El sueño y la muerte

El sueño y la muerte

Juan

27/12/2022

No se sabe dónde, ni cuándo, ni el porqué, simplemente se cuenta el relato de un joven que fue condenado al ahorcamiento por soga. Su ejecución, sin embargo, tenía algo de peculiar: no solo se haría efectiva en el anonimato, sino que, por extraño que parezca, dependía de una muchacha que ignoraba por completo su rol en esta historia.

El dilema era que la joven no podía conciliar el sueño (dicen los más atrevidos que realmente ella quería jugar), así que, sentada al borde de la cama, tocando su propia sombra, se dispuso a esperar la llegada del día.

Mientras tanto, el muchacho bañaba su rostro con lágrimas. Las pocas fuerzas que tenía aún se concentraban en rezar fehacientemente para que la joven no se alejara de su cama y pronto cayese en el abrazo de Morfeo.

De repente el joven contempla lleno de esperanza los enmarañados cabellos de aquella muchachita. Son hermosos. Tienen algo de amarillo como tienen algo de negro. Sin embargo, los dioses en el cielo, celosos de que alguien más contemplase aquellos largos rulos, bañaron en luz de luna las lágrimas que ya lavaban la cara del muchacho. El reflejo de dicha luz, tan sublime como tenaz, llamó la atención de la pequeña mujer que, atraída por tan bellos destellos, corrió hacia la ventana para corroborar su existencia. Antes de poder llegar, sin embargo, sintió un jalonazo en sus pies que le hizo tropezar. Cuando volvió a levantar la mirada, ansiosa por ver de dónde provenía la luz, se dio cuenta que ya no estaban los pequeños luceros en la oscuridad. Decidió irse a dormir finalmente cuando escuchó asustada el terrible gemido de una noche silenciosa.

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