El cielo cae a cantaros
Una taza de café humeante
Suave música de fondo
La noche cómplice
Ambiente ideal para la inspiración
Ir de a poco a poco rasgando el papel letra a letra,
como caricia amante y cómplice,
Dibujando realidades errantes,
y hacer vibrar de a poco los sentidos
entre cada palabra formada
suavemente hasta llegar el cenit mismo
de la locura y el placer
llegando a una explosión de emociones,
hasta retomar la calma y recobrar el aliento.
Disfrutando de ese placer
que esta breve muerte ocasiona
tras este arranque creativo
que provoca mi amada soledad
y esta congoja robada
Página en blanco,
ante la que soy débil
y sin pudor alguno me entrego
y desnudo el alma,
y rozo los albores de la locura misma.
Liberada el alma,
me abrazo al silencio
y disfruto de este encuentro
en que cielo e infierno se unen,
creando estas letras mías que,
sin dogma ni regla,
se dicen poesía.
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