Todas las razones por las que no me maté

cuando tuve la oportunidad,

confluyen en la economía

del sufrimiento de mis otros significantes.

Algunos mas algunos menos,

se encargan de soplar alegria,

aunque la botella es para guardar

amargura, tristeza y dolor.

Me sentiria un desagradecido,

si intencionalmente cesara mi existencia,

y generara en mis significantes

vacio, amargura, tristeza y dolor.

Siempre que sufrí fue inevitable,

aunque algunas veces la culpa la tuve yo.

Y siempre que respiro,

me siento castigado, obligado a sostener

una vida que no pedi,

con una historia que no pude modificar.

Etiquetas: poesía

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