Novela que contiene una bonita historia, y a su vez ayuda a entender cuando se nos plantean miles de conflictos que nos hacen dudar de nosotros mismos. Conflictos a los que Elah, la protagonista se enfrenta y resuelve llegando finalmente a sus propias conclusiones y reflexiones. Que en la vida, todo está en los valores y en los corazones imperfectos luchando por lo correcto. Nada es blanco o negro, es del color del sentimiento.
«Lo que ordena la razón lo impide el corazón, ¡vive!.»
La inocencia de la adolescencia, primeras sensaciones, sin el arnés de unos padres aprendemos a caminar solos otra vez. Nuevo ciclo lleno de retos que la mente a veces no logra entender.
» Lo que ordena la razón lo impide el corazón, ¡vive! «.
Arriesga experimenta para madurar, olores que siempre quedarán impregnados en uno, sed de más. El mundo es del adolescente, no existe un final.
«Lo que ordena la razón lo impide el corazón. ¡Vive!
Mirada tímida embaucada por ese alguien que sin saber por qué lo quiere volver a ver. Nuevas amistades que le aportan aire fresco, los amigos de la infancia siempre quedarán. Un respiro entre fuertes vínculos es esencial para crecer y aprender a volar.
«Lo que ordena la razón, lo impide el corazón. ¡Vive!».
Inocencia soñadora, tímida y risueña. Vive intensamente que la vida no espera. Enamórate, ríe y llora pero sobre todo y lo más importante,! vive!.
Primera parte. Capítulo 1
Ahí estaba Elah, la inocencia de su adolescencia, luces magia, que bonita la novedad. El comienzo de las primeras sensaciones hasta ahora desconocidas y sin ningún tipo de arnés. En la adolescencia aprendemos a caminar solos otra vez sin el arnés de unos padres. Nuevo ciclo, lleno de retos que la mente a veces no logra entender, pero hay que arriesgar y experimentar para madurar. Olores que siempre quedarán impregnados en uno, sed de más. El mundo es del adolescente, no existe un final.
Elah recuerda bailar y bailar sin parar y sentir felicidad. Su corazón e inocencia intactos, su mirada tímida embaucada por ese alguien que sin saber muy bien por qué lo quiere volver a ver. Su presencia le hace sentir vértigo, como si de una caída libre se tratara. Le gustaba esa sensación, sentía ilusión. Ilusión por saber más de él. Amistades que le aportan un aire fresco, los amigos de la infancia siempre quedarán. A veces un respiro entre fuertes vínculos es esencial para crecer un poco más y aprender a volar.
A Elah le gustaba soñar, tímida, risueña y alegre, sola o acompañada siempre conseguía sentir bienestar. No esperaba otra cosa que disfrutar. Apasionada en todo y aunque adolescente, tenía claro no lo sería eternamente. Lo vivía todo intensamente.
En la vida adquirimos valores que muchas veces desencadenan en grandes dilemas. Elah provenía de una familia tradicional, donde todo consistía en lo que establecía la sociedad. Pensaba se enamoraría (para Elah el amor, era su motor) del chico ideal o ¿idealizado?. Pensó todo seguiría el rumbo marcado. Buscaba el amor pero aún desconocía el desamor, no podía creer que eso pudiera suceder. «Cuando me enamore será para toda la vida» Elah pensó. Los dilemas y contradicciones no tardarían en llegar y le harían pensar, que algo en ella iba mal. «¿Cómo puede ser que dos personas me puedan gustar?». Conflicto que nunca pensó se pudiera dar. En la vida se nos plantean miles de conflictos que nos hacen dudar de nosotros mismos.
«De uno me gusta ese estilo desenfadado ese rollo de chico malo. Del otro su mirar, esa sonrisa me hace vibrar» . Ahí estaba Elah deshojando margaritas, sin saber en quien pensar. Aún así esa sensación le hacía volar. ¿Quién sería su chico ideal? o ¿idealizado?. Es necesario demostrar lo que se siente y no dejar nada pendiente. Elah se iba a lanzar. «con la duda no me voy a quedar»se dijo así misma.» ¿pero me corresponderán? «las inseguridades empezaban en ella a brotar, pero lo tenía que intentar. Las incógnitas que dejas sin resolver, son cadenas que arrastras contigo todo el camino. Lánzate y no te de miedo a perder si no a ganar lo que pudo o no pasar. Sin riesgos nunca lo sabrás. Elah se puso bonita, cargada de esperanza y muy ilusionada, sus piernas temblaban. Al chico se acercó, y éste le correspondió, sin más la besó. La magia y la química entre ambos, era infinita. Sentían se conocían de toda la vida. Elah vivía en una nube, hasta cuando estudiaba, en él pensaba. Pero la contradicciones no tardarían en aparecer.
