Exitosamente, hace dos años, por pura casualidad el algoritmo me recomendó información relacionada a la salud mental y otros diversos temas que se abarca en la psicología, por mera curiosidad, algo que nunca me falta, empecé a consumir estos nuevos datos casi sin parar, dentro de este estado obsesivo habré durado quizás… ¿dos o tres semanas? No tengo idea de cuanto tiempo habré perdido, pero de lo que si estoy seguro es que: llegué a relacionarme muy fuerte con los síntomas de depresión que se mostraban, de hecho, por sí solo yo mismo me expuse; de vez en cuando que revisaba mi historial lo que más predominaba eran mis vistas en lo que es «la depresión» directamente, sucesos particulares, comportamientos y demás, no voy a negar que me sentí atacado con la precisión en la que sentí que me describían. Revisé de nuevo cada cosa que vi con este tema ahora de enfoque, incluso llegué a hacer una lista con cada cosa que punteaban los creadores de estos artículos, como si fuera una lista de compras, empecé a tachar cada que cosa que decían como signo de que ese tipo de sentimiento me ha ocurrido o que lo estoy experimentando y… si esto fuera un examen, di casi con un noventa porciento de resultado.

Sé perfectamente que no debo de guiarme con esta decisión tan arbitraria, incluso los creadores de estos artículos informativos mencionaban al inicio cosas como, «no realice un diagnóstico a base de la información presentada, si cree tener alguno de estos síntomas consúltelo con un profesional», pero, después de tanto de estar vivo, con una sensación de disconformidad constante, pensé que esto era la señal que debía de llegarme.

Estoy consciente que esta actitud impulsiva no es para nada una decisión razonable, aún así, este sentimiento indescriptible de al fin darme cuenta qué ocurre conmigo es maravilloso…

He estado en un debate personal conmigo desde hace tanto tiempo, quería engañarme con estas palabras y pensamientos de que al fin encontraría algo que llamara mi atención o desviara mi falta de vida al tener estos pobre datos en mis manos. Como es evidente, esto no fue de mucha ayuda que digamos, cada que vez que había un conflicto conmigo la confusión era abismal en comparación a cuando ni siquiera le daba una segunda pensada a mi tonta tristeza, ahora estaba al borde la muerte sin parar, atribuía mi mal comportamiento a todas esas cosas en mi cabeza que realmente me hacían quedar peor, ¿cómo siquiera voy a tratar algo intangible en lo que mi ayuda es inútil si yo soy quién me corroe más?

Empecé a hacer click sin parar; un click por cada minuto sin comer, un click por haber fallado en leer los temas de estudio que debía de hacerme cargo, un click por un segundo menos del tiempo que me faltaba para entregar asignaciones; estos clicks estúpidos me dañaban la cabeza, es cierto que eran inofensivos e identificables, nada estaba ocurriendo, y aún así en el espejo yo ya era una copia del queso gruyere, lleno de agujeros extraños e inexplicables, me estaba masacrando a mí mismo por cada mínima acción, a pesar que había visto tanto de lo que era la «depresión» y otras enfermedades, no entendía y sigo sin entender como es que me hundo tanto con tan poco, como es que era posible que a penas caía la noche yo me estaba retorciendo en una melancolía desagradable, estaba triste, me afirmaba que estaba triste que al mismo tiempo me preguntaba qué lo provocaba, se volvió una costumbre constante afirmarme mi bajo estado anímico, ya que al fin estaba consciente de mis emociones, obviamente sigo ignorando que me pasa la mayoría del tiempo pero al menos ya sé que no estoy bien conmigo para nada.

Ya han sido dos años de mi pequeña revelación, a veces la detesto, a veces me es la mejor justificación para reconfortarme, no tengo idea de que tan bueno es que esta sensación esté pegada en mis huesos, fluyendo sin parar en mi cuerpo, sin embargo, la adoro un poco, me causa las peores crisis que no dejan de superarse, me drena a casi matarme… es maravilloso, el peor sentimiento y es todo mío, me lo merezco totalmente, le sacaré todo el jugo que pueda y veremos hasta donde llegamos, quien terminará peor.

Etiquetas: tristeza

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS