Una mala idea de la evolución

Una mala idea… De haber sabido que bajar del árbol iba a ser nuestra perdición, no hubiese dudado un segundo de seguir colgado de la rama. Allí en la copa me sentía seguro y mantuve mi identidad de primate sin cuestionamiento. Allí la jungla era mi hogar y todo ser viviente tuvo las mismas oportunidades. Vives o mueres. Las reglas eran simples y no había pertenencia. Pero como la evolución no fue perfecta, un día pisé tierra y todo cambió… Alguien tuvo la mala idea de asentamiento y organizó la manada. Unos labraron la tierra y a otros les resultó más fácil robar lo producido. Así comenzó un ciclo de conquista y esclavitud hasta nuestros días. ¿Te gusta trabajar? ¡A mí me da espanto! Una verdadera mierda disfrazada de progreso y recompensada con espejitos de colores. Métanse en el culo los espejitos de colores. ¡Quiero mi árbol y mi selva! ¡Mi mona y mis monitos! Las hojas frescas y las moras, las larvas y los insectos. Un arroyo de montaña sin contaminación para beber agua sin cloro, un horizonte sin humo pestilente, un cielo azul translúcido para el día y una mullida alfombra de estrellas para soñar y cubrirme en las noches.

¡Pero acaso no nos damos cuenta adonde llegamos! Y aunque me digan que hay trabajos tan nobles como los educadores y los médicos que salvan vidas, también hay soldados que creen que su trabajo es matar a su semejante! Seguramente en su entrenamiento lo adoctrinaron para ser muy efectivo y su enemigo es el malo. O sea un verdadero acto de justicia. Un verdadero héroe. ¿Pero acaso ese simple soldado que no quiere dejar sus despojos en un campo de batalla está instruido de humanidad? ¿Sabe por qué lo hace o solo cumple órdenes de algunos burócratas que están detrás de un escritorio? O mejor aún, decidieron en una alguna reunión con champaña por medio, en medio de pomposas fiestas, que la guerra es el mejor y más lucrativo invento que el hombre haya inventado. Y aunque no lo digan, sabemos cuáles son sus frases favoritas: Esto es mío, de aquí allí, cuida mis fronteras y salvaguarda mi precioso estilo de vida. Que en caso de que perezcas en el intento le daremos una preciosa medallita a tus deudos. Trabajo, trabajo. Trabajar hasta morir, sosteniendo con tus impuestos a los burócratas de turno, generación tras generación y así de mal hemos aprendido. Enseñamos a nuestros hijos a ser obedientes , responsables y tomar un trabajo digno para progresar en la escala social. Siempre y cuando no le caiga una bomba en la cabeza de algún soldado también obediente y también responsable. ¿Pero acaso estamos ciegos o somos simplemente idiotas? Vemos ante nuestros ojos como son taladas millones de hectáreas de selva por la avaricia de unos pocos. Otros se vuelven ricos con los pesticidas o los medicamentos que para el caso es lo mismo. MILLONES DE PERSONAS SE MUEREN DE HAMBRE POR DÍA. Pero parece que eso no le importa a nadie. MEJOR GASTAR MILES DE MILLONES DE DÓLARES EN ARMAMENTO DE DESTRUCCIÓN MASIVA E INSTRUCCIÓN DE NUESTROS HIJOS PARA QUE SE CONVIERTAN EN SOLDADOS ASESINOS. Sí, eso también es trabajo…

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