Vendas en los Ojos

Era una mañana como cualquier otra, el sol entraba a través de un pequeño orificio de las cortinas que daba directo a mis ojos, el olor a café de grano por la mañana inunda la casa hasta llegar a mi cuarto, al salir, el frío de la noche disipándose lentamente por el calor de la mañana me indicaba que ya se acercaba el mediodía, yo, medio dormido y con ganas de seguir acurrucado entre mis sábanas, me recibe mi madre que, con gran sonrisa y energía desde muy temprano aguarda en mi un plato de comida, pero hay algo extraño, no es la comida, tampoco es por que solo tengo un calcetín…por cierto, ¿Dónde estará el otro? Me siento mal, y no es una enfermedad, no que yo conozca, algo falta en mi, pero, ¿Qué es?.

Después de comer tomo una ducha, algo fría pero…está bien, así me despierto mejor, no dejo de sentir que necesito algo pero no descubro que puede ser, hago mi tarea y espero que el tiempo haga su andar más rápido, sobra decir que no siempre es así pues hace lo opuesto…tssk ¡es el señor tiempo! El atardecer siempre es interesante, de camino al escuela puedo ver a muchos jóvenes de peculiares comportamiento, aunque me es un poco difícil procesar su jerga popular, pues siendo yo solo unos años mayor, no fue así como me criaron mis padres o bueno, tal ves soy de la última generación que tuvieron mano dura, los tiempos son distintos eso es seguro.

Un cigarro y una soda después, entro a clases, donde todos los alumnos son mayores que yo, aunque no demasiado, la mayoría me pasan unos cinco años al menos y la persona con mayor edad tiene cincuenta y cuatros años pero en ella tiene aún la fuerza y la destreza como cualquier joven, los años de experiencia la han llevado a ser paciente con cuestiones tan pequeñas como limpiar el aula pero, pensando bien, te enseña a ser responsable y a cuidar lo que no es tuyo, siendo el aula un préstamo.

En clases soy buen estudiante, mi padre solía decir que el mismo nombre lo indica, estudi-ante. Al menos así me lo explicó, pero entendí, no participo en clases ya que soy muy tímido y suelo tartamudear un poco al hablar, llevo dos años en esta modalidad nocturna, pero siento como si fuera de nuevo ingreso, he hecho algunos conocidos, digo conocidos por que, aunque solemos hablar mucho de temas de clases, no conozco nada fuera en lo que es sus vida privadas y lo digo en plural por que son dos mujeres un varón. El varón es nuevo ingreso, solo lleva un mes, se ve a leguas que es muy social por que me cayó bien.

Su habilidad para socializar es muy buena, hasta siento algo de envidia, el conoce más de las dos mujeres que se sientan a la par mía en solo un mes, y yo que las conozco hace un año y medio, no. No sé cómo me debo sentir al respecto, trato de justificar lo que estoy haciendo mal, sea lo que sea, que no me permite socializar como me gustaría que fuera pero, tal parece que no puedo ver la luz de esa oscuridad por mi cuenta, él muy elocuente puede sacarme conversación ¡Es muy bueno! No me di cuenta a que hora sucedió eso, no es que me desagrade pero quisiera ser así a la hora de conquistar, ya hace mucho tiempo que no tengo una relación.

Tengo cuatro años de estar soltero, la que fue mi pareja no entendió que ya era mi tiempo para buscar trabajo y empezar a tener responsabilidades como adulto. Me dolió cuando terminó conmigo, ella fue mi primer novia y duramos dos años y seis meses, fueron momentos bonitos, pero ahora solo son eso…recuerdos. Me he enamorado tres veces en los últimos cuatro años, ninguno funcionó, ni tan siquiera un tierno beso pude recibir o dar, desde ahí comencé a cuestionarme ¿Seré buen partido? ¿O estaré haciendo algo mal?. Siendo maduro mentalmente decidí que se lo dejaré a Dios y que sea él que elija a mi futura esposa, para ese tiempo no solía pensar así.

Pero ¿Sabes algo? Aún dentro de mí hay algo, algo que me hace falta, por que sé que no es nada material, el calcetín lo encontré bajo la cama, llevo mi botella de alcohol lista y más en estos tiempos, pero no estoy bien, mostrar mi sonrisa y ser educado con los demás no me hace sentir eso en verdad, siento la necesidad de gritar pero mi voz no sale por que está cubierta de eso que me hace sentir que necesito, no estoy mal…me acabo de dar cuenta de ello, cada acción que hago esta bien o pasable mente bien, pero lo que en verdad hago mal es de no darme oportunidad.

Oportunidad de expresar lo que siento o lo que pienso por el temor que hay en mi de sentirme culpable de contarle a alguien lo que siento, y creer que yo soy el problema, y soltarme a llorar frente a esa persona por que la carga es demasiada y sentirme mal por no poderme detenerme, pero el problema no soy yo al expresarme, soy yo al no darme la oportunidad de confiar en mí mismo para decirle a aquella persona lo mucho que la quiero.

He perdido muchas cosas, pero no significa que ha acabado, significa que hay un nuevo comienzo, para valorar lo que soy, y lo que puedo hacer, para crear nuevas metas, para confiar en mí mismo, porque si no…¿Quién lo hará por mi?. Y si no lo hiciese perdería el valorar las pequeñas cosas, y de nada habría servido. No hubiera podido amar de nuevo el aroma café de grano por la mañana inundando la casa hasta llegar a mi cuarto, o ver la sonrisa de mi mamá con un plato de comida esperándome, lista para saborear en cada cucharada la receta secreta que es su amor.

Apreciar ver cada atardecer al ir a la escuela, una obra pintada en el cielo que nos hace sentir más cerca de un nuevo mañana, de que en cada persona es un nuevo mundo y un posible amistad, el apreciar los consejos sabios de aquellos adultos que, con el pasar del tiempo, crecen en conocimiento que apenas vamos comenzando. De oportunidades que, aunque incierto, no descubriremos si no nos arriesgamos hablar y expresar con claridad, solo es quitarse la venda de los ojos y gritar lo más alto que puedas, sin miedo.

Querido lector, hoy he aprendido un poco más de lo que aprendí ayer, y justo ahora que escribo esto, he aprendido a valorar un poco más la vida, una buena lectura se comparte con los que más amas, ama la vida y no tengas miedo, sé que puedes hacer grandes cosas, si solo te das la oportunidad de disfrutar, espero que puedas encontrar en mis palabras, un pequeño empujón hacía algo increíble.

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