Estaba cansada del sol que abrazaba su cabeza y espalda, apenas si podía sostenerse. Cuántas veces le habían dicho que uno lo hiciera; era un camino largo decían. Todo cuanto podía hacer en aquel desértico lugar era casi esperar la muere casi inminente que se aproximaba como gotas que caen paulatinas como preludio de un torrencial.
Mesec se encontraba tumbada con su rostro pegado al suelo arenoso y árido de aquel desierto, no por gusto su nombre era Inferno.
Nadie cruzaba por aquella región, solamente los condenados a muerte, pero la situación no le permitía a la chica tomar otra opción. Era perseguida por la orden de los Cefil, encargados de hacer cumplir la ley del pueblo de Temiak.
Temiak era un pueblo viejo y lleno de costumbres ancestrales que protegían los altos secretos de Kandam, la Deidad Suprema de los pueblos del Reino de Ziram.
-Tienes que continuar Mesec, tienes que levantarte- se alentaba la chica que miraba aun desde el suelo algún punto de referencia independiente a los 4 soles que se ocultaban con la misma rapidez con la que aparecían, no sabia a donde dirigirse, solo sabia que tenia que alejarse lo mas posible de Temiak hasta llegar lo mas al norte posible, donde se encontraba el reino de Los Talers, un pueblo nacido de los desertores que pudieron escapar cuando la guerra entre los Humindil (la raza superior) un linaje creado antes de los Temiak que tenían unos poderes sobrenaturales con el que sometían al pueblo.
Mesec había nacido y crecido bajo esta tiranía en un pasadizo de Frument (un barrio del centro de Temiak), la pequeña chica de ojos azul turquesa y pelo plateado llego al seno de una familia de 3 hijos varones Ren, el mayor de ellos un fornido joven que mas que nada le encantaba las labores del generador en la Manta, un sitio solo para personas con la habilidad y la fuerza extraordinaria, superior a la media, allí se generaba toda la energía que provenía de la masa térmica del centro del planeta. Luego estaba Mere, un chico que no alcanzaba los 25 años, de tez blanca como la leche de Kila y ojos grises, él dominaba el poder del conocimiento de todo lo vivo, y por ultimo el mas pequeño, Malda tenia la habilidad de encontrar personas por medio de sus pensamientos. Mesec fue la penúltima en nacer, y la curiosidad desde pequeña le llevo a explorar los lugares menos frecuentes de Frument y muchas veces fue reprendida por su padre aunque con no pocos consejos.
Aun los soles castigan su espalda como látigo de esclavista enfadado. Debía ponerse a cubierto antes que se alinearan en el cenit, pues se convertían en una gran lupa que arrasaba todo a su paso con la temperatura de tres mil hornos. Ella lo sabia pero por mas que miraba a su alrededor no tenia idea de donde estaba. De momento escucho una voz en su cabeza “Hola hermana, por que estas acostada?”
-Hola Malda, ya te extrañaba- dijo la chica con una sensación de añoranza que afloraba en sus ojos en forma de lagrimas.
-Que te ocurre Mesec, donde estas, padre ha sido convocado para salir en tu captura, pero el se ha negado y se lo han llevado por la fuerza. Mama esta aquí y dice que no regreses que sigas buscando el Norte. Tienes que salir de ahí ahora mismo hermana, busca sombra antes que estes bajo el Acople; a tu derecha, unos ochocientos metros hay unas sombras tienes que correr Mesec.
-No es tan fácil hermano, casi no tengo fuerzas tengo quemada la espalda – dijo algo cansada la chica que se disponía a ponerse de pie cuando escucho un solido golpe en el suelo como si una roca inmensa golpeara el suelo y un sonido conocido después. Ella sabia que era una sentencia aquel sonido se escuchaba cada vez mas cerca. – Levanta, Mesec y avanza. – se repitió una vez mas y levantándose de súbito corrió en la dirección que su hermano mas pequeño le había dicho.
Aquel sonido lo había escuchado muchas veces, era un presagio de muerte inminente para los que se atrevían a desafiar a los Humindil (la raza superior), estos eran los regentes de Temiak. Sus poderes sobrepasaban los de cualquier temiaki, eran dones dados por el mismo Kandam Creador de Pangea y de todo cuanto se puede ver. Los Regentes eran creadores también, y se les fue dado por deseo de Kandam la parte mas rica del continente y fueron sometiendo a criaturas que solo eran controladas por alguien capaz de equipararse a ellos en poder.
Mesec sabia estas cosas por su padre Dumar-Thola, un capitán Humindil mestizo que después de la guerra de los Regentes se estableció en Frument y allí junto a su esposa también mestiza de la raza de los Calul del Este formaron una familia.
Los minutos pasan muy deprisa, ochocientos metros se decía Mesec mientras escuchaba el mismo sonido cada vez mas cerca. Ella mira hacia el cielo color rojo sangre, pues casi estaba apunto de empezar el Acople, sabia que aquel sonido no era otra cosa que una manta de arena, criaturas creadas por los Regentes para exterminar a los condenados a muerte y que solamente habitaban en Inferno, pero aunque escuchaba cada vez mas cerca el sonido de su silbido no podía ver nada. Eso la aterraba porque estas criaturas podían cruzar los cielos cual ave, o zambullirse en las arenas como si de un pez se tratara.
Apresurando su carrera, no busco mas detrás suyo salvo el de la posición solar y el punto que le había indicado su hermano, que aun no divisaba.
