Magia

Un día te encuentras hundido en el fango y la oscuridad por todas esas malas decisiones tomadas. Pensando en todo, en todos menos en ti misma, intentando no hundirte más, intentando sobrevivir.

Un día sientes deseos de seguir, otro día tus ánimos no son los mismos y así pasan los días.

Hasta que un día tu ánimo es consistente, tus cimientos, valores y pensamientos se han reforzado tanto que, sientes que no hay nada que pueda derribarte de nuevo.

Tomas tu vida, tu familia y retomas el curso, vuelves a sonreír enserio, vuelves a estar bien contigo misma, llegas a perdonarte y dejar de juzgarte por absolutamente todo.

Sabes que todo va a estar bien, mientras estés bien.

Al paso de los días refuerzas esta alegría y todo lo malo va quedando en el pasado más no olvidas por completo, perdonas, sueltas y avanzas, rescatando sólo las lecciones que todo ese caos dejó.

Te encuentras renuente al amor, se crea esta barrera enorme de desconfianza, y como no tenerla si fuiste destruida hasta el último momento. Parece un acto suicida volver a intentar siquiera pensar en enamorarte de nuevo, parece lejano, estúpido e innecesario.

Y así como por arte de magia, vuelves a ser tú, brillas de nuevo y ni siquiera recuerdas que no muchos días atrás sentirte tú parecía tan difícil.

Así pasa la vida, todo pasa, los malos momentos pasan, los buenos momentos pasan, y quedan las lecciones de vida, los recuerdos hermosos, las enseñanzas de todo lo vivido, al igual que la vida…no podemos quedarnos estancados.

De pronto conoces a alguien que sin pensar en todo el mal que alguna vez sufriste a manos del amor, te demuestra que vale la pena correr ese riesgo, te hace sentir que puedes bajar la guardia, que todo va a estar bien a su lado.

Después de tanto sufrir se aprende a ver con los ojos más objetivamente, a mirar a través de, a sentir a las personas de una manera más clara y real.

En ocasiones se necesita tocar fondo para resurgir.

Aun puedes ver la magia en que hay en el mundo, sólo tienes que despertar.