Carta de Amor

Distancia, amor y suavidad

Palabras que probablemente jamás comprendiste del todo

Bueno, al menos eso creo

Porque dudo grandemente que conociendo esas palabras hayas tratándome de la manera más hostil posible.

Dudo mucho que una mente tan brillante como la tuya no haya podido descifrar las consignas tan obvias y específicas que mis ojos te daban.

Dudo que una persona capaz de comprender, explicar y desarrollar términos complejamente inhumanos, no haya sido capaz de amar de la manera más simple e insignificante posible.

Porque no dudo de tus capacidades, pero sí de tus virtudes.

Tienes más inteligencia que conciencia y probablemente tu cerebro sea muchísimo más enorme, útil y funcional que tu duro y estúpido corazón (que aun dudo que siga latiendo).

No es que sea mala, es que por fin te entiendo

Oh bueno, eso creo.

Porque para serte franca, no me interesa tu vida. Si es cierto que por tiempo fuiste una de las personas más maravillosas que jamás haya visto en mi vida.

Pero al conocerte en profundidad me di cuenta que tu apariencia es más linda que tu personalidad desabrida, insulsa y totalmente gris sin ningún propósito, más que una carrera académica exitosamente brillante y un par de títulos viejos colgados en paredes pintadas en los tonos más horrorosos y pálidos de toda la historia de la pinturería.

Pero como te decía, eso quedó en el pasado, y el pasado no me corresponde.

Así que, amado mío, por si todavía no entendiste: hasta acá llego nuestra poca romántica y linda historia de a lo que supuestamente llamaríamos “Amor”.

Me despido de vos, con el único fin de jamás volver a ver tu rostro amargo y ridículo que solo habla de teorías científicas y agujeros negros (tu corazón es uno de ellos).

Saludos cordialmente, tu amada ex esposa.

PDT: ojala te mueras.

Etiquetas: amor

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