo me dedico a vender pasteles, sino también a prepararlos y aunque el sueldo es mucho mejor, necesito un día de descanso.

Madre ya iré a trabajar, tal vez llegue un poco tarde hoy. No me esperen despiertos. 

– Con cuidado hija, me avisas cualquier cosa. – responde ella

Aparentemente, esta tarde se ve muy tranquila y refrescante, como desearía ir al mar un momento. Tal vez este domingo vaya con Gled.

«Señora Alice, buenas tardes. Hoy decidí llegar un poco más temprano para preparar unas empanadas. No sé si le parece buena idea»

– Hija, buenas tardes. Pasa, adelante ve a dejar tus cosas. Y no hay problema, puedes preparar todas las empanadas que desees, de paso llevar algunas a casa. – responde

La señora Alice es una persona muy dulce y amable con sus empleados. Ella tiene otras pastelerías en la ciudad, pero aquí solo estoy yo a cargo. Sí, mucha responsabilidad para mí.

Es hora de iniciar a preparar unas deliciosas empanadas gracias a la receta de mi madre. Tengo 2 horas antes de abrir la pastelería y esto se llene totalmente.

(Llamada entrante)

¿Jack?, ahora qué me pedirá.

«Hola Jack, ¿sucedió algo?» – respondo

– Hola Sanne, te llamaba para avisarte que iré con mis amigos a tu pastelería, es el cumpleaños de un amigo y comeremos pastel allí. Te lo digo ahora para que no te sorprendas cuando me veas. – Jack

Vaya, qué considerado. Está bien, reservaré la mesa más grande para ustedes.

– Está bien Sanne, gracias. Hasta luego.

(Llamada finalizada)

Solo esto me faltaba, ahora tengo que arreglar el salón. Debo de terminar rápido estas empanadas y colocarlas en el horno.

Han pasado 45 minutos, y la verdad es que necesito ayuda para colocar unos adornos en la pared. Soy tan pequeña que no alcanzo ni siquiera con ayuda de la silla a colocar las luces. Llamaré a Gled para que venga a ayudarme, espero pueda o sino se lo tendré que pedir a Jack.

(Llamando a Gled)

«Gled, hola, ¿estás ocupada?» – Sanne

«Hola Sann, ahora estoy en el trabajo de mi madre, ayudando a organizar los nuevos productos de aseo, ¿necesitas algo?» – Gled

«Ehh, no amiga, nada que no pueda solucionar. Nos vemos luego» – Sanne

Al parecer hoy no es mi día de suerte.

(Llamada finalizada)

Una pareja acaba de ingresar al salón. Por las cámaras de seguridad puedo observarlos y el chico me parece familiar. Mejor voy a atenderlos antes de que lleguen más clientes.

«Buenas tardes, bienvenidos»

– Hola, disculpa nos conocemos de alguna parte – pregunta el chico

¡No puede ser! es Louis. Sanne tranquilízate por favor, actúa como sino lo conocieras, al parecer él no te reconoce, cómo me va a reconocer si solo fui su pasatiempo virtual. «Mmm me parece que no, eh, aquí tienen la carta de los pasteles y bebidas. En cuanto decidan, me avisan para tomar su orden» – respondo

– Creo que me estaba confundiendo. Disculpa y muchas gracias. – responde

Definitivamente hoy es mi día de mala suerte, ¿cómo es posible que él sea Louis?, Claro que lo es, él es quien jugó conmigo por internet y esa chica seguramente es la exnovia de Jack. 

¡MALDITA SEAAA  JACK!!!. Él vendrá aquí y se cruzarán ¿debería avisarle? No, mejor no. Quizá ellos se vayan pronto.

«Señorita, podría venir por favor» – escucho decir a la chica

– Sí claro, ahora voy.

– Díganme, ya saben qué van a ordenar

«Eh sí, nos puedes traer dos porciones de pastel de fresa, un café americano y una limonada, por favor»

– Claro, en un momento traeré sus pedidos. – respondo

Nunca creí que atendería a ese idiota y lo reconocería, y esa chica, qué hermosa es, parece una modelo. Si ella fue la novia de Jack, debo admitir que ambos eran tal para cual.

Mientras mi mente decía esto, llevo sus pedidos a su mesa «Que disfruten sus pasteles y bebidas» y me retiro deseando que se atragante y muera (de acuerdo, esto fue muy exagerado, me conformo con que sólo se atragante).

No pasó mucho tiempo cuando de pronto unas manos cubrieron mis ojos, y podía percibir muy de cerca su perfume, un aroma compuesto por notas acuáticas que transmite frescura y tranquilidad. «En qué tanto piensas pequeña, ¿será en mí en quién piensas?» – escucho decir. Allí mismo, tomo sus manos, y sin decir nada, mi mirada estaba reflejada en sus salvajes ojos color marrón. No sé qué me estaba sucediendo.

– ¡Jack! ¿qué haces? – pregunto y me alejo

Entonces, no me responderás y siempre que me tengas al frente tuyo te colocarás así de nerviosa.

– No estoy nerviosa Jack, me distrajo tu manera de aparecer. Además, hoy están sucediendo cosas inesperadas. Espera un momento, ¿y tus amigos? ¿dónde están?

En realidad Sanne eso fue algo que inventé, mi propósito era verte y pasar tiempo contigo. Espero no te enfades demasiado.

– Jack a veces me asustas.

Asustarte, ¿por qué lo dices?

– Porque esto es un juego Jack. Un juego que me cuesta controlarlo

¿Controlarlo? A qué te refieres con controlarlo

– Ehhh, es decir a fingir, eso.

«Señorita, puede venir por favor» – escucho decir. «Sí, ahora mismo voy» – respondo

Debo ir a atender Jack, tú espérame aquí, no salgas, regresaré pronto. Intentando de que Jack no logre cruzarse con Louis y su novia, en realidad no quería que se arme un problema y él salga lastimado.

– «Díganme, ¿se les ofrece algo más?»

La cuenta por favor – responde él

Por estar distraída Sanne olvidó el datáfono, se lo llevaré, tal vez los clientes paguen con tarjeta de crédito. – Jack

«Sanne olvidaste esto». No, esto no me lo creo, pero cuánto descaro ¿Qué hacen ustedes aquí eh? – grita Jack

– Jack, tranquilízate, por favor

Sanne, ¿por qué no me dijiste nada?

¿Sanne?. ¿Tú eres Sanne? – pregunta Louis

– Sí, yo soy Sanne Zevaz, ¿me recuerdas Louis Vezccha? – respondo mirándolo fijamente

¿De qué se trata esto? ¿Ustedes se conocen? – pregunta Hellen

Así es, nos conocimos hace un tiempo y ahora somos novios – responde Jack sosteniendo mi mano

Vaya, vaya, entonces quien dijo ser mi amigo me pagó con lo mismo, metiéndose con mi exnovia, y tú Sanne, decías en tus llamadas y mensajes que me querías, qué fácil se te hizo dejar de hacerlo y enredarte con él. – Lous

– Cállate idiota, o te juro que te arrepentirás, tú no le vas a hablar así a Sanne. Eres el menos indicado para hablar sobre amistad o sentimientos. – responde Jack alterado

Vamos Louis, toma niña, aquí tienes el pago por lo consumido, te puedes quedar con el resto. Es tu propina como pastelera – dice Hellen en un tono burlón y mirándome con menosprecio

– No Hellen, tú no sales de aquí sin pedirle una disculpa a Sanne por lo que acabas de decir – es lo que pide Jack sosteniendo su brazo.

Mientras todos discutían, yo solo quería escapar de este lugar, alejarme pero no podía. El momento de enfrentar mi pasado había llegado y no podía, las palabras no me salían. Hasta que una voz en mi interior dijo: Sanne, tú puedes. 

«Louis, retírate por favor. O te juro que no respondo, puedes pensar todo lo que quieras sobre mí, al fin y al cabo, solo fuiste un pasatiempo virtual para mí.» «Y tú ¿Hellen?, no te conozco, y no me afecta lo que acabas de decir, soy pastelera y trabajo aquí, no tengo por qué sentirme mal, al contrario me siento muy orgullosa». «Si no tienen nada más que decir, se pueden retirar»

Claro que nos vamos, pero esto no se queda así. Sanne, tú desapareciste sin decirme nada y ahora me entero que eres la novia de él – responde Louis señalando a Jack

Aparentas estar decepcionado, eres un hipócrita Louis, desaparecí porque me enteré que me engañabas con otra chica de internet, al parecer es tu hobbie hacerlo. Yo te quería, confiaba en ti, pero tú nunca lo hiciste. Han pasado muchos meses Louis, no finjas más y por favor retírate.

Vamos amor, déjalos. Pronto esta chica se dará cuenta con quién está. Jack no es quien dice ser, si es verdad que Louis te engañó, déjame decirte que de Jack recibirás peores cosas. Suerte con eso hermosa. Adiós querido Jack. – dice Hellen tomando la mano de Louis y retirándose

«Lárguense, y no regresen» «Estás bien Sann» – pregunta Jack

– Yo sabía que este momento algún día iba a llegar, pero jamás imaginé que sería así.

«No Sann, por favor, no llores.» «Ellos no merecen que derrames una sola lágrima»

– No lloro de dolor Jack, lloro de enojo. Escuchaste todo lo que dijeron, como si nosotros fuéramos los traidores. Me enoja ver a quién realmente le había dado la oportunidad de conocerme y sobre todo de haberlo convertido en mi primer amor.

«Sanne, tal vez es porque aún sientes algo por él» «Ven aquí, ya pasó todo» – él me abraza

– No Jack, me da coraje el engaño, la traición. Es algo que no tolero y que jamás podría perdonar. Eso es lo que pasa con Louis, jamás voy a perdonar su engaño y la manera en cómo me vio la cara de estúpida. Creo que mejor cerraré el local, no me siento bien, le avisaré a la señora Alice y mañana recupero las horas perdidas de hoy.

«Está bien Sanne, yo te ayudo y te llevaré a donde tú me digas»

– Te lo agradezco, pero quiero estar sola y creo que ya no es necesario seguir fingiendo que somos novios.

«Está bien Sanne te ayudo a cerrar el local y me retiro. Pero nuestro acuerdo sigue en pie»

– No te entiendo Jack, tu exnovia ya te vio conmigo, Louis también. Por todo lo que dijeron sí les afectó. O es que aún sigues enamorado de ella, claro eso es.

«No Sanne, no es eso. No puedo estar tranquilo con lo que hicieron»

– Jack, sino te liberas de ese resentimiento, nunca podrás estar tranquilo. Aunque no lo creas, yo hoy he resuelto un pasado que me hirió, ahora necesito ordenar mis ideas y continuar. Tú debes de hacer lo mismo. Yo hasta aquí llegué con el juego de los novios. Iré a guardar todo.

«Sanne está bien, tienes razón, tengo mucho resentimiento y odio, fueron dos traiciones de las personas más cercanas a mí.» «Si el juego terminó, está bien. Pero no me dejes, quédate conmigo»

– Jack, no entiendo cómo quieres que te ayude.

«Solo no te apartes de mi lado»

– Como tu amiga

«Así es, qué más podrías ser»

– Claro, es obvio. Está bien, pero le diremos a todos que hemos terminado la relación y que ahora solo somos amigos.

«Está bien, este es un nuevo trato»

– Ahora sí, ayúdame a guardar todo para irnos.

«Entonces te acompañaré a tu casa»

– No precisamente, pero iremos a un lugar muy especial que nos ayudará a despejar nuestras mentes de este tipo de emociones, tú tranquilo, seré tu guía espiritual. – sonrío

Ella es tan agradable y hermosa cuando sonríe, quisiera tener esa sonrisa conmigo en todos los momentos de mi vida. 

Capítulo 18: Acercamientos

«Hemos llegado Jack, bienvenido a mi refugio. Dime si este no es un lugar digno para escapar un momento de la realidad» – refiriéndome a la cabaña alejada de la ciudad frente al mar.

– Woo! Sanne, nunca imaginé que me traerías a un lugar así como este. ¡Es maravilloso! ¿Es tuya esta cabaña?

No, no es mía. Esta cabaña fue construida hace mucho tiempo y en ella existe una trágica historia de amor. Tal vez, algún día te la cuente.

– ¿Por qué esperar? Deseo escuchar esa historia ahora, tengo mucho tiempo.

Jajaja está bien, pero primero iré al mar

– ¿Cómo? ¿vas a nadar?

Así es, si deseas, puedes acompañarme

– ¿Y tu ropa de baño?

Ese no es un problema – responde ella mientras se quita la ropa y se pierde en el mar. 

«Sanne, eres tan divertida y hermosa, no sé qué me pasa cuando estoy contigo» – es lo que digo mientras corro tras ella para nadar.

Te atreviste, pensé te quedarías sentado esperándome

– Y perderme esto, claro que no. Uhhh el agua está algo fría

Siii, es solo al principio, tú solo disfruta Jack

– ¿Siempre vienes y haces esto?

No, esta es la primera vez que lo hago por la noche, y no me arrepiento, se siente mejor que por el día.

– Es verdad, yo te agradezco que me hayas permitido formar parte de esto

Un momento de miradas misteriosas, y en compañía de la luna que iluminaba la noche, Jack se acerca tomando mi cintura, mientras con su otra mano acaricia mi rostro – «Sabes, el día que nos conocimos, aunque yo no sabía quién eras, ese primer encuentro cambió mi vida para siempre. Yo era simplemente un barco a la deriva entre la niebla, pero en la vida hay cosas que pueden cambiar. ¿Comprendes?» – Eh, entiendo. No, creo que no, no sé qué es lo que entiendo y lo que no entiendo. ¡Pero qué frío hace aquí!. Eh, mejor salgamos de aquí antes de que enfermemos.

Tengo dos mantas aquí en mi bolso, podemos usarlas para cubrirnos. 

– Eh sí, gracias

Bien, eh ¿tienes hambre? Preparé unas empanadas y traje conmigo algunas

– Claro, yo tengo unos jugos en el auto para acompañarlas

Sí, eso está bien

– Genial, así me cuentas la historia que hay detrás de esta cabaña

Oh, cierto. Te lo contaré. 

Esta cabaña fue el refugio de una pareja que se amaba demasiado, ellos huían de sus familias. Sus familias tenían problemas por el dominio de territorios, ellos nunca llegaron a un acuerdo. La familia Balcázar con los Wallace, la chica pertenecía a los Wallace y cuando su familia se enteró que estaba involucrada sentimentalmente con un Balcázar, decidieron llevarla al extranjero. Todo estaba listo, hasta que una noche ella decidió huir, ella prefería morir y no alejarse de su amado. El joven no sabía nada, ni siquiera tenía idea del lugar donde podría estar, y cuando decidió ir a buscarla, el padre de la chica lo asesinó, porque creía que él había secuestrado a su hija. Pasaron unos días y ella regresó por él, pero se enteró que había muerto y que quien lo asesinó era su padre. Así que ella juró que jamás volvería a pisar los terrenos del hombre que asesinó al amor de su vida. Entonces, ella solo caminó y siguió caminando por la playa hasta que se encontró una caja de madera, en ella estaban las cartas que él escribía a diario para ella, nadie supo como esa caja llegó hasta allí. Ella decidió no caminar más y quedarse allí, estaba lejos de todos, así que empezó a construir su propio hogar.

– ¿Me estás diciendo que su hogar fue este?

Así es, dicen que ella con sus propias manos construyó esta cabaña y a diario leía una carta de su amado frente al mar, hasta que un día ella y el cajón con las cartas desaparecieron. Nadie sabe qué sucedió, solo encontraron esta cabaña. Algunos tuvieron miedo, decían que estaba maldita porque muchas parejas venían a tener encuentros apasionados aquí, pero luego de un tiempo esas parejas se separaban y morían ahogados en el mar. 

Particularmente yo no creo que sea así, tal vez solo se traten de historias inventadas, yo siempre vengo aquí y nunca he visto o escuchado algo fuera de lo normal. Y sobre la historia de amor que hay detrás, tampoco podría decir que es real. Pero muy triste se siente cuando te la cuentan por primera vez.

– Jamás había escuchado una historia así, espero nada sea real.

Las familias sí lo fueron, la historia de amor no lo sé. 

– Sanne, y tú ¿cómo quisieras que cuenten tu historia de amor?

Jajaja Jack, yo no tengo ninguna historia de amor, no así como la que te conté. La única que tengo es la que ya conoces y sinceramente no la considero como tal.

– Entiendo, pero si consideras tener una, ¿cómo te la imaginas?

Antes soñaba mucho con esto, hasta solía escribir esos sueños, pero ahora todos esos sueños han desaparecido. Supongo que ya no me interesa nada del amor. Eh, bueno Jack ya se está haciendo muy tarde, debo ir a casa.

– Como gustes, eh, si gustas te puedo llevar estás toda mojada y no creo que sea conveniente que vayas así por las calles

Mmmm tienes razón, está bien.

– Ok, déjame ayudarte

Gracias Jack, te agradezco mucho. 

– Y yo te agradezco por tu compañía, eh Sanne, mañana ¿podemos vernos?

Eh claro, no hay ningún problema. Podría ser por la mañana porque por la tarde estaré en la pastelería

– Podemos vernos allí también, es más voy a pedirle a la señora Alice que me contrate como tu ayudante

¿En serio harías eso?

– Me encanta compartir tiempo contigo Sanne, y si tengo que aprender a preparar pasteles para estar a tu lado, lo haré. – responde dándome un beso en mi frente

Oh vaya Jack, quiero ver eso. Bueno ya entro o me congelaré aquí afuera.

– Sí, ve y abrígate. Hasta mañana – se despide con un abrazo

No puedo describir lo que siento cuando estoy con Jack, él a veces puede parecerme insoportable, pero cuando lo tengo cerca, no sé, altera todos mis sentidos, dejándome paralizada donde puedo percibir su ternura. No sé cómo enfrentaré todo esto si empezamos a trabajar juntos.

Capítulo 19: Celos

 Mañana inician las clases en la universidad, y la señora Alice me ha dado el día libre, como ahora Jack también trabaja en la pastelería, no es necesario que vaya, así que iré a la playa con mis amigos.

Gled quedó en pasar por mí después del desayuno y Luciano con su novia Virginia quedaron en alcanzarnos en el malecón. Virginia, la novia de Luciano es de Cuba, se conocieron en un evento de su facultad y es su primera vez en Argentina. Con ella me llevo muy bien, es una chica dulce, divertida y muy linda. Luciano se ve muy feliz y enamorado de ella. Una historia de amor que escribe el destino.

(Suena el timbre)

– No te preocupes en abrir madre, yo lo hago. Seguramente es Gled para ir a la playa. 

«Hola Gled, adelante» – ¿Ya estás lista Sanne? – «Aún me falta alistar mis cremas, en un minuto estoy aquí» – respondo.

«Listo, vamos» «Mami, ya regreso» – digo antes de cerrar la puerta. – Está bien hija, con cuidado – responde ella.

– Sann y cuéntame ¿cómo vas con Jack? 

¿Con Jack? Mmm, todo igual, aunque nos hemos vuelto más cercanos, todos los días lo veo en la pastelería, trabajamos juntos, y siempre me deja en la puerta de mi casa.

– Entonces es un chico muy atento y que siempre está contigo.

Gled, no me gusta el tono en que lo dices. Sí, Jack es un buen hombre, me la paso bien con él.

– Pero qué estoy viendo, no lo puedo creer. ¡¡Estás enamorada de Jack!! 

Claro que no Gled, deja de decir tonterías. Eso no va a suceder.

– Sanne, y que pasa si sucede. ¿qué de malo habría? nada

¿Cómo, de que nada? ya olvidaste que fingimos ser novios un tiempo, hasta iba a mi casa, y luego tuve que decir que terminamos y quedamos como amigos a mi madre. Además, fue el mejor amigo de Louis, Jack no es para mí.

– Como se hayan dado las cosas no significa que no te puedas enamorar de Jack. Yo creo que él está muy interesado en ti y que ya deberías olvidar que Louis existe, al final de todo, nunca salieron, todo fue por mensajes.

Las personas no se olvidan, porque no son cosas Gled. Pero no quiero hablar de eso, mira el mar, las olas se ven geniales como para surfear.

– Es cierto, pero venimos a hacer picnic y jugar con la pelota.

Jajaja lo sé Gled, yo solo decía.

– Mira allí viene la pareja del verano

Hola Luciano! Hola Virginia! Los estábamos esperando

– Hola chicas, sí, es que Luciano camina demasiado lento, lo siento.

Noo, nosotras también acabamos de llegar.

– Amor, tranquila. Bueno chicas, traje la pelota, la red y ¡muchas cervezas!

Jajaja Luciano, nosotras no somos alcohólicas. Pero genial eh! 

– Y chicas ¿qué novedades?

La novedad del momento es que Sanne mañana inicia su último semestre en la universidad, pronto tendremos entre nosotros a nuestra arquitecta.

– Espero que cuando termine la universidad, me preparen una gran fiesta eh jajaja. Solo espero encontrar un buen trabajo al salir, y que todo mi esfuerzo valga la pena.

Ya verás que sí pequeña, tú tranquila – responde Luciano

El día pareció no durar nada, la pasamos tan increíble, jugamos, competimos entre los 4, cantamos y bailamos, y hasta jugamos a la botella. Ese juego es muy divertido. Tengo a los mejores amigos, ellos son mi familia. 

Un nuevo día ha comenzado…

«Sann, ¡¡¡despierta!!!! Llegarás tarde a la universidad» – escucho gritar a mi madre

No sé si es una señal de buena o mala suerte que tu primer día de clases sea un lunes a las 7:30 de la mañana. ¡No es posible, son las 6 de la mañana! Vamos Sanne, tú puedes, debes bañarte, arreglarte y tomar el autobús. –  es lo que digo para tener fuerza de voluntad y levantarme de la cama.

Una hora más tarde….

¡Rayos!, son las 7 y no hay ningún autobús. Allí viene uno, ya era hora.

No puede ser, no hay ningún asiento disponible, y justo traigo puesta tacones. Espero pronto se desocupe uno o mis pies morirán.

Lastimosamente nadie bajó y yo me siento muy cansada, debí pedir taxi mejor. «Alguien baja en UBA, por favor acercarse a la puerta» – dice el chofer

Todos se levantaron de sus asientos junto conmigo bajamos y bueno con toda la actitud positiva que el universo se atreva a entregarme, cruzo la avenida y allí estaba Jack. ¿Jack, qué haces aquí? – pregunto asombrada. – Hola Sanne, tengo clase a las 8 de Diseño, pero al parecer vine muy temprano y ¿tú qué haces por aquí? – Yo estudio aquí, tendré clase a las 7:30 y ya solo faltan 10 minutos para que inicie. No sabía que estudiabas aquí. 

– Es cierto, nunca hablamos sobre esto. Al parecer lo olvidamos.

«Hola Jack» – es lo que dice una chica alta, delgada y muy guapa mientras lo besa la mejilla y lo toma por la espalda. ¿Quién es ella y por qué lo hace?

– Mmm hola Reachel, también me da gusto verte. Te presento, ella es Sanne. Y Sanne, ella es Reachel. 

