Categoría: COMUNIDAD EDUCATIVA–

La carrera se estaba haciendo cada vez más agotadora, notaban cómo sus piernas empezaban a no responder, simplemente se dejaban llevar, pero para ellos era importante llegar a la aldea los primeros. Luis Alberto y Rosita aceleraban el paso, hundiendo, en cada zancada, sus pies en el barro formado por la lluvia de la noche anterior. El sudor resbalaba por sus cabezas, mezclándose con esa humedad casi insoportable del amazonas. Repartían sus libros entre ambas manos, que se iban resbalando, haciendo incómoda su precipitada carrera.

Se lo habían contado hacía algunos meses en la escuela, aquella vez que vinieron los españoles en esos grandes coches, con su extraña música y coloridas chucherías. En la última visita, les habían enseñado que con esos cristales se podía hacer luz, pero no lo habían creído hasta esta misma mañana, cuando pudieron verlo con sus propios ojos. En las fotos que habían mirado, los cristales estaban colocados encima de las casas, sobre los tejados, en unos edificios muy altos. Ya entonces, Rosita había pensado que sus cabañas no resistirían; quizás por eso esta vez los habían puesto en el suelo, cerca de su escuela.

Cuando llegó al río miró a su espalda, su hermano se había quedado atrás, no le quedaba más remedio que esperar. Permanecía impaciente junto al puente, bajo la sombra del ubos, enjugándose el sudor de la frente con la mano para, a continuación, secarla en su vistosa ropa. Su índice recorría una y otra vez las marcas que sobre la madera habían tallado los españoles años atrás, durante su construcción. Reconocía en ellas la forma de un corazón y unos números que había aprendido en la escuela con la profesora Dolores; un “1”, un “9”, un “9” y un “7”, todos ya con cierto desgaste. Miraba excitada a su alrededor, pegando nerviosos saltitos a cada pisada de su hermano, mientras le animaba a seguir. Él, agotado a la vez que sonriente, la miraba mientras arrastraba los pies por el fango sabiendo que ella le esperaría y juntos contarían a mamá cómo era eso que llamaban paneles solares.

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