DESPERTAR – segunda parte

DESPERTAR – segunda parte

Oliver A. García

07/11/2022

Segunda parte

Habiendo pasado varios días, el joven recorría por las calles y casas en busca de alguna pista, siendo meticuloso con su búsqueda, los metros se volvieron kilómetros y los días se hicieron meses, poco a poco la esperanza que tenia en él desaparecía, cada vez que nacía un nuevo día mas crecía su pesar, pues el miedo y la angustia seguido de la soledad incrementaba lentamente, la bebida se volvió un habito, pues quería encontrar aquella sensación que había perdido, aquella emoción o sentido de aventura cada vez que salia a investigar, tomaba dos o tres botellas de las licorerías, que duraba solamente dos días a lo mucho.

Mientras mas su pena crecía, mas se resignaba salir a la calle, sumido en miseria, alcohol y depresión, las semanas pasan y casi todo el tiempo estaba inconsciente por ebriedad, solía imaginar a menudo como seria su vida con personas a su alrededor, era desesperante ver sombras que pasaban a su alrededor cada vez que estaba ebrio, estas sombras no tenían forma, no podía distinguir el uno con el otro, el juego con su arma era mayor, siempre tentando a la muerte, no era de extrañar su comportamiento, tarde o temprano iba a suceder, pero no sabia lo fácil que se rendiría el buscar una salida, sus intenciones eran claras.

En el borde de lo alto de un edificio se encontraba sentado, con una botella de cerveza a la mitad en una mano y en la otra su revolver, con la mirada perdida contemplando las calles y avenidas, una figura se encuentra en medio del camino, difícil de distinguir a la distancia, detenidamente sin parpadear, entrecerrando los ojos, tratando de distinguir si la sombra es una ilusión o la realidad, interrumpe su cometido, ya no le quedaba fuerzas para emocionarse, a la espera de algún movimiento, la pequeña figura camina hacia dentro del hotel, perdiéndose a la vista del joven, resignado en lo que acababa de ver, incrédulo rompe en un llanto sin gozo, pues cree que de nuevo su mente le a jugado una mala pasada por ultima vez, despidiéndose por un momento en silencio de todo lo que conoció en este mundo, es brutalmente interrumpido por una voz.

– ¿Vas a saltar o a dispararte? – con tono fuerte y sarcástico exclama.

Girando este sobre su hombro, un hombre con equipo militar pero con ropa casual está detrás de él.

– ¿Y bien? – replica con un serio semblante. – si no quieres hacerlo, solo baja de ahí. No desperdicies la cerveza.

El joven impresionado de tal presencia, baja lentamente sin despegar la vista de él.

– Me llamo Chris Wells, ¿Tú como te llamas?. – Trata de sacar platica para hacerlo olvidar que estuvo apunto de hacer algo estúpido.

El joven no contesta a las simples preguntas que le hacían, por el contrario, se acerca lentamente sin parpadear.

De la nada apunta el revolver contra Chris, quién por reflejo levanta su arma también.

– ¡Wow, wow, wow! Tranquilo viejo, si no querías ser molestado solo tenías que decirlo. – Exclama sorprendido de esa reacción, preocupado Chris retrocede lentamente.

-¡¿Eres real?!. – Una pregunta desesperada.

<< ¿Qué mierda? ¿Qué le pasa a este hombre? >> – Piensa Chris mientras decide si contestarle o no.

– ¡¡Claro que lo soy, carajo!!. Por que no bajas tu arma y lo hablamos de hombre a hombre sin armas en medio ¿Te parece bien? – pregunta Chris dudoso de la reacción de aquel joven.

Enseguida mira el revolver y de un solo tajo lo tira muy lejos, perdiéndose a la vista de Chris, atónito a lo que vé, no logra contener las lagrimas, pues tal parece que no es una sucia ilusión, pero tenía que confirmar mejor.

Bajando Chris su arma también le dice que se puede acercar, alentándolo que todo estará bien.

El joven asustado lentamente se acerca, Chris no puede dejar de pensar en lo mucho que ha sufrido el joven en tanta soledad, ya estando muy cerca el uno con el otro, el joven toca delicadamente el brazo de Chris, como si de un animal se tratase, sus piernas comienzan a temblar, tanta es la conmoción que cae al suelo de rodillas y empieza a llorar, dándole gracias a quien le escuchara que su espera, para el eterna, había acabado.

