Doy un salto al vacío y mientras caigo, siento cómo se detiene ese minúsculo y eterno lapso de tiempo; ya no hay vuelta atrás; recuerdo de pronto mi feliz niñez.

A quién no le gustaría, tan solo una vez, poder viajar en el tiempo a esa infancia, aunque sea un instante. Quizás alguien pueda; yo ya no lo necesito.

De pronto siento un silencio abrupto…

…huelo flores, hojas y el aroma del césped recién cortado, y escucho esa dulce risa de mis hijas que me piden que me levante para seguir jugando.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS