Adentrarme en el mar, fundirme con la inmensidad, rozar la arena jamás acariciada por el sol, enlazar el cuerpo palpitante y bienaventurado de un delfín para que me cuente sus proezas y me arrastre hasta el infinito. Adentrarme, adentrarme en el más oscuro de los abismos, escuchar el silencio, abrazar las rocas solitarias, acariciar las lágrimas de las flores escondidas y adentrarme aún más, y…… Encontrarme.

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