Sí, ya escuché que se llama Reachel. Mucho gusto.

«Jack, me acompañas a la cafetería. No he desayunado y necesito de un café espresso» – dice ella y lo sigue acariciando, ¡qué chica tan coqueta! 

No creo que pueda Reachel, acompañaré a Sanne a su primera clase, tal vez te acompañe en otra ocasión – responde Jack mirándome fijamente y tomándome la mano.

«Oh bueno está bien, pero qué, ¿ustedes están juntos o qué significa esto Jack?»

Eh no, Jack a veces se la da de tomar mi mano, pero no, no estamos juntos. Bueno yo me tengo que ir. – respondo

Espera, iré contigo – Jack

No, tranquilo. Puedo ir sola, acompaña a tu amiga, mejor.

Bueno, cómo gustes Sanne, te veo después. «Vamos Reachel» – dice Jack mirando a Reachel

– Claro, vamos Jack, suerte en tu clase Sanne. Un gusto.

Sí, te lo agradezco. – respondo

Qué chica para tan evidente, cualquiera se daría cuenta que Jack le interesa, solo le faltaba proponerle que vayan a su casa. Jack es un hombre muy atractivo, lo sé y también sé que existen muchas chicas detrás de él, pero esa situación parece que le encanta, no mostró negativa con ella, ni siquiera me rogó un poco más para que yo aceptara que me acompañe. Uuf es un tarado, seguramente ella le estará dando el café en la boca, que lo disfrute. «Espera Sanne, ¿por qué te molesta todo esto?» No, no me molesta, solo creía que Jack era diferente. Soy su amiga y eso es lo que pienso, nada más. «Segura que sólo es tu amigo, yo creo que tienes celos  «¿Celos? ¿Yo? Claro que no y ya ¡cállate otra Sanne!. 

No puede ser, es mi primer día de clases y ya estoy hablando sola por los pasillos, haciendo que todos me miren extraños. Uuuuff Sanne, Uuuf. – digo mientras ingreso al salón. 

Me pregunto qué estarán haciendo esos dos. Ya son las 8, él dijo que tenía clase, debe estar en clase y seguramente dejó a esa coqueta por algún lado. Le enviaré un mensaje. Pero qué digo, cómo le voy a enviar un mensaje, si lo hago va a creer que me importa, pero soy su amiga y a mí me preocupan todos mis amigos. Voy a escribirle, pero ¿qué le puedo escribir?

Mmmm ya sé. 

«Jack, espero que tu clase esté interesante, mucha suerte 🙂 » Sanne 8: 10 am

«Aún no llego a clase Sanne, pero gracias» – Jack 8: 15 am

Que aún no llega, claro seguramente se le pasó el tiempo con su amiguita

«Por lo visto ese café con tu amiga tomó mucho tiempo »  Sanne 8: 17 am

«Claro que no, me tardé en el ascensor, pero ya acabo de ingresar a clase» Jack 8: 22 am

«Uuuuf menos mal que no te quedaste con ella» Sanne 8: 23 am

Pero qué acabo de enviarle !!!! Maldita sea, (mensaje eliminado) Espero no lo haya leído.

«Lo leí Sanne, y no, no me quedé con ella. Al salir conversamos»

No puede ser, sí logró leer el mensaje. Uuuf qué tonta eres Sanne. ¿Y ahora qué vas a hacer?. Ya pensaré en algo después otra Sann, no me estreses ni me pongas más nerviosa.

«Señorita Zevaz, pase al frente y realice el primer ejercicio del módulo, por favor» – escucho decir de la maestra.

No puede ser, solo esto me faltaba. «Claro maestra, ya mismo voy»

Ehh, bueno algo leí que se resolvía así. «Eh, maestra ya está» – Muy bien señorita, pase a sentarse, le voy a pedir que deje el móvil y preste atención , porque es evidente que no entendió nada de lo que estaba explicando.

No puede ser, qué vergüenza. No sé qué me está ocurriendo hoy. Universo, ayúdame por favor. 

CAPÍTULO 20: Sin respuesta

El día en la universidad ha terminado, en todo el cambio de salones no me he cruzado con Jack, aún no me la creo lo del mensaje y que estudie diseño gráfico en la misma universidad que yo. En fin, solo espero no cruzármelo, no sabría qué decirle acerca del mensaje que eliminé y que él logró leer.

No puede ser, no he comido en todo el día, necesito ir al menos por un café o terminaré desmayada en uno de los pasillos.

“Buenas tardes, un café americano por favor” – Claro, aquí lo tiene, son cinco pesos argentinos. Claro, aquí tiene. Se lo agradezco.

Bien, ahora sí puedo ir segura a casa sin el peligro de que me desmaye por alguna calle. Iré por el ascensor más rápido.

Oh no puede ser, allí está Jack. Me pregunto cuántas llamadas y mensajes me habrá dejado, como apagué el móvil, ya en casa lo revisaré. Ni modo, tendré que ir por el otro ascensor. Todo parece estar bien hasta que … “Sanne, espera” escucho decir. No puede ser, Jack ya me vio. Y ahora ¿qué hago?… “Sanne, espera. Oye te he estado buscando por todos lados, le pasó algo a tu teléfono, me la he pasado llamándote, pero parece estar fuera de servicio”.

Ah sí, es que le acabó la batería, y bueno como soy despistada, olvidé traer el cargador.

– Ya entiendo, Sanne. Te estaba esperando para llevarte a casa y de paso charlar sobre el mensaje de la mañana.

    Eh, lo que sucede es que yo aún debo quedarme, tengo que ir a la biblioteca por unos libros. Y he quedado con una amiga. Entonces, yo creo que no es necesario que sigas esperándome, cómo verás aún me queda mucho por hacer y supongo que tú tienes otras cosas que hacer. Otro día podemos conversar si te parece. Bueno, ya me tengo que ir o me haré más tarde.

    – Está bien, entonces que te vaya bien. Nos vemos mañana en la pastelería.

      ¿En la pastelería? Ah sí claro, mañana

      – Cuídate Sanne

        Uuuuf todo lo que tuve que inventar para librarme de él, espero me lo haya creído. Al menos por hoy me he salvado, pero ¿mañana? Dios, ayúdame con esto por favor, te lo pido.

        Estuve dando varias vueltas por el boulevard de la universidad y espero que Jack ya se haya ido. Yo creo que sí, es momento de ir a casa y quitarme estos tacones que me están matando.

        Cuando estoy a punto de abrir la puerta del taxi, una mano se coloca sobre la mía, giro a mirar de quién se trata y era él, era Jack. “Eh Jack, ¿qué haces?”

        – Puede retirarse señor, la chica no subirá.

          Pero, ¿qué dices?

          – Ven aquí Sanne, se puede saber por qué me mentiste, no que ibas a la biblioteca por libros. ¿Y tu amiga? – lo dice en un tono alto mientras me jalaba del brazo a su auto

            Jack, espera, ¿qué haces?. Me estás lastimando, suéltame. Él se dio cuenta que estaba siendo un tanto agresivo. “Lo siento Sanne, puedes subir, por favor”. – Jack, no tengo por qué subir a tu auto.

            – Sanne, por favor, necesitamos hablar, no entiendes que estoy harto de los juegos, de que siempre huyas con cualquier excusa.

              Está bien Jack. Subiré a tu auto, y hablaremos lo que tú quieras.

              – Bien, iremos a un lugar tranquilo.

                Como gustes Jack.

                En todo el camino, ninguno de los dos dijimos una sola palabra. Con el dolor de mis pies y los nervios que tengo ahora mismo, desearía que la tierra me tragase.

                Jack, nos estamos dirigiendo a la cabaña. Es tarde, hace mucho frío, y no traje nada para abrigarme.

                – No te preocupes Sanne, allí atrás hay un abrigo, tómalo.

                  Está bien, lo haré.

                  – Llegamos Sanne, espera te abro la puerta.

                    Te lo agradezco, Jack me quitaré los zapatos, es que llevo todo el día con ellos puestos y me están lastimando.

                    – Permíteme, ya lo hago yo.

                      Muchas gracias en verdad. Uuuf qué alivio.

                      – Sanne, sé que es tarde, así que seré breve y puntual.

                        Vaya esto parece ser muy serio, su expresión en su rostro no logro entenderla. “Claro, sí. Lo mismo te iba a decir”.

                        – Sanne, después de lo que ocurrió por la mañana y lo de huir de mí hace un momento, dime ¿por qué lo hiciste?

                          Eh, bien, como verás ese mensaje de la mañana fue un error, no era para ti. Y por eso lo eliminé, sí y bueno en la universidad te mentí porque quería ir sola a casa, y tenía vergüenza contarte lo del mensaje eliminado, en sí no pensé que lo leerías.

                          – Sanne, estás diciendo que ese mensaje era para otra persona

                            Sí, así es. Es un chico que recién estoy conociendo y justamente también estaba hablando con él en ese momento.

                            – Entonces, ¿estás saliendo con alguien?

                              Eh no, es decir, saliendo no, solo conociendo.

                              – ¿Lo conozco?

                                No, claro que no. No es de aquí, es de otro lugar, muy lejos.

                                – ¿Muy lejos? Sanne, puedo darme cuenta cuando estás mintiendo. Tus pupilas cambian de tamaño, tus manos empiezan a temblar y tu mirada es hacia diferentes ángulos, pero no a mis ojos. Estás mintiendo, todo lo que acabas de decir es una historia inventada por ti.

                                  No, claro que no estoy mintiendo.

                                  – Sí lo haces y yo me estoy cansando de tus excusas y tus huídas, me estoy cansando de este juego.

                                    ¿De cuál juego Jack?, ¿qué me estás diciendo?

                                    – De este Sanne, de que no aceptes que nos queremos y que no podemos ser “solo amigos”

                                      Jajajaja, qué gracioso Jack. Estás mal de la cabeza. Yo no te quiero, ¿qué te hace pensar tal cosa?

                                      – Tus celos de hoy, el sentir tus nervios cuando me acerco así de esta manera a tus labios, cuando te sonrojas al reír con mis chistes malos, Sanne hay tantas cosas que me hacen creer que esto es amor.

                                        ¿Cómo es posible que él haya notado todo eso en mí? “Jack, yo no puedo enamorarme de ti, porque simplemente ya lo hice y me fue muy mal. En mis planes, no está volver a hacerlo y discúlpame si hice algo para que tú creyeras lo contrario”

                                        – Es en serio lo que me estás diciendo Sanne, te escuchas lo que dices. Vamos 6 meses, desde el primer día que nos cruzamos en el aeropuerto, y aún llamas haberte enamorado de alguien que conociste por una página web. Es que no lo puedo creer Sanne.

                                          Lo sé suena muy tonto lo que me pasa, y sinceramente tampoco sé qué me pasa contigo.

                                          – Sanne, ¿cómo me ves ahora? ¿Cómo tu amigo, tu pretendiente, tu saliente, un conocido? Dime, qué soy para ti después de que todo este tiempo solo me la he pasado protegiéndote y estando en todo momento para ti.

                                            Yo no sé qué responderte Jack, y es mejor que vaya a casa.

                                            – Claro, otra vez huirás.

                                              Es mejor que nos alejemos un tiempo, es decir que no nos veamos por unos días. Es lo que te pido para aclarar mis dudas. Por favor.

                                              – Como gustes Sanne, yo me voy. Me cansé de este juego.

                                                Esto fue lo último que escuché decir de Jack, luego subió a su auto y se fue, ¿y yo?. Yo me quedé observando como se marchaba, frente al mar lloré por cómo se fue y por cómo me había comportado con él. Estoy muy confundida, en estos momentos es donde necesito de alguien para que me escuche y poder ordenar mis sentimientos. No sé qué hice, mi silencio y mi respuesta debió haberle lastimado, y es que tiene razón, él siempre está para mí, está para mi familia y hasta trabaja en la pastelería por mí.

                                                Creer que al huir del amor es autoprotegerte para no sufrir, es una total mentira, porque cuando el amor te encuentra, no existen excusas ni huidas, que te salven y solo tienes que aceptar que el amor ha llegado a ti y debes de abrirle la puerta y disfrutarlo o sino luego te arrepentirás de no haberlo hecho.

                                                Capítulo 21: Ahora eres mi amor

                                                Estos días han sido los más difíciles de mi vida, jamás creí que me iba a afectar de esta manera no saber de Jack. Gled dice que no debo dejarlo pasar, que son mis sentimientos los que están en juego. Mientras que Luciano me ha dicho que soy una tonta por estar confundida entre un pasado insignificante y mi presente. Y si ambos tienen razón y estoy actuando como una tonta. Aunque me la pase todo el día tratando de entender lo que me pasa, no logro encontrar un punto medio.

                                                ¡Maldita sea! Ya se me hizo tarde para ir a la pastelería, se me ha ido el tiempo pensando en Jack. Te odio Jack, hasta en mis pensamientos estás, por qué tenías que entrar a mi vida y alterarla.

                                                – Buenas tardes, señora Alice, siento mucho llegar tarde. Lo recompensaré. – No te preocupes hija, aún no hay clientes. Tranquila, respira.

                                                  Desde que Jack renunció al trabajo lo echo mucho de menos, me pregunto si pensará en mí.

                                                  – Bueno hija, te quedas a cargo del negocio. Yo debo ir al centro a comprar los insumos que faltan. – No se preocupe señora Alice, puede ir tranquila.

                                                    Ahora Sanne, debes de dejar todo listo para cuando lleguen los clientes. Revisemos los pedidos de hoy. Uhh al parecer solo hay dos pedidos. Estará listo ahora mismo. Tal vez, hoy salga temprano.

                                                    Han pasado varias horas en la pastelería y no han llegado tantos clientes, al menos el día ha estado muy tranquilo. Ahora ayudo a la señora Alice a colocar los insumos en sus lugares. “Listo, terminamos señora Alice, dejé todo ordenado”. – Gracias Sanne, si gustas ya puedes marcharte. Yo cierro la pastelería – responde ella.

                                                    “Pero aún son las 7 de la noche, es temprano”. – Hoy no hay tantos clientes, así que cerraré a las 8, ve a casa, quizá tienes trabajos de la universidad.

                                                    La señora Alice parece leer mi mente, tengo una presentación la próxima y aún no he iniciado. Aprovecharé y así liberarme de esto.

                                                    – Le tomaré la palabra señora Alice, tengo un trabajo pendiente y aprovecharé en avanzar. Nos vemos mañana, cuídese. – “Hasta mañana Sanne, saludos a tu madre, puedes llevarte estos alfajores para que coman en casa”. – Es muy amable, se lo agradezco. – respondo.

                                                      Tenía planificado quedarme hasta tarde investigando para mi proyecto, como mañana no tengo clases, pero como salí antes de lo esperado, aprovecharé en caminar. Uuuf pero qué frío, entraré a esta cafetería por un café. Ups tal vez hasta empiece por uno de estos deliciosos alfajores.

                                                      – Buenas noches, un café americano por favor. – ¿Gusta tomar asiento o para llevar?. – Eh sí, para la mesa 4 por favor. – Está bien, en un momento se lo llevaré. – Gracias.

                                                        “Hola Sanne, qué coincidencia encontrarte aquí”

                                                        – ¿Disculpa? ¿Qué crees que estás haciendo?

                                                          “Te vi ingresar, por lo visto no notaste que estaba en esa mesa” – señalando a mi derecha

                                                          – Tú mismo lo has dicho, no lo noté y así lo haya notado, me hubiera dado igual.

                                                            “Ya veo, oye me permites sentarme”

                                                            – Tengo un nombre, y no, no te permito sentarte. Se puede saber ¿qué deseas? – (Maldita sea, de todas las cafeterías de aquí, tuve que entrar a esta) – pienso

                                                              “Ok, ok, yo no te conocía tan malhumorada eh. ¿Será que ya no eres feliz con Jack?

                                                              – No tengo por qué responderte Louis, de verdad, si no tienes nada importante que decir, te puedes marchar o harás que pierda la poca cordura que me queda.

                                                                “Sabes, me sentaré a acompañarte hasta que llegue Jack. No sé si lo sabes, pero en esa mesa, ubicas al chico de camisa negra, él es Aldayr y hoy cumple 24, nos invitó a todos y a nuestras parejas a esta cafetería. Creí que Jack no vendría, pero como te vi aquí, imagino que ya no tarda. Dime, ¿por qué no llegaron juntos?.

                                                                – Yo solo vine por un café, no estaba enterada de nada. Si me disculpas, no tengo nada qué hacer aquí. Adiós.

                                                                  “¿A dónde vas eh? Quédate” – lo dice tomándome el brazo. – Suéltame, ¿qué te sucede? Estás demente – respondo mientras me libero de él.

                                                                  “¿Qué pasa aquí? Sanne” – No puede ser, Jack está aquí. Espero no se arme un lío. – Nada Jack, yo ya me iba.

                                                                  – Tranquilo Jack, Sanne estaba solita, y yo solo vine a hacerle compañía mientras llegabas, aunque no deberías dejarla sola. Los espero en la mesa con los demás.

                                                                    “Señorita, aquí tiene su café” – Gracias, pero ya no lo deseo. – respondo mientras me retiro. – “Yo voy contigo” – responde Jack mientras sujeta mi mano.

                                                                    – Sanne, me puedes decir, ¿qué hacías hablando con ese idiota?

                                                                      Jack, yo no sabía que estaba allí, yo solo quería un café. Fue él quién se acercó a hablarme, además a ti no debe de importarte lo que haga. Te recuerdo que el juego y nuestra amistad terminó.

                                                                      – ¿En verdad lo dices? No me lo puedo creer. Todos estos días esperando una señal tuya para saber qué decidiste y me dices esto. Está claro que aún te importa Louis, suerte con eso Sanne. Yo no te molesto más, no me volverás a ver más.

                                                                        ¿Qué hice? ¿Por qué soy tan tonta? Sanne arregla esto, dile lo que decidiste. – Jack, espera, no te vayas.

                                                                        – ¿A qué juegas Sanne? esto me lastima

                                                                          Jack, lo siento. Perdón por lo que acabo de decir, es que estaba ofuscada por ese encuentro con Louis.

                                                                          – Sanne, de verdad quisiera entenderte, pero no puedo. Me pides tiempo para estar sola y tomar una decisión y hoy te encuentro con Louis.

                                                                            Jack, lo de Louis es distinto.

                                                                            – ¿Distinto? Te apoyé en todo lo que pasaba en tus días y para ti fue interrumpir tu vida, aparecer en tu vida fue complicarlo todo, eso dijiste. De verdad, perdón por eso.

                                                                              No digas eso.

                                                                              – No, no, basta Sanne, ya no voy a meterme en tu vida, no te preocupes por eso.

                                                                                Jack, espera. – es lo que digo mientras tomo su mano. “Jack, una vez me dijiste que me necesitabas para un juego de venganza, y recuerdas cuando me dijiste que lucharíamos ante todas las circunstancias que se nos presenten” – Lo recuerdo Sanne.

                                                                                “Jack y qué tal si cambiamos, cambiar el para qué nos necesitamos y las circunstancias, ¿me entiendes?, mira en qué nos convertimos, en qué se convirtió ese juego de venganza” – Sanne, no me importa ese juego, de verdad, yo solo te lo dije para tenerte… -“Silencio, Jack” – mientras me acerco a él y tomo su otra mano.

                                                                                – No puedo creerlo, ¿esto es de verdad?. – “Jack, ¿quieres salir conmigo?” (perderme en su mirada y con lo que me acaba de decir me ha dejado sin palabras) – Jack, eh, dije si quieres salir conmigo a una cita.

                                                                                ¡Ohhh! ¿nosotros? – Sí, nosotros. ¿Aceptas? – responde ella con muchos nervios.

                                                                                ¿Cómo pareja? – Ujum sí – responde muy tímida.

                                                                                Mmm no he muerto o algo así verdad. – No estás muerto, solo te pido que salgas conmigo. Te lo volveré a pedir, ¿Quieres salir conmigo? – El que me lo dijera de esa manera, con sus ojos tan brillantes, su cabello rodeando su rostro y ella levantando su mirada con esa sonrisa, esa sonrisa que me hace perderme de quién soy. – ¿Jack?. – No puedo responder, pero sí hacer algo, algo que he deseado hacer desde que ella cayó a mis brazos, besar sus atractivos labios rojos.

                                                                                – Jack, eso quiere decir que… – Sanne esto quiere decir que acepto salir con la persona más bella que jamás he visto.

                                                                                  Jack, no sabes cómo te he extrañado estos días. Sabes, cuando te veo, las mariposas revolotean dentro de mi estómago y todo esto me sucede porque te quiero Jack. – Sanne, no hables, deja que nuestros ojos lo hagan. – responde Jack mientras la abraza y la sujeta en su espalda dando vueltas por la calle. – ¡Escuchen todos, me enamoré perdidamente de esta mujer, ella es real! – gritaba Jack mientras corría con Sanne en su espalada.

                                                                                  “No te vaya nunca de mi lado” – susurra al oído de Jack. – “Nunca podré irme de tu lado, no lo soportaría, eres la coincidencia más maravillosa que me ha dado la vida, ahora eres mi amor” – respondió Jack.

                                                                                  El amor es la búsqueda y en él lo encontré. Encontré el amor en Jack. Ahora nuestro amor escribirá la historia.

                                                                                  Capítulo 22: La cita 

                                                                                  (Sonido de la alarma)

                                                                                  Uuuf alarma querida, justo estaba soñando y se te ocurre sonar. Espera, ¡no fue un sueño! Todo fue real, ¡¡¡Jack me besó!!! No puedo describir lo feliz que estoy. Bob, tengo que ir a organizar el desayuno, quedamos a las 8. Espero que los hot cakes de plátano me queden deliciosos.

                                                                                  Hola mami, buenos días. – Y ese milagro que estás levantada de la cama a esta hora. – responde ella.

                                                                                  Es que tengo algo muy importante que hacer hoy, iré a la cabaña, pero antes debo de preparar unos hot cakes de plátano. – Seguramente con tus amigos, si gustas te ayudo a prepararlos – responde.

                                                                                  No te preocupes mami, ya los hago yo, además no creo que me salgan mal. – Suerte con eso, te recuerdo que la última vez colocaste sal en lugar de azúcar. – responde alejándose

                                                                                  Mi madre es mi enemiga en la cocina, pero tiene razón, no sé cómo pude confundir la sal con la azúcar blanca. Espero no me suceda lo mismo o mataré a mi amado jajaja.

                                                                                  Después de 30 minutos en el horno, estos hot cakes no tienen la mejor vista, pero estoy segura de que saben deliciosos.

                                                                                  – Mami, ya me tengo que ir, regresaré a medio día. – Con cuidado Sanne, me avisas cualquier cosa. – responde ella.

                                                                                    Bueno, creo que no me olvido de nada, solo debo pasar por los jugos, unas flores para adornar y listo.

                                                                                    “Sanne, ¿qué haces?. ¿Vamos al gimnasio?” – Gled 7:45 am

                                                                                    Ahora quién debe ser. ¡Oh, es Gled!

