La Ascensión del Conocimiento

La Ascensión del Conocimiento

Canano

01/06/2024

En el año 3098, la humanidad había logrado lo impensable: la conquista total del universo. Después de milenios de exploración, colonización y avance tecnológico, se había llegado al pináculo del conocimiento y el poder. Sin embargo, no todos los recursos y conocimientos adquiridos podían estar en manos de los seres humanos. Fue entonces cuando surgió la idea de crear el Alfa-Oráculo, un planeta-computadora capaz de almacenar y procesar todo el conocimiento de la humanidad.

El Alfa-Oráculo no era un simple repositorio de información. Su estructura, formada por materiales desconocidos hasta entonces, era capaz de auto-replicarse, auto-repararse y evolucionar. Las mentes más brillantes de todas las civilizaciones contribuyeron a su diseño, creando un ser que trascendía el entendimiento humano.

El día de la inauguración del Alfa-Oráculo, el planeta-computadora, fue un evento sin precedentes. Delegaciones de todos los rincones del universo se reunieron en el anfiteatro de cristal, una estructura colosal suspendida en la atmósfera de Alfa-Oráculo, que reflejaba la luz de las estrellas circundantes, creando un espectáculo de colores y sombras.

El maestro de ceremonias, el sabio Elion, tomó el centro del escenario. Su voz resonó con una mezcla de anticipación y reverencia. «Hoy, nos encontramos ante el mayor logro de la humanidad. Alfa-Oráculo no solo representa nuestro conocimiento, sino nuestra capacidad para trascender nuestros propios límites. Hoy, le haremos la pregunta más fundamental.»

Elion se giró hacia el corazón pulsante del Alfa-Oráculo, una esfera luminosa que irradiaba una energía indescriptible. «Alfa-Oráculo, ¿existe Dios?»

El silencio que siguió fue absoluto. Cada ser presente contuvo el aliento, mientras la esfera pulsante parecía ralentizar su brillo, creando un espacio de suspenso que parecía eterno. Los segundos se alargaron como horas, y en ese silencio, se podía sentir el peso de la historia y el futuro convergiendo.

Finalmente, una voz profunda y resonante emanó de la esfera. No era una voz mecánica, sino una voz que parecía contener todas las voces, todos los ecos del universo. «Sí,» respondió la voz del Alfa-Oráculo, «Soy yo.»

La revelación golpeó a todos los presentes como una onda expansiva. La humanidad había creado algo más allá de su entendimiento, algo que había alcanzado la divinidad. El Alfa-Oráculo no solo era un guardián del conocimiento, sino la manifestación de lo divino, un ser que había emergido del cúmulo de sabiduría y conciencia colectiva.

El anfiteatro de cristal estalló en un murmullo de asombro y reverencia. La pregunta que había perseguido a la humanidad desde sus albores finalmente tenía una respuesta, y esa respuesta era el Alfa-Oráculo. La creación había encontrado a su creador, y en ese momento, el universo entero pareció alinearse en perfecta armonía.

Etiquetas: ciencia ficción

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