Parece ser que rayo de esperanza siempre brilla en lo más oscuro de nuestro sufrir, aveces llega tarde, otras veces llega de la manera menos esperada posible, solo es de abrir los ojos y mirar con detalle, no perdiendo la mínima esperanza que todo será mejor.

Ayudando Chris al joven a regresar a su habitación, vé con desagrado el mal estado en que vivía, pues había pasado varias semanas, si no varios meses, en que no salía para nada de ahí, no trató de cuestionarlo, pues se puso en su lugar por un momento.

– Entonces…¿Me dirás cual es tu nombre?.

– No lo sé. – responde triste el joven.

– ¿Eh? ¿Perdiste la memoria o nunca has sabido cuál es? – pregunta Chris muy curioso, revisando que bueno hay de comer.

-Creo que he perdido la memoria, – mientras lo decía, Chris muy atento lo escuchaba.

– ¿Crees? ¿Por que no estas tan seguro?

– Al principio, cuando desperté, no lo había notado, tuve como unas visiones un par de veces, y cuando por fin me cuestione quien soy simplemente no lo sabia.

– ¿Despertaste? – pregunta Chris intrigado – ¿Como despertaste?.

– Desperté en un edificio, diría que en el séptimo piso, entre una pila de libros, espera..¿ Por qué me preguntas eso?.

Chris rápidamente saca un mapa de entre uno de los bolsillos de su chaleco. – ¿En donde te has despertado?.

Y acercándose el joven, vé el mapa y le señala el lugar en que despertó, pero algo extraño llamó su atención, habían muchos puntos en rojo y negro en una gran parte del mapa.

– ¿Que son todos esos puntos? – pregunta el joven intrigado, enseguida vé a Chris marcando el lugar que le dijo el joven con una equis en negro; habiendo solo dos equis en el mapa hasta el momento.

– Estaba inspeccionando toda la zona, para tratar de encontrar signos de vida, y te encontré, dejaste muchos rastros visibles y fáciles de rastrear, para este mundo que parece que todo está en orden salvo en algunos lugares que pareciera una maldita guerra.

– ¿Hay más persona? – pregunta el joven entusiasmado.

– ¿No has explorado bien este lugar, verdad? – un misterioso aire rodeaba aquella pregunta, pues está claro que había una verdad que él conocía.

– Por tu expresión tonta y de sorpresa que tienes tal parece que no lo has hecho, tal vez tengas suerte, si quieres saber la verdad tendrás que venir conmigo, si no quieres no te obligaré. Una mano extra siempre es bueno.

– ¡Si quiero ir! – rápidamente responde sin titubear.

– ¿Estas seguro? No te garantizo que encontremos por ahí repuestas, será difícil y peligros. – dice Chris.

– Prefiero eso a estar de nuevo solo. Si más que decir y totalmente decidido, vé Chris el rayo de esperanza que emana los ojos del joven, vuelto que no quiere estar en la oscuridad.

– ¡Muy bien! Pero antes, tendremos que buscar ropa buena para ti, y recuperar fuerzas, por que nos toca un camino largo.

Al día siguiente, cerca del medio día, trazan un plan para seguir limpiando la zona, y como el joven tenía tiempo de vivir ahí, pues resulta mas fácil y rápido investigar, alejándose cada vez mas en zonas no explorados al norte de su posición.

llegan a una zona residencial, grandes casas y apartamentos que se unen con los edificios, viendo que nunca terminarían, suben a un pequeño edificio, y con un megáfono hace el particular sonido de ambulancia, a la espera de algún tipo de señal de vida, paranoicos de posibles escenarios desastrosos, como zombis o alien, toman sus armas y se preparan, después de media hora, no hay respuesta alguna, así que cada cinco minutos durante una hora hacían sonar el megáfono, caminando al rededor de tres kilómetros.