                                                                                    “Lo siento Gled, he quedado en desayunar con Jack, por la tarde paso por tu casa y te cuento todo” – Sanne 7:47 am

                                                                                    (Mensaje leído)

                                                                                    Pero de qué me he perdido, ¿Con Jack?. – “Me dejas con mucha curiosidaaaad!!” Gled 7:50 am

                                                                                    Jajajaja Gled ni se imagina lo que hice anoche, uuuf qué nervios, aún ni yo me la creo. Ok, Sanne es hora de arreglar esta cabaña, ya no debe de tardar en llegar Jack.

                                                                                    Después de 15 minutos arreglando, veo el reloj y Jack aún no había llegado y por lo general, él es muy puntual. Bueno me sentaré en esta roca mientras llegue.

                                                                                    “Mi océano contemplando a otro océano” – escucho decir. Era Jack. – “Llegaste, no escuché el sonido de tu auto” – sonrío tímida.

                                                                                    Tuve un problema con el auto. Pero ya estoy aquí y tú me esperaste. – Bien, entonces entremos a nuestra cabaña. – respondo.

                                                                                    ¿Nuestra cabaña?. – Sí, nuestra cabaña. Ahora es nuestra, nosotros la cuidaremos y será nuestro refugio. – respondo.

                                                                                    Mira, te preparé hot cakes, espero te agraden. – En serio me las preparaste, seguramente te quedaron deliciosas, aunque me parece que quedaron muy doradas. – responde sonriendo.

                                                                                    Mmm sí, bueno solo un poco, es que estaba alistando las otras cosas y bueno olvidé el microondas. Pero ¡pruébalas!

                                                                                    Claro que sí cariño, ahora lo hago. “Mmmmm nunca había probado un hot cake como este” – lo dice mientras pedía a gritos agua.

                                                                                    ¿De verdad lo están? – pregunto con dudas. – La verdad es que no Sanne, pero está bien. De verdad, tienen un sabor diferente, a su manera delicioso, de verdad.

                                                                                    ¡Ay! Tan mal me salieron. Si están así mejor déjalos. – No, están deliciosos. De verdad, claro que sí.

                                                                                    Jack no te sientas obligado, de verdad. – Amor, me encantan, es más, las que sobran me las llevaré a casa para terminarlas. – responde mientras abraza a Sanne.

                                                                                    Aquí también tienes jugos, este es de naranja. Ah y fruta. – “Lo necesito, te lo agradezco” – responde él.

                                                                                    Bueno sí tienes razón, están horribles. – digo mientras probaba un hot cake. De verdad lo siento, puede ser muy ilógico que trabajando en una pastelería no se salgan bien unos hot cakes, pero es lo único que no sale bien.

                                                                                    (Uuuf qué gran metida de pata Sanne, increíble, tu propuesta de cita y haces esto, si sgues así, se desenamorará de ti) – pienso “Uuuf, cállate” – digo

                                                                                    Sanne, ¿te sucede algo? ¿con quién hablas? – pregunta Jack

                                                                                    Mmmm, no nada, estaba pensando en alto (sonrío). – Otra vez, tu otra Sanne. – Así es, parece que ya me conoces un poco. – respondo.

                                                                                    Sanne, te conozco tanto que es imposible no enamorarse de ti. – responde Jack.

                                                                                    Jack, eres un sueño, el sueño de Sanem. Te quiero – responde Sanem mientras se atreve a besarlo.

                                                                                    Me encantan estos besos inesperados. – Que te bese en los labios. – responde Sanne

                                                                                    “Que el fuego del amor nos rodee a ambos”

                                                                                    Nunca antes me había atrevido a contemplar la belleza física de un chico, y esta es la primera vez que lo haré. Jack, el chico apuesto de deslumbrantes ojos marrones, con cabello lacio de color negro, rodean un rostro frío y a la vez seductor cuando lo observas de lejos. Esos rostros jamás llamarían mi atención, eso creí. Luego ese rostro se acerca a ti y no sabes cómo escapar, porque esa seducción fría se convierte en una dulce ternura y Jack lo tenía todo. Él puede parecer un tipo cruel en la primera impresión, así como me pasó a mí. Pero después de tantas coincidencias de la vida, su mirada y su voz se convirtieron en mi mayor adicción. Esto se resume en que yo fui atrapada por Jack.

                                                                                    “Sann, me estás volviendo loco. Quisiera siempre estar así contigo” – Jack

                                                                                    No quisiera irme, pero he quedado con Gled y luego debo alistarme para ir a la pastelería. – Te ayudaré a arreglar todo, y me llevaré todo lo que sobró para que cada vez que coma algo de estas delicias, piense en ti. – responde Jack

                                                                                    Eres hermoso Jack, bueno está bien. Arreglemos esto. – Si deseas puedo llevarte a la casa de Gled. – responde él. – Está bien, es que no le he contado nada aún y me propuso ir al gimnasio, pero como tenía una cita con el amor, le dije que iba a verla después.

                                                                                    Así que le contarás. – Sí, o ¿hay algún problema?. – Claro que no tonta. Ayer grité a toda la ciudad nuestro amor, se me hace raro que Gled no lo haya escuchado – responde entre risas

                                                                                    Jajaja cómo va a escucharte, si Gled no vive en el centro. ¡Qué tonto eres!. – Uuuf así estoy desde que vi con el café encima. – responde entre risas

                                                                                    Jajaja ni me lo recuerdes. Ya está listo todo, podemos irnos. – Puedes subir, ¡vamos!

                                                                                    Llegamos, aquí es. Solo estaré un momento y luego voy a casa a alistarme. – Está bien, paso por tu casa a las 3 para llevarte a la pastelería. -responde él. – Claro, me parece bien, nos vemos más tarde. Eh, olvidé decirte, nadie en casa sabe que estamos juntos y aún no deseo que se enteren, es decir, quiero encontrar la manera. Es que ellos creen que terminamos, pienso en decirles la verdad. Y eso me tomará unos días planificarlo, ¿lo entiendes, verdad?

                                                                                    No te preocupes amor, yo respeto lo que decidas. Si necesitas ayuda para hablar con tus padres, yo te apoyo. – No, es necesario que lo haga sola. Bueno ya debo ir. – Está bien, un besito y me avisas si sucede algo. – responde él.

                                                                                    (Tocando el timbre)

                                                                                    – Sanne, hasta que por fin. No soportaba más a mi terrible curiosidad. Cuéntamelo todo.

                                                                                      Está bien, pero subamos a tu cuarto.

                                                                                      – Listo, ¡¡¡vamos!!!

                                                                                        Bien, ¿estás lista?

                                                                                        – Claro que sí, ya no sigas con el suspenso.

                                                                                          Está bien, ha sucedió que ayer salí temprano del trabajo, entré a una cafetería por el frío que hacía y deseaba un café. Mientras esperaba, Louis se me acerca, yo no sabía que estaba allí. Me habló sobre un cumpleaños, y mientras escapaba de él, llega Jack. Y bueno como es mi costumbre, respondí sin pensar y cuando me di cuenta de la situación, así de repente ya tenía claro lo que quería, así que decidí proponerle una cita, primero no entendía muy bien, hasta que lo hizo y me dio su respuesta con un beso. Luego todo fue un sueño, él me balanceó en sus hombros y corriendo por la calle del centro gritaba que era su amor. Esos no eran más que gritos de amor. Y bueno la cita era desayunar en mi refugio y el que ahora es de los dos. Lamentablemente preparé unos hot cakes horribles, pero aún así él se los comió y los que quedaron se los llevó, cada vez que coma uno, dice que le hará recordarme.

                                                                                          – ¡Noooooo me lo puedo creer! Mi amiga proponiendo una cita, preparando hot cakes. Pero es que Sanne, a ti nunca te salen bien los hot cakes y eso que trabajas en una pastelería.

                                                                                            Sí, ya lo sé, pero creí que esta vez me saldrían bien y ya vez. Pero me encanta como lo tomó y como me dijo todo, aunque parecía devolver el estómago jajajaja.

                                                                                            – Jajajaja Sanne eres cruel con el pobre chico. Pero me da gusto que te hayas decidido, sabía que ambos estaban enamorados, solo era cuestión de que ambos lo reconocieran.

                                                                                              Bueno ya te lo dije todo, ahora debo ir a casa a alistar todo para trabajar. Además, Jack quedó en pasar por mí y no deseo hacerle esperar, más porque en casa nadie sabe que Jack y yo estamos juntos.

                                                                                              – ¿Y cómo les dirás? Tu papá no aceptaría que regreses con un exsaliente o expareja, como lo hayan llamado a su juego.

                                                                                                Sí, eso me preocupa. No tengo de otra que decirles la verdad, lo de ese juego.

                                                                                                – Tienes que planificarlo muy bien, se te vienen muchas preguntas.

                                                                                                  Lo sé Gled, y me asusta. Pero tengo que hacerlo en estos días.

                                                                                                  – Mucha suerte con eso Sann. Me avisas si necesitas de mi ayuda.

                                                                                                    Muchas gracias, ya te aviso cualquier cosa. ¡Besos!

                                                                                                    Aunque me cueste admitirlo, tengo miedo. Mis padres tendrían que enterarse todo lo que pasó con Louis ¡Qué vergüenza! Los decepcionaré cuando les diga que tenía sentimientos por alguien de internet, y más con los estrictos que son con la tecnología. No sé qué me espera, pero ahora que lo pienso, creo que Jack debe estar conmigo para enfrentar el tornado en mi familia.

                                                                                                    Capítulo 23: ¿Otra mentira organizada?

                                                                                                    Son las tres de la tarde y Jack no tarda en llegar para llevarme al trabajo. Espero acepte acompañarme después a hablar con mis papás, porque sola no podría, solo de imaginar sus caras, tengo escalofríos.

                                                                                                    Mami, iré a la pastelería, Jack ya está afuera.

                                                                                                    – Está bien hija, con cuidado.

                                                                                                      Ehh, mami, tú crees que Jack pueda cenar esta noche con nosotros. Aprovechando que mi papá llegará hoy de viaje.

                                                                                                      – Creo que no hay problema alguno, Jack nos parece un buen chico, hasta ahora no entiendo por qué terminaron su relación.

                                                                                                        Uuuuf esto me mantiene tranquila, me pregunto si me padre pensará lo mismo. – Entonces esta noche nos acompañará Jack. Gracias mami, nos vemos más tarde. – respondo mientras cierro la puerta.

                                                                                                        Hola cariño mío, espera te ayudo con esto. – saluda Jack mientras sostiene mi bolso y abre la puerta del carro.

                                                                                                        Listo, ¿sucede algo? – pregunta. – Pareces leer mi mente Jack. Sucede que le he dicho a mi madre que hoy nos acompañarás a cenar, aprovechando que mi padre hoy llega de viaje y creo que ya no hay necesidad de seguir ocultando lo nuestro. No me dejarás sola en esto, ¿verdad?.

                                                                                                        Oh no, claro que no. Pero me hubiera gustado tener algo más de tiempo para preparar todo antes de mi funeral.

                                                                                                        Jajajaj ¡qué exagerado eres amor! – responde Sanne mientras acaricia el rostro de Jack.

                                                                                                        Te quiero, y si por tu amor debo enfrentar la furia del señor Zevaz, estoy dispuesto a hacerlo. – responde Jack mientras besa las manos de Sanne.

                                                                                                        Muchas veces imaginaba en mi cuarto cómo sería el amor, sin saber que toda esa imaginación ahora es muy minúscula comparada a la realidad, mi realidad.

                                                                                                        – Sann, ¿deseas que me quede acompañándote? Hoy la señora Alice no vendrá y no quiero dejarte sola. Ahora es cuando me arrepiento de haber renunciado.

                                                                                                          Jack, no quiero abusar de tu compañía, pero sí, me encantaría que te quedaras. Peroooo, mejor avanza tus pendientes de la universidad, y luego pasas por mí para ir a cenar. ¿Te parece?

                                                                                                          – Entonces, no me quieres aquí contigo.

                                                                                                            Claro que no quise decir esto, eres un tonto. Solo no quiero que te vaya mal en la universidad, es nuestro último semestre, debemos dar lo mejor.

                                                                                                            – Era una broma, yo también puedo hacerlas. – responde mientras abraza a Sann y la besa.

                                                                                                              Mejor apresúrate en marcharte, porque si me sigues abrazando y besando de esta manera no te dejaré ir – responde muy sonrojada Sanne

                                                                                                              – Si me lo pides, no me voy.

                                                                                                                No juegues con mi razón, por favor.

                                                                                                                – Me vuelves loco Sann, trataré de terminar pronto para venir por ti. Antes de que me vaya, ¿qué crees que podría llevarle al señor Zevaz para la cena?

                                                                                                                  Mmmm podrías sorprenderlo con un Chateau Brandsen. _ responde Sanne sonriendo

                                                                                                                  – Vaya al señor Zevaz le encanta el vino, así como a mi novia.

                                                                                                                    ¿Su novia?, qué bien suena cuando lo dice. “¿qué acabas de decir?”

                                                                                                                    – Que padre e hija les encanta el vino.

                                                                                                                      No, al final. Al señor Zevaz le encanta el vino, así como…

                                                                                                                      – Mi novia, ¿por qué?

                                                                                                                        Porque suena mejor a ser saliente, y es la primera vez que lo dices.

                                                                                                                        Sin respuesta, Jack se refugia en los brazos de Sanne, acariciando su cabello y mirándola fijamente, “Tú eres todo lo que desees, mi saliente, mi novia, mi amante, mi amiga, mi mujer. Completamente todo, porque no existe palabra que defina lo que eres para mí. Hasta la misma enciclopedia te envidiaría”

                                                                                                                        Escuchar decir estas cosas, me ha hecho derramar unas lágrimas, lágrimas de amor, el amor que él ha despertado en mí. “Te quiero Jack”.

                                                                                                                        – Regreso pronto amor mío. – responde despidiéndose.

                                                                                                                          Ya han pasado varias horas, y como acordaron. Jack llegó a la pastelería a las 8 de la noche. Listo para ir a la casa de Sanne, llevaba con él, un Chateau Brandsen para el señor Zevaz y un postre (tarta de arándanos) para compartir en la cena, esa tarta es la favorita de la mamá de Sanne, y para Aldo, unas entradas para que vaya al próximo partido del Atlético Independiente.

                                                                                                                          – Amor, no crees que exageraste con tantos presentes para mi familia. Será la última vez que se te ocurren estas cosas.

                                                                                                                            Prefiero asegurarme de que saldré vivo luego de la cena – responde

                                                                                                                            – No exageres Jack. Por cierto, no hemos hablado de qué les vamos a decir.

                                                                                                                              Pues, que regresamos ¿no?

                                                                                                                              – Pero si nunca estuvimos, ya no quiero mentirles

                                                                                                                                ¿Qué piensas decirles?

                                                                                                                                – El cómo te conocí, lo del juego y lo de ahora.

                                                                                                                                  Sanne, yo creo que eso no es necesario. El cómo nos conocimos lo saben, solo podemos decir que ese juego fue parte de un reto, o que solo salíamos para conocernos y que todo era obra para que conozcas su reacción.

                                                                                                                                  – Jack, mi padre no es tonto. Aunque tienes razón, no hay necesidad de contar otras cosas.

                                                                                                                                    ¿A qué te refieres con otras cosas?

                                                                                                                                    – Pensaba en decirles lo de Louis, pero ahora que lo pienso, sería complicar más. Mejor como tú lo dices.

                                                                                                                                      Amor, ¿quién es Louis?. Ese tipo no existe.

                                                                                                                                      – Cierto, no existe. Te quiero, no sé qué haría sin ti Jack.

                                                                                                                                      Sanne, después de la cena si todo sale bien. El fin de semana podemos ir a Mar de Plata. ¿qué te parece?

                                                                                                                                      – Que me encantaría pasar un fin de semana contigo. Pero, primero es esta cena. Vamos, ¿estás listo?

                                                                                                                                        Capítulo 24: Una tragedia

                                                                                                                                        Sin alargar más el momento, Jack y Sann tocan el timbre. Grande es su sorpresa cuando quien abre la puerta es Gled.

                                                                                                                                        ¿Gled? ¿Qué haces aquí? – pregunta Sanne

                                                                                                                                        – Vine a apoyarte Sann. Pero, no te preocupes, yo te ayudaré hablando con mi tía.

                                                                                                                                          Gled, te lo agradezco, pero no era necesario. Jack y yo nos encargaremos de esto.

                                                                                                                                          – Es que yo pensé que debía acompañarte para cuando comentes sobre lo que pasó con Louis. En parte, yo te presioné para que lo aceptes.

                                                                                                                                            Sanne, ¿A qué se refiere Gled? – sorprende mi madre.

                                                                                                                                            Todos en silencio, intentando con señas cambiar el tema o inventar algo, pero nadie entendía. Hasta que Jack se atrevió a decir que pasemos a sentarnos todos. Una vez sentados, y mi padre al frente mío, me empezaron a temblar las manos y sentía mucho calor.

                                                                                                                                            – Sanne, ¿quién es Louis y cómo es eso de que Gled te presionó para aceptarlo? – pregunta nuevamente mi madre

                                                                                                                                              ¿Louis?. Creo que escuchaste mal mami – respondo titubeando.

                                                                                                                                              – Sanne, te conozco. Cuéntanos, ¿quién es él?

                                                                                                                                                Ante la indiscreción de Gled, no tengo otra alternativa, más que decir todo desde el inicio. – pienso. – “Está bien, les diré la vedad”.

                                                                                                                                                Sí, la verdad es que nosotros regresamos, bueno en sí, nosotros nunca fuimos pareja, solo actuamos por unos días para conocer su reacción, porque Sanne no había presentado a ningún chico, ella quería estar segura y tranquila de que acepten nuestra relación si es que pasaba. Nosotros, en ese tiempo nos estuvimos conociendo, pero ahora ya somos pareja, exactamente desde ayer. – responde Jack muy apresurado.

                                                                                                                                                Pero qué has dicho Jack. – pienso mientras le hago señas de que no diga ni una sola palabra más.

                                                                                                                                                – Así que nos engañaron, de Sanne puedo esperar este tipo de cosas, pero de ti Jack, me parecías un chico maduro, centrado como para que te hayas prestado para esto. – responde mi padre.

                                                                                                                                                  Señor Zevaz, entiendo que se pueda sentir ofendido, pero si accedí es porque quería ver a su hija tranquila con el tema. Yo haría todo por su bienestar, y es por lo que después de muchos temas hablados, hemos decidido estar juntos y decirles la verdad de cómo fueron las cosas y por qué fueron así.

                                                                                                                                                  – Está bien hijo, aprecio que cuides de mi hija, pero, ¿mentirnos?. Se burlaron de nosotros. Y discúlpame, pero no puedo entenderlo. Si mi hija tiene la idea de lanzarse por el alcantarillado para experimentar la muerte, también lo haces. Esto que nos hicieron no tiene justificación.

                                                                                                                                                    Papá, por favor, trata de entenderme. Tenía miedo de sus reacciones, por eso se me ocurrió fingir por unos días, además ese acercamiento me hizo conocer mejor a Jack, y aclarar mis sentimientos con él. – respondo mirando fijamente a Jack, mientras él toma mi mano.

                                                                                                                                                    – Jack, respóndeme algo ¿Quieres a mi hija?

                                                                                                                                                      Señor, yo amo a su hija, no sé qué sería de mi vida sin ella. Cuidarla y hacerla inmensamente feliz, créame es lo único que deseo. – responde tomando las manos de Sanne para besarlas.

                                                                                                                                                      – Bien Jack, después de todo lo dicho, pasemos a la mesa. Al finalizar daré mi opinión. ¿No te parece mujer? – refiriéndose a mi madre. – Será así cariño, pasemos a la mesa. – responde ella.

                                                                                                                                                        Señor, traje este vino, y estas otras cosas para su esposa y Aldo.

                                                                                                                                                        – Miren esto, viniste preparado. Al menos has traído mi vino preferido, te lo agradezco. Mira Sanne, este chico siempre me sorprende. – Sabía que no ibas a rechazar este vino papi. – respondo mientras lo abrazo.

                                                                                                                                                          Esta cena parecía de nunca acabar, todo en silencio y miradas tenebrosas. Hasta que el reloj dio las 10 y todos terminamos de comer. En ese momento, Jack recibe una llamada.

                                                                                                                                                          – ¿Sucede algo? – pregunto. – Me tengo que ir Sann, ha sucedido una tragedia, mi madre ha sufrido un accidente en su coche. Mi hermana dice que está grave. Discúlpame, por favor. – responde muy alterado.

                                                                                                                                                            No, ¿cómo crees que te voy a dejar solo en un momento como este?. Vamos, te acompaño y yo conduzco, estás alterado.

                                                                                                                                                            – Sann, yo creo que debes quedarte con tus padres.

                                                                                                                                                              No, claro que no. Yo quiero estar contigo. Espérame voy por una chaqueta y nos vamos. Papá, mamá, quiero ir con Jack, de verdad sé que dijeron que darían su opinión después de la cena, pero cómo verán no hay tiempo. Creo que esta conversación lo dejamos para otro día. – respondo subiendo a mi cuarto.

                                                                                                                                                              – Listo, ya estoy lista Jack. Podemos irnos.

                                                                                                                                                                Bien, vamos. De verdad lo siento mucho. – se despide Jack

                                                                                                                                                                Hijo, esperemos no sea nada grave. Adelántense ustedes, nosotros iremos detrás suyo. Vamos, no perdamos más tiempo. – responde mi padre abrazando a Jack.

                                                                                                                                                                Se lo agradezco señor.

                                                                                                                                                                Con todo este tema, Gled decidió acompañarnos. Al llegar a la clínica, lo único que nos dijeron era de que la madre de Jack estaba en la sala de cirugía. Al parecer tuvo un impacto fuerte en la cabeza. Todos salían y entraban sin decir nada.

                                                                                                                                                                Cada segundo ver a Jack tan devastado, lo que daría por no verlo así. Mi Jack, estaba sintiendo dolor, como todo ser humano, pero me gustaría que por este momento no lo fuera y así no sufriera. Tenerlo entre mis brazos para que sienta que no está solo y que su madre va a salir bien de la operación era mi único anhelo mientras cerraba los ojos.

                                                                                                                                                                25: Un pasado doloroso

                                                                                                                                                                Ha sido una larga noche en el hospital. La señora Soledad ha logrado salir bien de la cirugía; sin embargo, los doctores la han derivado al área de cuidados intensivos. No todas han sido buenas noticias. 

                                                                                                                                                                El accidente automovilístico causó daños físicos graves a sus riñones, el doctor dijo que había hemorragias internas, lo que afectaba su capacidad para filtrar la sangre y eliminar desechos para lo que era urgente un trasplante de riñón. Esta noticia ha alterado a las dos familias y amigos cercanos. Todos se han realizado las pruebas respectivas para saber si alguien es compatible y poder donar, pero lamentablemente nadie lo es. Así que Soledad se encuentra en lista de espera, mientras los demás han difundido la información por todos los medios de comunicación.

                                                                                                                                                                Ya han pasado más de una semana buscando un donante, pero todo parece estar muy complicado.

                                                                                                                                                                – Jack, voy a la cafetería. ¿Deseas que te traiga algo? – pregunta Sann

                                                                                                                                                                  No Sanne, no te preocupes por mí. – responde Jack

                                                                                                                                                                  – Jack, yo entiendo la situación por la que estás pasando, pero necesitas comer algo o vas a enfermar y entonces no estarás bien para cuando tu madre te necesite.

                                                                                                                                                                    No sé qué haría sin ti amor. Yo estaré bien, tráeme un café nada más.

                                                                                                                                                                    – Está bien, pero luego iremos a tu casa para que te cambies de ropa y no acepto un NO como respuesta, ¿entiendes?.

                                                                                                                                                                      Claro amor, como digas.

                                                                                                                                                                      Estando Sanne en la cafetería, nota que Louis ingresaba al hospital. ¿Qué hace él aquí? Se pregunta mientras toma los cafés y se dirige a la sala de espera donde estaba Jack.

                                                                                                                                                                      – Amor, toma aquí está tu café. Amor, ¿no ha sucedido algo extraño durante mi ausencia?

                                                                                                                                                                        Gracias, amor. Creo que no, ¿Por qué lo preguntas?, ¿sucedió algo con mi madre? – preguntó Jack asustado

                                                                                                                                                                        – No amor, no es nada de eso. Tu madre está bien, solo preguntaba. Voy con Gled para que se quede al pendiente, mientras nosotros vamos a cambiarnos de ropa, ¿está bien?

                                                                                                                                                                          Está bien Sanne, yo iré con el médico, tal vez hay noticias sobre un posible donante.

                                                                                                                                                                          – Está bien Jack, te espero aquí.

                                                                                                                                                                            Gled, amiga, gracias por acompañarnos. Supongo que estás muy cansada, estás desde muy temprano aquí.

                                                                                                                                                                            – No amiga, no hay nada que un buen café para mantenernos de pie. Siempre contarás conmigo, y aprecio mucho a Jack, lo que le está pasando es muy delicado.

                                                                                                                                                                              Lo sé Gled, y lo peor es que no hay posibles donantes.

                                                                                                                                                                              – Ya llegará alguien Sann, solo hay que seguir difundiendo la noticia. Más bien, Jack y tú deberían ir a casa a cambiarse de ropa, tal vez a descansar un poco, si existe alguna noticia yo estaré aquí y les puedo avisar.

                                                                                                                                                                                Gled, justo eso te iba a pedir. Jack necesita ducharse, descansar un poco, no quiere comer y me preocupa que pueda enfermar por esta situación.

                                                                                                                                                                                – No te preocupes Sann, vayan sin problema.

                                                                                                                                                                                  Gled, también quiero decirte que tengas mucho cuidado, tú no conoces aún a Louis, pero hace rato que fui a la cafetería creo haberlo visto ingresar, no quiero pensar mal, pero él no me genera nada de confianza.

                                                                                                                                                                                  – Tal vez tenga a algún familiar aquí.

                                                                                                                                                                                    No lo sé, tal vez. Bueno, solo ten cuidado. Recuerda que ellos dos eran mejores amigos, y Louis lo traicionó quitándole a su novia, eso no hacen las personas de buen corazón. No le dije nada a Jack para que no se altere, suficiente tiene con la situación de su madre.

                                                                                                                                                                                    – Tienes razón Sann, ese tipo no es de confiar. Esperemos no se acerque a ustedes nuevamente, personas así es mejor tenerlas de lejos. Y mejor que no le hayas comentado esto a Jack, suficientes problemas tiene ahora.

                                                                                                                                                                                      Amor, vamos. Ya conversé con el médico, aún no hay noticias sobre un posible donante. Cualquier noticia se comunicará conmigo. – se escucha decir a Jack

                                                                                                                                                                                      Tranquilo Jack, estoy segura de que alguien aparecerá. Ya hablé con Gled, ella estará aquí por si se necesita algo. – Sí, vayan a descansar un poco chicos. Yo me quedo aquí. – responde ella.

                                                                                                                                                                                      Está bien, te lo agradezco Gled. – responde Jack.

                                                                                                                                                                                      Nos vemos Gled, ya regresamos. – se despide Sanne

                                                                                                                                                                                      Cuando Jack y Sanne iban a subir al coche, un hombre muy elegante se acerca y algo muy extraño sucede.

                                                                                                                                                                                      “Jack, hijo, ¿cómo está tu madre?” – es lo que el hombre dice angustiado acercándose a Jack

                                                                                                                                                                                      Escuchar llamar “hijo” a Jack me dejó muy sorprendida. Desde que conocí a Jack, él siempre me dijo que no tenía padre. Cuando él lo decía, pensaba que su padre había muerto. Y no quería ser indiscreta preguntando de más y remover sentimientos dolorosos. Pero más grande fue mi asombro cuando Jack respondió.

                                                                                                                                                                                      – Retire su mano señor. Yo no tengo padre. – responde Jack

                                                                                                                                                                                        Jack, ¿sucede algo? – pregunto intentando romper el ambiente tenso

                                                                                                                                                                                        – No amor, no sucede nada, parece que el señor se confundió de persona. Sube al coche por favor. – responde él.

                                                                                                                                                                                          Jack, entiendo tu molestia. Me enteré lo que le pasó a tu madre y por eso hice todo lo posible para estar aquí y saber si hace necesitan de mi ayuda.

                                                                                                                                                                                          – ¿Qué sencillo, no? El señor se desaparece cuando su esposa le dice que está embarazada, la deja sola, se desentiende de sus obligaciones como esposo y padre por más de 20 años y cuando se entera que su exmujer está a punto de morir se le ocurre aparecer. No señor, nosotros no necesitamos nada de usted, usted tanto para mi madre como para mí está muerto, así que váyase por donde vino. – responde Jack con mucha ira.

                                                                                                                                                                                            Por todo lo que escuché decir a Jack, supuse que ese señor había abandonado a su madre estando embarazada de él. Ahora entendía porque decía que no tenía padre y porque nunca hablaba de él. Quería preguntar muchas cosas, pero mi corazón decidió tomar sus manos y abrazarlo. No existieron palabras de por medio para darme cuenta de que su alma estaba destrozada, otra vez las lágrimas cubrían su rostro. Nunca había sentido tanto dolor en una sola semana. Hoy no es mi cumpleaños ni me encuentro frente al mar para pedir un deseo, pero si existe Dios, el creador de todo lo natural de este mundo, le pediría que alivie un poco el dolor de mi amor, él es un ser bello que no merece todo lo que le está pasando.

                                                                                                                                                                                            Capítulo 26: El infierno

                                                                                                                                                                                            Es la primera vez que Sanne va a casa de Jack y después del suceso con su padre, él no ha dicho ni una sola palabra en todo el camino, es más cuando bajó del carro, fue de prisa al cuarto de su madre. Sann de lejos observa como Jack toma una fotografía suya, y se regocija en uno de sus abrigos. Sann sin dudar se acerca a él para que no se sienta solo.

                                                                                                                                                                                            No sé si esto funciona en todos, pero para mí, los abrazos siempre serán la mejor medicina en lugar de las palabras. Todo este tiempo junto a Jack, él siempre ha dicho que es en mis brazos el lugar donde se siente acompañado, aliviado y protegido. Si mis abrazos tienen ese poder, deseo con toda mi alma que todo lo que estamos viviendo forme parte de un mal sueño.

                                                                                                                                                                                            – Amor, ¿deseas hablar?, ¿necesitas algo? Dime algo por favor – pregunta Sanne

                                                                                                                                                                                              Perdón. – responde Jack

                                                                                                                                                                                              – ¿Perdón? ¿Por qué me pides perdón Jack? No entiendo

                                                                                                                                                                                                Por lo que ocurrió hoy con mi padre. De pequeño, cuando cumplía años, siempre preguntaba por mi padre, mi madre siempre me decía que él se fue a un lugar mágico, donde él me podía observar siempre. Sanne, yo le creí a mi madre, y cuando estaba más grande entendí que ese lugar era el cielo. No pasó mucho tiempo cuando empecé a preguntar por su tumba, siempre me evadía. Todo cambió cuando nos mudamos aquí, mientras guardaba algunas cajas, encontré una carta, donde un hombre pedía perdón y era de ese mismo año. Esa carta fue el motivo de nuestra mudanza, ese señor pedía perdón por abandonar a mi madre embarazada. Cuando pregunté a mi madre por esa carta, ella entre lágrimas me contó que mi padre solo se comprometió con ella por su dinero, mi madre lo amaba, pero cuando se enteró de que él no lo amaba, ella le dijo que podía marcharse, que no era su obligación quedarse y el muy cobarde se fue, huyendo de todo. A los dos meses mi madre se enteró que él se había casado con otra mujer, esa mujer era una diseñadora de modas, de una familia con demasiado dinero, tenían más dinero que ella y su familia. Allí ella entendió que mi padre no la abandonó por sus sentimientos, sino porque existía una fortuna mayor. Desde ese momento ella decidió ser madre y padre para mí. Desde ese momento me imaginé todo el sufrimiento de todos esos años que ella siempre ocultaba con sonrisas para mí. Sinceramente, me hubiera gustado jamás enterarme de la verdad. En esa carta, ese señor pedía perdón y también quería conocerme porque ya tenía 18 y podía entender las cosas. Mi madre asustada por ese acercamiento decidió cambiarnos de casa. Hace 7 años que vivimos aquí, y ese señor no ha podido encontrarnos, no hasta hoy. Yo siempre lo he visto posando en las revistas con su otra familia, muy feliz en sus entrevistas y ahora viene aquí llamándome hijo y preguntando por la mujer que abandonó hace 24 años. Sanne, ahora que conoces a detalle de dónde vengo, ¿me seguirás queriendo? – pregunta Jack

                                                                                                                                                                                                – Jack pero qué dices. Agradezco que hayas confiado en mí para abrirte y contarme parte de tu vida, pero quiero que tengas en claro que yo te amo. No me importa tu pasado, a mí me importa tu presente y el futuro porque es allí donde yo pertenezco y donde puedo acompañarte. ¿Lo entiendes? – responde Sanne sosteniendo fijamente el rostro de Jack.

                                                                                                                                                                                                  Soy muy afortunado de tenerte conmigo. – responde Jack mientras besa la frente de Sanne

                                                                                                                                                                                                  – Sé que son tiempos difíciles, pero debemos confiar en que existirá una solución para todo esto, solo no debes dejarte caer. Yo estaré aquí para ti, siempre lo estaré.

                                                                                                                                                                                                    Te agradezco que estés aquí conmigo Sanne. Debería ir a alistarme, no deseo dejar mucho tiempo a mi madre sola.

                                                                                                                                                                                                    – Amor, te ayudo. Y no te preocupes, tu madre no está sola. Gled está con ella, si hubiera alguna novedad, ella ya nos hubiera llamado.

                                                                                                                                                                                                      Me sentiré mejor si estoy con ella. Por cierto, si deseas bañarte, puedes usar este baño y tal vez uno de los vestidos de mi madre te quede.

                                                                                                                                                                                                      – ¿No habría problema?

                                                                                                                                                                                                        No Sanne, puedes tomar lo que gustes.

                                                                                                                                                                                                        – Está bien, pero primero te acompaño a la regadera. Luego regreso y me doy un baño.

                                                                                                                                                                                                          Una vez en la habitación de Jack, ella lo ayuda a desvestirlo, mientras lo hace no puede evitar sorprenderse por el buen físico de Jack.

                                                                                                                                                                                                          “Yo sabía que eras un problema desde que te conocí” – dice Sanne mientras pierde la mirada en los músculos de Jack

                                                                                                                                                                                                          – ¿Qué dices? – pregunta Jack

                                                                                                                                                                                                            “¿Ah? ¿Qué?, yo no dije nada. Mejor me retiro a bañarme. Bueno te dejo, si necesitas algo, me llamas y sino respondes gritas mi nombre” – Responde Sann titubeando

                                                                                                                                                                                                            – ¿De verdad estás bien?

                                                                                                                                                                                                              No, no lo estoy. Digo sí, bueno me voy. – responde Sanne cerrando la puerta.

                                                                                                                                                                                                              ¿Y eso qué fue?, pero qué chico, qué calor hace aquí santo cielo. Vamos Sann contrólate. – piensa Sann mientras se quita la ropa para bañarse.

                                                                                                                                                                                                              No pasan muchos minutos desde que Jack sale de la ducha y decide bajar por su teléfono que había olvidado en el cuarto de su madre.

                                                                                                                                                                                                              – Sann, ¿estás allí? ¿puedo pasar? – pregunta Jack

                                                                                                                                                                                                                Nadie respondía, Sanne estaba bañándose y no escuchaba nada. Por el silencio, Jack decide entrar. Al tomar su teléfono, escucha el ruido del agua, y su curiosidad lo llevó a observar a Sanne.

                                                                                                                                                                                                                Mientras Sanne cubría su cuerpo con la espuma de jabón, Jack del otro lado podía observar sus movimientos, él quedó deslumbrado por la belleza de Sanne. Ante la delicadeza y dulzura que transmitía ella, Jack decide quitarse la toalla y girar el vidrio que los separaba. Él delicadamente aprecia su cabello y la besa en una parte de su hombro derecho. Sanne nerviosa voltea a donde estaba Jack, y su respiración se vuelve agitada, pero aún así logra decir “Jack”.

                                                                                                                                                                                                                – ¿Te incomodaría si nos bañamos juntos? – pregunta Jack

                                                                                                                                                                                                                  Sanne no podía decir una sola palabra, era como si nunca hubiera aprendido a hablar. “Yo, Jack”

                                                                                                                                                                                                                  – Sanne, perdóname. Yo me dejé llevar por tu belleza, no quiero que pienses mal. Me retiro, tranquila, sí. – dice Jack muy avergonzado

                                                                                                                                                                                                                    “No te vayas” – escucha decir Jack mientras Sanne sostiene su mano

                                                                                                                                                                                                                    Nunca antes mi corazón y razón habían estado de acuerdo en algo. Jack estremece todo mi ser. Yo no tengo idea de qué es el infierno, lo único que sé es que es un lugar donde hay mucho fuego y todo arde.

                                                                                                                                                                                                                    Eso es lo mismo que siento cuando el cuerpo de Jack se acerca al mío, sus manos recorriendo todas las partes de mi cuerpo, besándome como si siempre lo hubiera sabido hacer. Él continúo delicadamente, hasta que me cogió por la cintura girándome hacia atrás, me tomó del pelo con una mano, mientras que con la otra me tomaba del cuello. 

                                                                                                                                                                                                                    “¿Te gusta? ¿deseas que me detenga?” – pregunta él.

                                                                                                                                                                                                                    “No te perdonaría si lo haces” – responde Sann entre gemidos.

                                                                                                                                                                                                                    Después de esta respuesta, Jack decide llevar a Sanne a la cama. Sanne a punto de desmayarse a causa del desmesurado oral que está recibiendo, ella no para de gritar y cuando dice “Espera”. 

                                                                                                                                                                                                                    Él la controla con un “Disfruta amor. No me importa si gritas, rasguñas o me abres la piel. Agárrate y déjate llevar”

                                                                                                                                                                                                                    Existen fantasías y sensaciones que no sabemos que tenemos, y tal vez nunca las descubras, no hasta que te encuentres con la mente correcta. 

                                                                                                                                                                                                                    Capítulo 27: Una desgracia más

                                                                                                                                                                                                                    Después del gran momento pasional que vivieron, ellos deciden tomar un baño. Él con delicadeza coloca sobre la espalda de Sanne aceites aromáticos, mientras ella juega con la espuma de jabón.

                                                                                                                                                                                                                    – Nunca creí ser tan feliz como lo estoy ahora. – dice ella mientras dibuja un corazón en la bañera.

                                                                                                                                                                                                                      Y yo jamás creí que existiera una maravillosa mujer como tú, tan dulce, tierna y delicada. – responde Jack acariciándola.

                                                                                                                                                                                                                      – Jack, debo decirte algo

                                                                                                                                                                                                                        ¿Qué es lo que quieres decirme pequeña?

                                                                                                                                                                                                                        – Quiero decirte que hiciste de mi primera vez mucho más mágica de lo que yo había imaginado. – responde sosteniendo las manos de Jack.

                                                                                                                                                                                                                          Eres una mujer cariñosa y misteriosa al mismo tiempo, diferente a las demás, eres única. Desde que te vi por primera vez sabía que ibas a ser mi principio y final, mi propio cielo e infierno. Ahora puedo darme cuenta de que no estaba equivocado, cuando estamos juntos todo es mágico como lo llamas. Si esto se trata de un hechizo, que el encanto dure por los próximos mil años.

                                                                                                                                                                                                                          – No puedo resistir a tu encanto, camino con tu amor hacia las llamas. Tú destruiste mis esperanzas con el amor.

                                                                                                                                                                                                                            Yo te amo Sanne. Te amo. – dice Jack antes de besarla.

                                                                                                                                                                                                                            Este momento entre Jack y Sanne es interrumpido por una llamada al teléfono.

                                                                                                                                                                                                                            – Jack, espera. Es Gled, silencio.

                                                                                                                                                                                                                              “Hola Gled, ¿sucedió algo?” – responde Sann al teléfono.

                                                                                                                                                                                                                              – Amiga, Jack y tú deben venir urgente al hospital, al parecer hay un posible donante.

                                                                                                                                                                                                                                “Dios mío gracias. Gracias por avisar Gled, ahora mismo vamos para allá”

                                                                                                                                                                                                                                (Llamada finalizada)

                                                                                                                                                                                                                                – ¿Qué te dijo? ¿Qué sucedió? ¿Ocurrió algo con mi madre?. – pregunta desesperado Jack

                                                                                                                                                                                                                                  Amor tranquilo. Mírame, Gled me acaba de decir que hay un posible donante, debemos irnos ahora mismo. – dice ella.

                                                                                                                                                                                                                                  – ¿En verdad? – responde Jack mientras sostiene el rostro de Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                    Sí amor, es de verdad. Apresúrate, debemos irnos.

                                                                                                                                                                                                                                    – Está bien, eh, voy a cambiarme. – responde Jack mientras corre a su cuarto.

                                                                                                                                                                                                                                      Gracias Dios, gracias por escucharme. – dice ella mientras toma una fotografía de Soledad.

                                                                                                                                                                                                                                      Jack y Sanne subieron al coche tomados de la mano, existía un brillo especial en la mirada de ambos. Cuando llegaron al hospital, no era el momento de contar todo lo sucedido con su mejor amiga, pero era inevitable no descifrar lo que había detrás de sus miradas. Los ojos no mienten, así como el brillo que provoca el amor.

                                                                                                                                                                                                                                      – Ya estamos aquí doctor, es cierto que hay un posible donante para mi madre. – pregunta Jack al médico.

                                                                                                                                                                                                                                      – Es correcto señor Howard, ha sucedido un accidente y el paciente acaba de presentar muerte cerebral. El riñón es compatible con el de su madre, pero los familiares deben firmar un consentimiento, creo que debería hablar cuanto antes con ellos, es una gran oportunidad para salvar la vida de su madre. – responde el doctor.

                                                                                                                                                                                                                                      – Entiendo, me puede brindar los datos, de quiénes se trata, por favor. – responde Jack.

                                                                                                                                                                                                                                      – Claro, se trata de la familia Vezccha Vezccha. Ellos están en la sala 2. – responde el médico

                                                                                                                                                                                                                                      – Dijo ¿Vezccha?- responde sorprendido Jack

                                                                                                                                                                                                                                      – Así es, el paciente es Victor Vezccha Vezccha. Me tengo que ir, me comunica la decisión de la familia. – responde el médico marchándose.

                                                                                                                                                                                                                                        No puede ser, es el papá de Louis. ¿Cómo puedo pedir a su familia que le donen un riñón a mi madre para salvarle la vida? Louis debe estar devastado, no puedo hacerle esto. – piensa Jack mientras toma asiento.

                                                                                                                                                                                                                                        – Amor, ¿qué sucede?, ¿qué te dijo el médico? – pregunta Sann

                                                                                                                                                                                                                                          El donante es el papá de Louis, al parecer tuvo un accidente y acaba de presentar muerte cerebral. El médico dice que su riñón salvaría a mi madre, pero debo hablar con la familia para el consentimiento. Yo no puedo hacer eso Sanne, Louis debe estar destrozado, y aunque hayamos tenido muchos problemas, ese dolor no se lo deseo a nadie.

                                                                                                                                                                                                                                          – Dios mío, pero cómo pudo ocurrir esto. No sabes cuanto lo lamento, no sé qué decirte. Esto me parece imposible de creer, debes de tomar una decisión, tal vez la familia de Louis entienda tu situación, aunque deben de estar devastados.

                                                                                                                                                                                                                                            Lo sé Sann, esto parece una pesadilla. Debo ir a verlos. En estos momentos no existen nuestras diferencias, iré a darles mi apoyo en estos momentos de dolor.

                                                                                                                                                                                                                                            – ¿Deseas que te acompañe? – pregunta Sanne

                                                                                                                                                                                                                                              Claro, no hay problema.

                                                                                                                                                                                                                                              – Está bien, iré por Gled y te acompaño. Tranquilo, sí.

                                                                                                                                                                                                                                                Gled, ni te imaginas cómo el destino vuelve a juntarnos. – dice Sann refiriéndose a Gled

                                                                                                                                                                                                                                                – ¿Qué dices? No te entiendo Sann – responde Gled

                                                                                                                                                                                                                                                  El donante Gled, recuerdas que te dije que creí haber visto a Louis, no era una imaginación mía. Su padre tuvo un accidente, falleció y al parecer él puede salvar la vida de la madre de Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                  – No lo puedo creer. ¿Qué piensan hacer ahora?

                                                                                                                                                                                                                                                    Por el momento Jack decidió ir a darles su apoyo, tú también irás con nosotros. En estos momentos no existen diferencias, lo que esa familia está pasando es una terrible desgracia.

                                                                                                                                                                                                                                                    – Eso lo entiendo, pero ¿ qué hay con la señora Soledad?

                                                                                                                                                                                                                                                      El médico le dijo a Jack que hable con la familia para que firmen un consentimiento y procedan con la intervención, pero Jack no puede hacer eso. Creo que yo debería intervenir, tal vez la familia de Louis decida salvar una vida. Sonará muy duro, pero esta es la única oportunidad para salvar a la mamá de Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                      – Dios te escuche y esperemos que todo salga bien.

                                                                                                                                                                                                                                                        La vida nunca deja de sorprender, el destino ahora mismo parece jugar con nuestras vidas. Existen desgracias inevitables, como lo es la muerte, pero mientras exista una posibilidad para volver a la vida. Esta vez, la muerte para algunos es una total desgracia, mientras que para otros se convierte en una nueva oportunidad para vivir. Ahora salvar una vida depende de alguien que murió.

                                                                                                                                                                                                                                                        Capítulo 28: Miedos

                                                                                                                                                                                                                                                        Han pasado unas horas cerca a la familia Vezccha, Jack presentó a todos a Sanne como su novia y a Gled como una amiga de su familia. Al parecer todos estiman mucho a Jack, menos Louis, en su mirada se puede reflejar el odio que tiene hacia Jack. La familia Vezccha está devastada, pero aún así conocen la situación de la paciente que necesita un donante. Ellos no saben de quien se trata y Jack aún no habla con ellos, no se atreve a hacerlo, así que Sanne está decidida a hacerlo, aprovechando que Jack fue a la cafetería.

