Tan misteriosa fuiste la primera vez,
y al temor me mantuve,
llegando a tus delicados pies:
¡Oh bella Musa delicada!
Valiente fuimos al alta mar,
para descubrir el mundo nuevo por venir,
y al compás del oleaje,
nuestra arca nos alejaba del mundo material,
así, perdernos en el inmenso amor del mar…
Más los Dioses nos bendecían dictando.
¡Un amor verdadero, jamás se os debe impedir,
mirad que la pareja navegante,
locura por los Dioses del mar van!
Descubrir latir sentir.
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