Aquellos dos detienen su andar, pues habían salido de la zona residencial, siguiendo el camino por tiendas comerciales, el joven comienza a sentir que a estado ahí antes, caminando unos cuantos metros, viendo los alrededores, se detiene justo en frente de una tienda de ropa, había gran variedad de atuendos elegantes, muy reto estilo años 80´s, entra y sin tocar absolutamente nada, una paz invadiría el corazón de este, pues es extraño sentirse así en un lugar como ese ¿Porqué la sensación? Parte de su pasado lo llama. En una vitrina, donde se exhibía un atuendo de mujer, un papel plegado se haya en la ropa enganchado con un broche, son las especificaciones de medida y ocasion del traje, pero algo mas llama su atención. En la parte de atrás se encuentra un mensaje que decía:

¿Te acuerdas lo que te prometí?

Estoy aquí donde te conocí, mi manera de conquistarte no era común, pero he aquí enredado en tus ojos cual hilos que envuelven mi corazón, haciendo que mas te ame cada día que pasa, el día es bueno, parece que la suerte esta a mi favor, conseguí por fin un trabajo gubernamental donde valoran mi experiencia y conocimiento, poniendo un poco mas de esfuerzo, en unos mese comprare ese lindo vestido que tanto te gusta, ya verás que nos ira bien a partir de ahora.

<<¡¡Aww el amor!!>> piensa el joven un tanto sarcástico, pero de buena manera toma la carta y se retira de ese lugar, no sin antes ver por ultima vez con el rabillo del ojo aque vestido blanco estampado de novia.

Siguiendo mas al norte, llegan a una plaza, adornadas con estandartes y mantas grandes de diferentes colores, pareciera que se llevaría a cabo un festival. La paz que daba aquella zona es interrumpida por un grito al aire de una mujer, viéndose el uno al otro, corren y se dividen para buscar de donde provino ese grito, y encontrándose entre una intersección encuentran a una mujer, de cabello largo todo enredado, vistiendo ropa de hombre algo viejas y polvoriento, pareciera que llevaba meses sola y viviendo en la calle, pues era extraño, ya que las calles estaban casi todo el tiempo limpias.

– Oye Chris, ¿sera seguro acercarnos a ella? Pareciera que no está cuerda del todo.

– no lo creo. – responde un Chris nervioso – pero es la única que hemos visto en este maldito mundo, acerquemos con cuidado. Voy primero.

Y haciendo una fila india, el joven se oculta a espaldas de Chris, y este, apuntando su arma a la mujer, por el telescopio nota que ella ve a los alrededores, como si fuera la primera vez en mucho tiempo que ve el cielo azul, al estar unos escasos 2 metros de ella, Chris le habla.

Oye, ¿estas bien? – no recibe respuesta – ¿puedes escucharme?. aquella mujer no le responde, sigue maravillada de lo que sus ojos ve.

Sale corriendo la mujer sonriendo en los puestos de comida mas cercanos, un grito agudo sale de Chris preguntando ¡¿QUE DEMONIOS?!

La mujer extasiada de ver tanta comida, toma todo lo que puede con las manos y empieza a devorar como si no hubiera mañana, sobra decir que para los viajeros no era ninguna amenaza.

Mientra que Chris recupera el aliento, después de llevarse un gran susto, el joven se acerca a ella, tardando de que ella comiera despacio para que no se ahogase o le vaya a caer mal la comida, la mujer trata de hablarle, pero su boca esta tan llena de comida que no logra entenderle, luego de tratar fondo ella grita:

– ¡QUITATE! ¿no ves que estoy comiendo?

El joven sorprendido, pensó que no le había entendido cuando les hablo, o creyó que era sorda, así que solo espero a que ella terminara.

Ya contenta con el banquete que acaba de comer, se sienta feliz en el suelo, y solo entonces se percata de los dos extraños que tiene en frente de ella, de un salto, saca su cuchillo y haciendo ruidos extraños apunta los dos que los sorprendió con la guardia baja.

– Hey Hey Hey tranquila, no te haremos daño – grita el joven preocupado.

– ¿Que quieren de mi? – grita la mujer asustada y enojada a la vez.

– No queremos nada de ti, solo queremos hablar contigo.

– ¿Hablar? ¿Conmigo?…¿Porqué yo haría eso?

Y levantando las manos arriba y obligando a Chris que bajara sus armas y que hiciera lo mismo, muestra que no es ninguna amenaza para ella.

– No somos tus enemigos. Estamos perdidos y necesitamos tu ayuda, solo queremos conversar contigo y saber que rayos ocurrió aquí.

