En medio de la noche me acerco al ordenador. La pantalla se ilumina al detectarme y examino la página del Club de Viajes. Selecciono una oferta: Mansión en las Highlands, recientemente restaurada. Aceptaría intercambio con castillo o casa encantada en España. Duración de la estancia a convenir. Compromiso de ocupar el lugar del espíritu residente y mantener la frecuencia de las apariciones. Hago clic en aceptar. Me ilusiona el papel de fantasma escocés y nunca he visitado las Highlands.
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