¿Quién soy?

¿Quién soy?

Limerente

08/02/2024

Puede que sea solo una máscara, un performance.

Yo lo que se siente ser yo, es mi ego, esa autopercepción del yo, que se siente como el centro de la psique. El yo es el verdadero centro, es la mente en silencio, percepción pura. El puente entre la mente conciente y la inconsciente.

Cuando me veo en el espejo caigo en una contradicción. Porque aquí adentro me siento como un sujeto, complejo pero incompleto y haya afuera me veo como un objeto simple completo de bordes bien definido que lo separan del todo que le dió forma. Además estoy rodeado de gente así que tengo está muchedumbre imaginaria a través de la cual me imagino como me ve la gente.

Así que me encuentro entre el sujeto el objeto y el objeto ideal. 

En la práctica está muchedumbre imaginaria que me observa está compuesta de otros sujeto incompletos que se ven así mismo como objetos y desean ser vistos como su objeto ideal. 

En el fondo, lo único que busco es ser visto como yo mismo por otra gente que no se ve así misma como quisiera verse. Busco llenar un hueco con el vacío de los demás y por eso nunca acabare con mi deseo. Por eso no soy lo yo pienso que soy ni lo que tu piensas que soy. Soy lo que pienso que tu piensas que soy.

Entonces no existe el «tu mismo» 

Está máscara en el espejo apunta hacia adentro porque debe protegerme de lo real, y si yo no soy mi cara interna ni mi cara externa ¿que soy ? 

Hay un cohan que dice «una piedra cae en el estanque, no soy el estanque, no soy la piedra, soy las ondas» 

¿Quien eres? Es una cuestión más allá de lo psicológico y cultural; se entrelaza con lo político y social, una realidad que me aterra que a menudo paso por alto. No soy solo mi nombre o mi cuerpo, sino un tapiz tejido con hilos de mi posición económica, mi etnia, mi lenguaje. Y mientras no sea conciente de todo eso yo lo llamaré destino pero será plenamente solo mis condiciones de vida, que me convierten en un mero número de una estadística abrumadoramente gigante.

Nos enseñan a conocernos mirándonos en el espejo, pero el verdadero entendimiento de uno mismo se forja al observar el entorno, desde mi acento hasta la forma en que hablo, comprendiendo que cada detalle no es solo estético. Conocerme a mí mismo implica sumergirme en la complejidad del mundo que me rodea.

Entender a otros seres humanos es entenderme a mí mismo, pues soy simplemente otro humano. Todos los errores que ellos cometen y todos los logros, de algún otro modo yo también los puedo hacer. 

Puede que sea un simple engranaje diminuto, con funciones limitadas por el entorno en el que crecí, fácil de cambiar, fácil de romper. Un engranaje más de 6 millones de engranajes que hacen funcionar la realidad que auto percibo que es una ilusión. Soy solo una mota de polvo en una catedral, tan diminuto como el neutrón de un átomo 

Soy el reflejo de rostros que han danzado en mi mirada, la esencia de Atenea tejida en las mil máscaras que he abrazado. Soy un ballet de sombras y luces, donde las caras se entrelazan como destellos fugaces, dejando huellas en mi ser como versos en un poema etéreo. Cada interacción es un pincelazo en el lienzo de mi existencia, donde las emociones se entrelazan con la magia de lo efímero.

Etiquetas: filosofía psicología

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