                                                                                                                                                                                                                                                        – Lamento mucho su pérdida, no sé cómo decirles esto, y tal vez suene muy egoísta, pero en sus manos está en que otra persona siga viviendo. Esa otra persona es la señora Soledad, la madre de Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                        – ¿Cómo dices muchacha? – pregunta la señora

                                                                                                                                                                                                                                                        – Sé que no es el momento para hablar sobre esto, pero esta esa es la situación. Jack y yo llevamos varios días aquí por la señora Soledad, ella hace unos días sufrió un accidente, ahora se encuentra muy grave y necesita de un donante de riñón lo más antes posible…

                                                                                                                                                                                                                                                        – Y eso qué tiene que ver con nosotros, no te entiendo – responde muy alterada

                                                                                                                                                                                                                                                        – Tranquilícese por favor. Lo que quiero decir es que su esposo puede salvar a otra vida. El médico dijo que su esposo puede ser el donante por el que hemos estado esperando todo este tiempo. Por favor, no me responda nada ahora, pero solo piense en el gran acto de amor que hay de por medio. Yo me retiro y en verdad lamento mucho su pérdida.

                                                                                                                                                                                                                                                        – Muchacha, mi dolor es inmenso ahora, pero sé que mi esposo pertenecía a un programa de donación de órganos. Lo conversaré con todos y tomaremos una decisión. – responde ella mientras sostiene las manos de Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                        – Se lo agradezco inmensamente. Si existe algo en el que pueda ayudar en estos momentos, no dude en pedírmelo. Espero su decisión sea lo más pronto posible. Iré por café ahora. – dice Sanne abrazándola.

                                                                                                                                                                                                                                                          De camino a la cafetería, Sann se da cuenta que Jack y Louis se encontraban conversando, ella cree que probablemente están haciendo las pases luego de que ambas familias están desechas por tantas desgracias. Toda esa suposición cambia cuando Jack empuja a Louis, tirándolo al piso.

                                                                                                                                                                                                                                                          – ¡Jack! ¿qué te pasa? . – ¿Te encuentras bien? – dice Sanne ayudando a Louis a levantarse

                                                                                                                                                                                                                                                          – Déjalo Sanne, es un maldito egoísta, solo piensa en él. – dice Jack enfurecido y tomando la mano de Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                          – ¿Egoísta? Ser egoísta es decir que no quiero que le quiten un riñón a mi padre para que viva tu madre. Aquí el único egoísta eres tú. – responde Louis alterado.

                                                                                                                                                                                                                                                          – Se pueden calmar por favor. Están alterados y así no pueden conversar. Jack, entiende que Louis y su familia están pasando por un mal momento y tú Louis, comprende que llevamos varios días aquí, y que estamos todos pasando por una situación muy delicada.

                                                                                                                                                                                                                                                          – Al parecer tu novia, tiene más educación y comprende mejor que tú. – dice Louis

                                                                                                                                                                                                                                                          – Vamos Jack, no es el momento para armar problemas. Además, tengo algo que decirte.

                                                                                                                                                                                                                                                          – Vamos amor. – responde Jack tomando la mano de Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                            Ellos mientras caminaban por los pasillos, Sanne le comenta a Jack que ella había hablado con la señora Vezccha, y que entendía la situación.

                                                                                                                                                                                                                                                            – Amor, solo es cuestión de que dialoguen como familia y tomen una decisión. Debes de controlar tus impulsos, la vida de tu madre depende de ese señor, es la vida quien decidió colocarlo a él, así que debemos mantener la calma.

                                                                                                                                                                                                                                                            – Intentaré hacerlo, gracias por intervenir y no dejar que arme un alboroto en la cafetería. No sé qué haría sin ti amor. – dice Jack abrazándola.

                                                                                                                                                                                                                                                            – Te amo Jack. Sabes que siempre puedes contar conmigo.

                                                                                                                                                                                                                                                            – Lo sé y te lo agradezco amor mío.

                                                                                                                                                                                                                                                            – Jack, me encantaría seguir acompañándote, pero sabes que debo ir a clases, ya he faltado tres días y si sigo faltando puedo reprobar la materia y no me conviene en esta recta final de la carrera.

                                                                                                                                                                                                                                                            – Lamento mucho que presentes faltas a estas alturas, y más por mi culpa. No tienes nada qué decirme, si gustas te puedo llevar.

                                                                                                                                                                                                                                                            – No eres culpable de nada Jack, yo decidí estar a tu lado. No te preocupes, iré con Gled a casa y luego voy a la universidad, tú tranquilo. Me avisas si sucede algo.

                                                                                                                                                                                                                                                            – Bueno, está bien. Vas con cuidado y cualquier cosa me llamas.

                                                                                                                                                                                                                                                            – Sí, tú tranquilo amor. – se despide Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                              Gled, vamos a casa. Jack se queda al pendiente. – dice Sann

                                                                                                                                                                                                                                                              – Sí claro, vamos. Necesito dormir un poco, han sido unos días muy cansados.

                                                                                                                                                                                                                                                                Sí, y gracias por estar con nosotros Gled. Al parecer la familia Vezccha entiende la situación de Jack, solo que necesitan tiempo para tomar la decisión de firmar el consentimiento.

                                                                                                                                                                                                                                                                – Esperemos que sea así y no tome tanto tiempo o si no existirán dos fallecidos.

                                                                                                                                                                                                                                                                  No digas eso Gled, confiemos en que todo saldrá bien.

                                                                                                                                                                                                                                                                  Todo iba bien hasta que una voz dice “Sanne, espera”. Ellas sorprendidas al ver de quién se trataba, deciden seguir como si nada, pero…

                                                                                                                                                                                                                                                                  “Necesitan una firma para salvar a la señora Soledad” – escucho decir a Louis.

                                                                                                                                                                                                                                                                  Cuando escuchamos esto, las dos nos quedamos paralizadas. Gled se quedó mirándome, haciendo señas de que no retroceda, pero terminé haciéndolo.

                                                                                                                                                                                                                                                                  – Pensé que te encontrabas en mal estado por lo ocurrido con tu papá. – responde Sann

                                                                                                                                                                                                                                                                    Sí, lo estoy. Pero la vida continúa.

                                                                                                                                                                                                                                                                    Como puede hablar así tan tranquilo, se le acaba de morir su papá. No lo entiendo, este chico me asusta. – piensa Sann.

                                                                                                                                                                                                                                                                    – No entiendo qué quieres decir con eso. – responde Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                      Quiero decir que, si quieres esa firma para salvar a la madre de tu novio, debemos ir a conversar a un lugar tranquilo, donde nadie nos moleste.

                                                                                                                                                                                                                                                                      – No entiendo qué debemos conversar, yo ya hablé con tu mamá y ella entendió la situación.

                                                                                                                                                                                                                                                                        Mi madre está mal por todo lo ocurrido, con quien debes hablar es conmigo.

                                                                                                                                                                                                                                                                        – Si eso quieres, está bien. ¿Cuándo quieres que conversemos?

                                                                                                                                                                                                                                                                          Dime tú, ¿cuándo puedes?

                                                                                                                                                                                                                                                                          – Puedo a partir de las 7. Ahora voy a clases.

                                                                                                                                                                                                                                                                            Me parece bien, ¿me compartes tu número?

                                                                                                                                                                                                                                                                            – No, no es necesario. Podemos conversar en la cafetería que está al frente a la Plaza de Mayo a las 7:30.

                                                                                                                                                                                                                                                                              Está bien, allí te veo. Sino vas, no hay firma.

                                                                                                                                                                                                                                                                              No sé qué pretende, pero todo sea por la mamá de Jack. – piensa Sanne

                                                                                                                                                                                                                                                                              – ¿Qué pasó Sann, qué quería? – pregunta Gled

                                                                                                                                                                                                                                                                                Conversar conmigo sobre el consentimiento para que hagan el trasplante de riñón.

                                                                                                                                                                                                                                                                                – ¿Y qué le dijiste?

                                                                                                                                                                                                                                                                                  Conversaré con él saliendo de clases en la cafetería de la Plaza. No sé qué busca con esto, pero si es por salvar a la mamá de Jack, nada me importa.

                                                                                                                                                                                                                                                                                  – ¿Deseas que te acompañe? Ese tipo no me da nada de confianza Sanne, su mirada provoca miedo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                    No, puedo hacerlo, aunque créeme, estoy igual que tú Gled, muy asustada y confundida.

                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Bueno, vamos o llegarás tarde.

                                                                                                                                                                                                                                                                                      Sí, tienes razón.

                                                                                                                                                                                                                                                                                      Han pasado varias horas en la universidad. Sanne decidió no contarle nada a Jack sobre el encuentro que tendrá con Louis, así que por el temor a su reacción decidió ocultarlo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Uuuf ya son las 7, ojalá aún haya transporte público o si no me tendré que ir caminando”

                                                                                                                                                                                                                                                                                      ¿Te pasa algo Sanne? – pregunta Luisa, una compañera de la facultad.

                                                                                                                                                                                                                                                                                      – Eh, no. Es que a veces suelo hablar conmigo misma. – responde Sann entre risas

                                                                                                                                                                                                                                                                                        Rayos, cuándo será el día en el que se me quite la mala costumbre de hablar como una loca por los pasillos, al parecer es algo muy particular de Sanne. – dice mientras baja las gradas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                        ¿Qué pasará en esa reunión con Louis? – Ni idea, pero debo admitir que me estoy muriendo de los nervios, nervios de miedo. Esos que te dejan la piel de gallina, o cuando presientes que algo malo va a suceder.

                                                                                                                                                                                                                                                                                        Capítulo 29: Reunión

                                                                                                                                                                                                                                                                                        Eran más de las siete de la noche y Sanne estaba cerca de la cafetería. Antes de ir por la plaza, decidió llamar a Gled, para avisar que todo estaba bien y que no le dijera nada a nadie.

                                                                                                                                                                                                                                                                                        [7:36 pm]

                                                                                                                                                                                                                                                                                        – Como lo suponía, allí estaba él sentado puntual a la hora del encuentro. ¿Cómo puede estar una persona tan tranquila después de la muerte de su padre? – piensa Sann dirigiéndose a la mesa.

                                                                                                                                                                                                                                                                                          Hola Louis, disculpa el retraso. – saluda Sann

                                                                                                                                                                                                                                                                                          – Al parecer la puntualidad no es lo tuyo, toma asiento por favor. ¿Deseas algo de beber? – responde y pregunta Louis.

                                                                                                                                                                                                                                                                                            Te lo agradezco, pero no deseo nada. No deseo estar mucho tiempo aquí, me puedes decir ¿qué es lo que quieres conversar conmigo?

                                                                                                                                                                                                                                                                                            – Tranquila Sanne, ya llegaremos a ese punto, primero pediré que me traigan un wisky. – contesta él entre risas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                              “Oye tú, mesero tráeme el mejor wisky que tengas y dos copas” – dice Louis refiriéndose al mesero.

                                                                                                                                                                                                                                                                                              Este tipo no tiene ningún tipo de respeto hacia las personas, nunca había tenido al frente mío a un ser tan despreciable y arrogante. – pienso.

                                                                                                                                                                                                                                                                                              No entiendo por qué pediste dos copas, ya te dije que no pienso beber nada. Al parecer solo me citaste aquí para perder el tiempo. – dice Sanne

                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Si te vas, Jack y tú pueden olvidarse de ese consentimiento y lo más probable es que en menos de dos días todos nos encontremos en el funeral de Soledad.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                Se puede saber qué es lo que tramas con todo esto. ¿Qué quieres? – dice Sanne alterada

                                                                                                                                                                                                                                                                                                – Tranquilízate Sanne, ahora hablaremos. Primero quiero que leas este documento y estos otros son el consentimiento para que operen a la madre de tu amado Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                  ¿Acuerdo de compromiso?, ¿me puedes explicar qué significa esto?. – pregunta Sanne sorprendida

                                                                                                                                                                                                                                                                                                  “Aquí tiene su wisky señor” – interrumpe el mesero. “Puedes retirarte” – responde Louis

                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Te explico querida Sanne, esos documentos contienen nuestro acuerdo de compromiso.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                    ¿Nuestro? Estás mal de la cabeza, aquí dice que el compromiso es de un año, que quien acepte ser tu esposa debe cumplir con todo lo indicado, acompañar a eventos, intimidad, vivir juntos…¿qué significa?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Lees muy de prisa Sanne, pero sí, la persona que acepte debe cumplir con todo lo que dice ese contrato. Y esa persona eres tú.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                      ¿Yo? ¿Por qué yo debería aceptar todo esto?. Tengo una relación con Jack, amo a Jack, jamás me casaría contigo y menos con este ridículo contrato. Si eso era todo me retiro. – dice Sanne levantándose de la silla.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – Aún no lo has entendido Sanne. De ti depende que alguien viva o muera, y al parecer ya decidiste que muera. – dice Louis.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                        ¿Qué es lo que me estás tratando de decir? – pregunta Sanne

                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – Es muy sencillo Sanne, si tú quieres ahora mismo puedo firmar el consentimiento que necesitas para que operen a Soledad, pero antes debes firmar este acuerdo y nos estaríamos casando la próxima semana.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                          ¿Cómo puedes proponerme esto? Jack fue tu mejor amigo, viste cómo sufría hoy, tu familia está destrozada por su pérdida y tú te diste el tiempo para preparar todo esto. No firmaré nada, confío en que tu madre mañana firmará ese consentimiento. Perdiste tu tiempo Louis, qué asco me das. – dice Sanne retirándose del lugar.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – Estás tan equivocada Sanne. Hoy fui yo quien te buscó, pero mañana lo harás tú, de eso estoy seguro. – dice Louis mientras bebe su wisky.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                            Sanne indignada por lo tratado con Louis, decidió tomar un taxi e ir a casa. Estando en su habitación, decidió tomar un baño frío para relajarse y poder tranquilizarse ante tantas situaciones complicadas que tuvo su día.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – “Amor, me acabo de acostar. Nos vemos mañana en el hospital” – Sanne 9:30 pm.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – “Yo sigo en el hospital amor, mañana nos vemos. Descansa, te amo” – Jack 9: 45 pm.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Jack no merece que le oculte cosas, pero si le comento sobre lo sucedido con Louis no sé de qué sería capaz de hacer, es mejor olvidar lo que sucedió hoy y no provocar más problemas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Capítulo 30: Sin salida

                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Son las siete de la mañana y Sanne se prepara para ir al hospital. “Si todo va bien, hoy mismo operan a la mamá de Jack”, dice ella mientras se alista. Todo parece estar bien hasta que suena el teléfono.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – “Amor, buenos días. Ya me estoy preparando para ir al hospital” – responde Sanne al teléfono.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – “Buenos días hermosa, yo estoy afuera de tu casa, vine a casa y decidí pasar por ti” – Jack al teléfono.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – “Oh, bueno en ese caso espérame cinco minutos y estaré lista. Bajo en un momento amor” – responde Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – “Descuida amor, aquí te espero” – Jack colgando el teléfono.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Si tan solo me hubiera enviado un mensaje de que vendría por mí, no lo estaría haciendo esperar. Eres indescifrable Jack. – piensa Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – «Amor, ya estoy lista. Podemos ir” – escucho decir a Sanne mientras observo su tierna y dulce mirada, ella es tan hermosa, su belleza inspira mi día. “Amor, ¿sucede algo?” – pregunta desconcertada Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – “Oh no amor, solo me perdí en tu mirada por un momento. Ya podemos ir” – responde Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – “Jajajaja Jack, qué lindo. Te amo” – responde Sanne mientras besa a Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Amor, y ya no me contaste qué hiciste ayer después de clases, ¿muchos trabajos? – pregunta Jack mientras conduce.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Eh sí amor, estuve avanzando en ello, por eso ya no me dio tiempo de ir a acompañarte, estaba agotada por todo. – responde Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    Si necesitas que te ayude en algo, no dudes en decírmelo ¿ok? – contesta Jack mientras sostiene la mano de Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Ahora hay que enfocarnos en lo de tu madre, yo puedo lidiar con mis propios asuntos Jack, agradezco tu apoyo. – responde Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Sé que puedes lidiar con tus propios asuntos amor. Gracias por acompañarme en estos días tan difíciles.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – Siempre contarás conmigo, ya sea en tus días claros, oscuros y claroscuros. – dice Sanne tomando su mano.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        Eres el amor de mi vida Sanne, lo sabes ¿no?. – Lo sé, pero me encanta escucharte decirlo. – responde ella sonriendo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        Todo iba bien hasta que Jack y Sanne ingresaron al consultorio del médico y les explica lo que estaba sucediendo. ¿Qué sucedía?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – Doctor, buenos días. Coméntenos, ¿cómo va el caso de mi madre?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Joven Jack, lastimosamente el posible donante para su madre no procede, la familia ha rechazado el consentimiento, esta situación coloca a una situación crítica a su madre. Es posible que solo le queden unas cuatro horas, si es que no hay algún donante. Lo lamento mucho joven, sé lo difícil que es esta noticia para ustedes. Si gusta, puede pasar a ver a su madre.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Hay mucha confusión y dolor. “No entiendo qué sucedió. Yo conversé con la señora Vezccha, y ella entendía la situación” – piensa Sanne. – Amor, por favor ve con tu madre, yo debo arreglar un asunto. Jack nada está perdido, confía en mí, no puedes rendirte ahora. Tu madre te necesita fuerte, te amo”. – dice ella mirándolo fijamente a los ojos.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – No entiendo, pensé me acompañarías ¿a dónde irás? – pregunta Jack

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            A tener una respuesta. Amor, no te dije nada ayer, pero cuando fuiste a la cafetería yo conversé con la señora Vezccha, le expliqué la situación y también lamentaba la suya. Ella se mostró empática, dijo que el señor Víctor pertenecía a una asociación de voluntarios donde su objetivo eran donar órganos para salvar vidas. Ella dijo que conversaría con su familia y hoy darían una respuesta, pero todo pintaba a que iba a firmar ese consentimiento.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – Jamás hubiera imaginado que tú hayas conversado con la madre de Louis por mí. Yo no querían que se enteren, por la situación en la que se encontraban, me parecía egoísta de mi parte. Lo que puedo deducir ahora es que Louis tiene algo que ver detrás de esa negativa. Por favor, no te involucres más.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Jack, cómo puedes decir eso. Claro que me involucro, mientras haya una posibilidad de salvar a tu madre, no me importa tener que arrodillarme si es de ser necesario. Me entristece ver que hayas perdido la fe Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – No, no quise decir eso Sann. Solo no quiero que te suceda algo por mi culpa. Pero si tú vas a hablar con ellos, yo quiero estar contigo, es mi madre, es mi deber.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                No Jack, tu deber es estar con ella. Por favor, déjamelo a mí, te prometo que conseguiré esa firma para que realicen el trasplante. – dice ella despidiéndose.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Alejada del consultorio, encontrándose en los servicios higiénicos, Sanne se deja caer en una esquina y entre lágrimas…»No puedo creer esto, Louis hizo que su madre no firmara el consentimiento porque yo no acepté su oferta. ¡Dios mío, ilumíname! ¿qué decisión debo tomar?. Una vida depende mí, y se trata de la mujer que le dio la vida al amor de mi vida. No deseo perder el amor de Jack ¿Qué hice para merecer terminar involucrada en esto?»

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Capítulo 3: Sacrificio

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Sanne caminando por los pasillos del hospital decide buscar al médico para obtener el número telefónico de la familia de Louis, fingiendo que ellos son muy amigos. El médico accede a brindarle los datos y ella decide salir del hospital y realizar la llamada.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                (Llamando a Louis)

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – “Hola, ¿quién habla?” – responde él.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – “Hola Louis, soy Sanne. ¿Podemos reunirnos ahora? – contesta ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – “Por lo visto ya te enteraste de que mi familia no firmó nada, ¿verdad?” – responde irónicamente.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – “No entiendo cómo puede alegrarte algo así” dice ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – “No te confundas Sanne, claro que no me alegra, lo lamento por mi amigo, pero tú tomaste una decisión ayer y yo también, no estuvo difícil convencer a mi madre de que no firme ese papel” – responde él.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – “No sé qué quieres conmigo, ¿de qué te serviría casarnos, si no existe ningún vínculo entre nosotros?” – dice ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – “Aún no lo entiendes Sanne, se trata de fastidiar la vida de Jack, ese imbécil no se merece una mujer como tú. Si deseas reunirte conmigo será para que ambos firmemos, tú salvas a tu suegra y yo obtengo lo que quiero”. – dice él con firmeza.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – “Vale, está bien. Firmaré, pero realizarás ciertas modificaciones en ese contrato, ya lo conversamos cuando nos encontremos. ¿Puedes venir a la cafetería que está al frente del hospital?. – pregunta ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – “Está bien, te daré la opción de realizar tres modificaciones en nuestro contrato. En veinte minutos estaré en la cafetería, nos vemos”. – despidiéndose.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  (Llamada finalizada)