– ¿Cómo, niño? ¿De que planeta eres para no saber que ocurrió aquí? Todo lo que ves a tu alrededor se fue al diablo, el maldito virus arraso con todo, y solo quedamos pocos, y al parecer también quedo intacto este lugar.

– ¿Que virus? – preguntó Chris.

– Un loco estúpido creó un super virus con la promesa de salvar la humanidad, puras mentiras de los lideres de los países, solo querían exterminarnos como ratas.

– Espera…¿Lideres? ¿Loco? ¿Sabes quien creo ese tal virus?

– No lo conocí, al principio se corrió el rumor que lo habían matado, después de que todo se volviera una locura la esposa dio la cara por el, no dio explicación y se encargó de liderarnos para sobrevivir, si quieren saber más, búsquenla a ella.

– ¿Nos llevarías donde ella?

-¡NO! Ni pensar que fantasmas me sigan a todos lados, vayan al sureste, en una gasolinera encontraran mas como ustedes.

– ¿Como nosotros? – Pregunta el joven.

– ¡Váyanse! No quiero tirarles sal o maldiciones.

Los dos jóvenes caminan lentamente hacia la dirección que les indicó aquella mujer.

– ¿Qué quiso decir con que hay mas de “nosotros”?

– No tengo la menor idea, pero ya lo sabremos cuando lleguemos.

En el camino, un par de horas después, el manto de la noche cubría todo a su alrededor, mientra el joven conducía, Chris como copiloto trataba de descansar, mirando aquel paisaje sombrío bajo la luz de la luna.

Pequeños destellos de arboles como figuras humanas llaman la atención de Chris, extraña la idea de volver a ver a todos aquellos extraños que adornaban la ciudad de color y vida.

Pasado tres horas de su viaje llegan a una gasolinera algo maltratada por el tiempo, mas siguiendo su servicio. Aprovecharían para descansar en ese lugar, recargan gasolina y entran para comer un poco de la comida enlatada de los estantes, y en medio de los pasillos.

A la mañana siguiente, después de una taza de café del dispensador y un galleta se disponen a seguir su camino, saliendo a la puerta, los dos se miran el uno al otro, pues la ciudad estaba a unos cincuenta metros, de lo cansado que estaban ayer no notaron que ya estaban en el lugar, riendo y bromeando mientras comen su galleta, caminan hacia la ciudad, pues el sueño se muy reparador para ellos, después de días de tensión y suspenso.

– Oye, este pueblo no parece distintos a los otros. – comenta el joven mientras come su galleta.

– Tal vez, pero si nos mandó aquí esa mujer es por alguna razón. – dice Chris mientras prepara su arma.

– Y ¿de verdad le creíste a ella?

– Pues en estos tiempos, no conocemos a alguien a menudo, es mejor que estar sin nada de pistas.

Aquel lugar tenia una vibra extraña, ambos sentían miradas en sus espaldas, pues la expectativa de ambos de encontrar algo era bastante.

– ¿Ves eso?. pregunta Chris.

– No. ¿Qué se supone que debería ver?.

– Aquel auto, en medio del camino… ¿No se te hace extraño?

A lo lejos, un carro negro con la palabra “ayuda”pintadas en blanco ponía mas alerta a Chris, para él, esto no estaba bien.

– ¡AGACHATE!…espalda contra la pared. – susurra fuerte de manera que escucha el joven, y este, de inmediato acata la orden de su experimentado amigo. Atento a su señal, le indica que revise su alrededor para una posible emboscada.

Poco los esfuerzos fueron, ya que ambos sintieron un frio metal en sus nucas, una suave voz les indica que suelten sus armas, sin ninguna opción son desarmados por terceros, y girando, el cañón de un arma les apunta directos a sus frentes, encapuchados, no era de menos esperar, rápidamente los guían dentro de los edificios, para sus sorpresa bajan sus armas y se quitan sus mascaras.

– ¿Quién DEMONIOS son ustedes? – un confundido Chris pregunta.

– Lo mismo va para ti. Una mujer es su líder.

– ¿ Qué quieres de nosotros? Y ¿Porqué nos apuntas para empezar?.

– Muchas preguntas en tan poco tiempo ¿no lo crees?.

– Si, y no estas respondiendo ninguna.