2 capítulo
Una noche Elah cogida de la mano de Roberto (así se llamaba su chico), con el otro chico se cruzó y sin saber por qué tuvo una extraña reacción, a su chico soltó. «¿cómo puede ser, si estoy ilusionada?» pensó. Pero ese otro chico le llamaba la atención. Todo quedó en un cruce de miradas y Elah nuevamente sin saber con quien, deshojando margaritas andaba. «Con mi chico quiero estar pero al otro no puedo olvidar». Elah como adolescente y soñadora, no se sentía mal pero no sabía como lidiar con tal ambigüedad.
Una noche con sus amigas salió y el otro chico apareció, Elah bailando estaba y sin más éste la besó. No lo evitó le correspondió. Elah Con su chico siguió pero ahí no todo quedó. El otro chico la sorprendió y en su casa se presentó. Elah no supo decirle que no y con él se marchó. Cenaron, hablaron, rieron y besaron. Elah rendida a sus pies, quería estar con él, pero con su chico también. Disyuntiva que nunca pensó le sucedería. «No puedo elegir, ambos me hacen sentir». Cruce de caminos que compartió con sus amigos y como manda la tradición sólo uno sería la elección. «¡Con dos no debes estar!», sus amigos le aconsejaron. «Esas no son las normas». «¿De qué normas me habláis?». Elah les respondió. «Esto no es un capricho ni palabras, son sensaciones innatas». Elah lejos de disfrutar, lo estaba pasando muy mal. Quería dejarse llevar, pero no sabía como resolver y aunque eran sentimientos que no podía evitar, en el fondo se sentía mal.
Roberto era su chico, Oliver al que no podía esquivar. Decidió a ambos dejar e intentar olvidar cambiando por un tiempo de lugar. Elah se marchó fuera a estudiar. El tiempo Le haría recapacitar………………
Segunda parte.
Elah y sus conclusiones.
Elah por fin encontró su camino, entendió que la vida no consiste en lo establecido. «No idealicemos, lidiemos con sentimiento cada momento y seguro salimos ilesos» Nuestro ser racional no lo es en su totalidad y lo irracional no es solo animal. El instinto es un factor a tener en cuenta en esta nuestra supervivencia «.
Todo es un aprendizaje, lo que pasa en nuestras vidas y las personas que pasan por ella, es lo que nos va forjando y completando. Siempre es mejor haberlo vivido y haber llenado las páginas del alma, que tener un vacío y una nube blanca. Permitámonos caer y rescatarnos a nosotros mismos, saber soltar es esencial. Soltar no es olvidar, es amar lo que quedó atrás. Un siempre quedará. Nunca perdamos el rumbo de quienes somos y hacia dónde vamos, así nadie lo hará ni siquiera lo intentará, el desviarnos o manipularnos. Vistamos como queramos, vayamos y vengamos, escuchemos, respetemos y opinemos, decir «no» sin sentir culpa y «sí» cuando a uno le cunda. Aceptarnos a nosotros mismos, lejos de lo que opinen los demás no debería arrastrarnos a toda una eternidad. Por eso es tan necesaria la autoestima no sólo para respetarnos a nosotros mismos si no para también respetar a los demás. Elah después de un largo camino recorrido lleno de alti bajos y tanto ir a contracorriente llegó a sus conclusiones, que todo estaba en los valores. La autoestima sería el principal pilar y lo más importante que a sus hijos debía inculcar. «cuanto antes inculquemos valores a los más pequeños, antes quedarán impregnados en ellos»
Vive tu vida, cuenta tu historia y haz ver cómo corazón bueno, que ni siquiera tu eres perfecto. Eres simplemente eso, auténtico, y que sólo tratas de entender a ese tu amplio universo. Ese tu religión, tu pasión tu sinrazón. Ese universo que te guía y deja perderte en el firmamento para que te encuentres de nuevo. El universo solo quiere verdad no mediocridad. Créetelo y convéncele, él será tu mejor juez.
Tercera parte
Pensamientos de cabecera
Y muchos más….
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