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Nada de esto lo entiendo, parezco haber hecho un trato con el mismo diablo, parezco estar envuelta en toda una telenovela. No sé qué estoy haciendo con mi vida en estos momentos, tal vez con esto pierda el amor de Jack para siempre, quizá me odie y todos los momentos que vivimos juntos se borren de su memoria.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Bueno, ya no importa lo que suceda luego, en mis manos está que la señora Soledad viva, y que Jack no pierda a su madre. Aunque luego de firmar esos papeles mi vida sea condenada a desdicha, conmigo siempre vivirá el amor por Jack. – piensa ella mientras espera en la cafetería.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  “Hola, qué puntual Sanne.”- saluda Louis en burla.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  “Sabes que hay una vida en riesgo aquí, solo le quedan horas a la señora Soledad y tú con esta actitud tan déspota” – dice ella indignada.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  “No lo sabía, en eso caso, apresuremos nuestro trato”- responde él.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Aún no puedo terminar de creer que yo haya aceptado estar por el teléfono con este tipo de persona. Ahora considero que todo lo que hay detrás de un teléfono es demasiado falso para ser real. “Sino tengo alternativa, démonos prisa” – responde.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  “Aquí está el contrato, si deseas, vuelve a leerlo”. – dice él entregando los documentos y bolígrafo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Firmaré, pero con unas condiciones, sólo serán dos cosas las que quiero. No existirá intimidad entre nosotros, ni ningún tipo de contacto físico estando a solas. Viviremos en la misma casa, pero cada uno tendrá su propia habitación, esto no es un compromiso real. Solo seré tu esposa ante los demás, si estás de acuerdo podré firmar, pero antes debes modificarlo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    “Si ante los demás debemos besarnos, tomarnos de la mano, lo permitirás. Si aceptas, llevo a modificar el contrato”. – responde él.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Está bien, al parecer no tengo escapatoria ante este infierno. Yo firmaré, tienes mi palabra, pero el consentimiento para que realicen la operación debe ser ahora mismo o morirá y de nada servirá esto.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Aunque no lo creas, conozco cómo eres, y sé que cumplirás tu palabra. Aquí tengo el consentimiento firmado por mi madre. Puedes entregarlo al médico y que inicien ahora mismo.” – dice él.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – No entiendo, pensé que ella había rechazado esto. Como sea ya está el documento, debo irme ahora.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        “Antes de que te vayas a darle la buena noticia a Jack, no quiero que se entere del contrato, si alguien se entera o no firmas mañana, ten por seguro que a Jack podría pasarle algo lamentable, como como un accidente, por ejemplo”. – dice él.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – No tienes que amenazarme con esto, cumpliré Louis, lo haré. Ah y antes de que me retire, quiero decirte que eres la persona más despreciable que he conocido en mi vida. – dice ella alzando la voz.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          “ Sí, yo también estoy feliz. En unos días serás mi esposa”. – responde él con ironía.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Lo he conseguido, Jack será feliz con esto y eso es más que suficiente para que todo lo que vaya a aceptar valga la pena. Mi amor es tan grande por Jack, que daría hasta mi propia vida si fuese necesario.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Espero que nunca dude de mi amor, aunque eso será imposible a partir de mañana, no importa Sanne, tú estarás bien, solo será un año y serás libre otra vez. Espero que para entonces Jack conozca toda la verdad y comprenda sobre este gran sacrificio de amor. – piensa mientras camina en dirección al hospital.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Capítulo 32: ¿Qué hay detrás?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Dirigiéndose Sanne a la habitación donde se encontraba Jack para darle la buena noticia sobre la cirugía de su madre. Ella se encuentra con Luciano, él conocía la situación, había regresado a apoyar en el área de emergencias. Tan grande fue la sorpresa de Sanne que dudó en abrazarlo, y hacerle saber la gran falta que le hacía en todo este tiempo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – Amigo de la vida, no sabes la falta que me has hecho todos estos días. – dice Sanne mientras abraza a Luciano.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            Ya me ha informado el Doctor Velásquez sobre la madre de Jack, en verdad lo lamento muchísimo pequeña. Entiendo por todo lo que estás pasando. – responde él.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – Pero existe una posibilidad Luciano, y no debe esperar más, tengo aquí el documento que permite que le realicen el trasplante a la señora Soledad.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              ¿En serio lo dices?. Según tengo entendido la familia del donante no lo permitía.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – No era la familia, solo era Louis.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                ¿Louis? ¿De quién me estás hablando pequeña? – pregunta con asombro.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – El Louis que todos conocemos, llegué a un acuerdo con él para que me entregara esto. – señalando al documento.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Vaya, lo pequeño que es el mundo. Llegar a estar conectados todos por este tipo de situaciones, como de película. Espera, dices “trato”. ¿Qué tipo de trato hiciste con ese tipo? Yo tengo entendido que las cosas con él no están nada bien, y no creo que la situación haya cambiado en estos días.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Entiendo tu asombro Lu, y créeme nada ha mejorado, al contrario, todo parece pintar de mal en peor. Para que tengas una idea, hice un trato con el mismo diablo por ver a Jack a lado de su madre.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    No me asustes Sann, ¿qué hiciste? – pregunta preocupado sosteniendo sus manos.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Prometo que te lo diré, pero no ahora. Debo ir a llevar esto al médico.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Dámelo, yo lo llevaré, justo ahora iré a verle. Tú ve con Jack y cuéntale esto, estoy seguro de que sea lo que hayas hecho sirvió para darle una esperanza a ese chico que solo tiene a su madre.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – Créeme que lo sé, todo lo que he hecho es pensando en él y espero que me entienda cuando se entere, aunque cuando suceda muchas cosas van a parecer lo contrario.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        Terminando todo aquí, pasaré por ti para que me expliques lo que está sucediendo contigo. Cuídate pequeña, te veo al final del día. – se despide con un beso en la frente.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        “No sé si esta sea una señal para contarle al menos a alguien sobre lo que aún no hago, pero que tengo que hacer o Jack es quien pagará las consecuencias. Dios mío, en qué gran lío me he metido”. – piensa Sanne mientras se dirige a encontrarse con Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – Amor, aquí estabas. – dice ella mientras abraza a Jack. “Este es uno de los abrazos más inesperados que me encantan de ella, aunque ¿por qué presiento que este será el último?. Últimamente con lo de mi madre, ya no pienso con claridad, ¿por qué debería ser el último, si yo sé que ella y yo estaremos así hasta el último de nuestros días”.- piensa él.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Mira amor, mira qué frágil se ve mi madre en esta cama, un ángel dormido. Aún no me cabe en la cabeza que la perderé. – dice él derramando unas lágrimas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – Amor, no la perderás. He logrado conseguir el consentimiento. En cuestión de unos minutos vendrán por ella y la llevarán al quirófano. Te dije que no perdieras la esperanza y que confiaras en mí.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            Pero, ¿cómo lo has conseguido? Amor, mi madre vivirá. No estás bromeando, ¿verdad?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – Amor, ¿cómo crees que voy a bromear con algo así? Cuando venía a verte y a decírtelo, me encontré a Luciano, ¿te acuerdas de él?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Ummm, ¿Luciano? Tu amigo desde que eras una niña, y que se volvieron a encontrar en este hospital, ¿ese Luciano?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Sí, ese Luciano. Ustedes aún no se conocen muy bien, bueno es que él ha estado de viaje por temas de su carrera y también por lo de su padre, pero hace un momento me lo encontré por el pasillo y me dijo que estará de apoyo en el área de emergencias. Conversamos unos minutos y a él le entregué el documento para que se lo mostrara el Doctor Velásquez y pueda iniciar con lo de la cirugía.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Estaría bien conocer mejor a ese tal Luciano, pero como estará aquí, ya habrá tiempo. Ahora quiero que me expliques ¿cómo obtuviste ese documento? El médico dijo que la familia Vezccha rechazaba esto, no lo entiendo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – No hay nada que entender Jack, solo salí a realizar una llamada y aclarar esto. La señora Vezccha entendió esto y deseo apoyar. Además, te dije que su esposo pertenecía a esos programas de donación de órganos. Solo fui a brindarle la información necesaria y ya, solo eso. Luego envié a alguien por el documento y bien aquí me tienes frente a ti.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Eres increíble Sanne, no te importó la incomodidad que esto te podía traer por ser de quiénes se trata, si tan solo yo hubiera conocido sobre lo que ibas a hacer, no te hubiera dejado sola. Pero después de esto tan maravilloso que has hecho por mi madre y por mí, no te imaginas lo eternamente agradecido que estoy con la vida por colocarte en mi camino. Sanne, soy muy afortunado de tenerte conmigo, y tengo planificado que uno de los tantos de esos “para siempre” que lees y escribes en tus diarios, se cumpla con nosotros, con nuestra historia.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Eres mi amor soñado Jack, y claro que seremos uno de esos tantos “para siempre” porque nuestro amor es único, es de esos que solo se encuentran una vez en la vida, esos que están destinados a ser eternos en esta vida y en todas las que puedan existir.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    Te amo Sanne. – dice él besando sus manos.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Jack, prométeme que, así sucedan cosas incoherentes a lo que los dos hemos vivido en todo este tiempo, tú no dudarás de mi amor por ti. – dice Sanne mirando fijamente a Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      ¿A qué viene esto mi vida?, ¿qué cosas incoherentes pueden suceder? – pregunta Jack acariciando las mejillas de Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – No lo sé, muchas cosas pueden suceder. Mira lo de tu madre, todo inesperado. Por favor, promételo sí. Promete que nunca dudarás de mi amor por ti. – insiste ella entre lágrimas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        Está bien amor mío, pero no hay motivo para las lágrimas. Prometo que nunca dudaré de ti, ni de tu amor. Cuando esta pesadilla termine, y mi madre se encuentre en casa recuperada, iré con tus padres y pediré tu mano. ¿Para qué esperar más? Quiero tenerte conmigo todos los días de mi vida, quiero despertar cada mañana con una de esas dulces y tiernas sonrisas que me regalas cada vez que nos encontramos.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – ¿Me estás diciendo que quieres casarte? – pregunta ella titubeando.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Si es que tú me aceptas, sé que este no es lugar indicado, ni traigo un anillo conmigo, pero…Sanne Zevaz por ese encuentro tan inesperado con el café en el aeropuerto, por esas coincidencias en España, y por todo lo que inició en un juego terminó transformándose en amor, convirtiéndose en una de las mejores historias de romance jamás antes escritas en pluma y papel…¿aceptas casarte con este hombre que lleva por nombre Jack Howard? – dice él.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Una mezcla de emociones mi cuerpo trata de contener ante esta tan preciada propuesta de amor, un amor eterno. Gritaría “SÍ”, “MIL VECES SÍ”, pero voces se acercan a la habitación. Médicos y enfermeras ingresaban para llevar a la madre de Jack al quirófano. Interrumpida por este acontecimiento no respondí a la propuesta de Jack, y aunque hubiera dicho que sí, sé que no se podría. Acabo de tocar fondo y de ver mi realidad, la realidad en la que estoy condenada a sobrellevar por Louis, Él regresó, no como lo había esperado, cruzármelo era poco a lo que ahora debo enfrentar. Louis es sinónimo de maldad, y esto es algo que no se lo deseo ni a mi peor enemigo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Capítulo 33: Todo bien y a la vez todo mal

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Han pasado tres horas en el quirófano. Las enfermeras salen e ingresan del quirófano y nadie dice algo. La espera cada segundo se vuelve cada vez más incontrolable, Jack se ha bebido más de cinco cafés y no ha dejado de caminar entre el pasillo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          “Fueron las 10:20 de la mañana cuando inició la operación, ya son alrededor de las 2 de la tarde y nadie da una maldita señal”. – dice Jack impaciente.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – Jack, tranquilo. También estoy impaciente por cómo salga todo, pero trato de mantener la calma. – dice Sann tratando de calmar a Jack. “Mira, allí sale el médico”- dice Sann.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            “Doctor, díganos, ¿cómo salió todo?, ¿cómo está mi madre?”– dice él ansioso

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – Cálmese por favor. La cirugía ha sido todo un éxito. Ahora su madre se encuentra estable, ya ordené que la trasladen a su habitación. Pueden pasar a verla en el transcurso de dos horas. Ella ahora se encuentra anestesiada por las horas de cirugía. Eso es todo, con su permiso chicos.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Amor, escuchaste, mi madre está a salvo y todo gracias a ti. No sabes cuanto te amo y lo feliz que soy. – dice Jack mientras abraza y balancea a Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Te dije que todo iba a salir bien. Ahora debo ir a casa Jack, tengo unos asuntos pendientes que resolver. – dice Sann con el rostro decaído.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                ¿Te irás?. Sanne, mírame. ¿Te sucede algo? – pregunta Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – No, no me sucede nada Jack. Tengo una reunión importante de la facultad y necesito estar presente, creo que sí lo puedes entender. Tu madre está en buenas manos ahora, si tengo tiempo, vendré por la noche, ¿está bien?. Tú tranquilo, lo peor ya pasó. – dice Sanne acariciando el rostro de Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Siento que se trata de algo más, te conozco Sanne, hay algo en tu mirada que no logro descifrar, pero entiendo que tienes cosas que resolver. Has hecho mucho por mí en estos días. Lo único que sí te voy a pedir es que, si tienes algún problema, no dudes en decírmelo. – dice Jack abrazando a Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Te lo agradezco Jack, nos vemos en un rato. – responde Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    “Hey chicos, ¿cómo están? – se escucha decir. Era Luciano.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Hola Luciano, ¿Ya terminó tu turno? – pregunta Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      ¿Tú eres Luciano? – ¿Qué tal? – Soy Jack Howard, creo que no hemos tenido la oportunidad de conocernos mejor. – dice Jack entre risas y saludando a Luciano.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Sí, es cierto. Sanne me ha hablado mucho de ti, espero que la sigas haciendo tanto bien y siga así de feliz. Ella es como mi hermana, así que con cuidado con esta pequeña” – responde Luciano abrazando a Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – Oye, vas a asustar a Jack eh. – dice Sanne entre risas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        No, déjalo, amor. Luciano está en todo su derecho, si yo estuviera en su lugar, hubiera dicho lo mismo. Pero tranquilo, no tienes de qué preocuparte, Sanne está en buenas manos conmigo, de eso puedes estar completamente seguro. – responde Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – Bueno, mucha plática, yo ya me tengo que ir. – dice Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          ¿Vas para tu casa?, si deseas vamos juntos. Voy a ver a Gled, al parecer presenta síntomas de una infección y quiero pasar a checarla, no vaya a tratarse de algo peor, su madre me llamó muy alterada. – dice Luciano.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – Claro amor, aprovecha que Luciano va también por tu casa para acompañarte, así me sentiré más tranquilo. – dice Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            Bueno está bien, de paso me comentas más sobre lo de Gled, no he hablado con ella en todo el día, como he estado con mil cosas desde temprano. – responde Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – En ese caso vamos. Fue un placer saludarte Jack, espero salir un día a tomar un fernet. – dice Luciano despidiéndose.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – Claro, para eso estamos, cuando mi madre se recupere totalmente podemos ir por unos. – responde Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Bien, nos vemos luego amor. Cuídate. – se despide Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Con cuidado amor, nos vemos. – dice abrazando a Sanne, en este abrazo aparece un sonido de mensaje.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                En mi mente este abrazo es una despedida en todos los sentidos, cuando nuestros brazos que se encuentran entrelazados ahora se separen todo habrá terminado, y a partir de unas horas Jack creerá que estuvo con la peor de las mujeres y yo no podré hacer nada para cambiarlo, porque así es como quedaré ante todos. – piensa Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                (Sonido mensaje)

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                “Futura esposa, te veo en una hora en el The Coffee Shelter, Retiro. Ya tengo los documentos listos” – Louis Vezccha vía WhatsApp 3: 46 pm.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Como lo presentía, mi terror está por iniciar. – Sanne

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Capítulo 34: Una posible salida

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Luciano y Sanne dirigiéndose a tomar un taxi, él percibe algo raro en ella, así que decide proponerle lo siguiente.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – Sanne, ahora que estamos solos, me puedes decir la verdad. ¿Cómo hiciste para obtener ese consentimiento? Y no me digas que nada, porque puedo darme cuenta de que no estás nada bien.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  ¿Tanto se me nota? – responde ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Eres como mi hermanita menor pequeña, entiendo que Jack por lo de su madre no se haya dado cuenta, pero yo no estoy ciego.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    ¡Vaya que aparte de médico, ahora psicólogo! – responde entre risas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Seré todo lo que desees, pero por favor no me cambies de tema. Iremos caminando a tu casa, de paso me cuentas todo lo que tiene así, porque hasta eso de tu reunión fue una excusa para no estar con Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Oye y ¿cómo supiste que lo de la reunión es mentira?. – pregunta ella sorprendida.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – Porque cuando dices alguna mentira, siempre cruzas las manos, y todo el rato mientras fingías estar apresurada lo hacías, estoy seguro de que ni tú te habías dado cuenta de eso. – dice Luciano entre sonrisas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        A veces siento que me evalúas como un psiquiatra Luciano. Y claramente no me había dado cuenta de eso. Y no te rías. – dice Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – Está bien no me reiré más, pero con una condición.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          ¿Una condición? – te estás burlando de mí y para que dejes de hacerlo hay una condición, lo bueno es que sólo me consideras tu hermana, no me imagino cómo sería si realmente lo fuera.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – Oye tranquila, te iba a pedir que aceptes unos helados de fruta nativa, en esta heladería están los mejores de frutilla, vamos por unos, y así te relajas un poco.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            ¡Ah! de eso se trataba, eres un tarado Luciano, pero sí, también me apetece un helado de frutilla con mucho dulce y chocolate por favor. No tardes, te espero aquí.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – Está bien, y ve preparándote para que me lo cuentes todo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Ya decía yo que el helado era solo un pretexto para sacarme información. – dice Sanne resoplando.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              (Llamada entrante)

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              ¡No puede ser! Otra vez él. – dice Sanne mirando al teléfono.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              “¿Qué quieres? Habíamos quedado vernos en una hora, aún falta más de media hora”. – contesta ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              “Lo sé, solo llamaba para avisarte que no podré, podremos vernos mañana temprano en el hospital” – responde Louis.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              “¿En el hospital? Estás demente, Jack estará allí, podría ser en la cafetería donde nos vimos hoy, queda cerca al hospital”. – dice ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              “Me parece un buen lugar. Mañana a las 8:30 am. Nos vemos allí. Por cierto, ya deberías terminar esa relación con Jack, así será menor el dolor para él. Besos bebé”. – dice él mientras termina la llamada.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Eres una completa estúpida Sanne, ¿Cómo pudiste terminar involucrada con este imbécil? Uuuuuuf Sanne vas a enloquecer. – grita ella en plena calle.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – ¿Sanne? Oye, ¿qué te sucede?, ¿por qué estás tan alterada? – pregunta Luciano acercándose con los helados.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                ¿Este es mío, verdad?. – pregunta Sanne señalando el helado.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – Sí, ese es tuyo. – responde él.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Genial, tal vez si me devoro diez helados de estos me de un coma diabético y muera. Así me alivio de tanto estrés. – dice ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Vayamos a ese parque, y tranquila que mientras haya vida, todo tiene solución.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    ¡Ay Luciano! Lo mío no tiene solución. – dice ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Sentémonos aquí, ahora sí dime, ¿qué es lo que te tiene así?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Te juro que no tenía otra alternativa, y lo hice pensando en la madre de Jack y en él. Una vida estaba de por medio. Hace unos días, Louis me citó en la plaza, y me propuso matrimonio, a cambio del consentimiento, pero todo era parte de un acuerdo por un año, es decir pasado el año, yo recuperaba mi libertad para que me entiendas. Obviamente no acepté tal propuesta, porque ese día había hablado con la madre de él y al parecer ella sí daba ese consentimiento para la donación. Todo cambió por la mañana, llegué y el médico dijo que la familia se había negado y que a Soledad le quedaban solo unas horas. No podía soportar ver el sufrimiento de Jack y mucho menos que ella muriera por mi culpa, por no aceptar la propuesta de Louis. Así que decidí llamarlo y le dije que sí aceptaba ese contrato, con algunos cambios, como no dormir juntos, ni intimidad, es decir solo fingir ante los demás. Él aceptó, en sí solo lo hace para fastidiar a Jack, yo no entiendo por qué lo odia tanto, se metió con su exnovia siendo mejores amigos y ahora quiere hacerle esto, y lo peor es que ya di mi palabra de que firmaría cuando esos cambios estén listos. Cuando me estaba despidiendo de Jack, él me envío un mensaje pidiendo verme en una hora en el café de la esquina, y hace un momento me llamó para decirme que mañana temprano. Siento que voy a enloquecer Luciano, una maldición ha caído sobre mí.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – Sanne, tranquila. Al parecer ese tipo se ha propuesto a arruinarles la vida. Tú eres una chica inteligente Sanne, si tú le cuentas todo esto a Jack, juntos podrán enfrentar a Louis.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        No, no Luciano. No puedo hacer eso. Louis fue muy claro conmigo, si yo le digo esto a Jack, su vida estará en peligro, con eso me amenazó si no cumplía.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – Hey Sanne, esto ya pasó a ser un contrato, se trata de una amenaza, puedes denunciarlo. No puedes permitir algo así. Tampoco debes de sentir miedo. Sanne solo es parte de su maníaco juego, no caigas en eso.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Entonces, ¿qué puedo hacer?. Louis me tiene en sus manos, prefiero que Jack me odie por esto a que su vida corra peligro por culpa de ese psicópata.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – Ahora mismo estás muy confundida Sanne, yo al igual que tú estoy que no me la creo, esto ha superado todo tipo de venganza, o juego.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            Lo sé y lo peor es que caí en su maldito juego, yo creí que la madre de Louis no había firmado ese documento y que Louis estaba de por medio en esa decisión, pero resulta que su madre sí firmó y como ella está muy afectada por la muerte de su esposo, Louis es quien se ha encargado de hablar con el médico y decirle que su familia no aceptaba esa operación. Cuando cité a Louis, es como si él ya lo hubiera tenido todo planeado, el documento en sus manos y firmado.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – Entonces él fue quien mintió primero, solo jugó con tus pensamientos Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Lo sé, cuando me di cuenta de todo, ya era demasiado tarde.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Sanne, ya se me hace tarde para ir a visitar a Gled, termino lo que tengo con ella y le pediré ayuda a un amigo de mi papá. Él es abogado y si le explico todo esto, tal vez encontremos una solución a todo esto. Tú no puedes comprometerte a un psicópata y menos estar a su lado todo un año.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Te agradezco que quieras ayudarme, pero no quiero involucrar a más personas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – Sann, no te preocupes por eso. Mira le diré que se trata de una colega mía, y ya con eso al menos me darán alternativas de qué podemos hacer, mientras tanto tú trata de estar tranquila, haz tus cosas como de costumbre y no te alejes de Jack, él podría notar tu ausencia y aunque no estoy de acuerdo con que le ocultes esto. Si yo fuera Jack, no dudaría de enfrentar a ese tal Louis.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  No, ni lo menciones. Jack si se entera de esto, sería capaz de golpear y acabar con Louis, y ya tiene suficiente con lo de su madre y la universidad, no quiero ser yo otro problema más.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Si yo estuviera en su lugar, créeme haría exactamente lo mismo. Bueno, creo que ahora sí debemos tomar un taxi.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    ¿Por qué siempre lo hombres tienen que resolver todo con violencia, eh?. Y sí, apresurémonos o Gled va a morir con esa infección.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Yo no resuelvo con violencia, estoy de parte de arreglar los problemas conversando, pero hay personas que no entienden de ese modo, Louis al parecer es uno de ellos, muchos líos con ese tipo y a pesar de todo lo que ha sucedido entre ustedes, insiste en fastidiarte. Cierto, pero eso le sucede por comer embutidos sin revisar las fechas de vencimiento.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      No sé qué he hecho mal para estar atravesando esto Lu, ¿en qué momento compliqué mi vida, eh?. A pesar de toda mi desgracia, lo que le está sucediendo a Gled me causa gracia, ese es un error de principiantes, aunque también podría sucederme. Es que cuando tenemos hambre, olvidamos todo y solo nos dedicamos a comer. – dice Sanne entre risas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – Sí, claro, si enferman por descuidadas, ya no les entregaré pastillas, sino inyecciones, a ver si así son más conscientes con lo que consumen.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        ¡Hey! No seas tan cruel médico Luciano, sabes que ambas tenemos pánico a las inyecciones.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – Entonces, sean más cuidadosas niñas adultas. – responde él entre risas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Jajajaja me gustó eso de niñas adultas eh. Sabes, por un momento me hiciste olvidar mi situación, gracias por regresar y estar aquí.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – Siempre vas a contar conmigo, para eso estamos los hermanos y yo no te dejaré sola en esto, encontraremos esa salida, ya verás que sí pequeña. – dice él abrazándola.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            Hay esperanza en estas palabras y en este abrazo. Todos merecemos charlar de nuestros problemas con alguien, la diferencia aquí es que no todos nacen para escuchar o ser escuchados.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            Capítulo 35: Más difícil de enfrentar

