Soñé tantas veces con ese tren que conozco el camino de ida, intenté andar por el andén a pesar de las caídas, pensé tantas veces volver a ese punto de partida, donde nunca escuche tal vez, esa cruel despedida.
Yo, que no quise cerrar los ojos pues los despojos de mi alma dibujaban tu figura, ando a ciegas hacia ese tren, por si me llevara al vaivén de tu cintura.
Logré parar el reloj pero no el tiempo, conseguí subir al vagón de tus recuerdos, pero no llego hacia ti, aquí sigo en el intento…
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