-Y bien, abuelo, ¿Qué era el mundo para ti en esos momentos?

¿El Mundo?

El mundo entonces era un viaje incierto, una marea de sensaciones efímeras que no parecían llegar a ninguna parte. Era sencillamente una aventura sin los recursos necesarios. 

Sin embargo, esto cambió. Radicalmente, aunque nosotros no nos diésemos cuenta. Cambiaba, y nunca ha dejado de cambiar. Fue como tener la cabeza sumergida en un lago, y sacarla de golpe, respirando aire fresco. Como despertar de un largo sueño. 

Y la razón de este cambio fue ella. Te quiero.

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