Cuando será que habrá perdido las ganas de que llegue un nuevo día, de no querer ir a dormir porque eso implicaría el despertar. Sin sentirme motivado, sin sentirme frustrado. Tan solo sintiendo el vacío que queda después de una lluvia, cielo nublado, pero sin nada interesante. Una niebla que no te deja ver más allá. Con el sentimiento de que realmente no hay nada más allá. Un vacío, que ni el amor, ni el odio, ni la felicidad, ni el enojo puede llenar. Solo una profunda tristeza, que al final,
tampoco es tanta.
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Había una vez…
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