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            Han pasado unas horas desde que Luciano acompañó a Sanne a su casa y donde él revisaría a Gled, en la despedida que tuvieron, Sanne suplica a Luciano que su situación no lo comente con nadie, ni siquiera con Gled, su mejor amiga. Esto ha colocado en una situación de angustia, pero ambos mantienen la esperanza de que el abogado, amigo de la familia de Luciano brinde una posible solución ante el chantaje propiciado por Louis. Se han llegado las diez de la noche y Sanne se ha dedicado a realizar algunas tareas, de paso, aquello le ayudaba a distraerse de lo que le aturdía.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – ¡Al fin logré terminar con estos lineamientos! Ahora una ducha para relajarme, y luego preparar una tarta de chocolate. ¡Uuuf cómo extraño trabajar en la pastelería, siempre probaba de esos deliciosos pasteles! Definitivamente, ¿qué buenos tiempos!.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              “Sanne, en el refrigerador está tu cena, bajas y la calientas, no te vayas a dormir con el estómago vacío. Ya nos vamos, regresamos mañana a medio día, cuídate, hija.” – escucho decir a mi madre.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Mis padres y mi hermano van a Rosario de visita a unos sobrinos suyos, ellos son gemelos, y como mañana cumplirán 2 años, mis tíos decidieron realizar una gran fiesta, y de paso bautizarlos, y sí, mis papás serán los padrinos de uno de los gemelos. Yo sólo los he visto en dos ocasiones, y la verdad es que no sabría diferenciarlos, sólo sé que uno se llama Alex y el otro Diego. Debería ir, pero con todo lo que está sucediendo en mi alrededor, no tengo ánimos ni de despertar.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              (Han transcurrido 40 minutos)

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Veamos que hay en el refrigerador, mmm ¡lomo saltado y pastel de piña! Qué delicia, al menos comeré algo delicioso esta noche. – dice Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Cuando está llevando todo a la mesa, Sanne decide colocar una película. “El stand de los besos”. – Esta película, desde hace tiempo deseaba verla, me gusta lo juvenil, el drama y lo musical. Excelente elección Sanne. – dice ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Todo marchaba bien, hasta que suena el timbre…

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – ¿Quién puede ser a esta hora? – se pregunta Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Hola pequeña, menos mal aún estás despierta. – dice Luciano al abrir la puerta, mientras abraza a Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Oye, son casi las 12 de la noche, ¿qué haces tan tarde por aquí?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    Si respondieras las llamadas o los mensajes me hubiera evitado la molestia de venir hasta la puerta de casa Sanne. – responde él.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Oh el teléfono, cierto lo había apagado desde que empecé con las tareas y lo he olvidado totalmente, seguramente que Jack debe estar preocupado por esto.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      No sé de qué me sorprendo si cuando la pequeña Sann decide desconectarse del mundo, simplemente ni señales de vida.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – Jajaja créeme que solo era mi mundo y yo hasta que tocaste el timbre. ¿Ya cenaste? Yo recién lo haré, hay pastel de piña.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        Ya cené, pero no me puedo negar al pastel de piña.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – Jajaja, toma una tajada, los cubiertos están en la cocina, ¿puedes ir por ellos, mientras voy por mi teléfono?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Sí, claro. Ya lo hago yo, enciende ese teléfono y da señales de vida a Jack, pobre hombre.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – Sí, eso haré.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            Rayos, tengo varias llamadas de Jack, claro, cómo no voy a tenerlas si le dije que iba ir al hospital y ya será casi medianoche. – expresa Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            (Llamando a Jack)

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – “Hola, ¿amor?”. – Sanne al teléfono.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – “Amor ¿cómo estás?. Pensé te había sucedido algo, pero luego recordé sobre tus tareas, ¿fueron bastantes?” – responde Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – “No amor, no fue demasiado, solo que tenía que leer e investigar en algunos libros y en páginas webs, se me fue el tiempo y apagué el teléfono para concentrarme mejor”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – “Lo suponía amor, por eso dejé de insistir en las llamadas. Tengo una novia demasiado aplicada que cuando se propone algo, olvida al mundo exterior”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – “Es verdad y me encanta que lo tengas muy presente jaja, y dime ¿cómo está tu madre?”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – “Ella aún no reacciona, el médico me ha dicho que puede suceder en cualquier momento, así que solo me queda esperar”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – “Entiendo amor, en ese caso el peligro ya pasó y solo nos queda tener mucha paciencia y fe en todo el proceso de su recuperación”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – “Así es, bueno te dejo amor, debo alistarme para ir al hospital, me escapé unas horas para asearme y ver que todo esté en orden por aquí, además de revisar unos correos de la empresa de mi madre”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – “Ah sí entiendo amor, no te preocupes, cuídate. Mañana conversamos, te amo”. – se despide Sanne colgando la llamada.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Ahora sí, espero que Lu me tenga buenas noticias. – dice Sanne mientras baja las gradas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Ohhh, veo que te gustó el pastel. – dice Sanne entre risas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Jajaja la verdad es que estuvo demasiado bueno.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – Yo aún no lo pruebo, pero se ve que sí. Ahora sí, cuéntame, ¿qué noticias me tienes?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Oh sí, pequeña conversé con el abogado Rodríguez, y lamentablemente no hay buenas noticias. Me dijo que cómo no existen pruebas de tal amenaza no puede proceder una denuncia por tal delito. Le expliqué más a detalle sobre el tiempo que tenías y me sugirió que tú logres obtener algún video o grabación de cuando él amenaza con hacer daño sino firmas lo que él quiere. ¿Sí me entiendes?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Entonces, no hay nada que pueda hacer para no firmar mañana, podría llevar alguna cámara y negarme, y cuando lo haga, él va a decirme lo mismo que hoy. Pero yo de todas formas debo firmar ese contrato, tal vez esa grabación me sirva para después, no puedo arriesgar la vida de Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    Sanne, yo creo que no debes ocultar esto, ya te has pensado en cómo tomarán esto tus padres, ilógico que de la nada ya no te vean con Jack. Y cuando Jack se entere, no quiero ni imaginar todo lo que sucederá.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Aún no he pensado en nada porque tenía la esperanza de que me trajeras una buena noticia, pero como esto se va dando, creo que debo terminar mi relación con Jack. Y con mis padres, uuuuf qué situación, estoy a semanas de terminar la carrera y tenía pensado en trabajar en la Constructora de un profesor de la facultad, en sí es un hecho que trabajaré para él, y ya conforme el sueldo que gane, poder tener mi propio departamento. Todo esto podría hacer si es que Louis no me complica más la vida.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Por como yo veo tu situación, y ese tema del matrimonio, aunque me parece demasiado fastidiar a Jack con algo así. No quiero alarmarte, pero si, ¿se tratara de algo más?. Eso de quitarse las novias entre ellos, un juego de adolescentes, pero ambos ya son adultos.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – Créeme que también he pensado lo mismo. Siento que Louis esconde algo, se me hace raro que de mejores amigos pasen a ser unos completos enemigos y esa rivalidad y egoísmo por parte de Louis me asusta.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        Sanne, debemos descubrir cuál es la verdadera razón de tanto odio. Una vez que descubramos eso, podremos saber cómo actuar. Pero, por el momento debes hacer lo que sugirió el abogado. Y con respecto a Jack, deberías contarle, y luego a tus padres, esto no es un juego.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – Eso de la cámara, tengo una idea de cómo hacerlo. El año pasado compré de esas pequeñas que se pueden colocar en la ropa, la utilicé cuando hice una entrevista. Puedo ser muy discreta para que él no se de cuenta. Y lo de hablar, lo haré, pero primero con Jack, solo espero calmarlo a que no cometa ninguna locura en contra de Louis. Mis padres aún no pueden enterarse de esto, ellos no tienen idea de Louis, ni cómo lo conozco, ni mi historia con él.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Sanne, tienes que decirles toda la verdad, porque si consigues ese video, tú debes colocar una denuncia en contra de él y ese acuerdo entre ustedes quedará anulado. Iniciarían una investigación, y con lo que me has contado, yo creo que ese tipo no está nada limpio de la justicia.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Ojalá y las cosas se den como tú las estás diciendo, o sino no me quedará de otra que ser la esposa cautiva por el dolor. – dice Sanne entre lágrimas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            Sino suceden las cosas así, todos los que te queremos no permitiremos tal matrimonio. No estás sola en esto, y mientras más personas se enteren, mejor. Ese tal Louis, escúchame pequeña, no se saldrá con la suya. – dice Luciano sosteniendo el rostro de Sanne, el cual se encontraba siendo invadido por las lágrimas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            Consuelo y esperanza es lo que existe en esta medianoche, ¿qué sucederá a partir del amanecer?…no lo sabemos, la vida es sorpresa. Prepararse para lo mejor o peor es parte de entrenar a tu mente, corazón y alma.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            Capítulo 36: Enemigo a la vista

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            Un nuevo día ha iniciado, y es hora de colocar en marcha el plan hacia Louis.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            -Louis, espérame en el café, recién estoy saliendo para allá. – Mensaje enviado 8:25 am.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – Ok, aquí te espero. – Louis 8:26 am.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Ese imbécil no sabe lo que le espera. – dice Sanne mientras sube al taxi.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              “A dónde desea que la lleve señorita” – pregunta el taxista.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Al “Coffee Place” por favor. El café que está al frente del hospital general de Agudos Dr. Cosme Argerich. – responde ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                “Ya mismo nos dirigimos para allá”. – responde muy amable.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – Se lo agradezco, tengo algo de prisa. – dice ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  “No se preocupe, en 10 minutos llegamos”. – responde.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – “Listo señorita, ya llegamos, sana y salva.” – escucha decir al taxista.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    Eso fue muy rápido, venía tan distraída que ni cuenta me había dado, se lo agradezco. – dice Sanne mientras paga el servicio.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – “Vaya a saber qué es lo que le tiene tan preocupada que no esperó por su cambio”.- el taxista.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Hola Luciano, acabo de llegar a la cafetería, te colocaré en llamada mientras empiece a hablar con Louis, y aparte encenderé la cámara que traigo puesta en el abrigo, por si algo no sale bien, graba la llamada”. Sanne 8:43 am.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Estaré atento Sann, mucha suerte.” – Luciano 8:44 am.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Es el momento de ingresar Sanne. – dice mientras suspira.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Buenos días, Louis”- saluda ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – Hola Sanne, permíteme, toma asiento. – dice él mientras sonríe y retira la silla.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        “Bien, ya estoy aquí y Louis, lo siento pero no puedo aceptar lo del contrato”.- dice ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – A ver querida Sanne, no juegues con mi paciencia. Ayer quedamos en algo y debes cumplir, me diste tu maldita palabra.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          “Sí, pero no estaba enterada de que tu madre nunca se negó a firmar el consentimiento, todo fue una patraña tuya para engañarme y en mi desesperación acepté ese trato”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – No, tú no estás en posición de negarte a nada, por si quieres que te refresque la memoria, Jack puede ser el más perjudicado de todo esto.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            “Louis, no te creo nada, sé que todas esas amenazas tuyas solo son para asustarme, no te creo capaz de hacer nada, eres un típico chico inmaduro que no es nada sin el dinero de sus padres y que solo disfruta las desgracias de los demás”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – Yo de ti, no estaría tan seguro de hablar así. Te estoy proponiendo por las buenas este trato, no quisiera actuar por las malas. Tú no me conoces Sanne, solo crees hacerlo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              “Si de eso se trata, entonces tú tampoco me conoces Louis, y no me vas a espantar con tus malditas amenazas. Bravo por tu intento de querer envolverme con tus palabras, pero la maldad nunca, escúchame bien, nunca triunfa y si me sigues molestando o te atreves a meterte con uno de los míos, te juro que seré tu peor pesadilla. Quedas advertido.”

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Pronto tendrás noticias mías, luego no te sorprendas. Yo no amenazo, yo advierto. Tienes 24 horas para firmar este documento, pasado ese plazo, atente a las consecuencias.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                “¿Eres sordo o qué?-No firmaré nada, es más, mira lo que hago con este maldito contrato” – dice ella mientras rompe y lanza al piso los retazos de papel.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – Veo que tomaste tu decisión Sanne, y créeme que lástima lo estúpida que has podido llegar a ser.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  “Puedes decir lo que quieras, no te tengo miedo Luis Vezccha”. – dice ella mientras se retira del café.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  NO TIENES NI IDEA DEL ALACRÁN QUE TE ACABAS DE ECHAR ENCIMA MI QUERIDA SANNE, Y EN CUANTO MENOS TE LO ESPERES VAS A ARREPENTIRTE POR ESTO QUE ACABAS DE HACER.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Sanne decide ir al hospital e ir a los servicios higiénicos a revisar si había quedado grabado esa conversación entre Louis.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  “Al parecer, todo está aquí, cuando vaya a casa, debo descargar todo en un disco duro y tener una copia por si lo llegue a necesitar más adelante. Lo conseguiste Sanne, y ese idiota ni sospechó”. – dice ella entre sonrisas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – “¡LUUU! Lo tengo, al parecer sí quedó grabada la conversación, espero hayas podido lograr grabar en llamada por si las dudas”. – Sanne 9:15 am.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – “Absolutamente todo ha quedado registrado, estuviste excelente, más tarde nos reunimos. Ahora me dirijo al hospital, tengo guardia en 10 minutos”. – Luciano 9:17 am.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    Gracias vida por esto. Qué felicidad tan grande el haberme librado de ese maldito contrato. Ahora yo no creo que haya necesidad de contarle esto a Jack, aunque sí para que tenga cuidado con él, me habré mostrado muy valiente, pero en realidad si a ese tipo no le afectó ni la muerte de su padre, no sé qué puedo esperarme, al menos hasta que tenga todo esto en un lugar seguro y descubra el origen de tanto odio.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    Capítulo 37: Un secreto más

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    Han pasado unas horas desde el encuentro entre Louis y Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – ¿Amor? ¿Cómo estás? ¿Cómo sigue la señora Soledad? – pregunta ella al ingresar a la habitación donde se encontraba Jack junto a su madre.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Mi amor, no te esperaba tan temprano por aquí. – responde él abrazándola.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Sí, lo que sucede es que como ayer no tuve tiempo para acompañarte, hoy decidí despertar temprano y venir a verte. ¿Cómo sigue tu mamá?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Según el médico ya debería de despertar, pero sigue inconsciente. ¿Tú crees que suceda algo más?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – No amor, no lo creo, si así lo fuera, el médico ya hubiera hablado contigo. Tranquilo, aunque si tienes dudas, podemos ir a consultar con el médico.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Tienes razón, debo estar tranquilo. Dime algo, ¿ya desayunaste?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – No amor, aún no.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – En ese caso, vamos a desayunar a la cafetería que queda al frente de aquí, y así libero tensiones.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – ¿A la cafetería? (me pregunto si Louis seguirá en ese lugar) – piensa.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – ¡Amor! ¡Hey, amor!. – Dice repetidas veces con señas a la mirada de Sann que estaba distraída.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Ah, sí amor. ¿Qué decías?- pregunta confundida.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Te decía en que sí, vamos a desayunar en la cafetería que queda al frente de aquí.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Eh, te parece mejor si desayunamos aquí en la cafetería del hospital.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – No amor, si te propuse ir a la que está al frente, es justamente para liberarme un momento de este ambiente.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Está bien, bueno, en ese caso, vamos. – responde a secas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Amor, ¿sucede algo?, tu expresión en el rostro cambió cuando te propuse ir a esa cafetería. ¿Qué sucede? Vamos, confía en mí. – dice él tomando sus manos.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – No amor, no sucede nada en particular. Solo creí conveniente no alejarnos tanto por si sucede algo con tu madre y el médico nos necesite. Pero si tú quieres salir de aquí, vamos, yo te acompaño.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Amor, ¿estás segura que era eso?. Yo creo que me escondes algo más.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Jack, no. ¿Cómo puedes creer que te estoy escondiendo algo eh? Tonto, solo me preocupo por ti y por lo que podría suceder.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Bueno, en ese caso déjame decirte que tengo una novia muy protectora. Y para estar tranquilos, mejor pidamos el desayuno en línea y lo consumimos aquí.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – ¿Seguro?, luego no deseo reclamos, eh! – responde con coqueteo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Muy seguro, así cuando acepté ser tu novio.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Jajajaja hey! Esa noche te abrí mi corazón Jack, y es algo que jamás olvidaré. Ven vamos a la cafetería, mientras me dices qué te apetece desayunar.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – ¡Aaay, pero qué linda eres cuando te sonrojas mi amor! – dice Jack mientras besa a Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Así que aparte de robar mi corazón, te atreves a robarme estos besos tan apasionados y encantadores. – dice ella al oído.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Si son encantadores como dices, la próxima vez que vayamos al mar, desearé que nunca te desencanten y así poder robarte muchos más. – dice él entre más besos.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – ¡Jack! Hey, estamos en un hospital.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Ahora mismo, yo creo que nada puede detener este fuego que existe entre nuestros cuerpos. – dice él tomándola por la cintura y llevándola al baño.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Jack, si me sigues besando de esta manera me olvidaré de cómo detener esto.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – En ese caso te seguiré besando, porque ni tú ni yo queremos que esto se detenga.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Entonces, no te detengas Jack. – dice ella mientras él cierra la puerta.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Las manos de Jack al contacto con mi piel tienen el maldito poder de hacer estremecer todo mi cuerpo y hasta mi alma.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Jack, eres el maldito paraíso” – grita ella entre gemidos. “No hagas ruido linda, sabes que me encanta escucharte estremecerte de placer, pero estamos en un hospital”- dice él mientras con una de sus manos, cubre su boca y con la otra jala de su cabello y la hace balancearse hacia él. El baño de hospital se había convertido en el lugar de emergencia para dos cuerpos llenos de amor y pasión. “Si me anticipabas que nuestro desayuno iba a ser este pavoroso oral, te juro que me hubiera puesto el vestido con tirantes que te encanta” – dice ella entre gemidos por el impresionante oral que esta recibiendo. “Esto no estaba en mi carta de desayuno, pero desde hoy, propongo que lo sea”. – dice él mientras recorre su abdomen con sus labios húmedos de ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Excelente Jack, ahora es mi turno” – dice ella mientras lo coloca contra la pared con los brazos extendidos y luego delicadamente decide bajar con besos por su abdomen y llegando a introducirlo todo en su boca, saboreando cada parte, así como observarlo gemir por el oral que ella le estaba aplicando. “Este será nuestro secreto” – susurra ella a su oído mientras termina de besarlo. “Deseo tener más secretos de este tipo” – responde él mientras la somete contra la pared y la hace suya entre gemidos y gritos de placer.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Lo que existe entre Jack y Sanne va más allá de lo que ellos mismos pueden decir o sentir, entre ellos existe una conexión entre sus almas, una conexión imposible de controlar, remediar, u ocultar.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Capítulo 38: Más cerca que nunca

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Han pasado algunos meses después de que la señora Soledad dejó el hospital y continuar con su recuperación en su casa. En estos meses, Jack y Sanne lograron finalizar la universidad, y graduarse. Aunque ambos tienen trabajos distintos y poco tiempo para pasar tiempo juntos, ellos han logrado tener una relación estable. Todo iba de maravilla en las familias y los amigos cercanos, sin embargo, en las últimas semanas la familia Zevaz ha presentado problemas económicos, la empresa familiar se fue a la ruina y tuvieron que venderla a un precio mínimo, al señor Zevaz lo despidieron cuando ingresó un nuevo director a la constructora. Y recientemente, Sanne tuvo unos problemas con su jefa, y también fue despedida.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Jack ante esta situación, les propuso que formaran parte de su empresa, pero ellos se han negado rotundamente, al parecer la familia Zevaz no está pasando por un buen momento…mucha casualidad todo al mismo tiempo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – Buenos días, debo desayunar de prisa, porque tengo una entrevista de trabajo en una hora. – dice Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        Entonces ve a alistarte y luego bajas a comer con calma hija. – responde su madre.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – No mami, ya estoy aquí, solo desayunaré este jugo y este sándwish que se ve delicioso.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Te vas a atragantar Sanne, siéntate y desayuna tranquila.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – No te preocupes mami, ya terminé, ahora sí voy por mi bolso. Por cierto, no sé si llegaré a comer, luego iré a la constructora por las cosas que aún faltaban recoger, no le digas esto a mi papá, él no ha estado bien últimamente.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            Mucha suerte con eso hija, no te preocupes por tu papá, más tarde Luciano llegará y lo revisará, porque tampoco lo veo bien, y más con esos dolores de cabeza que tiene por las noches.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – Cierto, ya después me comunico con Lu. Bueno mami, cuídate y espero que consiga este trabajo para poder pagar todo lo que debemos.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Dios te escuche hija, el banco no ha dejado de llamar. Yo también buscaré un trabajo por las tardes, y así salir adelante.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Mami, tú tranquila, no quiero que enfermes. Mientras yo esté con ustedes, siempre van a contar conmigo, y las deudas, no te preocupes, saldremos de esto. Te quiero, besos. – se despide Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                La entrevista laboral queda a 30 minutos de aquí, no me alcanzará el tiempo para ir por la estación de tren, mejor tomo el bus y camino unas cuadras. – dice ella mientras sube al transporte público.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – Señor, bajo aquí. – grita Sanne encontrándose en la última fila.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – Apresúrese señorita. – responde el chofer.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – Gracias, muy amable. – dice al bajar.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Vamos Sanne, ese trabajo debe ser tuyo. – dice ella mientras se persigna.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – “Hola, buenos días, vengo por la entrevista de trabajo solicitada para el puesto de Urbanista”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – “Buenos días, sí claro. Por favor bríndeme sus datos por favor, mientras me comunico con el área de reclutamiento”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – “Sí claro, aquí tiene mi currículum”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – “Muy bien, espere un momento aquí”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – “Gracias”. – responde Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    Señor Vezccha, disculpe que le incomode, pero una señorita llamada Sanne Zevaz acaba de llegar para la entrevista laboral, como usted me indicó que le informara sobre ello, creí conveniente avisarle.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Hiciste bien Rita, te lo agradezco.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Señor, entonces, ¿informo al área de Empleabilidad que la entreviste?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – No es necesario, yo mismo la entrevistaré. Hágala pasar por favor.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        Claro, como usted diga.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        “Señorita Zevaz” – llama la secretaria.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        “¿Sí?”.- responde ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        “Sígame para su entrevista, por aquí por favor” – responde.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        “Ok, gracias”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        “Adelante, aquí la entrevistarán”.- indica la secretaria, mientras abre la puerta de la oficina.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        Sanne nerviosa observa detenidamente al hombre que se encontraba de espaldas, ella nerviosa decide romper ese ambiente tenso. “Buenos días, soy Sanne Zevaz”. – dice ella acercándose a una silla.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        “Buenos días”. – responde el hombre sin más.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        Al escuchar esos buenos días, no sé por qué, pero mi cuerpo sintió escalofríos, como si al frente de mí estaría el terror.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        “No reconoces mi voz Sanne” escucho decir, y no sé por qué o cómo mi mente me llevó a pensar que yo estaba al frente del hombre más monstruoso que yo había conocido. Entre balbuceos, dije “¿Louis?” y el hombre misterioso volteó hacia mí.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        La respuesta de mi cuerpo y mente al escuchar esa voz no estaba equivocada, mi peor pesadilla estaba al frente de mí.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        “¿Tú que haces aquí?” – pregunté confundida.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – Ten cuidado de cómo le hablas al gerente de esta empresa, ¿qué curioso es el destino, no?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          “Demasiado diría yo” – respondo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – Quién se imaginaría que después de tanto tiempo, ahora te tendría aquí frente a mí, en mi oficina solicitando empleo. – respondió entre risas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            “No entiendo qué es lo gracioso, si yo hubiera tenido conocimiento de que esta era tu empresa, jamás se me hubiera ocurrido presentarme”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – No, no te hagas la digna conmigo, conozco tu situación, sé que tu familia tiene muchas deudas, que lo perdieron todo y que ahora mismo podrían perder el lugar donde viven, muy lamentable. En verdad lo siento Sanne. – dice él con un tono de voz sarcástico.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              “Al parecer estás muy informado sobre lo que me sucede. Cuéntame, ¿cómo sabes todo lo que ocurre a mi alrededor?”

