Aquel día el destino me eligió a mí,dispuestos a viajar, mi hija petrificada tiraba los billetes a la vez que gritaba mirando al techo,mi marido anonadado me abrazaba y mojaba mi mejilla con sus lágrimas,comprendí que había emprendido el viaje al más allá,donde el amor está presente, la humildad es primordial y las envidias no existen.Jamás quise emprender ese viaje de ningún modo, me tocó sin previo aviso,NO hay nada, miente el poder Eclesiástico,ni vida eterna, ni Dios..

El opio del pueblo….

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