De pronto a unos cien metros de ella, estalla el suelo emergiendo un ser enorme de unos 4 metros de envergadura eran sus aletas y una boca grotesca que se encontraba justo debajo de su cabeza y que emitía un sonido gutural que le servia de eco-localización. Al verlo, Mesec convirtió su miedo evidente en fuerzas para continuar corriendo aun mas rápido aunque las posibilidades estaban en su contra ya que estas criaturas eran por mucho mas rápidas que ella, al mismo tiempo llego el momento del Acople y un enorme circulo se proyecto en la tierra convirtiendo todo a su paso en lava instantáneamente. Mesec continuaba corriendo y aferrada a una extraña fe divisó a unos veinte metros un accidente que se extendía unos cinco metros por encima de del suelo y con la cavidad justa como para poder entrar; la bestia que la perseguía al sentir el irritante calor emanado del resplandor fuera circulo del Acople se adentro en el suelo arenoso, dando paso a un derretimiento inmediato por paso del fenómeno solar.
-Mama que ha pasado, papa va esposado lo llevan como si fuera un criminal!?- preguntaba Ren a su madre que consolaba al pequeño Malda que parecía tranquilo y así lo era, Malda conocía todo cuanto se podía saber de todo lo que podía generar pensamientos en sus mentes, tenia mucho conocimientos y con solo buscar en los pensamientos de los Temiak nada le era desconocido excepto las mentes de los Regentes, a estos pensamientos el pequeño no tenia acceso.
-Papa va estar bien Ren, no te preocupes, el no va a morir- le dijo el pequeño a su hermano mayor.
-Por favor, hermanito habla para que todos te escuchemos; se que padre estará bien pero que ha sucedido, donde esta Mesec?
-Mesec se fue – dijo Zisa mientras acariciaba el cabello del mas chico de sus hijos – sabemos que esta en Inferno y que se dirige a Talers donde habitaban los Sanadores.
-Madre pero que paso, porque se llevan a padre? – pregunto nuevamente Ren, que no comprendía el acontecimiento.
-Tu padre fue convocado por la Orden para dar caza a Mesec y el se negó. No lo haría jamas, por eso se lo llevaron esposado, pero no te preocupes tu padre es un Humindil la misma sangre de los Regentes corre por sus venas. No le harán daño pues lo tienen prohibido por mandato divino. – contesto confiada Zisa sin perder de vista la mirada preocupada de su primogénito.
-Se que va a seguir con vida, pero también pueden retenerlo para siempre. Tengo que salir, voy a buscar a Mesec, crees que puedas ayudarme a encontrarla hermanito? – dijo.
Malda miro a su madre, y al no ver ninguna señal de desaprobación, asistió tímidamente. Ren tomo una túnica térmica que se utilizaba para los trabajos en la Manta para el exceso de calor en el generador, y salió cerrando la puerta tras de si.
A unas millas de allí, escondida en un pozo poco profundo se encontraba Mesec. Todavía sin poder salir a la superficie ya que la superficie estaba ennegrecida por el Acople que quemaba todo a su paso y el suelo no estaba exento. Ella esperaría al enfriamiento de la superficie que demoraría unas horas cuando empezaran a ocultarse los soles. No temía por las criaturas del desierto; aquella cavidad le proporcionaba seguridad, pues estaba formada por una hendidura de roca solida y le protegería del sofocante calor y sobre todo de los ataques de aquellas criaturas.
Apretando los ojos fuertemente y sosteniendo la respiración por unos segundos pronuncio el nombre de su pequeño hermano en su mente “Malda, Malda contéstame”, soltando la respiración contenida, volvió a repetir la misma secuencia esta vez con mayor concentración “Por favor hermanito, contéstame ” luego de un momento de silencio pudo escuchar la voz de su hermano.
-Hola Mesec, veo que estas en el sitio que te indique, mama pregunta como estas. Ah, antes que lo olvide, Ren a salido, va a buscarte!
-No dile que no venga tras de mi Malda, que ya estoy muy lejos de casa. Tengo que continuar.
-Yo le dije que le ayudaría.- contesto el pequeño – hermana te extrañamos mucho…
-Lo se pero no puedo echarme volver, porque los pondría a todos en peligro. Créeme es mejor así.- estas ultimas palabras la habían pronunciado la niña que todos recordaban y las lagrimas brotaron de los ojos de Zisa al ver el rostro del pequeño que sin decir palabra lo decía todo por su rostro quebrado por la tristeza
El Malion, es una torre majestuosa que que se puede apreciar desde todo Temiak es la morada de los Regentes del Sur, solo los Humindil tienen acceso a esta torre, también los mestizos que no eran pocos. Cuenta la leyenda, que al principio de la creación, los Humindil queriendo experimentar de la gran creación de Kandam en la tierra se hicieron de mujeres y tuvieron con ellas hijos e hijas. Estos heredaban de sus progenitores dones especiales aunque nunca se equiparaban a los de sus padres Humindil, a ellos los temiakis les llamaban los Mestizos. Dumar era hijo de un Regente y aunque gozaba de muchos privilegios, el mérito de ser capitán de la Orden lo obtuvo por su valentía en el campo de Batalla, cuando apenas era un joven fue llamado en el momento del estallido de la Guerra de los Regentes. Muchos Mestizos recuerdan la batalla que duro cien años y donde muchos de ellos y humanos murieron por la igualdad entre los Humindil y humanos. En ese entonces Dumar era un simple Mestizo de unos 70 años, para un Mestizo era una edad temprana, y bajo las ordenes de un General Regente se destaco luchando con disimiles de criaturas, aves gigantescas de Vendariom, cocodrilos del mar de Mere, y los temidos entes de Furmos unos espectros mitad espíritus, mitad humanos, que en las cortas noches asolaban todo Pangea con sus espadas mágicas capturaban las almas de aquel que fuera cortado. Cuentan que que Dumar fue el único Mestizo que peleo contra tres Entes y vivio para contarlo, todos conocen la historia, muchos de los humanos que fueron testigos ya murieron, pues han pasado mas de 900 años…
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