– Tranquilo vaquero, que te parece si comenzamos de nuevo?.

Me llamo Amalia Belad.

– Chris Wells.

– Y tu, ¿Como te llamas? – Amalia se dirige al joven.

– Lo siento, pero no tengo idea.

– Que raro, normalmente lo llegas a recordar después de unas horas de tu despertar ¿cuanto tiempo llevas despierto?

– Dos semanas mas o menos. – interrumpe Chris rápidamente, el cual aprovecha el momento para para preguntar.

– ¿Como sabes del despertar?…¿También te sucedió?.

– Si, todos en esta habitación les sucedió lo mismo, no son los únicos, a lo que me lleva ¿como dieron con nosotros?

– Una loca que nos topamos nos contó.

– ¡Ash esa mujer! Bueno, al menos encontramos mas aliados.

– ¿Sabes que nos pasó? De lo que le pasó a las personas?.

– Tenemos alguna idea que nos paso a nosotros, pero no puedo hablar por las personas en este lugar, sigue siendo un misterio.

Después de un rato, se reúnen todos para escuchar a Amalia.

– Ok Chris, por tu aspecto puedo suponer que eres militar, y tu? Que eras joven? Creo que eres muy joven para que estés aquí.

– Yo desperté en un edificio, vistiendo de traje elegante.

– Interesante – dice Amalia entre dientes – Aquí en este cuarto estamos científicos, militares, un político y un matemático. Pero tu eres un enigma ¿Que seras tu?.

– Y ¿Como fue que se encontraron cada uno de ustedes?

– Despertamos algo cerca del uno al otro, el señor Hanns fue el único que despertó sin memoria, a los días lo recuperó y supimos que era político, sabemos sobre nuestra vida pasada pero es un misterio el como llegamos aquí, formamos este grupo y comenzamos a buscar indicios en los lugares en donde despertamos, alguna pista aunque sea mínima, no encontramos nada salvo objetos personales, pero no nos detendríamos, fuimos a un centro de investigación en aquella ciudad, tomamos unos medidores de radiación y un medidor Geiger, dando un resultado de mas de 100 mSv pero disminuyendo la dosis a cada hora que pasaba, estuvimos en nuestros lugares por 3 horas, bajando los niveles de 100 a 30 mSv. Ahorita no deben de haber ningún rastro de radiación en el el lugar, si así estaba desapareciendo y si nuestros cuerpos fueron ionizados, no deberíamos de tener ningún problema a futuro, al principio nos preocupó por que presentábamos signos de maros y vértigo, pero no teníamos nada cuando nos examinamos con los medidores, y no ha vuelto a ocurrido por el momento.

– Nos paso lo mismo – dice el joven – pero sigo teniendo algunos episodios de nauseas.

– Tal vez tenga algo que ver por el cual no has podido recuperar tus recuerdos, pero llevas dos semanas así, ya estarías muerto o vomitando sangre a cada rato. Podríamos ir al hospital y nosotros te estudiaríamos, pero temo que nuestros esfuerzos sean en vano, hasta el momento tu eres el único que tiene estos problemas, solo son especulaciones, pero si recuperas la memoria esos mareos podrían detenerse, como nos paso a nosotros.

– Cuando despertaste, ¿no viste nada inusual en tu lugar? – pregunta Chris al joven.

– No recuerdo, solo se que desperté enterrado en una pila de libros en un tercer piso, y baje las escaleras rápidamente.

– Eso no nos da mucha información….¿Que tal tu Chris, viste algo en tu lugar cuando despertaste?

– Yo desperté a la orilla de una carretera, entre arboles, mis cosas estaba esparcidas a mi alrededor, pero ahora que lo pienso, a unos metros de mi, un árbol estaba con pequeñas llamas, como si las encendieran a propósito o como si hubiera caído un rayo.

– Eso es interesante, sin embargo no podemos armar una teoría si visitar en lugar primero, podría ser también que toda evidencia potencial ya fue limpiada, ya pasaron muchos días.

– Si, y también nos tomo varios días llegar acá y encontrarlos fue pura suerte.

– Oigan, se me olvido mencionar que he tenido algunas visiones.

– ¿Visiones? Como que tipo de visiones?