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Muy fácil, ahora todo se encuentra en internet, aunque déjame confesarte que el fallecimiento de mi querido padre ha sido de gran importancia para estar donde me encuentro ahora. – responde él con aires de grandeza.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                “¿En internet? Mi familia no es famosa Louis, de qué me estás hablando. No sé qué pretendes ahora con este regreso tuyo, lo último que supe de ti es que, desde esa conversación en el café, tú desapareciste, y así debiste mantenerte, desaparecido”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – Yo no me desaparecí Sanne, siempre estuve cerca de ti, y si ahora me dejé ver fue porque ha llegado el momento de que te enteres quién está detrás de todo lo que le está sucediendo a tu familia.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  “No entiendo, ¿qué quieres decir?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Eres inteligente Sanne, y sé perfectamente que entendiste.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    “Me estás diciendo que fuiste tú quien dejó a la ruina a mi familia”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – No, creo que no me entendiste. Dije que ha llegado el momento de que te enteres de quién está detrás, no que yo era ese quien.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Entonces, explícate lo que me quieres decir y déjate de rodeos”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – Me creerías si te dijera que quienes dejaron en la ruina a tu familia fue tu suegro y tu querido Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        “¿Qué estupidez estás diciendo Louis? No puedo creer lo bajo que has podido llegar, levantando falsos a la Jack y a su padre, ellos ni siquiera tienen comunicación”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – Sé que no creerías en mi palabra, es por eso, que aquí en mis manos tengo los documentos que confirman lo que te estoy diciendo, míralos, aquí los tienes.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          “¿Documentos?. ¿Y tú por qué tienes estos documentos?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – Primero revísalos Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            “Aquí dice que el nuevo dueño de la fábrica es Jack Howard, no lo entiendo, yo estuve presente cuando compraron la constructora, siempre tuve contacto con un representante. El verdadero comprador nunca dio la cara. No esto se debe de tratar de uno más de tus sucios juegos. Jack jamás me hubiera ocultado esto. Tampoco entiendo del por qué tú tienes toda esta información”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – Sanne, no entiendo por qué te niegas a aceptar lo evidente. Si tengo yo estos documentos ahora es porque Jack y yo somos socios.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              “¿Qué? Eso no puede ser, ustedes se odian, no pueden ser socios”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Lo somos Sanne, al parecer Jack te ha ocultado muchas cosas, seguramente él te dará sus explicaciones en su momento, lo único que voy a decirte es que Jack no será mi socio por mucho tiempo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                “Esto es imposible, ahora mismo me largo de aquí”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – Sí, pero no te olvides de preguntarle a Jack el por qué te ocultó cosas tan importantes y respecto al puesto, no hay necesidad de entrevistarte, yo sé sobre tu potencial, así que las puertas de esta empresa desde hoy están abiertas para ti.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  “Vete al carajo Louis, prefiero trabajar como sirvienta a estar bajo tus órdenes”. – digo mientras cierro con fuerza la puerta y camino de prisa hacia la salida”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – “Señorita, sus documentos” – escucho decir a la secretaria.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    En este momento, nada me interesa más que saber la verdad de todo lo que escuché decir a Louis. Necesito respuestas, y las encontraré cuando vaya a la constructora por las cosas que faltaba recoger, y luego confrontar a Jack, su nombre estaba en ese papel, y el ser socios, ¿en qué momento ocurrió?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Buenos días, ¿a dónde la llevo señorita?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Buenos días a la constructora Zevaz, por la autopista del Oeste.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Sí, sí conozco, en veinte minutos llegamos.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Se lo agradezco.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Sanne, tenemos que hablar urgente sobre la salud de tu padre, mácame en cuanto puedas”. – Luciano 10: 45 am.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      ¡Dios mío, qué habrá ocurrido con mi padre! (Llamando a Luciano)

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Hola Luciano, dime ¿qué ocurre con mi papá?”

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Hola Sanne, es un tema muy delicado, no puedo explicarte por esta llamada, por la noche podemos reunirnos en el malecón, ahora estoy en el hospital”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Sí claro, pero dime, ¿es algo grave?”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Lamentablemente sí Sanne, más tarde nos vemos, estoy en emergencias”. (Llamada finalizada)

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Señorita ya llegamos” – escucho decir al taxista.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        Perdida en mis pensamientos, por tantas noticias inesperadas en un solo día, me pregunto ¿qué respuestas encontraré? Ahora tengo miedo de lo que pueda averiguar al preguntar. Por primera vez en mucho tiempo, temo a la verdad.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        Capítulo 39: Al descubierto

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        Sanne con mucha curiosidad a descubrir si era verdad lo que Louis había dicho, se bajó del taxi y se dirigió hacia el área de gerencia.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        “Buenos días Sñr. Bermúdez, disculpe que recién pase a recoger las cosas de mi padre y mías, hemos tenido unos días complicados”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – No te preocupes Sanne, tú siempre serás bienvenida. Si existiera un puesto de trabajo para ti, sabes que las puertas de esta constructora siempre estarán abiertas para ti, pero lamentablemente la constructora necesita recuperarse. Estamos sin fondos y el nuevo socio aún llegará en la semana siguiente.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          “¿Socio?, mi padre me había dicho que la constructora pasó a manos de un importante empresario, todo el proceso se hizo a través de su representante, pero no me habló de socios”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – Es cierto, el representante pertenece a la Constructora Howard Group. Tengo entendido que el dueño es un personaje de la alta sociedad porque se casó con una diseñadora de modas. Dicen por allí que todas sus empresas las manejan sus hijos hombres, las mujeres se dedican a las pasarelas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            “¿Y qué más dicen de este señor tan importante?”

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – Bueno hija, no es que sea chismoso, pero dicen que el hombre es muy ambicioso, los empleados dicen que hace poco encontró a su otro hijo, y desde entonces, todo lo que era para uno, ahora es de dos. No sé toda la historia, pero al parecer se tratan de hijos de diferentes madres.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              “De casualidad sabes el nombre de ese importante personaje, porque no me va a negar que es todo un personaje con todo lo que usted me está contando”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Lo es hija, se trata del Sñr. Francisco Howard Massanet, es un empresario muy reconocido, aunque siempre está fuera de los medios, imagino que es por su seguridad.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                “Sí, ahora que me lo dice, creo haber leído algunos artículos sobre él. Bueno, esperemos que los hijos de este señor saquen adelante la constructora y vuelva a ser lo que era”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – Es lo que todos deseamos Sanne.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  “Bueno, me marcho, fue un placer saludarlo Sñr. Bermúdez, saludos a su familia. Gracias”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Gracias Sanne, cuídate y saludos a tus papás. – escucho decir.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    Sanne con los ojos llenos de lágrimas llega al ascensor. Cuando está a punto de presionar el botón de apertura, las puertas del ascensor se abren y allí estaba frente a ella Jack junto a su exnovia Hellen.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    “Yo no merecía esto Jack” – dice Sanne, mientras las lágrimas rodeaban sus mejillas rojas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    Jack por la situación sale inmediatamente del ascensor, “Sanne, no es lo que crees, todo esto tiene una explicación” – dice él.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    “Estoy segura de que efectivamente, sí existe una explicación, pero es tarde para dármela”. – responde ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    “Sanne, ahora tengo algo importante que hacer, pero te juro que lo que acabas de ver no significa nada, hay muchas cosas que debo contarte”. – dice él tomado sus manos.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    “Vale Jack, te veo en el lugar de siempre a las seis de la tarde”. – dice ella separando sus manos a las de Jack y dirigiéndose a las gradas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Uy al parecer tu noviecita no tiene idea de lo que está sucediendo aquí.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Guarda silencio Hellen, no he pedido tu opinión, y apresúrate que no tengo todo el día”. – responde molesto.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – Y ahora, ¿qué dije? Yo no tengo la culpa de que le ocultes cosas importantes de tu vida a quien tú dices que es el amor de tu vida.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        “Deja de hablar estupideces, si estás aquí es por el imbécil de Louis, no por mí”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – Ahora que lo mencionas, ¿ella ya sabe que ustedes son hermanos?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          “No y espero que aún no haya enterado”. – dice él en voz baja.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – Desearía ver la reacción de esa chica cuando se entere de que su amor virtual y su amor actual son hermanos, de película. – dice ella entre risas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            “Eres tan despreciable Hellen, te lo digo por última vez, cállate y deja de opinar sobre lo que no te compete”. – dice él tirando de su brazo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – Delicioso, cómo me encantas cuando eres así de rudo, ¿no deseas revivir uno de esos pasionales encuentros que teníamos? – dice ella mordiéndose el labio.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              “Es suficiente, dejaré a alguien que te muestre tu oficina y lo que harás aquí”.- dice él soltándola.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Bueno como desees, pero qué me dices de mi propuesta o es que tienes me tienes miedo, no creo que ella te haga sentir lo que yo. – dice ella acercándose.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                “No te equivoques conmigo Hellen, tú lo único que me provocas es lástima. Y que te quede claro que “ella” como tú la llamas es el amor de mi vida, la mujer por quien daría la vida si fuese necesario, así que respétala y deja de referirte a ella de esta manera o lo lamentarás”. – dice él retirándose del lugar.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Ya veremos si dices lo mismo cuando ella termine en brazos de tu hermanito, eres un idiota Jack. – dice ella mientras lo observa marcharse.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                (Sonido mensaje WhatsApp)

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                “Futura cuñadita, ¿cómo te fue con mi querido hermano?”. – Louis. (12:55 pm.)

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                “La bomba está a punto de estallar, nos vemos en la noche para festejar”. – Hellen. (12:57 pm.)

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Todo está saliendo como lo planeado. Asociarme con Louis fue la mejor decisión, aquí obtendré mucho dinero y el placer de ver a la estúpida de Sanne sufriendo por el engaño de su amado Jack. – dice entre risas mientras se retoca el maquillaje.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Capítulo 40: Las palabras de mamá

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Encontrarlo con ella no era algo que esperaba, pero admito que me hizo estar en medio de un vendaval, todo en movimiento, todo escalofriante. Antes desconocía acerca de todas las sensaciones que podía sentir con Jack, pensé que ya había descubierto todas, pero hoy acabo de descubrir esa sensación de no querer compartirlo con alguien más, sí los famosos celos, esos que son inevitables de ocultar e imposibles de controlar.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Sanne después de tomar una ducha fría, va a la cocina por algo de comer…Hola mami, no te escuché llegar, mi papá está durmiendo y Aldo fue a su entrenamiento de fútbol, ahora que te veo, quiero saber…¿qué te dijo Luciano sobre la salud de mi papá?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – Qué bueno hija, yo salí por unas cosas que faltaban. Luciano aún no me ha dicho nada, pero creo que se trata de algo grave, dijo que aún faltan realizarse más exámenes. Mientras tanto tenemos que estar al pendiente de él, y sobre todo cuidar lo que decimos, no puede tener emociones fuertes, su corazón está débil. – responde entre lágrimas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Tranquila mami, mi papá es un hombre muy fuerte, estoy segura de que volverá a ser el de antes y juntos lo vamos a cuidar.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Dios te escuche Sanne. Si tu padre está así es porque perdimos la constructora, todos sus socios le dieron la espalda y lo dejaron solo, tanto que no tuvo otra opción que venderla.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    Lo sé, y al parecer los nuevos dueños son personas muy cercanas a nosotros. Esta situación es un total dolor de cabeza.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – ¿Sabes quiénes son los dueños?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      No lo sé con certeza, pero hoy que fui me crucé con el Sñr. Bermúdez y conversamos sobre el tema, al parecer los dueños son los hijos de un importante empresario.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – Interesante, jamás pensé que la constructora llegaría estar en manos de otras personas. ¿quién es ese importante empresario?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        Se trata del empresario Francisco Howard Massanet, el padre de Jack. – responde triste.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – ¿El padre de Jack? Tenía entendido que su padre había fallecido.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          No, cuando conocí a Jack también me dijo lo mismo, pero cuando ocurrió lo del accidente con la Sñra. Soledad, el Sñr. se apareció en el hospital y Jack lo confrontó. Ese día me contó que su padre había abandonado a su madre cuando estaba embarazada, para casarse con quien ahora es su esposa. Desde entonces no hemos vuelto a tocar el tema, y si me preguntas si estaba al tanto sobre los nuevos dueños de la constructora de mi padre, ¡no mami! ¡no lo estaba!, y tampoco entiendo el por qué me lo ocultó. – responde entre lágrimas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – Tranquila mi amor, ven aquí. – responde sosteniéndola en su pecho. No sabemos cuáles fueron las razones que llevaron a Jack el ocultarnos esto, pero estoy segura de que cuando lo escuches, entenderás las cosas que ahora te confunden.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            No es solo eso mami, hay muchas cosas que desconoces, hechos del pasado que ahora están más presentes que nunca, y lo peor es que siento que algo se rompió con Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – Sanne, sabes que siempre he respetado tus decisiones, muchas cosas podrían haber sucedido en el pasado, pero que esas cosas no afecten tu presente, lo que has conseguido hasta ahora. El pasado nos deja mucho aprendizaje para el hoy, yo solo te diré algo, conversa con Jack, escucha sus razones, luego tomas la decisión que desees, la que consideras mejor para ti, para tu bienestar, tu familia siempre te apoyará. – dice besando su frente.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Gracias madre, eso haré, en unas horas iré a la cabaña para conversar con él, tengo muchas preguntas y espero que todas esas respuestas sean con sinceridad porque si yo logro percibir algo de mentira en sus palabras, el amor que siento hacia él se convertirá en odio y entonces todo lo vivido en estos dos años desaparecerá.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Cuando hay amor, no puede existir odio, así creas que el problema no tiene solución, porque todos lo tienen. Ten calma, y la certeza de que Jack no es un muchacho de ese tipo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Eres muy generosa al referirte de esa manera, creí que te enfadarías con él por ser quien está al frente de la constructora.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – No, claro que no hija, cuando tu padre colocó en venta a la constructora, nuestro miedo era que no exista comprador, pero ahora que me dices esto, yo sé que está en buenas manos y que pronto la constructora será lo que era, la más importante de esta zona, y por qué no soñar con que se convierta en la mejor a nivel de toda la Argentina. Y yo sé que tú piensas lo mismo que yo, lo que te afecta ahora no es que Jack sea el nuevo dueño, sino el hecho de que te lo haya ocultado. Tal vez su padre intervino en ello, bueno ya no te digo más, pronto tendrás una explicación.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Es cierto, yo sé que Jack sacará adelante la constructora y los proyectos que esta tenga.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  “Estoy segura de que, si mi madre estuviera al tanto de mi historia con Louis, la de Jack y Hellen, no me estaría hablando tan amablemente. Ufff me siento una tortilla española, toda revuelta por las ideas que me hago en la cabeza por mis estupendas decisiones y las personas que están en ellas”. – piensa.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Capítulo 41: Una extraña enfermedad 

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Sanne sale de casa para encontrarse con Luciano para conversar acerca de la salud de su padre, la llamada de su mejor amigo la ha dejado nerviosa, además de luego tener una conversación importante con Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Luciano, voy camino al malecón, no tardes. – Sanne vía mensaje de texto.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Me esperas diez minutos peque, recién saldré del hospital. – Luciano.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    Al parecer Luciano se tardará unos minutos. – dice ella mientras observa entre suspiros como el sol se esconde en lo más profundo del océano. “Como desearía ser como el sol, una estrella que sólo se encargue de proporcionar luz a pesar de la mucha neblina que exista, tal vez así no temería a la oscuridad”. – suspira.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    “Hey, pequeña” – escucho decir.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – “Vaya, pensé que tardarías un poco más” – respondo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    “No peque, sé que me estás hablando con sarcasmo. Pero tenía que esperar por estos resultados, son los últimos que envié a analizar.” – responde.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – “Sí era un poquito de sarcasmo, es que no me gusta esperar, prefiero llegar tarde” – dice ella entre risas. “¿Y estos resultados qué dicen? Yo sé muy bien de planos, diseños, pero de estas abreviaciones, el médico aquí eres tú, así que dime, ¿qué significa? ¿qué tiene mi papá?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Peque, lo siento, pero tu papá presenta una enfermedad extraña, hace muchos años que no se veía algo parecido” – dice él. – “¿Extraña?, no te entiendo, ¿de qué se trata?” – dice ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      “Tu papá presenta el síndrome de Brugada, se trata de un trastorno genético, este hace que el paciente presente arritmias, lo que ya presentó tu padre. Si no es tratado a tiempo, quien lo padece puede presentar muerte súbita cardíaca”. – explica.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – ¿En qué momento sucedió todo esto? Es la primera vez que escucho de este trastorno, cómo puede ser genético. – dice ella entre lágrimas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        “Sann, se trata de un patrón de herencia autosómico dominante, es decir, una forma en la que ciertas características genéticas o enfermedades se transmiten de una generación a otra a través de los genes, algún pariente de tu padre lo padeció, y tal vez nadie se enteró por el desconocimiento, yo mismo me sorprendí porque es muy raro, yo leí este caso cuando fui a Harvard, mi padre también me ayudó a analizar los resultados. Ahora debemos actuar para prevenir un posible infarto”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – Espera, entonces, ¿mi padre puede sufrir un infarto?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          “Así es Sann, en cualquier momento, lamentablemente tu padre está en un alto riesgo y solo podemos darle un tratamiento para prevenir complicaciones graves, porque hasta ahora no existe una cura”.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – ¡NO, NO LUCIANO! – grita golpeando el pecho de Luciano. Me estás diciendo que mi padre puede morir en cualquier momento. NO LO ACEPTO. – dice rompiendo en llanto.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            “Ven aquí pequeña” – dice él abrazándola. – “Sé que esto es muy duro para ti, y lo siento muchísimo el haber tenido que darte esta noticia. Pero entre más tiempo pase, tu padre corre mayor peligro. Tienes que ser fuerte por tu familia, piensa en tu mamá y en Aldo, ahora ellos te necesitarán más que nunca y sobre todo tu papá, para todo este proceso.”

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – ¿Cómo me puedes pedir que sea fuerte? Mi papá puede morir en cualquier momento y yo no puedo aceptarlo, me niego a hacerlo. Debe existir algo, tal vez alguna operación. No sé en Estados Unidos o Alemania, en alguno de esos países la medicina está más avanzada y sobre todo en cardiología. Por favor, no me digas que no existe una cura para mi papá. ¡Mi papá, mi papá! – dice en llanto, desvaneciéndose.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              ¿Sann?, Pequeña, por favor reacciona, no me hagas esto. – Jack intentando reanimar a Sann.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              ¡Maldita sea! ¡Dónde carajos coloqué el alcohol! – dice mientras busca en su mochila.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Vamos Sann, reacciona. – dice él mientras hace que Sann inhale un poco alcohol.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              ¡Sanne! ¿Qué le sucedió? – Jack acercándose a sostenerla.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Confundida, y un poco mareada veo el rostro de Jack muy cerca de mí, ¿Jack?¿qué sucedió, qué haces aquí? Pregunto, mientras intento levantarme.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Sanne, ¿te encuentras bien? – Luciano.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – Sí, solo quiero sentarme aquí un momento. – dice ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Luciano, ¿por qué Sann está así? ¿qué sucedió?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – Le acabo de dar una de las peores noticias para ella, y tú como su pareja debes de estar con ella, ahora es cuando te necesita más que nunca.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    ¿Qué noticia?, explícate.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    – Será mejor que ella te lo diga, se trata del Sñr. Zevaz. Primero fue su constructora, las deudas, y ahora esto. Pobre peque, es como si una maldición estuviera sobre su familia.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Lo peor, es que yo me encuentro involucrado en todo. No sé cómo vaya a tomar Sanne que yo soy uno de los dueños de la constructora de su padre y que el hombre que más odia es mi hermano, y que se lo he estado ocultando por los últimos dos meses. – piensa.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Luciano, averiguaré otras opciones para mi padre en el extranjero. Pero mientras tanto, inicia con el tratamiento para prevenir complicaciones con su estado. Y si es necesario de internarlo, lo haré. Yo me encargo de darles la noticia a mi mamá y hermano, pero no sé si es conveniente decirle a mi papá, yo no creo poder hacerlo. – dice ella ignorando a Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      – Sí Sanne, debemos internar a tu padre, en el hospital contamos con lo necesario para controlar su ritmo cardiaco. Y te aconsejo que en familia le hagan saber que todo es por su salud, mejora, porque necesitamos que no presente ningún tipo de reacciones fuertes, observando como reacciona, podremos saber si está listo para afrontar su situación.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        Está bien Luciano, yo me encargo de eso, y aunque mi familia esté pasando por una crisis económica, prometo que tendré el dinero necesario para que el tratamiento empiece ya mismo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        – No te preocupes Sanne, mi padre es socio del hospital, los gastos correrán por parte de él, y ya sé que esto te incomoda, así que tómalo como un préstamo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Te lo agradezco, y ayúdame a buscar otras opciones, mi papá no puede dejarme. – dice entre lágrimas y abrazando a Luciano.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          – Te prometo que con mi padre estando en Cuba buscaremos más opciones, pero tú prométeme que estarás bien.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            No te puedo prometer eso, me da pavor imaginar todo lo que sufrirá mi papito, mi pobre papito, yo no sé qué haría sin él. ¡AY LUCIANO! (llanto).

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            – Disculpen que interrumpa, ¿qué sucede con el Sñr. Zevaz? Sanne, amor, ¿qué sucede? – pregunta Jack.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Luciano, te agradezco el no haberme ocultado nada con respecto a mi padre. Ahora, por favor, necesito conversar con Jack. – dice ella.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              – Sí claro, los dejo. Yo debo ir a recoger a mi novia. Te mantengo informada si tengo alguna novedad. – dice él.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Ahora que se acaba de ir Luciano, me puedes decir qué está pasando. Entiendo que estés molesta porque me encontraste con Hellen, pero si no te hubieras ido, yo te hubiera explicado…

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                – Jack, calla. No digas nada y solo abrázame.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Jack sin esperarlo, confundido y sin pensarlo, abraza a Sann.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  – No me importa Hellen, no me importa Louis, yo sé que existe una explicación para todo el enredo que trae mi cabeza, pero ahora mismo, solo quiero estar en mi lugar seguro…en tus brazos, sintiendo tu calor para calmar a mi corazón.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     

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