Pensaba que las olas del mar de Veracruz limpiarían las tristezas que nuestro matrimonio arrastraba, que el amanecer en el puerto daría a nuestra vida un nuevo comienzo, que la briza suave y el sonido de la marimba tocando nuestra canción favorita dejarían atrás todo lo que fuimos, todo el daño que nos habíamos hecho.

Preparé con emoción nuestro liviano equipaje, mis sueños de una vida feliz a tu lado; empaqué mis ilusiones y cuando tomé tu mano para partir… tú ya no estabas junto a mi.

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