Hola cariño. Espero que, como prometiste, me hayas guardado un sitio en tu casa nueva. Esa casa donde la luz no se apaga, sobre todo por la noche, como a ti te gusta. Tienes que tener paciencia, dentro de poco tendré el dinero para el viaje. Ayer hice una prueba que me acerco hasta ti. Fue en un simulador. ¿Recuerdas las botas de las siete leguas? Me las puse y flotaba. Sentí que me dabas la mano y me empujabas hasta tu estrella, como Peter Pan. Ahora solo me falta el mapa de tu constelación.

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