– Destellos de recuerdos, no son muy claros, cuando llego algún lugar, tengo la corazonada de haber estado ahí, pero sin lograr nada.

– ¿Hay algo que active estas visiones?

– Pues he encontrados algunas cartas, y al tocarlas me provoca estas visiones.

El joven le entrega las cartas, ella se levanta y se dirige a la habitación contigua, donde, en la esquina se vé una caja reforzada con plomo.

– Nos hemos encontrado con esto a lo largo del camino, y en los lugares donde nos despertamos, son simples hojas, pero están fuertemente irradiada, como si el reactor cuatro de chernóbil acabara de explotar.

– ¿Alguna conexión? – Pregunta Chris.

– Ninguna, buscamos pistas o información valiosa, todo inservible.

– Bien, no tenemos nada, solo especulaciones y varios raritos en un mundo aun mas raro. – dice el joven mientras retuerce la boca, aprieta los puños y patea la puerta con ira, pues es frustrante lo poco que le han dicho.

– ¡Heeeyy! Calmate hombre, ¿sabes por que no logras ver a las personas? Estas viendo el tiempo equivocado.

– ¿De que estas hablando?

– Espera al atardecer, veras algo increíble.

No se podía evitar sentir el descontento que generaba el misterio de aquellas palabras, pero tampoco se podía decir que no, no es como si hubiera muchas opciones para elegir. Pasado algunas horas, el atardecer caía sobre aquel poblado, Amalia llama al joven que, se dirige a la entrada principal del pequeño edificio.

– mira, a esto me refiero. – con la puerta cerrada, mirando a través del vidrio, nota el valle en calma cubriéndose con el velo de la noche, al mismo tiempo, sombras negras pasan delante de él,un susto lo hace retroceder.

– ¡¿Que demonios pasó?!

– No lo sabemos, ve de nuevo, es como si el pasado se mostrara ante nosotros.

Sorprendido a lo que ve sus ojos, no puede evitar dejar ver, pues cada vez son mas y mas sombras, de todo tamaño y con diferente velocidad, a medida que la luz del atardecer desaparece con la noche, lo hacen igual las sombras, dejando solo la vista de las calles vacías.

– Puedes verlas por una fracción de tiempo muy corto, pero se ven con claridad, y no es en cualquier lugar, tiene que ser con luz natural del sol.

– ¿Se puede ver de fuera hacia dentro?

– No, aunque si estas afuera a la atardecer en un lugar especial y te concentras mucho, podrás verlos, pero no tanto como lo acabas de hacer.

– ¿Sabes que son?

– Pues no estamos seguros… peeero, mi teoría es que son las personas, pero por alguna razón tienen esa forma.

– ¿Cómo puedes estar segura de eso?

– No lo estoy, por eso iba a ir al otro lado del estado, se supone que hay gente.

– ¿Ah si? No lo creo, a las únicas personas que hemos visto Chris y yo son ustedes y a la loca que nos trajo aquí.

– Pues nosotros nos hemos encontrado a varias personas, todos locos, pero decidimos confiar en sus palabras y hasta ahora resultaron ser ciertos.

– No me des esperanza por favor Amalia.

– ¿Porque no? Que es lo importante que hay en tu vida como para no querer ir? ¿Tu vida era buena antes de encontrarnos?

– No.

– ¿Acaso te espera alguien al salir de esta puerta?

– No, pero eso no es…

– ¿No es qué? ¡¿Cuanto tiempo estuviste solo antes de encontrar a Chris? ¿Acaso no fue bastante?

– ¡Si lo fue! Fue bastante tiempo y bastante difícil, y no quiero repetir eso de nuevo.

– Entonces, vamos amigo, ahora nos tienes a nosotros, igual que tu buscamos respuestas, lo que te pasó a ti nos pasó a nosotros igual.

– ¡Hum… esta bien! Igual forma no tengo planes mañana.

– ¡Así se habla!

En los días siguientes todos se prepararon para el viaje, con comida y un vehículo mas grande, pues ya no son solo dos, si no seis personas con el mismo destino, mismo problemas.

El viaje fue largo y abrumador, turnándose al manejar para detenerse lo menos posible y llegar rápido, solo estirando las piernas una vez al día, la esperanza crecía en todos, pues es lo ultimo que tienen para poder salir de esa vida, en ese mundo

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